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  • ¿Listo para unas vacaciones?
    ¡Despertad! 1996 | 22 de junio
    • ¿Listo para unas vacaciones?

      YA CASI es verano en el hemisferio norte. Pronto, millones de personas se irán de vacaciones. Pero estas salidas no están limitadas tan solo al verano. El turismo se ha convertido en un negocio de todo el año que produce anualmente miles de millones de dólares. Aunque la mayoría de los turistas viajan dentro de su propio país, los viajes al extranjero, que tiempo atrás solo podían permitírselos los ricos, ya son bastante comunes.

      La cantidad de días de vacaciones que conceden las empresas varía de un país a otro. En 1979, solo el 2% de la mano de obra alemana recibía seis semanas de vacaciones, pero ahora las recibe la inmensa mayoría. En la Europa occidental el promedio de vacaciones para la población trabajadora de la industria supera las cinco semanas.

      Las vacaciones tienen su lugar

      El concepto original de la vacación era bastante diferente del actual. The New Encyclopædia Britannica explica: “La práctica moderna de las vacaciones [...] se deriva del antiguo calendario religioso romano, pero adoptando el sentido contrario. En el año había más de cien días festivos dedicados a diversas divinidades romanas. Durante los días que eran fiestas sagradas y, por lo tanto, días santos, las personas descansaban de sus actividades cotidianas. Los días que no se consideraban sagrados se llamaban dies vacantes (días vacantes), y era cuando la gente trabajaba”. Por contraste, los “días vacantes” de nuestros tiempos no son laborables, sino de descanso.

      Los alemanes dicen que las vacaciones son “las mejores semanas del año”. Por otro lado, los adictos al trabajo quizás opinen que los “días vacantes” están realmente vacantes, carentes de actividad importante. Pero esta sería una idea extremista. El criterio equilibrado admite los beneficios de romper de vez en cuando la rutina y hacer algo diferente que relaje.

      Los aspectos positivos de las vacaciones fueron confirmados en una encuesta llevada a cabo en 1991 entre una serie de ejecutivos europeos, de los que el 78% dijeron que las vacaciones son “imprescindibles para evitar el burnout [agotamiento nervioso] de los ejecutivos”. No menos de tres cuartas partes opinaron que las vacaciones mejoraban el rendimiento laboral, y más de dos tercios dijeron que aumentaban la creatividad. Además, el 64% de las mujeres y el 41% de los hombres concordaron con esta llamativa declaración: “Si no tomara regularmente vacaciones, enloquecería”.

      Viajar educa

      Thomas Fuller, médico y escritor inglés del siglo XVII, escribió: “Quien mucho viaja, mucho sabe”. Viajar nos permite conocer a gente de otros lugares, sus costumbres y manera de vivir. Los viajes por países con un nivel de vida inferior al nuestro pueden enseñarnos a estar agradecidos por lo que tenemos y despertarnos sentimientos de empatía por los menos afortunados.

      Si lo permitimos, los viajes al extranjero también pueden corregir ideas erróneas y disipar prejuicios que quizás tengamos. Nos dan la oportunidad de aprender directamente por lo menos retazos de otro idioma, probar platos sabrosos y ampliar la colección de fotografías, diapositivas o videocintas de la familia con ejemplos de las bellezas que encierra la creación de Dios.

      Por supuesto, para sacar el mayor beneficio de cualquier viaje, no debemos limitarnos únicamente a desplazarnos. El turista que recorre medio mundo solo para quedarse en un hotel con otros turistas —muchos de ellos de su mismo país—, nadar en la piscina o la playa privada del hotel y comer la misma comida de siempre, aprenderá poco. ¡Qué lástima! Por lo que se ha observado, la mayoría de los turistas parecen no interesarse mucho ni en los países que visitan ni en su gente.

      Buenos preparativos

      Samuel Johnson, ensayista y poeta inglés del siglo XVIII, dijo que la persona que viaja “debe llevar consigo conocimiento, si quiere traer a casa conocimiento”. De modo que si tiene ocasión de viajar, prepárese bien. Lea de antemano acerca de los lugares que piensa visitar. Planee lo que quiere ver y decida lo que va a hacer. Luego haga los preparativos pertinentes. Por ejemplo, si desea pasear por la playa o hacer excursiones por la montaña, llévese calzado y ropa adecuados.

      No trate de llenar su horario con demasiadas actividades, pues de esa forma se llevaría el estrés de la vida cotidiana a las vacaciones. Deje bastante tiempo libre, sin nada planeado, para poder hacer cosas imprevistas. Uno de los auténticos beneficios de las vacaciones es disponer de tiempo para pensar y meditar sin la presión de un horario apretado, lo que libera a uno del estrés y de las restricciones de vivir esclavizado al reloj.

      Unas vacaciones reparadoras también pueden incluir trabajo arduo. Por lo general, la clave de unas buenas vacaciones está en hacer algo diferente. Por ejemplo, una organización no lucrativa de Estados Unidos, denominada Volunteer Vacations, brinda a diversos voluntarios la oportunidad de pasar unas vacaciones cuidando parques nacionales o bosques. Uno de ellos dijo que aunque trabajó mucho, disfrutó tanto que decidió repetir la experiencia al año siguiente.

      Los testigos de Jehová muchas veces utilizan días de vacaciones para viajar a asambleas cristianas o para dedicarse más a fondo al ministerio público. Algunos usan las vacaciones para trabajar en la sede mundial de los testigos de Jehová o en la sucursal de su propio país, y disfrutan de la experiencia. Tanto es así que después muchos escriben cartas de agradecimiento por el privilegio.

      En efecto, las vacaciones pueden ser sumamente agradables, incluso las mejores semanas del año. No es de extrañar que los niños cuenten los días que faltan para que lleguen. Ahora bien, hay que tomar algunas precauciones, como verá en el siguiente artículo.

  • Precauciones que debe tomar
    ¡Despertad! 1996 | 22 de junio
    • Precauciones que debe tomar

      “EL PROPÓSITO más obvio de las vacaciones es buscar un contraste, un paréntesis, un cambio de rutina”, escribió el periodista Lance Morrow. Pero también observó que algunos regresan tan agobiados que juran “no volver a tomarlas jamás”.

      Ahora bien, en lugar de renunciar a las vacaciones, lo más sensato sería analizar de antemano los posibles escollos y tomar medidas para evitarlos.

      Proteja sus bienes

      Cuando regresan de vacaciones, muchas personas descubren que durante su ausencia entraron en su casa y robaron. Por eso, antes de irse, pida a algunos amigos o vecinos que vigilen la casa. Hasta podrían pasar algún tiempo en ella para que no sea tan obvio que usted no está. Pídales que recojan la correspondencia y los periódicos, pues no hay nada que delate tanto su ausencia como un buzón abarrotado o un montón de periódicos en la puerta.

      También le hará falta proteger sus objetos de valor en el lugar donde pase las vacaciones. La opinión que se tiene de los extranjeros en algunos países es que todos son ricos, de ahí que los turistas corran el peligro de que les roben. Por eso es una buena costumbre dejar en la caja fuerte del hotel o en otro lugar seguro el dinero en efectivo y los documentos que no vaya a utilizar. Sea cauteloso con los extraños, pero sin ser descortés.

      La ciudad de Miami (Florida, E.U.A.) recibe anualmente millones de turistas extranjeros y nacionales. En esas zonas turísticas es donde más abunda la delincuencia. La revista Time publicó que durante 1992, “tan solo en Florida, 36.766 turistas extranjeros y nacionales fueron víctimas de asesinato, violación, robo u otros delitos”.

      Cuando esté de vacaciones, cuídese en especial de los carteristas. Los hombres deberían llevar la billetera en un lugar protegido que no llame la atención, como en un bolsillo interior de la chaqueta o uno de los bolsillos delanteros del pantalón. Quienes viajan con frecuencia suelen esconder el dinero en su persona de maneras ingeniosas. Por ejemplo, hay los que llevan el efectivo, los pasaportes y los visados en una bolsita plana colgada del cuello y escondida debajo de la ropa. Las mujeres también deben ir con cuidado y llevar el bolso bien agarrado para evitar que algún ciclista o motociclista se lo arrebate de un tirón.

      Los ladrones siempre encuentran maneras nuevas de robar a los turistas. En Europa, a los pasajeros de trenes expresos de largo recorrido les han robado durante la noche, mientras dormían. A veces los ladrones provocan emanaciones somníferas en los compartimientos para asegurarse de que los ocupantes no se despierten mientras los desvalijan. En cierta ocasión, según el periódico The European, “se cree que los ladrones abandonaron tranquilamente el tren con más de 845.000 dólares en artículos robados y dinero en efectivo”.

      Evite accidentes

      “La única solución que veo para el problema de los accidentes habituales —dijo el humorista Robert Benchley— es quedarse en la cama todo el día.” Pero luego añadió: “Aún así, siempre existe la posibilidad de caerse”. La idea es que en todas partes ocurren accidentes. Por eso, el temor de sufrirlos durante las vacaciones no debería hacer que se quedara en casa. No obstante, hay motivos especiales para tomar precauciones cuando se está de vacaciones.

      La situación del tránsito puede ser peligrosa durante los períodos de vacaciones. Los alemanes ya se han acostumbrado a encontrarse en caravanas de 80 kilómetros durante esas épocas. La revista Time del 14 de agosto de 1989 decía: “La semana pasada, millones de familias de toda Europa emprendieron sus tradicionales vacaciones de agosto con una experiencia desagradable y agotadora. [...] La circulación de casi toda carretera importante que salía de París estaba totalmente colapsada. [...] Entre el 28 de julio y el 1 de agosto murieron en accidentes de tráfico 102 personas”. Por consiguiente, sea sensato y haga breves paradas para relajarse del constante frenar y arrancar.

      The European publicó un aviso de precaución en el que se aconsejaba a los automovilistas que “retrasaran sus viajes hasta el domingo, o circularan de noche”. Pero tuvo que admitir que la mayoría de los veraneantes “aún insisten en partir al mismo tiempo”. ¿Qué se consiguió? La total paralización del tráfico en Europa. Aunque es aconsejable viajar cuando las carreteras están menos congestionadas, no debe pasarse por alto el hecho de que circular de noche encierra sus peligros. Al haber menos visibilidad, aumentan las posibilidades de accidente. Las primeras horas de la mañana son más propicias para viajar.

      No olvide otras posibles causas de accidente cuando llegue a su destino. Si sus músculos han estado de vacaciones durante la mayor parte del año, no responderán cuando los ponga a trabajar sin estar debidamente tonificados. De modo que procure limitar las actividades deportivas durante los primeros días, cuando su cuerpo es más vulnerable a las lesiones.

      Manténgase sano

      Según el libro 2,000 Everyday Health Tips for Better Health and Happiness (2.000 consejos sencillos para mejorar la salud y ser más felices), “los problemas de salud más comunes con los que se topa la gente al viajar al extranjero se centran en la comida, el agua y algunas enfermedades infecciosas”. A veces las agencias de viajes asesoran a los clientes sobre cómo evitar tales problemas, y merece la pena aplicar sus sugerencias.

      En muchas zonas es fundamental no beber el agua del grifo. Y no olvide que los cubitos de hielo suelen hacerse con esa misma agua. Es aconsejable no comer hortalizas de hojas, mayonesa, platos que contengan crema, carne más o menos cruda, mariscos ni frutas frescas (a menos que pueda pelarlas usted mismo). En los trópicos, si quiere beber leche fresca, hiérvala antes.

      Una de las principales fuentes de peligro para los turistas que van ligeros de ropa es el sol, y este peligro ha aumentado tangiblemente en los últimos años debido a la disminución del ozono en la atmósfera. En Estados Unidos, entre 1980 y 1993 se duplicó la cantidad de casos nuevos de melanoma maligno (el cáncer cutáneo que más muertes produce). En Australia se han visto camisetas con el lema “SLIP! SLOP! SLAP!” (términos coloquiales que comunican la idea de aplicarse protector solar, y cubrirse con una camisa y un sombrero). Pero no se confíe demasiado. Los protectores solares no brindan una protección total.

      Los viajes aéreos que atraviesan varias zonas horarias pueden causar lo que se conoce como síndrome del desfase horario. Aunque no es una enfermedad en sí, el desajuste horario a veces produce malestar físico, particularmente si la persona no está muy bien de salud. Un estudio llevado a cabo en varios viajeros que volaron de Londres a San Francisco y de regreso a Londres (la diferencia horaria entre ambas ciudades es de ocho horas) reveló que “la adaptación fisiológica requiere no menos de 7 a 10 días”. El libro La máquina del cuerpo también dice que después de cruzar en poco tiempo distintas zonas horarias, algunos viajeros “tenían tendencia a mostrarse desarticulados, dubitativos y a cometer el doble de errores. También mostraban fallos de concentración y de memoria”.a

      Además, los viajes aéreos permiten la propagación de enfermedades de un continente a otro en cuestión de horas. El periódico alemán Nassauische Neue Presse dijo: “Los médicos están particularmente preocupados por las enfermedades ‘exóticas’ —como el paludismo o la hepatitis— que los turistas traen de África, Asia, o Sudamérica. Cada año unos dos mil alemanes regresan a casa con paludismo”. Después de las muertes acaecidas en 1994 en la India a consecuencia de la peste bubónica, se tomaron estrictas medidas preventivas para impedir que este mal se propagara a otros países.

      Las personas con problemas crónicos de salud, así como las embarazadas, deben tomar precauciones adicionales al viajar. Aunque en la mayoría de los casos no hay ninguna razón de peso para que se abstengan de viajar, sería aconsejable que consultaran antes al médico. También es una medida prudente que todo el que viaje lleve anotado el nombre, la dirección y el número de teléfono de algún amigo o pariente a quien pueda avisarse en caso de emergencia.

      La persona que necesite inyectarse insulina con regularidad para mantener estables los niveles de azúcar en la sangre, debe hacer los preparativos pertinentes teniendo presente que cruzar varias zonas horarias desbaratará su meticuloso horario de comidas y dosis de insulina. O, en el caso de los viajeros que tengan implantado un marcapasos, se aconseja que lleven siempre consigo el número de teléfono de su cardiólogo.

      Prescindiendo de cuál sea el problema de salud, todo viajero que dependa de cierta medicación debe llevarla en su equipaje de mano por si las maletas que factura se perdieran o se enviaran a otro destino. Estar unos días sin poder cambiarse de ropa sería incómodo, pero estar solo unas horas sin la medicación necesaria, podría poner en peligro la vida.

      No hay que subestimar los peligros intrínsecos de los viajes de vacaciones. Pero raras veces hay motivos razonables para atemorizarse y quedarse en casa. Solo debe tener cuidado. Recuerde que los buenos preparativos ayudan a combatir los posibles peligros. Siga este buen consejo: “El prudente ve el peligro y lo evita; el imprudente sigue adelante y sufre el daño”. (Proverbios 22:3, Versión Popular.)

  • Cómo irse de vacaciones sin que luego le pese
    ¡Despertad! 1996 | 22 de junio
    • Cómo irse de vacaciones sin que luego le pese

      CUANDO a una señora de Estados Unidos, que actualmente reside en Europa, se le preguntó si le había gustado un famoso centro turístico que visitó, su respuesta fue: “Debió ser muy hermoso antes de que llegara la gente”. ¿Ha pensado usted lo mismo alguna vez? Hilera tras hilera de hoteles y discotecas, una playa sucia y abarrotada, y música a todo volumen, no es el concepto que todo el mundo tiene de un lugar agradable donde pasar las vacaciones.

      Lamentablemente, las vacaciones no siempre están a la altura de lo que esperamos. A veces, en lugar de renovarnos las energías, nos dejan exhaustos; en vez de recuperarnos con ellas, tenemos que recuperarnos de ellas. De ahí lo pertinente de la pregunta: ¿Cómo irnos de vacaciones sin que luego nos pese?

      Sea equilibrado

      Con las vacaciones ocurre lo mismo que con las especias: en dosis moderadas dan mejores resultados. Aunque la vida de las personas de alta sociedad, con sus continuos viajes, parezca atrayente, en realidad no es equilibrada y, por consiguiente, no trae verdadera felicidad.

      El equilibrio también es fundamental en lo que tiene que ver con los gastos. Planee todo bien antes de partir, y trate de mantenerse dentro de su presupuesto. No se deje engañar por las ofertas especiales de las agencias de viajes que dicen: “Disfrute ahora y pague después”.

      Tampoco se obsesione de tal manera con los posibles peligros que sofoque la espontaneidad y despreocupación que tanto atractivo aportan a las vacaciones. Además, el debido equilibrio permitirá reconocer el factor que más puede influir en que luego nos pese haber salido de vacaciones. No tiene nada que ver con accidentes, enfermedades ni delitos, sino, más bien, con las relaciones humanas.

      Mantenga buenas relaciones

      Unas vacaciones con la familia o con amigos pueden fortalecer los lazos afectivos. No obstante, también pueden abrir grietas en una relación que quizás sean difíciles de cerrar después. El periodista Lance Morrow dijo: “El verdadero peligro de las vacaciones radica en su capacidad de condensar todos los conflictos familiares y exponerlos a la vista de todos. [...] Durante la vida cotidiana, la gente tiene trabajos, papeles que desempeñar, amigos y actividades que ayudan a disipar y absorber sus emociones. Pero en el escenario de una casa veraniega es posible que problemas familiares que llevan veinte años latentes salgan de nuevo a relucir con gran virulencia”.

      De modo que antes de irse de vacaciones, resuélvase a hacer de ellas una experiencia agradable. No olvide que los gustos difieren. Los niños quizás busquen la aventura, mientras que los padres probablemente deseen descanso. Esté dispuesto a renunciar a sus preferencias personales en cuanto a qué hacer y adónde ir. Si es aconsejable y práctico, convenga en permitir que cada persona disfrute periódicamente de lo que más le guste. Si usted aprende a manifestar las cualidades del espíritu de Dios durante todos los días del año, no debería serle demasiado difícil continuar haciéndolo durante las vacaciones. (Gálatas 5:22, 23.)

      Aunque mantener una buena relación con la familia y los amigos es importante, aún lo es más mantenerla con Dios. Cuando estamos de vacaciones solemos encontrar a personas que no comparten nuestro punto de vista cristiano sobre Dios y sus requisitos. Relacionarse con tales personas —quizás incluso frecuentando lugares de dudosa reputación— pudiera depararle consecuencias lamentables. Recuerde la advertencia bíblica: “No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”. (1 Corintios 15:33.)

      Si alguna vez, estando de vacaciones, nota que siente cierto deseo de evadir las normas y prácticas cristianas, reconozca prudentemente tal debilidad, y pida la ayuda divina para combatir dicho deseo.

      Lo que se fomenta

      Las personas que no rigen su vida según los principios cristianos quizás opinen que en las vacaciones todo es permisible. En algunos países europeos, el turismo sexual constituye un gran negocio, y algunas agencias de viajes hasta lo fomentan. El periódico The European dice que ‘las cosas repugnantes que hacen los hombres europeos en algunas ciudades turísticas de Asia, hace ya mucho tiempo que son del dominio público’. Con relación a cierto país asiático, la revista alemana Der Spiegel calculó que hasta el 70% de todos los hombres que visitan el país son “turistas del sexo”.

      Últimamente las mujeres están siguiendo este ejemplo de los hombres. Una compañía alemana de vuelos chárter que se especializa en viajes al Caribe, calcula que el 30% de las pasajeras van allí con el propósito específico de tener relaciones sexuales ilícitas. The European citó las siguientes palabras de un periodista alemán: “Lo ven como una diversión fácil, un juego exótico”.

      Sin embargo, los cristianos verdaderos no ven las relaciones sexuales ilícitas como una forma de diversión aceptable. Tal proceder contraviene a los principios cristianos y es muy peligroso. Aunque por regla general todo el mundo reconoce los peligros, muchas personas se limitan a tratar de eludir las consecuencias en lugar de rechazar la práctica en sí. Un ejemplo típico lo tenemos en un anuncio que aparece en la prensa alemana en el que se ve una sombrilla, dos sillas de playa vacías y el siguiente epígrafe: “Tenga un buen viaje, y regrese sin sida”.

      Una consecuencia repulsiva del turismo sexual es el abuso deshonesto de menores. Es digno de notar que en 1993 el gobierno alemán promulgó una ley que cataloga como delito punible el que los alemanes tengan relaciones sexuales con menores —aun durante unas vacaciones en el extranjero—. Pero hasta el presente, esa ley ha tenido muy pocos resultados positivos. La prostitución infantil ha sido —y es— una espantosa lacra de la sociedad humana.

      Tenga unas vacaciones gratificantes

      Para los cristianos verdaderos, la lectura, el estudio de la Biblia y la participación en el ministerio cristiano constituyen actividades agradables, gratificantes. Pero a muchos les cuesta encontrar tiempo para efectuar estas cosas al grado que quisieran. ¿Qué mejor ocasión para ponerse al día que las vacaciones, lejos de la dictadura del reloj?

      Claro, durante unas buenas vacaciones repletas de actividades interesantes quizás no le sea posible dedicarse a los menesteres cristianos como normalmente lo hace, pero ¿por qué no procura apartar por lo menos un poco de tiempo para alguna actividad espiritual constructiva? Todavía le quedarán muchas oportunidades para el esparcimiento. De hecho, hay quienes aprovechan el tiempo adicional de que disfrutan durante las vacaciones para aumentar su ministerio. Como dijo Jesús, “felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual”. (Mateo 5:3.)

      Puede que usted también se vaya pronto de vacaciones; si así es, disfrútelas. No se inquiete demasiado por los posibles peligros, pero tome las debidas precauciones. Procure tener presentes las sugerencias que se dan en el recuadro de esta página. Regrese a casa repuesto, descansado y con ganas de reemprender las actividades de la vida que son más importantes. Las vacaciones se acaban muy pronto, pero los gratos recuerdos de ellas pueden seguir siempre vivos. ¡Qué satisfaciente es ir de vacaciones sin que luego nos pese!

      [Recuadro de la página 10]

      ALGUNAS SUGERENCIAS PARA LAS VACACIONES

      Protéjase del crimen

      1. Pida a alguien que se encargue de sus cosas durante su ausencia.

      2. Aléjese de las zonas que se consideran peligrosas.

      3. Tenga cuidado con los carteristas, escóndase bien el dinero que lleve y deje el efectivo que no vaya a utilizar en algún lugar seguro de su alojamiento.

      4. Sea cauteloso con los extraños que le ofrezcan ayuda sin habérsela pedido.

      Evite accidentes

      1. Si viaja en automóvil, vaya con cuidado y pare con frecuencia para descansar.

      2. Cuando se aloje en un hotel o viaje en avión, repase bien las medidas de emergencia.

      3. Al llegar a su destino, permita que el cuerpo se ajuste antes de emprender actividades físicas vigorosas.

      4. Lleve ropa y calzado adecuados, así como todo lo que necesite para las actividades que vaya a desempeñar.

      Manténgase sano

      1. Pregunte a su médico si necesita vacunarse o tomar algún medicamento.

      2. Lleve consigo un botiquín con la medicación necesaria.

      3. Descanse lo suficiente y tenga cuidado con lo que come y lo que bebe.

      4. Lleve siempre encima la documentación necesaria sobre sus problemas médicos y cómo desea que se atiendan.

      Mantenga relaciones felices

      1. Muestre amor y consideración por los que le rodean.

      2. Mantenga sus normas elevadas al escoger sus compañías.

      3. No permita que otros turistas le induzcan a hacer algo que usted considera cuestionable.

      4. Aparte tiempo para satisfacer sus necesidades espirituales.

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