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    ¡Despertad! 1996 | 22 de junio
    • Precauciones que debe tomar

      “EL PROPÓSITO más obvio de las vacaciones es buscar un contraste, un paréntesis, un cambio de rutina”, escribió el periodista Lance Morrow. Pero también observó que algunos regresan tan agobiados que juran “no volver a tomarlas jamás”.

      Ahora bien, en lugar de renunciar a las vacaciones, lo más sensato sería analizar de antemano los posibles escollos y tomar medidas para evitarlos.

      Proteja sus bienes

      Cuando regresan de vacaciones, muchas personas descubren que durante su ausencia entraron en su casa y robaron. Por eso, antes de irse, pida a algunos amigos o vecinos que vigilen la casa. Hasta podrían pasar algún tiempo en ella para que no sea tan obvio que usted no está. Pídales que recojan la correspondencia y los periódicos, pues no hay nada que delate tanto su ausencia como un buzón abarrotado o un montón de periódicos en la puerta.

      También le hará falta proteger sus objetos de valor en el lugar donde pase las vacaciones. La opinión que se tiene de los extranjeros en algunos países es que todos son ricos, de ahí que los turistas corran el peligro de que les roben. Por eso es una buena costumbre dejar en la caja fuerte del hotel o en otro lugar seguro el dinero en efectivo y los documentos que no vaya a utilizar. Sea cauteloso con los extraños, pero sin ser descortés.

      La ciudad de Miami (Florida, E.U.A.) recibe anualmente millones de turistas extranjeros y nacionales. En esas zonas turísticas es donde más abunda la delincuencia. La revista Time publicó que durante 1992, “tan solo en Florida, 36.766 turistas extranjeros y nacionales fueron víctimas de asesinato, violación, robo u otros delitos”.

      Cuando esté de vacaciones, cuídese en especial de los carteristas. Los hombres deberían llevar la billetera en un lugar protegido que no llame la atención, como en un bolsillo interior de la chaqueta o uno de los bolsillos delanteros del pantalón. Quienes viajan con frecuencia suelen esconder el dinero en su persona de maneras ingeniosas. Por ejemplo, hay los que llevan el efectivo, los pasaportes y los visados en una bolsita plana colgada del cuello y escondida debajo de la ropa. Las mujeres también deben ir con cuidado y llevar el bolso bien agarrado para evitar que algún ciclista o motociclista se lo arrebate de un tirón.

      Los ladrones siempre encuentran maneras nuevas de robar a los turistas. En Europa, a los pasajeros de trenes expresos de largo recorrido les han robado durante la noche, mientras dormían. A veces los ladrones provocan emanaciones somníferas en los compartimientos para asegurarse de que los ocupantes no se despierten mientras los desvalijan. En cierta ocasión, según el periódico The European, “se cree que los ladrones abandonaron tranquilamente el tren con más de 845.000 dólares en artículos robados y dinero en efectivo”.

      Evite accidentes

      “La única solución que veo para el problema de los accidentes habituales —dijo el humorista Robert Benchley— es quedarse en la cama todo el día.” Pero luego añadió: “Aún así, siempre existe la posibilidad de caerse”. La idea es que en todas partes ocurren accidentes. Por eso, el temor de sufrirlos durante las vacaciones no debería hacer que se quedara en casa. No obstante, hay motivos especiales para tomar precauciones cuando se está de vacaciones.

      La situación del tránsito puede ser peligrosa durante los períodos de vacaciones. Los alemanes ya se han acostumbrado a encontrarse en caravanas de 80 kilómetros durante esas épocas. La revista Time del 14 de agosto de 1989 decía: “La semana pasada, millones de familias de toda Europa emprendieron sus tradicionales vacaciones de agosto con una experiencia desagradable y agotadora. [...] La circulación de casi toda carretera importante que salía de París estaba totalmente colapsada. [...] Entre el 28 de julio y el 1 de agosto murieron en accidentes de tráfico 102 personas”. Por consiguiente, sea sensato y haga breves paradas para relajarse del constante frenar y arrancar.

      The European publicó un aviso de precaución en el que se aconsejaba a los automovilistas que “retrasaran sus viajes hasta el domingo, o circularan de noche”. Pero tuvo que admitir que la mayoría de los veraneantes “aún insisten en partir al mismo tiempo”. ¿Qué se consiguió? La total paralización del tráfico en Europa. Aunque es aconsejable viajar cuando las carreteras están menos congestionadas, no debe pasarse por alto el hecho de que circular de noche encierra sus peligros. Al haber menos visibilidad, aumentan las posibilidades de accidente. Las primeras horas de la mañana son más propicias para viajar.

      No olvide otras posibles causas de accidente cuando llegue a su destino. Si sus músculos han estado de vacaciones durante la mayor parte del año, no responderán cuando los ponga a trabajar sin estar debidamente tonificados. De modo que procure limitar las actividades deportivas durante los primeros días, cuando su cuerpo es más vulnerable a las lesiones.

      Manténgase sano

      Según el libro 2,000 Everyday Health Tips for Better Health and Happiness (2.000 consejos sencillos para mejorar la salud y ser más felices), “los problemas de salud más comunes con los que se topa la gente al viajar al extranjero se centran en la comida, el agua y algunas enfermedades infecciosas”. A veces las agencias de viajes asesoran a los clientes sobre cómo evitar tales problemas, y merece la pena aplicar sus sugerencias.

      En muchas zonas es fundamental no beber el agua del grifo. Y no olvide que los cubitos de hielo suelen hacerse con esa misma agua. Es aconsejable no comer hortalizas de hojas, mayonesa, platos que contengan crema, carne más o menos cruda, mariscos ni frutas frescas (a menos que pueda pelarlas usted mismo). En los trópicos, si quiere beber leche fresca, hiérvala antes.

      Una de las principales fuentes de peligro para los turistas que van ligeros de ropa es el sol, y este peligro ha aumentado tangiblemente en los últimos años debido a la disminución del ozono en la atmósfera. En Estados Unidos, entre 1980 y 1993 se duplicó la cantidad de casos nuevos de melanoma maligno (el cáncer cutáneo que más muertes produce). En Australia se han visto camisetas con el lema “SLIP! SLOP! SLAP!” (términos coloquiales que comunican la idea de aplicarse protector solar, y cubrirse con una camisa y un sombrero). Pero no se confíe demasiado. Los protectores solares no brindan una protección total.

      Los viajes aéreos que atraviesan varias zonas horarias pueden causar lo que se conoce como síndrome del desfase horario. Aunque no es una enfermedad en sí, el desajuste horario a veces produce malestar físico, particularmente si la persona no está muy bien de salud. Un estudio llevado a cabo en varios viajeros que volaron de Londres a San Francisco y de regreso a Londres (la diferencia horaria entre ambas ciudades es de ocho horas) reveló que “la adaptación fisiológica requiere no menos de 7 a 10 días”. El libro La máquina del cuerpo también dice que después de cruzar en poco tiempo distintas zonas horarias, algunos viajeros “tenían tendencia a mostrarse desarticulados, dubitativos y a cometer el doble de errores. También mostraban fallos de concentración y de memoria”.a

      Además, los viajes aéreos permiten la propagación de enfermedades de un continente a otro en cuestión de horas. El periódico alemán Nassauische Neue Presse dijo: “Los médicos están particularmente preocupados por las enfermedades ‘exóticas’ —como el paludismo o la hepatitis— que los turistas traen de África, Asia, o Sudamérica. Cada año unos dos mil alemanes regresan a casa con paludismo”. Después de las muertes acaecidas en 1994 en la India a consecuencia de la peste bubónica, se tomaron estrictas medidas preventivas para impedir que este mal se propagara a otros países.

      Las personas con problemas crónicos de salud, así como las embarazadas, deben tomar precauciones adicionales al viajar. Aunque en la mayoría de los casos no hay ninguna razón de peso para que se abstengan de viajar, sería aconsejable que consultaran antes al médico. También es una medida prudente que todo el que viaje lleve anotado el nombre, la dirección y el número de teléfono de algún amigo o pariente a quien pueda avisarse en caso de emergencia.

      La persona que necesite inyectarse insulina con regularidad para mantener estables los niveles de azúcar en la sangre, debe hacer los preparativos pertinentes teniendo presente que cruzar varias zonas horarias desbaratará su meticuloso horario de comidas y dosis de insulina. O, en el caso de los viajeros que tengan implantado un marcapasos, se aconseja que lleven siempre consigo el número de teléfono de su cardiólogo.

      Prescindiendo de cuál sea el problema de salud, todo viajero que dependa de cierta medicación debe llevarla en su equipaje de mano por si las maletas que factura se perdieran o se enviaran a otro destino. Estar unos días sin poder cambiarse de ropa sería incómodo, pero estar solo unas horas sin la medicación necesaria, podría poner en peligro la vida.

      No hay que subestimar los peligros intrínsecos de los viajes de vacaciones. Pero raras veces hay motivos razonables para atemorizarse y quedarse en casa. Solo debe tener cuidado. Recuerde que los buenos preparativos ayudan a combatir los posibles peligros. Siga este buen consejo: “El prudente ve el peligro y lo evita; el imprudente sigue adelante y sufre el daño”. (Proverbios 22:3, Versión Popular.)

  • Cómo irse de vacaciones sin que luego le pese
    ¡Despertad! 1996 | 22 de junio
    • Sea equilibrado

      Con las vacaciones ocurre lo mismo que con las especias: en dosis moderadas dan mejores resultados. Aunque la vida de las personas de alta sociedad, con sus continuos viajes, parezca atrayente, en realidad no es equilibrada y, por consiguiente, no trae verdadera felicidad.

      El equilibrio también es fundamental en lo que tiene que ver con los gastos. Planee todo bien antes de partir, y trate de mantenerse dentro de su presupuesto. No se deje engañar por las ofertas especiales de las agencias de viajes que dicen: “Disfrute ahora y pague después”.

      Tampoco se obsesione de tal manera con los posibles peligros que sofoque la espontaneidad y despreocupación que tanto atractivo aportan a las vacaciones. Además, el debido equilibrio permitirá reconocer el factor que más puede influir en que luego nos pese haber salido de vacaciones. No tiene nada que ver con accidentes, enfermedades ni delitos, sino, más bien, con las relaciones humanas.

      Mantenga buenas relaciones

      Unas vacaciones con la familia o con amigos pueden fortalecer los lazos afectivos. No obstante, también pueden abrir grietas en una relación que quizás sean difíciles de cerrar después. El periodista Lance Morrow dijo: “El verdadero peligro de las vacaciones radica en su capacidad de condensar todos los conflictos familiares y exponerlos a la vista de todos. [...] Durante la vida cotidiana, la gente tiene trabajos, papeles que desempeñar, amigos y actividades que ayudan a disipar y absorber sus emociones. Pero en el escenario de una casa veraniega es posible que problemas familiares que llevan veinte años latentes salgan de nuevo a relucir con gran virulencia”.

      De modo que antes de irse de vacaciones, resuélvase a hacer de ellas una experiencia agradable. No olvide que los gustos difieren. Los niños quizás busquen la aventura, mientras que los padres probablemente deseen descanso. Esté dispuesto a renunciar a sus preferencias personales en cuanto a qué hacer y adónde ir. Si es aconsejable y práctico, convenga en permitir que cada persona disfrute periódicamente de lo que más le guste. Si usted aprende a manifestar las cualidades del espíritu de Dios durante todos los días del año, no debería serle demasiado difícil continuar haciéndolo durante las vacaciones. (Gálatas 5:22, 23.)

      Aunque mantener una buena relación con la familia y los amigos es importante, aún lo es más mantenerla con Dios. Cuando estamos de vacaciones solemos encontrar a personas que no comparten nuestro punto de vista cristiano sobre Dios y sus requisitos. Relacionarse con tales personas —quizás incluso frecuentando lugares de dudosa reputación— pudiera depararle consecuencias lamentables. Recuerde la advertencia bíblica: “No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”. (1 Corintios 15:33.)

      Si alguna vez, estando de vacaciones, nota que siente cierto deseo de evadir las normas y prácticas cristianas, reconozca prudentemente tal debilidad, y pida la ayuda divina para combatir dicho deseo.

      Lo que se fomenta

      Las personas que no rigen su vida según los principios cristianos quizás opinen que en las vacaciones todo es permisible. En algunos países europeos, el turismo sexual constituye un gran negocio, y algunas agencias de viajes hasta lo fomentan. El periódico The European dice que ‘las cosas repugnantes que hacen los hombres europeos en algunas ciudades turísticas de Asia, hace ya mucho tiempo que son del dominio público’. Con relación a cierto país asiático, la revista alemana Der Spiegel calculó que hasta el 70% de todos los hombres que visitan el país son “turistas del sexo”.

      Últimamente las mujeres están siguiendo este ejemplo de los hombres. Una compañía alemana de vuelos chárter que se especializa en viajes al Caribe, calcula que el 30% de las pasajeras van allí con el propósito específico de tener relaciones sexuales ilícitas. The European citó las siguientes palabras de un periodista alemán: “Lo ven como una diversión fácil, un juego exótico”.

      Sin embargo, los cristianos verdaderos no ven las relaciones sexuales ilícitas como una forma de diversión aceptable. Tal proceder contraviene a los principios cristianos y es muy peligroso. Aunque por regla general todo el mundo reconoce los peligros, muchas personas se limitan a tratar de eludir las consecuencias en lugar de rechazar la práctica en sí. Un ejemplo típico lo tenemos en un anuncio que aparece en la prensa alemana en el que se ve una sombrilla, dos sillas de playa vacías y el siguiente epígrafe: “Tenga un buen viaje, y regrese sin sida”.

      Una consecuencia repulsiva del turismo sexual es el abuso deshonesto de menores. Es digno de notar que en 1993 el gobierno alemán promulgó una ley que cataloga como delito punible el que los alemanes tengan relaciones sexuales con menores —aun durante unas vacaciones en el extranjero—. Pero hasta el presente, esa ley ha tenido muy pocos resultados positivos. La prostitución infantil ha sido —y es— una espantosa lacra de la sociedad humana.

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