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VenezuelaAnuario de los testigos de Jehová 1996
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Hecho esto, se trasladaron al interior del país y viajaron largas distancias en autobús por caminos polvorientos sin pavimentar. Predicaron en lugares como Quiriquire, El Tigre, Ciudad Bolívar, en el este, y Maracaibo, en el oeste.
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VenezuelaAnuario de los testigos de Jehová 1996
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Entre los presentes se encontraba Pedro Morales, a quien entusiasmaban las buenas nuevas. Más tarde relató: “A finales de los años treinta, Kate Goas y su hija me dejaron el libro Riquezas mientras estaba en el mercado principal de Maracaibo. Leerlo, años después, me ayudó a entender la Biblia. La porción que habla de la marca en la frente de los merecedores me tocó el corazón. (Eze. 9:4.) Empecé a buscar a gente que tuviera estas publicaciones, y encontré a cuatro personas que habían estado recibiendo libros de un nativo de Trinidad. Así que comenzamos a reunirnos todas las noches, cada una en la casa de un miembro del grupo, con el fin de estudiar el libro Riquezas”.
Cuando a Pedro lo invitaron a ir a la reunión que habría en Caracas (a unos 700 kilómetros de su casa) durante la visita del hermano Knorr, tanto él como un amigo suyo decidieron hacer el viaje. Pero no faltaron los problemas. Pedro continúa su relato: “Mi esposa estaba embarazada y comenzó a tener dolores de parto; además, mi negocio de caramelos necesitaba alguien que lo atendiera. ¿Qué podía hacer? Conseguí a una partera que estuviera con mi esposa y dejé el negocio en manos de mis tres hijos, de 14, 12 y 10 años, respectivamente. Después tomamos el autobús a Caracas; fue un viaje difícil: dos días por carreteras sin pavimentar”. ¡Qué alegría se llevó al conocer a los Testigos de Caracas! Mientras estaba allí, recibió un telegrama de Maracaibo: “Esposa bien. Niño mejor. Estoy en el negocio. Justo Morales”. Su hermano carnal había llegado inesperadamente de Colombia y se estaba encargando de todo.
El primer día de aquellas reuniones especiales en Caracas, el hermano Franz habló sobre “Los testigos de Jehová en el crisol”. Después, el hermano Knorr siguió hablando de ese tema, mientras Fred Franz le servía de intérprete. ¡Qué iluminadores fueron esos discursos! Se centraron en lo que dice la Biblia que deben esperar los cristianos a manos del mundo, y dieron información sobre la intensa persecución que sufrieron los testigos de Jehová en Europa durante la II Guerra Mundial.
Al día siguiente se llevó a cabo un bautismo en Los Chorros, en la cuenca que había al pie de una cascada. Se bautizaron diez personas en aquella ocasión, entre ellas Winston Blackwood (que había recibido la visita de la hermana Goas en Quiriquire) y su hijo Eduardo; Horacio Mier y Terán y su hermano menor, Efraín; Pedro Morales; Gerardo Jessurun (de Surinam); Israel Francis, y José Mateus.
Pedro Morales y otros dos hermanos del oeste del país se alegraron enormemente cuando el hermano Knorr dijo que la Sociedad enviaría misioneros a Maracaibo tan pronto como el gobierno lo permitiera.
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