BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • El cristianismo en acción en medio del caos
    La Atalaya 1998 | 15 de enero
    • Se evalúa la necesidad

      Una vez más, los testigos de Jehová de Europa respondieron con prontitud a la necesidad. Para abril de 1997 un grupo de socorro compuesto de Testigos, entre ellos dos médicos, había llegado en avión con medicinas y dinero. En Goma, los Testigos del lugar ya habían formado varios comités de socorro con el fin de evaluar la situación y así dar ayuda inmediata. Los que componían el grupo de socorro exploraron la ciudad y las zonas aledañas, y enviaron mensajeros para obtener informes de lugares más distantes. Recibieron datos de Kisangani, a más de 1.000 kilómetros al oeste de Goma. Los hermanos de la localidad ayudaron a coordinar la obra de socorro en Goma, donde viven unos setecientos Testigos.

      Uno de los ancianos cristianos de Goma dijo: “Nos conmovió profundamente ver a nuestros hermanos que habían venido de tan lejos para ayudarnos. Antes de su llegada, nos ayudamos nosotros mismos unos a otros. Muchos hermanos se habían visto obligados a huir de las zonas rurales a Goma. Algunos habían perdido sus casas y habían tenido que abandonar sus campos. Los acogimos en nuestros hogares y compartimos con ellos la ropa y el poco alimento del que disponíamos. La asistencia que podíamos darles aquí era muy limitada. Algunos de nosotros sufríamos de desnutrición.

      ”Sin embargo, los hermanos de Europa trajeron dinero, con el que pudimos comprar alimento, el cual era escaso y muy caro. La comida nos llegó en un momento crítico, pues muchos no tenían nada que comer en sus hogares. Repartimos el alimento tanto entre los Testigos como entre otras personas. Si no nos hubieran llegado las provisiones de socorro cuando lo hicieron, muchas personas más habrían muerto, especialmente niños. Jehová salvó a su pueblo. Personas que no eran Testigos quedaron muy impresionadas, y muchas hicieron comentarios respecto a nuestra unidad y amor. Algunas reconocieron que nuestra religión es la verdadera.”

      Aunque compramos alimento en la localidad y se repartieron medicinas, la tarea no había terminado. Se necesitaba ropa, mantas, mayores suministros de alimento y medicinas, y ayuda para reconstruir los hogares destruidos.

  • El cristianismo en acción en medio del caos
    La Atalaya 1998 | 15 de enero
    • Se reparten las provisiones en el Congo

      Cuando se empezaron a recibir las provisiones en el Congo, dos hermanos y una hermana llegaron de Francia para trabajar con los comités de socorro del lugar. Respecto a la gratitud de los hermanos del Congo, Joseline dijo: “Recibimos muchas cartas de agradecimiento. Una hermana pobre me regaló un adorno de malaquita. Algunos hermanos nos regalaron fotografías de sí mismos. A la hora de partir, las hermanas me besaron, me abrazaron y lloraron. Yo también lloré. Muchos hermanos hicieron comentarios como el siguiente: ‘Jehová es bueno. Se acuerda de nosotros’. Así reconocieron que el mérito por las dádivas que habían recibido pertenecía a Dios. Mientras repartíamos los alimentos, los hermanos alababan a Jehová con cánticos del Reino. Fue muy conmovedor”.

      Un médico llamado Loic formaba parte del grupo de socorro. Los hermanos abarrotaron el Salón del Reino y esperaron pacientemente que les llegara el turno de recibir atención médica. Una hermana del Congo, deseosa de ayudar, preparó y donó unas cuarenta rosquillas para repartirlas entre los presentes. Puesto que había aproximadamente ochenta personas en el salón, a cada una le tocó media rosquilla.

      Se ayuda a personas que no son Testigos

      Tal ayuda humanitaria no se entregó únicamente a los testigos de Jehová. Como había sucedido en 1994, otras personas también se beneficiaron de ella, lo cual armoniza con las siguientes palabras recogidas en Gálatas 6:10: “Realmente, pues, mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe”.

      En las inmediaciones de Goma, los Testigos entregaron medicinas y ropa a varias escuelas primarias y a un orfanato que albergaba a 85 niños. En un viaje anterior que había hecho para evaluar la situación, el grupo de socorro había visitado el orfanato y había prometido llevar 50 cajas de galletas de alto contenido proteínico, cajas de ropa y 100 mantas, además de medicinas y juguetes. En esa ocasión los niños se pusieron en fila en el patio y cantaron para los visitantes. Luego hicieron la siguiente solicitud especial: ¿sería posible que les consiguieran un balón de fútbol?

      Al cabo de unas cuantas semanas, el grupo de socorro cumplió con lo prometido y llevó las provisiones. Al director del orfanato le impresionó la generosidad de los Testigos y lo que leyó en las publicaciones bíblicas que le habían dejado, y dijo que estaba encaminado a hacerse testigo de Jehová. ¿Recibieron los niños el balón de fútbol? “No —respondió Claude, el coordinador del grupo de socorro de Francia—. Les dimos dos balones.”

      Los campos de refugiados

      La ayuda no se limitó al Congo. Miles de refugiados habían huido de la zona de guerra a un país cercano, en el que se habían instalado a toda prisa tres campos de refugiados. Los Testigos viajaron también a ese lugar para determinar lo que podía hacerse. Al momento de la preparación de este informe, los campos albergaban a 211.000 refugiados, provenientes en su mayoría del Congo. Unos ochocientos eran Testigos, hijos de Testigos o personas interesadas en las buenas nuevas del Reino. Un problema acuciante en los campos era la escasez de alimento. En uno, solo había suficiente alimento para tres días, que en parte eran frijoles almacenados durante tres años.

      No obstante, los Testigos tenían buen ánimo. Pese a que disponían de pocas publicaciones bíblicas, conducían con regularidad reuniones al aire libre para edificarse unos a otros espiritualmente. También predicaban con diligencia las buenas nuevas del Reino de Dios a otras personas en los campos (Mateo 24:14; Hebreos 10:24, 25).

      Uno de los Testigos del grupo de investigación era médico. Aunque las autoridades solo les permitieron quedarse unos cuantos días en cada campo, atendieron consultas médicas. Además, dejaron medicinas y dinero a los ancianos cristianos, lo que permitió que los hermanos sobrevivieran. A la vez, abrigaban la esperanza de que los Testigos alojados en los campos pudieran regresar pronto a su país.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir