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Perder a un cónyuge: Cómo ayudar a quien ha enviudadoLa Atalaya 2010 | 1 de mayo
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Perder a un cónyuge: Cómo ayudar a quien ha enviudado
En la cocina de su pequeño apartamento, bajo la tenue luz de una bombilla, Jeanne prepara la mesa para cenar. No tiene hambre, pero sabe que tiene que comer algo. De pronto, sus ojos se fijan en los platos que acaba de colocar. Entonces rompe a llorar. Ya han pasado dos años desde que falleció su querido esposo y, sin darse cuenta, ha vuelto a poner la mesa para dos.
SOLO quien ha pasado por ese amargo trance puede comprender lo mucho que duele. Se trata de una experiencia tan dura que la mente humana necesita un tiempo considerable para asimilarla. Así lo ilustra el caso de Beryl, una mujer de 72 años cuyo esposo murió repentinamente. “Me parecía mentira —explica ella—. Era como si en cualquier momento él fuera a aparecer por la puerta.”
El impacto que produce la muerte de la pareja es comparable, en cierto modo, a una amputación. En ocasiones, el paciente asegura sentir la extremidad amputada, aunque en realidad ya no se encuentra ahí. Igualmente, los viudos pueden creer que ven a la otra persona entre una multitud, o de cuando en cuando se sorprenden a sí mismos diciéndole algo al cónyuge que ha fallecido.
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Perder a un cónyuge: Cómo ayudar a quien ha enviudadoLa Atalaya 2010 | 1 de mayo
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Beryl dice: “Aunque mis amigos siempre estuvieron a mi lado, noté que algunos procuraban no hablar de mi esposo. Se comportaban como si John nunca hubiera existido. La verdad es que eso me dolía un poco”.
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