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  • El digno papel de la mujer entre los primeros siervos de Dios
    La Atalaya 1995 | 15 de julio
    • El digno papel de la mujer entre los primeros siervos de Dios

      “Jehová Dios pasó a decir: ‘No es bueno que el hombre continúe solo. Voy a hacerle una ayudante, como complemento de él’.” (GÉNESIS 2:18.)

      1. ¿Cómo expone un diccionario bíblico las condiciones de vida de las mujeres de la antigüedad?

      “EN NINGÚN lugar del antiguo Mediterráneo y el Oriente Próximo se concedía a la mujer la libertad de la que disfruta en la moderna sociedad de Occidente. La tónica general era la de subordinación al hombre, tal como los esclavos estaban subordinados a las personas libres, y los jóvenes, a los mayores. [...] Se tenía en mayor estima a los hijos que a las hijas, y a veces se dejaba a las niñas expuestas a las inclemencias del tiempo para que murieran.” Así explica un diccionario bíblico las condiciones de vida de las mujeres de la antigüedad.

      2, 3. a) Según un informe, ¿en qué situación se hallan actualmente muchas mujeres? b) ¿Qué preguntas se plantean?

      2 La situación de la mujer en muchas partes del mundo actual no ha mejorado sensiblemente. En 1994, el informe anual sobre los derechos humanos del Departamento de Estado norteamericano centró la atención por primera vez en el trato que recibe la mujer. “Datos de 193 países muestran que la discriminación diaria es una realidad”, decía el titular de un artículo del periódico New York Times que comentaba este informe.

      3 Dado que en las congregaciones de los testigos de Jehová por toda la Tierra hay muchas mujeres con diferentes antecedentes culturales, surgen las siguientes preguntas: ¿Era el propósito original de Dios que se tratara a las mujeres de la manera antes mencionada? ¿Cómo se trataba a las mujeres adoradoras de Jehová en tiempos bíblicos? ¿Y cómo se las debe tratar en la actualidad?

      “Una ayudante” y un “complemento”

      4. ¿Qué observación hizo Jehová después que el primer hombre vivió sin compañera en el jardín de Edén durante algún tiempo, y qué hizo Dios?

      4 Después de haber vivido Adán sin compañía en el jardín de Edén durante algún tiempo, Jehová observó: “No es bueno que el hombre continúe solo. Voy a hacerle una ayudante, como complemento de él”. (Génesis 2:18.) Aunque Adán era un hombre perfecto, faltaba algo para que se cumpliera el propósito del Creador. A fin de satisfacer esa necesidad, Jehová creó a la mujer y unió al primer matrimonio. (Génesis 2:21-24.)

      5. a) ¿Cómo suelen utilizar los escritores de la Biblia el sustantivo hebreo que se traduce “ayudante”? b) ¿Qué indica el que Jehová se refiriera a la primera mujer como un “complemento”?

      5 ¿Acaso indican las palabras “ayudante” y “complemento” que el papel que Dios asignó a la mujer era degradante? Todo lo contrario. Los escritores de la Biblia muchas veces aplican a Dios el sustantivo hebreo ʽé·zer, que se traduce “ayudante”. Por ejemplo, Jehová es “nuestro ayudador y nuestro escudo”. (Salmo 33:20; Éxodo 18:4; Deuteronomio 33:7.) En Oseas 13:9, Jehová incluso se refiere a sí mismo como el “ayudante” de Israel. En cuanto a la palabra hebrea né·ghedh, que se traduce “complemento”, un especialista en textos bíblicos explica: “La ayuda referida no se limita a secundar al hombre en su trabajo diario o en la procreación de hijos [...], sino que es el apoyo mutuo que proporciona el compañerismo”.

      6. ¿Qué se dijo después de la creación de la mujer, y por qué?

      6 De modo que Jehová no degrada en absoluto a la mujer al llamarla “una ayudante” y un “complemento”. La mujer tenía su propia constitución mental, emocional y física. Era un complemento correspondiente y satisfactorio para el hombre. Cada uno era diferente; sin embargo, ambos eran necesarios para ‘llenar la Tierra’ en armonía con el propósito del Creador. Debió ser después de la creación del hombre y la mujer cuando “vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire!, era muy bueno”. (Génesis 1:28, 31.)

      7, 8. a) ¿Cómo afectaría el papel de la mujer el pecado que se produjo en Edén? b) ¿Qué preguntas se plantean respecto al cumplimiento de Génesis 3:16 en las adoradoras de Jehová?

      7 La situación del hombre y la mujer cambió cuando se produjo el pecado. Jehová dictó su sentencia sobre ambos pecadores. “Aumentaré en gran manera el dolor de tu preñez”, dijo Jehová a Eva, refiriéndose al resultado que permitía como si fuera el causante del mismo. Añadió: “Con dolores de parto darás a luz hijos, y tu deseo vehemente será por tu esposo, y él te dominará”. (Génesis 3:16.) Desde aquel entonces, muchas esposas han sido dominadas por sus maridos, a menudo con severidad. En vez de ser valoradas como ayudantes y complementos, con frecuencia se las ha tratado más como sirvientas o esclavas.

      8 Ahora bien, ¿qué significó el cumplimiento de Génesis 3:16 para las mujeres que adoran a Jehová? ¿Se las relegó a una posición humillante de sumisión ciega? En absoluto. Pero ¿qué se puede decir de los relatos bíblicos que mencionan costumbres y prácticas que afectaban a las mujeres y que pudieran parecer inaceptables en ciertas sociedades de la actualidad?

      Comprendamos las costumbres bíblicas

      9. ¿Qué tres factores debemos tener presentes cuando examinamos las costumbres que afectaban a las mujeres de tiempos bíblicos?

      9 Los siervos de Dios de tiempos bíblicos trataban bien a las mujeres. Es útil que tengamos presentes varios factores cuando examinemos las costumbres que afectaban a las mujeres de aquellos días. Primero, cuando la Biblia habla de ciertas situaciones desagradables que se produjeron a causa del dominio egoísta de hombres malvados, no significa que Dios aprobara aquel trato que recibieron las mujeres. Segundo, aunque Jehová toleró ciertas costumbres de sus siervos por algún tiempo, las reguló para proteger a las mujeres. Tercero, debemos tener cuidado de no juzgar las costumbres de la antigüedad sobre la base de los criterios modernos. Las mujeres en aquellos tiempos no consideraban necesariamente degradantes ciertas costumbres que pudieran parecer desagradables a las personas hoy día. Veamos algunos ejemplos.

      10. ¿Cómo veía Jehová la poligamia, y qué indica que nunca abandonó su norma original de monogamia?

      10 La poligamia:a En conformidad con el propósito original de Jehová, la esposa no debe compartir a su marido con otra mujer. Dios creó una sola mujer para Adán. (Génesis 2:21, 22.) La poligamia empezó a practicarse en la línea de Caín después de la rebelión en Edén. Con el tiempo se convirtió en una costumbre, y algunos adoradores de Jehová la adoptaron. (Génesis 4:19; 16:1-3; 29:21-28.) Aunque Jehová permitió la poligamia, que sirvió para multiplicar la población de Israel, tuvo en consideración a las mujeres, pues reguló la práctica para proteger a las esposas y a sus hijos. (Éxodo 21:10, 11; Deuteronomio 21:15-17.) Además, Jehová nunca abandonó su norma original de monogamia. Noé y sus hijos, a quienes se repitió el mandato de ‘ser fructíferos y llenar la tierra’, eran monógamos. (Génesis 7:7; 9:1; 2 Pedro 2:5.) Dios se representó a sí mismo como un esposo monógamo cuando simbolizó su relación con Israel. (Isaías 54:1, 5.) Luego, Jesucristo restableció la norma original de Dios acerca de la monogamia, la cual rigió en la congregación cristiana primitiva. (Mateo 19:4-8; 1 Timoteo 3:2, 12.)

      11. ¿Por qué se pagaba un precio por la novia en tiempos bíblicos, y degradaba a las mujeres esta costumbre?

      11 El pago del precio de la novia: La obra Instituciones del Antiguo Testamento dice: “Esta obligación de entregar una suma de dinero, o su equivalente, a la familia de la novia, da evidentemente al matrimonio israelita la apariencia de una compra. Pero [el dinero que el novio entregaba al padre de la muchacha] se presenta, más que como el precio pagado por la mujer, como una compensación dada a la familia” (cursivas nuestras). De modo que el pago del precio de la novia era una compensación a su familia por la pérdida de sus servicios, así como por el trabajo y los gastos implicados en cuidarla. En vez de degradar a la mujer, reafirmaba su valor ante su familia. (Génesis 34:11, 12; Éxodo 22:16; véase La Atalaya del 15 de enero de 1989, páginas 21-24.)

      12. a) ¿Cómo se llamaba con frecuencia en las Escrituras a los hombres y las mujeres casados, y eran estos términos ofensivos para las mujeres? b) ¿Por qué son de interés los términos que Jehová empleó en Edén? (Véase la nota.)

      12 El papel de los esposos como “dueños”: Un incidente que ocurrió en la vida de Abrahán y Sara alrededor de 1918 a.E.C, indica que para ese tiempo se solía considerar al hombre casado como el “dueño”, en hebreo, bá·ʽal, y a la mujer casada como ‘la que era poseída’, en hebreo, beʽu·láh. (Génesis 20:3.) Estas expresiones vuelven a emplearse en varias ocasiones en las Escrituras, y no hay indicación de que las mujeres precristianas las consideraran ofensivas.b (Deuteronomio 22:22.) Ahora bien, a la mujer no se la debía tratar como una propiedad. La propiedad podía comprarse, venderse, incluso heredarse, pero no la esposa. “La herencia de parte de los padres es una casa y riqueza —dice un proverbio bíblico—, pero la esposa discreta es de parte de Jehová.” (Proverbios 19:14; Deuteronomio 21:14.)

      Un papel digno

      13. ¿Qué efecto tenía en la mujer el que los hombres temerosos de Dios siguieran el ejemplo de Jehová y obedecieran su Ley?

      13 Por lo tanto, ¿cuál era el papel de la mujer entre los siervos de Dios en tiempos precristianos? ¿Cómo se la veía y trataba? Dicho sencillamente, cuando los hombres temerosos de Dios seguían el ejemplo de Jehová y obedecían su Ley, la mujer conservaba su dignidad y disfrutaba de muchos derechos y privilegios.

      14, 15. ¿Cómo sabemos que se respetaba a las mujeres de Israel, y por qué podía Jehová esperar con toda la razón que sus adoradores varones las respetaran?

      14 Había que respetar a las mujeres. La Ley que Dios dio a Israel mandaba que se respetara tanto a los padres como a las madres. (Éxodo 20:12; 21:15, 17.) “Ustedes deben temer cada uno a su madre y a su padre”, dice Levítico 19:3. En cierta ocasión, cuando Bat-seba fue a ver a su hijo Salomón, “en seguida el rey se levantó a su encuentro y se inclinó ante ella” en muestra de respeto. (1 Reyes 2:19.) La Encyclopaedia Judaica observa: “Las comparaciones proféticas del amor de Dios a Israel con el amor del esposo a su esposa solo podían hacerse en una sociedad en que se respetara a las mujeres”.

      15 Jehová espera que sus adoradores varones respeten a las mujeres porque él las respeta. Esto se muestra en algunos textos bíblicos en los que Jehová utiliza experiencias de mujeres como ejemplos ilustrativos y asemeja sus propios sentimientos a los de las mujeres. (Isaías 42:14; 49:15; 66:13.) Esta información ayuda a los lectores a comprender lo que siente Jehová. Es interesante que el término hebreo traducido “misericordia” o “piedad”, que Jehová se aplica a sí mismo, está estrechamente relacionado con la palabra para “matriz”, y puede referirse a “sentimiento materno”. (Éxodo 33:19; Isaías 54:7.)

      16. ¿Qué ejemplos demuestran que se valoraba el consejo de las mujeres piadosas?

      16 Se valoraba el consejo de las mujeres piadosas. Cuando el siervo temeroso de Dios, Abrahán, vaciló en seguir el consejo que le dio en cierta ocasión su esposa piadosa, Sara, Jehová le dijo: “Escucha su voz”. (Génesis 21:10-12.) Las esposas hititas de Esaú “fueron una fuente de amargura de espíritu para Isaac y Rebeca”. Con el tiempo, Rebeca expresó la angustia que sufriría si su hijo, Jacob, se casaba con una hitita. ¿Cómo reaccionó Isaac? “Por consiguiente —dice el relato—, Isaac llamó a Jacob y lo bendijo y le mandó y le dijo: ‘No debes tomar esposa de las hijas de Canaán[’].” Aunque Rebeca no había dado un consejo directo, la decisión de su esposo reflejó que había tomado en cuenta sus sentimientos. (Génesis 26:34, 35; 27:46; 28:1.) Más tarde, el rey David evitó ser culpable de derramamiento de sangre porque escuchó la súplica de Abigaíl. (1 Samuel 25:32-35.)

      17. ¿Cómo sabemos que las mujeres tenían cierta autoridad en la familia?

      17 Las mujeres tenían cierta autoridad en la familia. Se exhortó a los hijos: “Escucha, hijo mío, la disciplina de tu padre, y no abandones la ley de tu madre”. (Proverbios 1:8.) La descripción de la “esposa capaz”, que aparece en el capítulo 31 de Proverbios, revela que la esposa industriosa no solo se encargaba de las tareas domésticas, sino también de hacer transacciones de propiedad inmobiliaria, atender un campo productivo, administrar un pequeño negocio, y era conocida por sus palabras de sabiduría. Lo más importante era el encomiable temor reverente que le tenía a Jehová. Con razón su valor era “mucho más que el de los corales”. El precioso coral rojo era muy valorado en joyería y para usos decorativos. (Proverbios 31:10-31.)

      Mujeres que recibieron el favor especial de Dios

      18. ¿De qué maneras se concedió favor especial a ciertas mujeres de tiempos bíblicos?

      18 El respeto que Jehová tiene a las mujeres se reflejó en el favor especial que concedió a algunas de ellas en tiempos bíblicos. A Agar, Sara y la esposa de Manóah las visitaron ángeles y les transmitieron instrucción divina. (Génesis 16:7-12; 18:9-15; Jueces 13:2-5.) Había “sirvientas” en el tabernáculo y cantoras en la corte de Salomón. (Éxodo 38:8; 1 Samuel 2:22; Eclesiastés 2:8.)

      19. ¿En qué modo utilizó Jehová en varias ocasiones a mujeres para que lo representaran?

      19 Jehová utilizó a mujeres para que lo representaran o hablaran por él en varias ocasiones durante la historia de Israel. Respecto a la profetisa Débora, leemos: “Los hijos de Israel subían a ella para juicio”. (Jueces 4:5.) Después que Israel derrotó al rey cananeo Jabín, Débora tuvo un privilegio muy especial. Según parece, ella compuso, al menos en parte, la canción de victoria que con el tiempo llegó a formar parte de las Escrituras inspiradas.c (Capítulo 5 de Jueces.) Siglos después, el rey Josías envió ante la profetisa Huldá una delegación, que incluía al sumo sacerdote, para inquirir de Jehová. Huldá pudo responder con autoridad: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel”. (2 Reyes 22:11-15.) En esa ocasión el rey mandó una delegación a una profetisa, pero se hizo con el propósito de recibir dirección de Jehová. (Compárese con Malaquías 2:7.)

      20. ¿Qué ejemplos indican que Jehová se interesa por los sentimientos y el bienestar de las mujeres?

      20 Las cosas que Jehová hizo a favor de algunas de sus adoradoras demuestran su interés por el bienestar de las mujeres. Intervino dos veces para impedir la violación de la hermosa esposa de Abrahán, Sara. (Génesis 12:14-20; 20:1-7.) Mostró favor a Lea, la esposa que Jacob amaba menos, ‘abriéndole la matriz’ para que diera a luz un hijo. (Génesis 29:31, 32.) Cuando dos parteras temerosas de Dios arriesgaron la vida para proteger del infanticidio en Egipto a los varoncitos hebreos, Jehová se lo agradeció ‘concediéndoles familias’. (Éxodo 1:17, 20, 21.) Jehová también contestó la oración ferviente de Ana. (1 Samuel 1:10, 20.) Y cuando la viuda de un profeta se encaró a un acreedor que planeaba quitarle a sus hijos para saldar sus deudas, Jehová no la abandonó. Amorosamente facultó a Eliseo para que multiplicara el suministro de aceite de la viuda a fin de que pudiera saldar sus deudas. De este modo ella conservó a su familia y su dignidad. (Éxodo 22:22, 23; 2 Reyes 4:1-7.)

      21. ¿Qué cuadro equilibrado respecto a la vida de las mujeres presentan las Escrituras Hebreas?

      21 Por lo tanto, lejos de hablar en tono desdeñoso de las mujeres, las Escrituras Hebreas presentan un cuadro equilibrado de su papel como siervas de Dios. Aunque Jehová no eximió a sus adoradoras del cumplimiento de Génesis 3:16, los hombres piadosos que seguían el ejemplo de Jehová y obedecían su Ley trataron a las mujeres con dignidad y respeto.

      22. ¿Cómo había cambiado el papel de las mujeres para el tiempo en que Jesús vino a la Tierra, y qué preguntas surgen?

      22 En los siglos posteriores a la finalización de la redacción de las Escrituras Hebreas, el papel de las mujeres en el pueblo judío cambió. Para el tiempo en que Jesús vino a la Tierra, las tradiciones rabínicas habían restringido muchísimo los privilegios religiosos y sociales de la mujer. ¿Afectaron esas tradiciones la manera como Jesús las trató? ¿Cómo debe tratarse a las mujeres cristianas en la actualidad? Analizaremos estas preguntas en el siguiente artículo.

      [Notas a pie de página]

      a Según el Diccionario Esencial Santillana de la Lengua Española, “poligamia” es una “forma de relación conyugal en que una persona está unida al mismo tiempo a dos o más del sexo contrario”. “Poliginia”, un término más específico, se define como “matrimonio de un hombre con dos o más mujeres a la vez”.

      b En las Escrituras Hebreas se alude con mucha más frecuencia al hombre y a la mujer casados como “esposo”, en hebreo, ʼisch, y “esposa”, en hebreo, ʼisch·scháh. En Edén, por ejemplo, Jehová no empleó los términos “dueño” ni ‘poseída’, sino “esposo” y “esposa”. (Génesis 2:24; 3:16, 17.) La profecía de Oseas predijo que cuando Israel regresara del exilio, la nación se arrepentiría y ya no llamaría a Jehová “Mi dueño”, sino “Mi esposo”, lo que puede indicar que el término “esposo” tenía una connotación más tierna que “dueño”. (Oseas 2:16.)

      c Es de notar el uso de la primera persona con relación a Débora en Jueces 5:7.

  • La mujer cristiana merece honra y respeto
    La Atalaya 1995 | 15 de julio
    • La mujer cristiana merece honra y respeto

      “Ustedes, esposos, continúen morando con ellas [...] de acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil, el femenino.” (1 PEDRO 3:7.)

      1, 2. a) ¿Qué efecto tuvo el que Jesús conversara con una samaritana junto al pozo, y por qué? (Véase la nota también.) b) ¿Qué demostró Jesús al predicar a una samaritana?

      UN MEDIODÍA de finales del año 30 E.C., junto al antiguo pozo que había cerca de la ciudad de Sicar, Jesús reveló su postura respecto al trato que la mujer merece. Después de haber caminado toda la mañana por el accidentado terreno de Samaria, llegó al pozo cansado y con hambre y sed. Cuando se sentó junto a este, llegó una samaritana para sacar agua. “Dame de beber”, le dijo Jesús. La mujer debió quedarse mirándolo con asombro, y le preguntó: “¿Cómo es que tú, a pesar de ser judío, me pides de beber a mí, que soy mujer samaritana?”. Luego, cuando sus discípulos regresaron con los víveres que habían comprado, se quedaron sorprendidos y admirados de que Jesús “hablara con una mujer”. (Juan 4:4-9, 27.)

      2 ¿Por qué planteó esa pregunta la mujer, y por qué se inquietaron los discípulos? Era samaritana, y los judíos no se trataban con los samaritanos. (Juan 8:48.) Pero parece que la inquietud obedecía a otra razón. En aquel entonces, la tradición rabínica no veía con buenos ojos que los hombres hablaran con las mujeres en público.a No obstante, Jesús predicó abiertamente a esta mujer sincera, incluso le reveló que era el Mesías. (Juan 4:25, 26.) Así demostró que no estaba atado a tradiciones antibíblicas, como las que degradaban a la mujer. (Marcos 7:9-13.) Al contrario, por lo que hizo y enseñó, demostró que debía tratarse a la mujer con honra y respeto.

      Cómo trataba Jesús a las mujeres

      3, 4. a) ¿Qué dijo Jesús a la mujer que tocó su prenda de vestir? b) ¿Cómo fue Jesús un buen ejemplo para los cristianos varones, sobre todo para los superintendentes?

      3 El trato que Jesús dio a las mujeres reflejó su tierna compasión. Una vez, cierta mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años buscó a Jesús entre la muchedumbre. Su estado la hacía ceremonialmente inmunda, por lo que no debía haber estado allí. (Levítico 15:25-27.) Sin embargo, era tanta su desesperación que se introdujo entre la muchedumbre hasta alcanzar a Jesús por detrás. Cuando tocó su prenda de vestir, recobró la salud inmediatamente. Jesús se detuvo, a pesar de que iba al hogar de Jairo, cuya hija estaba enferma de gravedad. Como sintió que había salido poder de él, miró alrededor para ver quién lo había tocado. Por fin, la mujer fue y cayó delante de él temblando. ¿La regañaría Jesús por haber estado entre la muchedumbre o por haber tocado su prenda de vestir sin permiso? Al contrario, fue muy cariñoso y bondadoso. “Hija —dijo él—, tu fe te ha devuelto la salud.” Esa fue la única vez que Jesús llamó “hija” a una mujer con la que hablaba. ¡Cuánto debió tranquilizarla el que Jesús la llamara de ese modo! (Mateo 9:18-22; Marcos 5:21-34.)

      4 Jesús veía más allá de la letra de la Ley. Veía el espíritu que la inspiraba y la necesidad de ser misericordioso y compasivo. (Compárese con Mateo 23:23.) Observó la situación desesperada de la mujer enferma y tomó en consideración que había obrado por fe. De este modo, puso un buen ejemplo para los cristianos varones, sobre todo para los superintendentes. Si una hermana cristiana afronta problemas personales o una situación especialmente difícil, los ancianos deben intentar ver más allá de sus palabras y acciones inmediatas y tomar en cuenta sus circunstancias y motivos. De ese modo posiblemente vean que más que consejo y corrección, lo que necesita es que ellos le muestren paciencia, comprensión y compasión. (Proverbios 10:19; 16:23; 19:11.)

      5. a) ¿En qué sentido restringían a las mujeres las tradiciones rabínicas? (Véase nota.) b) ¿Quiénes fueron las primeras personas que vieron al resucitado Jesús y dieron testimonio de ello?

      5 Las mujeres de los días de Jesús, restringidas por las tradiciones rabínicas, no tenían derecho a prestar testimonio en un juicio.b Veamos lo que sucedió poco después que Jesús fue resucitado de entre los muertos, la mañana del 16 de Nisán de 33 E.C. ¿Quiénes serían las primeras personas en ver al resucitado Jesús y dar testimonio a los demás discípulos de que su Señor había sido levantado? Fueron las mujeres que permanecieron a la vista del lugar de ejecución de Jesús hasta que murió. (Mateo 27:55, 56, 61.)

      6, 7. a) ¿Qué dijo Jesús a las mujeres que fueron a la tumba? b) ¿Cuál fue la primera reacción de los discípulos varones de Jesús ante el testimonio de las mujeres, y qué podemos aprender de este relato?

      6 Temprano por la mañana del primer día de la semana, María Magdalena y otras mujeres fueron a la tumba de Jesús para untar su cuerpo con especias. Al encontrar la tumba vacía, María corrió a avisar a Pedro y a Juan. Las demás mujeres permanecieron allí. Poco después se apareció un ángel y les dijo que Jesús había sido levantado. “Vayan de prisa y digan a sus discípulos que él ha sido levantado”, ordenó el ángel. Mientras estas mujeres se apresuraban a anunciar estas noticias, Jesús mismo se les apareció. “Vayan, informen a mis hermanos”, les dijo. (Mateo 28:1-10; Marcos 16:1, 2; Juan 20:1, 2.) María Magdalena regresó apesadumbrada a la tumba vacía, sin ser consciente de la visita del ángel. Jesús se le apareció allí, y cuando finalmente lo reconoció, él le dijo: “Ponte en camino a mis hermanos y diles: ‘Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes’”. (Juan 20:11-18; compárese con Mateo 28:9, 10.)

      7 Jesús pudo haberse aparecido primero a Pedro, a Juan o a uno de los otros discípulos varones. Sin embargo, optó por favorecer a estas mujeres permitiéndolas ser las primeras testigos presenciales de su resurrección y comisionándolas para dar testimonio de esta a sus discípulos varones. ¿Cuál fue la primera reacción de los hombres? El relato dice: “Estos dichos les parecieron como tonterías, y no quisieron creer a las mujeres”. (Lucas 24:11.) ¿Es posible que se les hiciera difícil aceptar el testimonio porque procedía de unas mujeres? Si ese fue el caso, con el tiempo recibieron prueba abundante de que Jesús había sido resucitado de entre los muertos. (Lucas 24:13-46; 1 Corintios 15:3-8.) Para los cristianos de hoy es una muestra de sabiduría tomar en cuenta las observaciones de sus hermanas espirituales. (Compárese con Génesis 21:12.)

      8. ¿Qué reveló Jesús por su manera de tratar a las mujeres?

      8 Es muy alentador ver cómo trató Jesús a las mujeres. Siempre fue compasivo y completamente equilibrado en su trato con ellas; ni las ensalzó ni las menospreció. (Juan 2:3-5.) Repudió las tradiciones rabínicas, que las privaban de su dignidad e invalidaban la Palabra de Dios. (Compárese con Mateo 15:3-9.) Al tratar a las mujeres con honra y respeto, Jesús reveló cómo piensa Jehová Dios que se las debe tratar. (Juan 5:19.) Jesús también dio un magnífico ejemplo que los hombres cristianos deben imitar. (1 Pedro 2:21.)

      Las enseñanzas de Jesús respecto a las mujeres

      9, 10. ¿Cómo refutó Jesús las tradiciones rabínicas con respecto a las mujeres, y qué dijo cuando los fariseos hicieron una pregunta sobre el divorcio?

      9 Jesús refutó las tradiciones rabínicas y dignificó a las mujeres no solo mediante sus acciones, sino también por sus enseñanzas. Examinemos, por ejemplo, lo que enseñó acerca del divorcio y el adulterio.

      10 Respecto al divorcio, a Jesús le plantearon la pregunta: “¿Es lícito para un hombre divorciarse de su esposa por toda suerte de motivo?”. Según el relato de Marcos, Jesús dijo: “Cualquiera que se divorcie de su esposa [a no ser por motivo de fornicación] y se case con otra comete adulterio contra ella, y si alguna vez una mujer, después de divorciarse de su esposo, se casa con otro, ella comete adulterio”. (Marcos 10:10-12; Mateo 19:3, 9.) Esas palabras sencillas respetaron la dignidad de la mujer. ¿Cómo?

      11. ¿Qué indican respecto al vínculo matrimonial las palabras de Jesús “a no ser por motivo de fornicación”?

      11 En primer lugar, con las palabras “a no ser por motivo de fornicación”, que se encuentran en el Evangelio de Mateo, Jesús indicó que el vínculo matrimonial no debía tomarse a la ligera ni romperse fácilmente. La enseñanza rabínica de aquel tiempo permitía al hombre divorciarse de su esposa por razones de muy poco peso, como, por ejemplo, estropear una comida o hablar con un extraño. Es más, hasta se permitía que el hombre se divorciara de su esposa si hallaba a otra mujer que consideraba más hermosa. Un escriturario observó: “Cuando Jesús habló como lo hizo [...] [rompió una lanza en] favor de las mujeres al tratar de volver a ubicar el matrimonio en la posición que le correspondía”. En realidad, el matrimonio debe ser una unión permanente en la que la mujer pueda sentirse segura. (Marcos 10:6-9.)

      12. ¿Qué concepto introdujo Jesús con las palabras “comete adulterio contra ella”?

      12 En segundo lugar, con la expresión “comete adulterio contra ella”, Jesús introdujo algo desconocido en los tribunales rabínicos: el concepto de que el esposo comete adulterio contra su esposa. Un comentario bíblico explica: “Según el judaísmo rabínico, la mujer infiel podía cometer adulterio contra su esposo, y un hombre que mantenía relaciones sexuales con la esposa de otro hombre podía cometer adulterio contra este. Pero el hombre nunca podía cometer adulterio contra su esposa, sin importar lo que hiciera. Al poner al hombre bajo la misma obligación moral de la esposa, Jesús elevó la condición social y la dignidad de la mujer”. (The Expositor’s Bible Commentary.)

      13. ¿Cómo mostró Jesús que en el sistema cristiano habría una sola norma tanto para los hombres como para las mujeres en lo que concierne al divorcio?

      13 En tercer lugar, la frase “después de divorciarse de su esposo” muestra que Jesús reconocía que la mujer tenía el derecho de divorciarse de un marido infiel, un derecho al parecer conocido, pero no ejercido bajo la ley judía en aquellos tiempos.c Se decía que ‘a la mujer se la podía despedir con o sin su consentimiento, pero ella solo podía divorciarse de su marido con su consentimiento’. No obstante, según las palabras de Jesús, en el sistema cristiano se aplicaba la misma norma tanto a hombres como a mujeres.

      14. ¿Qué reflejó la enseñanza de Jesús?

      14 Las enseñanzas de Jesús revelan con claridad un interés profundo en el bienestar de la mujer. Por ello, no es difícil comprender que algunas mujeres amaran tanto a Jesús que utilizaran sus propios bienes para satisfacer Sus necesidades. (Lucas 8:1-3.) “Lo que yo enseño no es mío —dijo Jesús—, sino que pertenece al que me ha enviado.” (Juan 7:16.) La enseñanza de Jesús reflejó la tierna consideración que Jehová mismo siente por las mujeres.

      “Asignándoles honra”

      15. ¿Qué escribió el apóstol Pedro respecto a cómo debe tratar el esposo a su esposa?

      15 El apóstol Pedro vio personalmente cómo trató Jesús a las mujeres. Unos treinta años más tarde, Pedro dio consejo amoroso a las esposas, y luego escribió: “Ustedes, esposos, continúen morando con ellas de igual manera, de acuerdo con conocimiento, asignándoles honra como a un vaso más débil, el femenino, puesto que ustedes también son herederos con ellas del favor inmerecido de la vida, a fin de que sus oraciones no sean estorbadas”. (1 Pedro 3:7.) ¿Qué quiso decir Pedro con las palabras “asignándoles honra”?

      16. a) ¿Qué significa el sustantivo griego que se traduce “honra”? b) ¿Cómo honró Jehová a Jesús durante la transfiguración, y qué aprendemos de este relato?

      16 Según un lexicógrafo, el sustantivo griego que se traduce “honra”, ti·mé, significa “precio, valor, honor, respeto”. Algunas formas de este vocablo griego se traducen “dádivas” y “precioso”. (Hechos 28:10; 1 Pedro 2:7.) Comprenderemos mejor lo que significa honrar a alguien si examinamos cómo empleó Pedro una forma de la misma palabra en 2 Pedro 1:17. Allí dijo con respecto a la transfiguración de Jesús: “Él recibió de Dios el Padre honra y gloria, cuando palabras como estas le fueron dirigidas por la magnífica gloria: ‘Este es mi hijo, mi amado, a quien yo mismo he aprobado’”. En la transfiguración de Jesús, Jehová honró a su Hijo al expresar que lo aprobaba, y lo hizo a oídos de otras personas. (Mateo 17:1-5.) Por lo tanto, el esposo que honra a su esposa no la humilla ni la degrada. Antes bien, demuestra con palabras y hechos, en privado y en público, que la tiene en gran estima. (Proverbios 31:28-30.)

      17. a) ¿Por qué tiene derecho a recibir honra la esposa cristiana? b) ¿Por qué no debe pensar el hombre que es más valioso a los ojos de Dios que la mujer?

      17 Pedro dice que el esposo cristiano debe ‘asignarle’ esta honra a su esposa. No debe hacerlo como un favor, sino como algo a lo que ella tiene derecho. ¿Por qué merecen las esposas esa honra? Porque “ustedes también son herederos con ellas del favor inmerecido de la vida”, explica Pedro. En el siglo primero, a todos los hombres y las mujeres que recibieron la carta de Pedro se les había llamado para ser coherederos con Cristo. (Romanos 8:16, 17; Gálatas 3:28.) No tenían las mismas responsabilidades en la congregación, pero con el tiempo gobernarían juntos con Cristo en el cielo. (Revelación 20:6.) Aunque hoy la mayor parte del pueblo de Dios abriga una esperanza terrestre, también sería un grave error que el cristiano pensara que, debido a los privilegios que tal vez tenga en la congregación, es más valioso a los ojos de Jehová que la mujer. (Compárese con Lucas 17:10.) Los hombres y las mujeres están en la misma posición espiritual delante de Dios, pues la muerte sacrificatoria de Jesús abrió la misma oportunidad para ambos: la libertad de la condenación al pecado y a la muerte, con la vida eterna en mira. (Romanos 6:23.)

      18. ¿Qué razón de peso da Pedro para que el esposo honre a su esposa?

      18 Pedro da otra razón de peso para que el esposo honre a su esposa, al decir: “A fin de que sus oraciones no sean estorbadas”. La expresión “sean estorbadas” viene del verbo griego en·kó·pto, que significa literalmente “cortar dentro”. Según el Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento, de W. E. Vine (traducción de S. Escuain), “se usaba [con respecto a] impedir el paso a personas inutilizando el camino o colocando un obstáculo infranqueable a su paso”. Por consiguiente, el marido que no asigna honra a su esposa pudiera encontrarse con un obstáculo que impide que Dios oiga sus oraciones. Puede que se sienta indigno de orar a Dios, o tal vez Jehová no esté dispuesto a escucharlo. Es obvio que Jehová está muy interesado en la manera como el hombre trata a la mujer. (Compárese con Lamentaciones 3:44.)

      19. ¿Cómo pueden los hombres y las mujeres de la congregación servir juntos con respeto mutuo?

      19 El esposo no es el único que tiene la responsabilidad de honrar a su cónyuge. Si bien el marido debe honrar a su esposa tratándola con amor y dignidad, la esposa debe honrar a su marido sujetándose a él y mostrándole profundo respeto. (1 Pedro 3:1-6.) Es más, Pablo exhortó a los cristianos a que se ‘mostraran honra unos a otros’. (Romanos 12:10.) Estas palabras exhortan a los hombres y a las mujeres de la congregación a servir juntos con respeto mutuo. Cuando reina ese espíritu, las cristianas no hablan de forma que socave la autoridad de los que llevan la delantera. Al contrario, apoyan a los ancianos y cooperan con ellos. (1 Corintios 14:34, 35; Hebreos 13:17.) Los superintendentes cristianos, por su parte, tratan “a las mujeres de más edad como a madres, a las de menos edad como a hermanas, con toda castidad”. (1 Timoteo 5:1, 2.) Los ancianos toman en cuenta con prudencia y bondad lo que dicen sus hermanas cristianas. Cuando una hermana reconoce la jefatura teocrática y respetuosamente hace una pregunta o incluso señala un asunto que requiere atención, los ancianos tomarán en consideración de buena gana su pregunta o problema.

      20. ¿Cómo muestran las Escrituras que se debe tratar a la mujer?

      20 Desde que se produjo el pecado en Edén, en muchas culturas la mujer ha sido relegada a una posición de deshonra. Sin embargo, ese no es el trato que en un principio se propuso Jehová que recibiera. Independientemente de las opiniones que reinen en las diferentes culturas respecto a la mujer, tanto las Escrituras Hebreas como las Griegas Cristianas muestran con claridad que debemos tratar a la mujer piadosa con honra y respeto. Dios le ha dado ese derecho.

      [Notas a pie de página]

      a The International Standard Bible Encyclopedia explica: “Las mujeres no comían con los invitados varones, y no se veía bien que los hombres hablaran con las mujeres. [...] Conversar con una mujer en público era escandaloso”. La Misná judía, una colección de enseñanzas rabínicas, aconsejaba: “No charles demasiado con las mujeres; [...] todo aquel que mantiene larga conversación con una mujer, atrae el mal hacia sí, deja de ocuparse de las palabras de la Ley, y acabará por tener parte en el [Gehena]”. (Abot 1:5.)

      b El libro Palestine in the Time of Christ (Palestina en los tiempos de Cristo) dice: “En algunos casos, a la mujer se la trataba casi como a una esclava. Por ejemplo, no podía testificar en un tribunal de justicia, excepto para atestiguar la muerte de su marido”. Respecto a Levítico 5:1, la Misná explica: “[La ley acerca del] juramento de testificación vale para hombres, pero no para mujeres”. (Shebuot 4:I.)

      c Josefo, historiador judío del siglo primero, informa que Salomé, la hermana del rey Herodes, se comunicó con su esposo “por carta [y] le indicó la ruptura de su casamiento, en contra de lo que establecen las leyes de los judíos. Este derecho entre nosotros está reservado al marido”. (Antigüedades Judías, XV, VII, 10.)

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