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    La Atalaya 2007 | 15 de enero
    • Enseñemos lo que la Biblia realmente enseña

      “Hagan discípulos de gente de todas las naciones, [...] enseñándoles.” (MATEO 28:19, 20.)

      1. ¿Qué puede decirse en cuanto a la difusión de la Biblia?

      LA Palabra de Jehová, la Santa Biblia, es uno de los libros más antiguos y difundidos que existen. De hecho, se ha traducido entera o en parte a más de dos mil trescientos idiomas, lo que significa que más del noventa por ciento de los habitantes de la Tierra la tienen disponible en su lengua materna.

      2, 3. a) ¿Por qué existe tanta confusión en cuanto a las enseñanzas bíblicas? b) ¿Qué preguntas vamos a analizar?

      2 Millones de personas leen la Biblia todos los días, y muchas la han leído de principio a fin en numerosas ocasiones. Miles de religiones afirman que sus enseñanzas se basan en la Biblia, pero no se ponen de acuerdo sobre lo que realmente enseña ese libro. Para empeorar la confusión, incluso entre los miembros de una misma confesión religiosa a menudo existen profundos desacuerdos. Hay quienes tienen dudas acerca de la Biblia, su origen y su valor, y muchos la consideran simplemente un libro sagrado para usos ceremoniales, como pronunciar votos o jurar que van a decir la verdad en un tribunal.

      3 En realidad, en la Biblia se halla la poderosa palabra, o mensaje, de Dios para la humanidad (Hebreos 4:12). Por lo tanto, los testigos de Jehová deseamos que la gente aprenda lo que enseña este libro tan singular. Nos alegra llevar a cabo esta comisión que Jesucristo dio a sus seguidores: “Vayan [...] y hagan discípulos de gente de todas las naciones, [...] enseñándoles” (Mateo 28:19, 20). En nuestro ministerio público encontramos muchas personas sinceras a quienes les preocupa la confusión religiosa que impera en el mundo. Desean saber la verdad acerca de nuestro Creador y lo que la Biblia enseña sobre el sentido que tiene la vida. Por eso, analicemos tres preguntas que inquietan a mucha gente. En cada caso examinaremos las enseñanzas erróneas de los líderes religiosos, y a continuación veremos lo que la Biblia realmente enseña. Las preguntas son: 1) ¿Se interesa Dios por nosotros? 2) ¿Por qué estamos aquí? 3) ¿Qué nos sucede al morir?

      ¿Se interesa Dios por nosotros?

      4, 5. ¿Por qué está tan extendida la opinión de que Dios no se interesa por nosotros?

      4 Comencemos con la pregunta de si Dios se interesa por nosotros. Lamentablemente, muchas personas creen que no. ¿Por qué tienen esa opinión? Una razón es que miran a su alrededor y ven un mundo plagado de odio, guerra y sufrimiento. Así que piensan: “Si le importáramos a Dios, sin duda impediría esas desgracias”.

      5 Otra razón es que los líderes religiosos han hecho creer a la gente que Dios es insensible y distante. ¿Qué suelen decir los clérigos cuando ocurre una tragedia? A una madre que perdió a sus dos hijos pequeños en un accidente automovilístico, su ministro religioso le dijo: “Fue la voluntad de Dios. Él necesitaba dos angelitos más”. En realidad, con tales comentarios, los clérigos le echan la culpa a Dios de las desgracias que ocurren. Sin embargo, el discípulo Santiago escribió: “Al estar bajo prueba, que nadie diga: ‘Dios me somete a prueba’. Porque con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie” (Santiago 1:13). En efecto, Jehová Dios nunca es el causante de las calamidades que nos afligen. La Biblia dice: “Lejos sea del Dios verdadero el obrar inicuamente” (Job 34:10).

      6. ¿Quién está detrás de la maldad y el sufrimiento que hay en el mundo?

      6 Entonces, ¿por qué hay tanta maldad y sufrimiento? Una razón es que la humanidad en general ha rechazado a Dios como su Rey y se ha negado a someterse a sus justas leyes y principios. De ese modo, la familia humana se ha sometido sin quererlo a Satanás, el gran adversario de Dios. A este respecto, la Biblia dice: “El mundo entero yace en el poder del inicuo” (1 Juan 5:19). Conociendo este hecho, podemos entender por qué existen situaciones tan terribles. Satanás es perverso, mentiroso y cruel. Es lógico, pues, que el mundo refleje la personalidad de aquel que lo gobierna. ¡No es de extrañar que haya tanta maldad en este mundo!

      7. ¿Cuáles son algunas razones de que haya sufrimiento?

      7 Otra razón por la que sufrimos es la imperfección. A los seres humanos pecadores les atrae el poder y luchan por obtenerlo, lo que a menudo ha provocado guerras, opresión y sufrimiento. Eclesiastés 8:9 dice acertadamente: “El hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo”. Por último, otra razón de que haya sufrimiento es “el tiempo y el suceso imprevisto” (Eclesiastés 9:11). A menudo, la gente sufre daño por encontrarse en cierto lugar en un mal momento.

      8, 9. ¿Por qué podemos estar seguros de que Jehová se interesa por nosotros?

      8 Es un consuelo saber que Jehová no causa el sufrimiento. Pero ¿de veras se interesa en lo que nos sucede? La animadora respuesta es que sí. Una prueba de ello es que en su Palabra inspirada nos dice por qué ha permitido que la humanidad tome un mal camino. Sus razones tienen que ver con dos cuestiones fundamentales: su soberanía y la lealtad de los seres humanos. Puesto que él es el Creador todopoderoso, no está obligado a decirnos por qué permite el sufrimiento. Aun así, lo hace porque nos quiere.

      9 Veamos otra prueba de que Dios no es indiferente a lo que nos pasa. En los días de Noé, cuando la Tierra se llenó de maldad, él “se sintió herido en el corazón” (Génesis 6:5, 6). Pues bien, ¿se sentirá de igual manera en nuestros tiempos? Claro que sí, ya que él no cambia (Malaquías 3:6). Jehová sigue odiando toda clase de injusticia y compadeciéndose de la gente cuando la ve sufrir. De hecho, la Biblia enseña que pronto reparará todo el daño que han provocado el gobierno del hombre y la influencia del Diablo. ¿No es esta una prueba convincente de que Dios se interesa por nosotros?

      10. ¿Qué siente Dios con respecto al sufrimiento humano?

      10 Como hemos visto, los líderes religiosos dan una idea equivocada de cómo es Dios cuando dicen que las tragedias que sufrimos suceden por voluntad divina. Pero la realidad es muy distinta: Jehová anhela acabar con el sufrimiento humano. “Él se interesa por ustedes”, señala 1 Pedro 5:7. Eso es lo que la Biblia realmente enseña.

      ¿Por qué estamos aquí?

      11. ¿Qué enseñan muchas religiones del mundo con respecto a nuestra vida en la Tierra?

      11 Analicemos ahora una segunda pregunta que muchas personas se hacen: ¿por qué estamos aquí? Las religiones del mundo suelen responderla diciendo que el hombre está solamente de paso en esta Tierra. Ven este planeta como apenas una parada en el camino que nos lleva a la vida en algún otro lugar. Algunos eclesiásticos hasta enseñan que un día Dios destruirá la Tierra. A consecuencia de tales enseñanzas falsas, muchas personas han llegado a la conclusión de que lo mejor es disfrutar de la vida al máximo mientras puedan, pues lo único que les espera es la muerte. Ahora bien, ¿qué enseña realmente la Biblia sobre la razón por la que estamos aquí?

      12-14. ¿Qué enseña la Biblia sobre el propósito de Dios para la Tierra y la humanidad?

      12 Dios tiene un maravilloso propósito para la Tierra y la humanidad. En cuanto a la Tierra, él “no la creó sencillamente para nada, [sino] que la formó aun para ser habitada” (Isaías 45:18). Además, Jehová “ha fundado la tierra sobre sus lugares establecidos; no se le hará tambalear hasta tiempo indefinido, ni para siempre” (Salmo 104:5). Conocer estos aspectos del propósito de Dios para este planeta y para la humanidad nos ayuda a comprender por qué estamos aquí.

      13 Los capítulos 1 y 2 de Génesis muestran que Jehová preparó la Tierra con esmero para que la habitaran los seres humanos. De hecho, la Biblia dice que, al final del período creativo relacionado con nuestro planeta, todo era “muy bueno” (Génesis 1:31). Dios puso al primer hombre y a la primera mujer en el hermoso jardín de Edén, el cual producía alimento en abundancia. Además, les dijo: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla”. De modo que Adán y Eva habrían de tener hijos perfectos, extender por toda la Tierra el jardín que era su hogar y dominar a los animales tratándolos con amor (Génesis 1:26-28).

      14 El propósito divino es que toda la familia humana viva en perfección en la Tierra para siempre. Jehová promete en su Palabra: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella” (Salmo 37:29). Así es: la humanidad fue hecha para vivir eternamente en un paraíso terrestre. Este es el propósito de Dios, y eso es lo que la Biblia realmente enseña.

      ¿Qué nos sucede al morir?

      15. ¿Qué enseñan la mayoría de las religiones sobre lo que nos sucede al morir?

      15 Centrémonos ahora en una tercera pregunta que preocupa a mucha gente: ¿qué nos sucede al morir? La mayoría de las religiones enseñan que una parte de nosotros sigue viviendo cuando muere el cuerpo. Algunos grupos religiosos todavía se aferran a la idea de que Dios castiga a los malos atormentándolos por la eternidad en un infierno ardiente. Pero ¿son ciertas tales afirmaciones? ¿Qué enseña realmente la Biblia acerca de la muerte?

      16, 17. Según la Biblia, ¿en qué estado se encuentran los muertos?

      16 La Palabra de Dios declara: “Los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto, ni tienen ya más salario”. Puesto que los muertos “no tienen conciencia de nada en absoluto”, no pueden oír, ver, hablar, sentir ni pensar. Ya no pueden ganar ningún tipo de salario. ¿Cómo van a ganarlo, si no pueden realizar ningún trabajo? Además, “su amor y su odio y sus celos ya han perecido”, pues son incapaces de expresar ninguna emoción ni sentimiento (Eclesiastés 9:5, 6, 10).

      17 Lo que la Biblia dice sobre este tema es claro y sencillo: los muertos no siguen viviendo en ninguna parte. No hay nada que abandone el cuerpo al morir y continúe viviendo para renacer en otro cuerpo, como afirman quienes creen en la reencarnación. Podríamos poner esta comparación: nuestra vida es como la llama de una vela. Cuando se apaga, no va a ningún sitio. Sencillamente deja de existir.

      18. Cuando un estudiante de la Biblia aprende que los muertos no están conscientes, ¿a qué conclusiones puede llegar?

      18 Pensemos en todo lo que implica una verdad tan sencilla pero tan poderosa como esta. Cuando un estudiante de la Biblia aprende que los muertos no están conscientes, fácilmente puede concluir que sin importar lo rencorosos que hayan sido sus antepasados, ahora ya no pueden hacerle daño. También entenderá con facilidad que sus seres queridos que han muerto ya no pueden oír, ver, hablar, sentir ni pensar. Por tanto, tampoco pueden sufrir una insoportable soledad en el purgatorio ni padecer en un lugar de tormento ardiente. Sin embargo, la Biblia enseña que los muertos que estén en la memoria de Dios serán resucitados. ¡Qué esperanza tan maravillosa! (Juan 5:28, 29.)

      Un nuevo libro a nuestra disposición

      19, 20. ¿Cuál es nuestra responsabilidad como cristianos, y qué libro se ha concebido especialmente para dirigir estudios bíblicos en nuestro ministerio?

      19 Hemos examinado tan solo tres de las preguntas que mucha gente se hace. En los tres casos hemos visto que la respuesta que da la Biblia es clara y directa. ¡Qué alegría sentimos al transmitir esas verdades a quienes desean saber lo que la Biblia enseña! No obstante, las personas sinceras buscan contestaciones satisfactorias a muchas otras preguntas. Y como cristianos, es nuestra responsabilidad guiarlas para que encuentren las respuestas.

      20 No es fácil enseñar la verdad bíblica de un modo claro y motivador. Por eso, a fin de ayudarnos, “el esclavo fiel y discreto” ha preparado un libro especialmente concebido para que lo utilicemos en nuestro ministerio cristiano (Mateo 24:45-47). Esta publicación de 224 páginas se titula ¿Qué enseña realmente la Biblia?

      21, 22. Mencione algunas características notables del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?

      21 Este manual se presentó en las asambleas de distrito “Obediencia a Dios” de los testigos de Jehová, celebradas en 2005 y 2006. Entre sus notables características figura un prólogo de cinco páginas que está siendo muy útil para comenzar estudios bíblicos. Estamos seguros de que le resultará fácil entablar conversaciones utilizando las ilustraciones y los textos bíblicos que contiene. También puede valerse de esta sección para explicar a los estudiantes cómo encontrar los capítulos y versículos en la Biblia.

      22 La obra está escrita en un estilo sencillo y claro. Se ha hecho un esfuerzo especial por llegar al corazón del estudiante haciéndole ver que la información se relaciona con su vida. Cada capítulo tiene varias preguntas introductorias y un recuadro final titulado “Lo que la Biblia enseña”, donde se encuentran las respuestas que dan las Escrituras a dichas preguntas introductorias. Las excelentes láminas con epígrafes y las comparaciones que aparecen en esta publicación ayudarán al estudiante a captar las ideas que sean nuevas para él. Aunque la información del texto principal del libro se ha mantenido bastante sencilla, hay un apéndice que nos permitirá analizar más profundamente catorce importantes temas con los estudiantes que necesiten más detalles.

      23. ¿Qué se sugiere respecto al uso del libro Enseña en los estudios bíblicos?

      23 El libro Enseña está concebido para que lo usemos con personas de distintos niveles culturales y antecedentes religiosos. Si el estudiante no tiene ningún conocimiento de la Biblia, quizá se necesite más de una sesión de estudio para examinar un capítulo. En vez de analizar la información apresuradamente, procure llegar al corazón de la persona. Si esta no entiende alguna de las comparaciones que aparecen en el libro, explíquesela o emplee otra. Prepárese bien, esfuércese al máximo por hacer un eficaz uso de esta publicación y pídale a Dios que le ayude a “maneja[r] la palabra de la verdad correctamente” (2 Timoteo 2:15).

      Agradezcamos nuestros inestimables privilegios

      24, 25. ¿Qué inestimables privilegios ha concedido Jehová a sus siervos?

      24 Jehová ha concedido inestimables privilegios a sus siervos. Nos ha permitido conocer la verdad sobre él, y este es un honor que jamás debemos dar por sentado. Al fin y al cabo, Dios ha ocultado sus propósitos a los altivos y los ha revelado a los humildes. A este respecto, Jesús declaró: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos” (Mateo 11:25). Es un privilegio muy singular estar entre los humildes que sirven al Soberano Universal, Jehová.

      25 Dios también nos ha otorgado el privilegio de enseñar la verdad acerca de él. Recordemos que ha sido desacreditado por quienes han dicho mentiras sobre su persona. Eso ha llevado a mucha gente a tener un concepto totalmente erróneo de Jehová, a creer que él es indiferente e insensible. En vista de esto, ¿es su deseo, sí, su anhelo, contribuir a rectificar esa injusticia? ¿Quiere que las personas sinceras de todo el mundo conozcan la verdad acerca de Dios? Entonces haga todo lo posible por demostrar su obediencia a Dios predicando con entusiasmo y enseñando lo que las Escrituras dicen sobre temas de vital importancia. Quienes buscan la verdad necesitan aprender lo que la Biblia realmente enseña.

  • Ayudemos al prójimo a obedecer lo que la Biblia enseña
    La Atalaya 2007 | 15 de enero
    • Ayudemos al prójimo a obedecer lo que la Biblia enseña

      “En cuanto a lo que está en la tierra excelente, estos son los que, después de oír la palabra con un corazón excelente y bueno, la retienen y llevan fruto con aguante.” (LUCAS 8:15.)

      1, 2. a) Mencione el propósito con que se ha concebido el libro ¿Qué enseña realmente la Biblia? b) ¿Cómo ha bendecido Jehová en años recientes la labor de sus siervos de hacer discípulos?

      “EL LIBRO es fenomenal. A las personas que estudian conmigo les encanta, y a mí también. Permite comenzar estudios bíblicos ahí mismo en las puertas.” Así se expresó una evangelizadora de tiempo completo acerca del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?a Por su parte, un proclamador del Reino de edad avanzada dijo lo siguiente: “En los cincuenta años que llevo participando en el ministerio, he tenido el privilegio de ayudar a muchas personas a conocer a Jehová. Y la verdad es que esta publicación es excepcional. Las comparaciones y las láminas son fantásticas”. ¿Siente usted ese mismo entusiasmo por el libro Enseña? Este manual bíblico está concebido para ayudarnos a cumplir con el siguiente mandato de Jesús: “Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, [...] enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado” (Mateo 28:19, 20).

      2 Sin duda, Jehová se regocija al ver a 6.600.000 Testigos suyos obedeciendo de buena gana el mandato de Jesús de hacer discípulos (Proverbios 27:11). Y es obvio que Jehová bendice esa labor. Durante el año de servicio 2005, por ejemplo, las buenas nuevas se predicaron en 235 países y se dirigieron, como promedio, más de 6.061.500 estudios bíblicos. Debido a ello, muchas personas ‘oyeron la palabra de Dios y la aceptaron, no como palabra de hombres, sino, como lo que verdaderamente es, como palabra de Dios’ (1 Tesalonicenses 2:13). En los últimos dos años, más de medio millón de nuevos discípulos han puesto su vida en armonía con las normas divinas y se han dedicado a Jehová.

      3. ¿Qué preguntas relacionadas con el uso del libro Enseña analizaremos en este artículo?

      3 ¿Ha tenido recientemente la grata experiencia de dirigir un estudio bíblico? En todo el mundo aún hay personas con “un corazón excelente y bueno” que cuando oyen la palabra de Dios “la retienen y llevan fruto con aguante” (Lucas 8:11-15). Por ello, veamos cómo usar el libro Enseña en la obra de hacer discípulos. Analicemos tres preguntas: 1) ¿Cómo puede usted comenzar un estudio bíblico? 2) ¿Cuáles son los mejores métodos de enseñanza? 3) ¿Cómo puede ayudar a un estudiante de la Biblia a convertirse en un maestro de la Palabra escrita de Dios?

      Cómo comenzar un estudio bíblico

      4. ¿Por qué pudieran algunas personas vacilar en estudiar la Biblia, y cómo puede usted ayudarlas a vencer sus temores?

      4 Si le pidieran que cruzara de un solo salto una corriente de agua muy ancha, ¿verdad que no le parecería buena idea? Pero si se colocaran piedras en ese río de modo que pudiera ir pasando de una a otra, entonces es probable que se sintiera más inclinado a intentarlo. De manera similar, una persona ocupada tal vez vacile en estudiar la Palabra de Dios. Quizá piense que eso le exigirá mucho tiempo y esfuerzo. ¿Cómo puede usted ayudarla a vencer sus temores de modo que llegue a estudiar regularmente la Biblia? Mediante una serie de conversaciones breves e instructivas basadas en el libro Enseña. Si se prepara bien, cada visita que le haga será como una de esas piedras que permiten cruzar el río: ayudará a la persona a acercarse un poco más a Jehová.

      5. ¿Por qué debe usted leer el libro Enseña?

      5 Sin embargo, antes de poder ayudar a alguien a beneficiarse del libro Enseña, usted tiene que conocer bien su contenido. ¿Lo ha leído de principio a fin? Observe lo que le sucedió a una pareja que comenzó a leerlo en sus vacaciones mientras descansaban en la playa. Cierta mujer de la zona que iba vendiendo artículos a los turistas se les acercó y se fijó en el título del libro, ¿Qué enseña realmente la Biblia? Les dijo que tan solo hacía unas horas le había pedido a Dios que le ayudara a encontrar la respuesta a esa misma pregunta. Entonces, ellos le dieron con mucho gusto un ejemplar del libro. ¿Qué hay de usted? ¿Ha ‘comprado el tiempo’ para leer esta publicación, quizá por segunda vez, mientras espera en algún sitio o durante el período de descanso en el trabajo o la escuela? (Efesios 5:15, 16.) Si lo hace, no solo conocerá mejor este manual bíblico, sino que, probablemente, también podrá entablar conversaciones sobre los temas que en él se tratan.

      6, 7. ¿Cómo puede usted emplear el libro Enseña para comenzar estudios bíblicos?

      6 Cuando ofrezca el libro en el ministerio público, sáqueles partido a las láminas, los textos bíblicos y las preguntas de las páginas 4, 5 y 6. Por ejemplo, pudiera comenzar una conversación preguntando: “¿Cree usted que existirá alguna guía confiable para enfrentarse a los muchos problemas que tiene la humanidad?”. Tras escuchar atentamente la respuesta de la persona, lea 2 Timoteo 3:16, 17 y explíquele que la Biblia ofrece una verdadera solución a nuestros problemas. A continuación, muéstrele las páginas 4 y 5 y pregúntele: “De los problemas que se representan en estas páginas, ¿cuál le preocupa más?”. Cuando escoja uno, pídale que sostenga el libro mientras usted lee en la Biblia el texto correspondiente. Luego lea la página 6 y pregúntele: “De las seis preguntas que aparecen al final de esta página, ¿cuál le llama más la atención?”. Cuando la persona elija una, enséñele el capítulo que responde esa pregunta, déjele el libro y establezca una cita concreta para regresar y hablar del tema.

      7 La presentación que acabamos de sugerir solo toma unos cinco minutos. Sin embargo, en esos pocos minutos, usted se habrá enterado de lo que preocupa a su interlocutor, le habrá leído y explicado dos textos bíblicos y habrá colocado el fundamento para la siguiente visita. Bien puede ser que esta breve conversación sea lo más animador que le haya pasado a esa persona en mucho tiempo. Por eso, incluso si se trata de alguien muy ocupado, es posible que esté deseando que usted vuelva para conversar unos cuantos minutos más. De hecho, su próxima visita será para él un paso más hacia “el camino que conduce a la vida” (Mateo 7:14). Con el tiempo, según vaya aumentando su interés, también deberá aumentar la duración del estudio. Para ello, usted quizás pueda sugerirle que se sienten y estudien por un período más largo.

      Los mejores métodos de enseñanza

      8, 9. a) ¿Cómo puede usted preparar al estudiante de la Biblia para enfrentarse a los obstáculos y las pruebas que se le presenten? b) ¿Dónde se encuentran los materiales resistentes al fuego que se necesitan para edificar una fe fuerte?

      8 Cuando la persona comience a obedecer lo que la Biblia enseña, probablemente se le presentarán obstáculos que pudieran frenar su progreso. El apóstol Pablo dijo: “Todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos” (2 Timoteo 3:12). Pablo comparó esas dificultades a un fuego que destruye los materiales de menor calidad pero que deja intactos otros más duraderos, como el oro, la plata y las piedras preciosas (1 Corintios 3:10-13; 1 Pedro 1:6, 7). Pues bien, para que el estudiante cultive las cualidades que le permitan resistir las pruebas, usted debe ayudarlo edificando con materiales resistentes al fuego, por decirlo así.

      9 El salmista compara “los dichos de Jehová” a “plata refinada en un horno de fundición de tierra, clarificada siete veces” (Salmo 12:6). En efecto, todos los materiales de calidad que se necesitan para edificar una fe fuerte se encuentran en la Biblia (Salmo 19:7-11; Proverbios 2:1-6). Y a este respecto, el libro Enseña nos ayuda a usar las Escrituras con eficacia.

      10. ¿Cómo se puede lograr que el estudiante centre su atención en la Biblia?

      10 Durante el estudio, centre la atención en los textos bíblicos que se citan en cada capítulo. Hágale preguntas al estudiante para ayudarle a comprender los textos clave y ver cómo aplicarlos en su vida. Pero no le diga lo que debe hacer; más bien, imite el ejemplo de Jesús. Cuando un hombre versado en la Ley mosaica le hizo una pregunta, él le contestó: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?”. El hombre respondió citando un principio de las Escrituras, y Jesús le ayudó a ver cómo aplicarlo. Con una ilustración, le hizo comprender también el efecto que dicha enseñanza debería tener en su propia vida (Lucas 10:25-37). De manera parecida, el libro Enseña está lleno de comparaciones sencillas que usted puede emplear para que el estudiante aprenda a aplicar los principios bíblicos.

      11. ¿Cuántos párrafos deben analizarse en cada sesión de estudio?

      11 Tal como Jesús explicó ideas complejas con palabras sencillas, el libro Enseña explica la Palabra de Dios en un lenguaje directo y fácil de entender (Mateo 7:28, 29). Siga ese ejemplo. Enseñe de manera sencilla, clara y precisa. En vez de ir a toda prisa, considere las circunstancias y la capacidad de la persona al determinar cuántos párrafos estudiarán en cada sesión. Jesús conocía las limitaciones de sus discípulos y no los abrumó con más información de la que necesitaban en el momento (Juan 16:12).

      12. ¿Cómo debe emplearse el apéndice?

      12 El libro Enseña contiene un apéndice con catorce temas. Teniendo en cuenta las necesidades del estudiante, usted como su maestro debe decidir de qué manera usará esa información. Por ejemplo, es posible que, debido a sus anteriores creencias, un estudiante encuentre difícil comprender cierto tema o tenga preguntas concretas; en ese caso, pudiera bastar con mostrarle la sección correspondiente del apéndice y dejar que la examine por su cuenta. Por otra parte, el estudiante quizá necesite que usted analice con él algunas secciones en particular. El apéndice abarca temas bíblicos fundamentales como “‘Alma’ y ‘espíritu’: ¿qué significan realmente estas palabras?” y “¿Qué es ‘Babilonia la Grande’?”. Tal vez vea conveniente estudiar estos temas con la persona. Puesto que las secciones del apéndice no tienen preguntas que correspondan a los párrafos, es importante que usted conozca bien su contenido, de modo que pueda hacer preguntas significativas.

      13. ¿Cómo ayudan las oraciones a fortalecer la fe del estudiante?

      13 “A menos que Jehová mismo edifique la casa, de nada vale que sus edificadores hayan trabajado duro en ella”, declara Salmo 127:1. Por consiguiente, pida la ayuda de Jehová al prepararse para el estudio. Además, procure que sus oraciones al comienzo y al final de cada sesión reflejen el cariño que usted siente por Jehová. Anime al estudiante a orar a Dios pidiéndole sabiduría para comprender Su Palabra y fuerzas para aplicar sus consejos (Santiago 1:5). Si él sigue estas sugerencias, recibirá las fuerzas necesarias para aguantar las pruebas y crecerá fuerte en la fe.

      Cómo ayudar a los estudiantes de la Biblia a hacerse maestros

      14. ¿Qué progreso deben manifestar los estudiantes de la Biblia?

      14 Para que las personas obedezcan “todas las cosas” que Jesús mandó a sus discípulos, deben pasar de ser estudiantes a ser maestros de la Palabra de Dios (Mateo 28:19, 20; Hechos 1:6-8). ¿Qué puede hacer usted para que manifiesten esa clase de progreso espiritual?

      15. ¿Por qué debe usted animar al estudiante de la Biblia a asistir a las reuniones cristianas?

      15 Desde el mismo principio, invite al estudiante a asistir con usted a las reuniones de la congregación. Explíquele que es en ellas donde usted ha aprendido cómo enseñar la Palabra de Dios. Durante varias semanas, aparte unos minutos al final de cada sesión para describirle el programa de educación espiritual que se ofrece en las diversas reuniones y asambleas. Háblele con entusiasmo de los beneficios que obtiene en ellas (Hebreos 10:24, 25). Una vez que el estudiante empiece a asistir con regularidad a las reuniones, es muy probable que llegue a ser un maestro de la Palabra de Dios.

      16, 17. ¿Qué metas puede ponerse y alcanzar un estudiante de la Biblia?

      16 Ayude al estudiante de la Biblia a ponerse metas que pueda alcanzar. Por ejemplo, anímelo a hablar con algún amigo o familiar de lo que está aprendiendo. Además, propóngale la meta de leer toda la Biblia. Si usted lo ayuda a establecer y mantener un programa de lectura diaria de la Biblia, él seguirá cosechando los beneficios de esta buena costumbre mucho tiempo después de bautizarse. Y puesto que al principio de cada capítulo del libro Enseña aparecen unas preguntas clave, ¿por qué no le sugiere que trate de recordar por lo menos un texto bíblico que conteste una de tales preguntas? De esa forma, el estudiante llegará a ser un “trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que maneja la palabra de la verdad correctamente” (2 Timoteo 2:15).

      17 En vez de animarle a simplemente recitar versículos o a dar una vaga idea de lo que dicen, enséñele a explicar los textos bíblicos. Así estará preparado para responder a quienes le hagan preguntas sobre su fe. Será muy útil tener breves sesiones de práctica en las que usted haga de un pariente o compañero de trabajo que le pide que explique sus creencias. En esas ocasiones, muestre al estudiante cómo responder “con genio apacible y profundo respeto” (1 Pedro 3:15).

      18. Cuando un estudiante de la Biblia cumple las condiciones para ser un publicador no bautizado, ¿cómo se le puede seguir ayudando?

      18 Con el tiempo, el estudiante tal vez reúna los requisitos para salir al ministerio del campo. Recálquele que el hecho de que se nos permita participar en esta obra es todo un privilegio (2 Corintios 4:1, 7). Una vez que los ancianos determinen que cumple las condiciones para ser un publicador no bautizado, ayúdele a preparar una presentación sencilla y acompáñelo en el servicio del campo. Participe regularmente con él en las distintas facetas del ministerio y enséñele a prepararse para hacer revisitas de calidad. Sin duda, su buen ejemplo tendrá un efecto muy positivo en él (Lucas 6:40).

      “Te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan”

      19, 20. ¿Qué meta debemos ponernos, y por qué?

      19 No hay duda de que enseñar a una persona el “conocimiento exacto de la verdad” exige mucho esfuerzo (1 Timoteo 2:4). Sin embargo, en la vida hay pocas cosas que se comparen al gozo que produce ayudar a alguien a obedecer lo que la Biblia enseña (1 Tesalonicenses 2:19, 20). ¡Qué gran privilegio es ser “colaboradores de Dios” en esta obra mundial de enseñanza! (1 Corintios 3:9.)

      20 Por medio de Jesucristo y sus poderosos ángeles, Jehová pronto dará su merecido a “los que no conocen a Dios y [...] los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús” (2 Tesalonicenses 1:6-8). Eso significa que hay vidas en juego. Le animamos a ponerse la meta de dirigir al menos un estudio bíblico con el libro ¿Qué enseña realmente la Biblia? No olvide que la obra de hacer discípulos le brinda la oportunidad de ‘salvarse a sí mismo y también a los que le escuchen’ (1 Timoteo 4:16). Ahora más que nunca, es urgente que ayudemos al prójimo a obedecer lo que la Biblia enseña.

      [Nota]

      a Editado por los testigos de Jehová.

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