-
Perder a un cónyuge: Cómo ayudar a quien ha enviudadoLa Atalaya 2010 | 1 de mayo
-
-
Paul, cuya esposa falleció de cáncer, explica por qué apreciaba las invitaciones de sus amigos. “Hay días en que uno no tiene ganas de estar con gente ni de andar contando sus problemas —reconoce—. Pero después de pasar la tarde con buenos amigos, ves las cosas de otra manera. Te das cuenta de que hay gente a la que le importas, y eso reconforta. Ya no te sientes tan solo.”b
-
-
Perder a un cónyuge: Cómo ayudar a quien ha enviudadoLa Atalaya 2010 | 1 de mayo
-
-
Paul explica con un ejemplo por qué cuesta tanto mirar hacia delante: “Mi esposa y yo éramos como dos árboles que crecieron entrelazados desde jóvenes. Cuando uno murió y fue talado, el otro quedó como si estuviera deformado. Así me sentía yo: raro, como si faltara una parte de mí”.
-
-
Perder a un cónyuge: Cómo ayudar a quien ha enviudadoLa Atalaya 2010 | 1 de mayo
-
-
Herbert, viudo desde hace seis años, dice: “Recuerdo con aprecio los momentos en que mis amigos se sentaban y me escuchaban mientras hablaba del pasado o comentaba lo que me rondaba la cabeza. Seguro que no siempre fui una compañía muy agradable, pero agradezco que trataran de entenderme”. Lo que a Paul le llegó más hondo fue el sincero interés de un amigo de cierta edad que a menudo le preguntaba cómo se sentía. “El cariño con que me trataba —relata— me impulsó a desahogarme con él en muchas ocasiones.” (Proverbios 18:24.)
-