BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w92 15/11 pág. 31
  • “Las apariencias engañan”

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • “Las apariencias engañan”
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1992
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1992
w92 15/11 pág. 31

“Las apariencias engañan”

ASÍ reza el refrán español. Este hecho es cierto tanto si hablamos de árboles como de personas.

Cierto día de finales de marzo del año 33 E.C., Jesucristo vio una higuera mientras caminaba con sus discípulos de Betania a Jerusalén. El árbol estaba lleno de hojas, pero de cerca pudo verse que no tenía fruto. Por lo tanto Jesús le dijo: “Nunca jamás coma ya nadie fruto de ti”. (Marcos 11:12-14.)

¿Por qué maldijo Jesús a ese árbol si, tal como explica Marcos, “no era la época de los higos”? (Marcos 11:13.) Pues bien, cuando una higuera echa hojas, por lo general también produce higos tempranos. No era corriente que una higuera tuviera hojas en esa época del año. Pero dado que las tenía, Jesús lógicamente esperaba encontrar higos. (Véase la fotografía que aparece arriba.) El hecho de que el árbol solo tuviera hojas indicaba que sería infructífero. Su apariencia engañaba. Puesto que se pagaba un impuesto por los árboles frutales, un árbol infructífero suponía una carga económica y había que cortarlo.

Jesús utilizó aquella higuera infructífera para ilustrar una lección importante sobre la fe. Al día siguiente, sus discípulos se quedaron sorprendidos al ver que el árbol ya se había marchitado. Jesús explicó lo siguiente: “Tengan fe en Dios. [...] Todas las cosas que oran y piden, tengan fe en que pueden darse por recibidas, y las tendrán”. (Marcos 11:22-24.) Además de ilustrar la necesidad de orar con fe, la higuera marchita mostró gráficamente lo que le sucedería a una nación que carecía de esta cualidad.

Unos meses antes Jesús había comparado a la nación judía con una higuera que no había dado fruto en tres años y terminaría cortándose si seguía improductiva. (Lucas 13:6-9.) Al maldecir a la higuera cuatro días antes de su muerte, Jesús mostró que la nación judía no había producido frutos propios de arrepentimiento e iba a ser destruida. Aunque, al igual que la higuera, esa nación parecía saludable a primera vista, de cerca podía verse que le faltaba fe, lo que llevó a que rechazara al Mesías. (Lucas 3:8, 9.)

En su Sermón del Monte, Jesús previno contra los “falsos profetas” y dijo: “Por sus frutos los reconocerán. Nunca se recogen uvas de espinos o higos de cardos, ¿verdad? Así mismo, todo árbol bueno produce fruto excelente, pero todo árbol podrido produce fruto inservible; un árbol bueno no puede dar fruto inservible, ni puede un árbol podrido producir fruto excelente. Todo árbol que no produce fruto excelente llega a ser cortado y echado al fuego. Realmente, pues, por sus frutos reconocerán a aquellos hombres”. (Mateo 7:15-20.) Estas palabras de Jesús y el relato de la higuera que fue maldecida muestran con claridad que debemos estar en guardia espiritualmente, pues las apariencias religiosas también engañan.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir