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  • Provea para el futuro con sabiduría práctica
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1989
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1989
w89 1/3 págs. 8-9

La vida y el ministerio de Jesús

Provea para el futuro con sabiduría práctica

JESÚS acaba de dar su ilustración del hijo pródigo a una muchedumbre entre la cual están sus discípulos, recaudadores de impuestos poco honrados, otros pecadores reconocidos y escribas y fariseos. Ahora habla a sus discípulos y da la ilustración de un rico que ha oído un mal informe sobre el administrador de su casa, su mayordomo.

Según Jesús, el rico llama a su mayordomo y le dice que lo va a despedir. “¿Qué he de hacer, ya que mi amo va a quitarme la mayordomía? —se pregunta el mayordomo—. No tengo las fuerzas para cavar, me da vergüenza mendigar. ¡Ah!, sé lo que haré, para que, cuando sea depuesto de la mayordomía, haya quienes me reciban en sus hogares.”

¿Qué plan tiene el mayordomo? Pues bien, él llama a los que están endeudados con su amo. “¿Cuánto debes a mi amo?”, pregunta.

‘2.200 litros [580 galones] de aceite de oliva’, contesta el primero.

‘Toma tu acuerdo escrito y siéntate y escribe pronto 1.100 litros [290 galones]’, le dice el mayordomo.

Le pregunta a otro: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’.

‘22.000 litros [630 fanegas] de trigo’, dice.

‘Toma tu acuerdo escrito y escribe 18.000 litros [504 fanegas].’

El mayordomo tiene derecho a reducir las cuentas que se le deben a su amo, pues todavía está a cargo de los asuntos financieros de este. Así, al reducir las cantidades se consigue amigos que pueden pagarle con favores cuando pierda el empleo.

Cuando el amo oye lo que ha sucedido, le impresiona. De hecho, “alabó al mayordomo, aunque era injusto, porque obró con sabiduría práctica”. Sí, añade Jesús: “Los hijos de este sistema de cosas, en su trato con los de su propia generación, son más sabios, de manera práctica, que los hijos de la luz”.

Ahora, sacando de lo dicho la lección para sus discípulos, Jesús exhorta: “Háganse amigos por medio de las riquezas injustas, para que, cuando las tales fallen, se los reciba en los lugares de habitación eternos”.

Jesús no alaba al mayordomo por su injusticia, sino por su sabiduría previsora, por sabiduría práctica. Con frecuencia “los hijos de este sistema de cosas” usan con astucia su dinero o puesto para cultivar la amistad de los que pueden devolverles favores. Por eso los siervos de Dios, “los hijos de la luz”, también deben usar sus haberes materiales, sus “riquezas injustas”, de manera sabia que les redunde en beneficio.

Pero, como dice Jesús, mediante estas riquezas deben ganarse la amistad de los que pueden recibirlos “en los lugares de habitación eternos”. Para miembros del rebaño pequeño, estos lugares están en el cielo; para las otras ovejas, están en la Tierra paradisíaca. Puesto que solamente Jehová Dios y su Hijo pueden recibir a las personas en estos lugares, debemos con diligencia usar cualesquiera “riquezas injustas” que tengamos para apoyar los intereses del Reino y así cultivar la amistad de Dios y su Hijo. Entonces, cuando las riquezas materiales fallen o perezcan, como sin duda sucederá, nos habremos asegurado nuestro futuro eterno.

Jesús pasa a decir que las personas que son fieles al atender aun estas cosas materiales, o menores, también serán fieles al atender asuntos de mayor importancia. “Por lo tanto —continuó—, si ustedes no han demostrado ser fieles en lo que tiene que ver con las riquezas injustas, ¿quién les encomendará lo que es verdadero [es decir, lo espiritual, o los intereses del Reino]? Y si no han demostrado ser fieles en lo que tiene que ver con lo ajeno [los intereses del Reino que Dios encarga a sus siervos], ¿quién les dará lo que es para ustedes mismos [la recompensa de vida eterna en los lugares de habitación eternos]?”

Sencillamente no podemos ser verdaderos siervos de Dios y a la misma vez estar esclavizados a las riquezas injustas, las riquezas materiales, como concluye Jesús: “Ningún sirviente de casa puede ser esclavo de dos amos; porque, u odiará al uno y amará al otro, o se adherirá al uno y despreciará al otro. No pueden ser esclavos de Dios y de las Riquezas”. (Lucas 15:1, 2; 16:1-13.)

◆ ¿Cómo se gana la amistad de los que después le pueden ayudar el mayordomo de la ilustración de Jesús?

◆ ¿Qué son las “riquezas injustas”, y cómo podemos ganarnos amigos mediante ellas?

◆ ¿Quiénes pueden recibirnos “en los lugares de habitación eternos”, y qué lugares son estos?

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