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La lucha por difundir las buenas nuevas en TesalónicaLa Atalaya 2012 | 1 de junio
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Cada vez que llegaba a un sitio nuevo, Pablo solía predicar primero a los judíos. Como estos conocían bien las Escrituras, le era más fácil comenzar conversaciones y explicarles las buenas nuevas. Cierto biblista opina que tal vez tenía esta costumbre por amor a sus paisanos o porque utilizaba a los judíos y a otras personas que temían a Dios como trampolín para su ministerio entre los gentiles (Hechos 17:2-4).
Y Tesalónica no fue la excepción. Pablo entró en la sinagoga, donde “razonó con [los judíos] a partir de las Escrituras, explicando y probando por referencias que era necesario que el Cristo sufriera y se levantara de entre los muertos, y decía: ‘Este es el Cristo, este Jesús que yo les estoy publicando’” (Hechos 17:2, 3, 10).
El apóstol destacó un tema polémico: la identidad y el papel del Mesías. Los judíos esperaban un Mesías conquistador, así que les costaba aceptar que este hubiera sufrido. Para convencerlos, Pablo razonó con ellos y les dio explicaciones apoyándose en las Escrituras; justo lo que hace un buen maestro.a Pero ¿cómo respondieron a este caudal de información?
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La lucha por difundir las buenas nuevas en TesalónicaLa Atalaya 2012 | 1 de junio
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a Es posible que Pablo usara porciones de las Escrituras que ahora se encuentran en Salmo 22:7; 69:21; Isaías 50:6; 53:2-7, y Daniel 9:26.
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