Abril: una ocasión para ‘trabajar duro y esforzarnos’
1 El pueblo de Jehová aprovecha las semanas próximas a la Conmemoración para reflexionar. Son días en los que meditar sobre lo que se logró mediante la muerte de Cristo y sobre la esperanza divina que se ha hecho posible gracias a su sangre derramada. ¿Qué nos viene a la memoria cuando rememoramos el 19 de abril del pasado año? ¿Recordamos los rostros que vimos aquella noche de primavera? ¿El valioso ambiente espiritual de la Conmemoración? ¿El serio análisis bíblico y las oraciones sinceras? Quizá nos resolvimos a demostrar mucho más la profundidad de nuestro agradecimiento por el amor de Jehová y Jesús. ¿Qué efecto tienen en nosotros ahora esas reflexiones?
2 Es obvio que el pueblo de Jehová no expresa su gratitud solo de palabra (Col. 3:15, 17). El pasado abril, en particular, procuramos demostrar nuestro agradecimiento por los medios que Jehová ha dispuesto para la salvación gastándonos en el ministerio cristiano. Hubo miles de precursores auxiliares; en los Estados Unidos continentales se superó en un 27% el máximo anterior. Su actividad, junto con la del resto de los proclamadores del Reino, resultó en nuevos máximos de horas, distribución de revistas y revisitas. Pero lo que nos alegró mucho más fue que se comenzaron miles de estudios bíblicos y que hubo un nuevo máximo en la asistencia a la Conmemoración.
3 En efecto, la seguridad de nuestra esperanza nos incita a la acción. Es tal como escribió el apóstol Pablo: “Con este fin estamos trabajando duro y esforzándonos, porque hemos cifrado nuestra esperanza en un Dios vivo, que es Salvador de hombres de toda clase, especialmente de los fieles” (1 Tim. 4:10).
4 ¿Cómo demostraremos esta temporada de la Conmemoración nuestra fe en los medios que Jehová ha dispuesto para que tengamos vida? El pasado abril, la cantidad de proclamadores del Reino en Estados Unidos fue la segunda más elevada de la historia. ¿La superaremos este abril? Está a nuestro alcance, pero para ello tendremos que participar todos, publicadores bautizados y no bautizados. Es posible que muchos nuevos discípulos llenen los requisitos para tomar parte en la obra. Por ello, al hacer planes para trabajar duro y esforzarnos durante abril, pensemos en maneras de animar a los demás, incluidos los nuevos y los menos experimentados, a que nos acompañen.
5 Ayudemos a algunos publicadores a reanudar su actividad. Si sabemos de alguien que no ha salido al servicio del campo durante uno o dos meses, quizá podamos animarlo e invitarlo a ir con nosotros. En caso de que algunos miembros de la congregación estén inactivos, los ancianos harán lo posible por visitarlos y animarlos a reanudar su actividad en abril.
6 Todos tenemos que seguir pidiendo a Jehová que su espíritu nos fortalezca en su servicio (Luc. 11:13). ¿Qué debemos hacer para recibirlo? Leer la Palabra inspirada de Dios (2 Tim. 3:16, 17). También, “[oír] lo que el espíritu dice a las congregaciones” asistiendo a las cinco reuniones semanales (Rev. 3:6). Este es un momento oportuno para ayudar a los irregulares e inactivos a mejorar sus hábitos de estudio y ser constantes en la asistencia a las reuniones (Sal. 50:23). A la vez que lo hacemos, estamos muy al tanto de nuestro propio bienestar espiritual. No obstante, se precisa algo más.
7 El apóstol Pedro dijo que Dios da su espíritu santo “a los que le obedecen como gobernante” (Hech. 5:32). Tal obediencia incluye prestar atención al mandato de ‘predicar al pueblo y dar testimonio cabal’ (Hech. 1:8; 10:42). Por ello, aunque es cierto que necesitamos que el espíritu de Dios nos fortalezca para predicar, no es menos cierto que Jehová nos ayuda aún más cuando comenzamos a demostrar nuestro deseo de agradarle. Nunca minimicemos la importancia de dar los pasos iniciales para obedecerle de buena gana.
8 Cómo ayudar a los niños. Padres, ¿han visto indicios de que sus hijos quieran hablar a otras personas de la verdad? ¿Los han acompañado a ustedes al servicio del campo? ¿Es ejemplar su conducta? En ese caso, ¿qué esperan? Aborden a uno de los miembros del Comité de Servicio de Congregación y comprueben si llenan los requisitos para ser publicadores en abril (vean el libro Nuestro ministerio, págs. 99, 100). Tengan en cuenta que sus hijos pueden contribuir de forma importante al grito de alabanza a Jehová que se dará esta temporada de la Conmemoración (Mat. 21:15, 16).
9 Una madre cristiana de Georgia (E.U.A.) siempre animaba a su hija pequeña a hablar a otras personas de Jehová. El año pasado, mientras la niña estaba en el ministerio con su madre, dio el folleto Exige a un señor y le explicó brevemente el contenido del índice. Él le preguntó: “¿Cuántos años tienes?”. “Siete”, fue la respuesta. Al señor le sorprendió que le hubiera dado una explicación tan coherente. Resultó que él había tenido contacto con la verdad siendo un niño, pero nunca se la había tomado en serio. Al poco tiempo, se daban clases bíblicas al señor, su esposa y su hija.
10 Muchos niños ya son publicadores, y disfrutamos de su compañía cuando salen con nosotros al servicio. Pueden motivar y animar a otros niños de su edad. Pero abril es también una ocasión propicia para que los miembros de las familias refuercen sus vínculos afectivos y fortalezcan su espiritualidad participando juntos en el servicio sagrado. Los cabezas deben tomar la iniciativa (Pro. 24:27).
11 Cómo ayudar a los nuevos. ¿Y los nuevos con los que estudiamos la Biblia? ¿Podrían participar en la actividad especial de abril? Quizá expresaron su deseo de hablar de lo que aprendían cuando analizamos el párrafo 22 del capítulo 2 o el párrafo 14 del capítulo 11 del libro Conocimiento. Si estamos acabando el libro, preparémonos para hablar claramente de este asunto al analizar el párrafo 8 del capítulo 18, donde dice: “Es muy probable que sienta el deseo de contar a sus parientes, amigos y conocidos lo que está aprendiendo, y quizás ya haya dado a conocer las buenas nuevas en situaciones informales, tal como hizo Jesús algunas veces. (Lucas 10:38, 39; Juan 4:6-15.) Pero puede que ahora desee hacer más”. ¿Es ese el caso de aquellos a quienes damos estudio?
12 ¿Cree el estudiante en la Palabra de Dios? ¿Ha aplicado los principios bíblicos? ¿Ha conformado su vida a las normas divinas? ¿Asiste a las reuniones de congregación? ¿Desea servir a Jehová Dios? En ese caso, ¿por qué no animarle a hablar con los ancianos de modo que estos determinen si reúne las condiciones para ser publicador no bautizado y salir con nosotros durante abril? (Véase el libro Nuestro ministerio, págs. 97-99.) De esta manera empezará a experimentar directamente el apoyo que le da la organización para que sirva a Jehová.
13 Es cierto que algunos estudiantes progresan más deprisa que otros. Por ello, de acuerdo con las pautas de Nuestro Ministerio del Reino de junio de 2000, página 4, párrafos 5 y 6, muchos publicadores estudian un segundo libro con quienes han mostrado interés pero necesitan más ayuda para llegar a servir activamente con la congregación. No perdemos la esperanza de que esas personas de corazón recto se conviertan en sinceros discípulos de Cristo, “en poco tiempo o en mucho tiempo” (Hech. 26:29). Ahora bien, si llevamos “mucho tiempo” dándoles clases bíblicas, ¿no les brinda esta temporada de la Conmemoración una buena oportunidad de demostrar la profundidad de su agradecimiento por el rescate de Cristo?
14 Cómo ayudarlos a predicar. Si examinamos cómo preparó Jesús a otras personas, aprenderemos mucho sobre la forma de ayudar a quienes llenan los requisitos para salir al ministerio. Él no fue a donde había una multitud y dijo a los apóstoles que comenzaran a hablar. Primero recalcó la necesidad de la predicación, los animó a orar y les facilitó tres cosas necesarias: un compañero, un territorio y un mensaje (Mat. 9:35-38; 10:5-7; Mar. 6:7; Luc. 9:2, 6). Nosotros podemos obrar igual. Sea que ayudemos a nuestro hijo, a un nuevo estudiante o a alguien que lleva una temporada sin informar, sería pertinente tratar de alcanzar los siguientes objetivos.
15 Hacer hincapié en la necesidad existente. Recalquemos la importancia de la predicación. Seamos positivos. Contemos experiencias que pongan de relieve los logros de la congregación en el ministerio. Manifestemos el espíritu que mostró Jesús en Mateo 9:36-38. Animemos al futuro publicador o al inactivo a orar sobre su participación en el ministerio y a pedir para que la obra que se lleva a cabo en todo el mundo dé buenos frutos.
16 Animar a la persona a que piense en las muchas oportunidades de dar testimonio. Mencionémosle la posibilidad de reunirse con el grupo de estudio de libro para predicar de casa en casa. Sugirámosle que converse con sus parientes y conocidos, o con los compañeros de trabajo o de escuela durante las pausas del almuerzo. Muchas veces es posible entablar una conversación en el transporte público sencillamente interesándonos en otros pasajeros. Cuando tomamos la iniciativa, suelen presentarse oportunidades de dar un buen testimonio. Es indudable que hay muchas ocasiones de hablar de nuestra esperanza “de día en día” (Sal. 96:2, 3).
17 No obstante, probablemente sea preferible que nosotros y el nuevo publicador salgamos juntos de casa en casa cuanto antes. Si nos hemos puesto la meta de incrementar nuestro servicio en abril, preguntemos al siervo de territorios si tiene uno que nos venga bien. En caso afirmativo, tendremos la oportunidad de trabajarlo a conciencia. Por ejemplo, puede ocurrir que al finalizar el servicio o al ir a las reuniones o a otros lugares, veamos que hay alguien en una casa donde no había salido nadie o donde habíamos encontrado a una persona interesada en la verdad. Si es un buen momento, hagamos una breve visita, pues ello contribuirá a que tengamos un sentido de logro y gozo en el ministerio.
18 Preparar un mensaje atrayente. Una cosa es que alguien desee hablar del mensaje del Reino y otra muy distinta que tenga confianza en su manera de comunicarlo, sobre todo si es nuevo o hace mucho que no sale al servicio. El tiempo que dedicamos a ayudar a los nuevos e inactivos está bien invertido. En las Reuniones de Servicio y las salidas para el ministerio del campo se dan ideas prácticas, pero no hay nada que sustituya la preparación personal.
19 ¿Cómo ayudar a los nuevos a prepararse para la predicación? Comencemos con una presentación sencilla y breve de las revistas. Digámosles que piensen en sucesos aparecidos en las noticias que interesen a las personas del territorio, y que busquen un punto relacionado en una de las últimas revistas. Practiquemos juntos la presentación y usémosla en el ministerio lo antes posible.
20 Aprovechemos las posibilidades de crecimiento futuro. Los asistentes a la Conmemoración del año pasado fueron más de catorce millones ochocientos mil, mientras que la cantidad de publicadores que informaron solo superó los seis millones. Estas cifras indican que alrededor de ocho millones ochocientas mil personas tuvieron suficiente interés como para asistir a este programa especial, donde se explicó una de las enseñanzas más importantes de la Biblia. Algunos nos conocieron en persona, lo cual probablemente les causó una buena impresión. Muchos de estos asistentes hablan bien de nosotros, contribuyen para nuestra obra mundial y nos defienden ante quienes nos acusan. La existencia de este grupo grande indica que hay posibilidades de crecimiento en el futuro. ¿De qué manera ayudaremos a estas personas a progresar?
21 La mayoría de los nuevos que vayan a la Conmemoración lo harán porque nosotros los invitamos, lo cual quiere decir que, por lo general, conocerán al menos a una persona del auditorio. Si alguien asiste porque lo hemos invitado nosotros, tenemos la obligación de darle una calurosa bienvenida y ayudarle a beneficiarse por completo del programa. Como el salón estará lleno, ayudémosle a encontrar asiento. Dejémosle una Biblia e invitémosle a cantar con nuestro cántico. Contestemos sus preguntas. Nuestra afectuosa atención personal puede ser trascendental a la hora de cultivar su interés. Por supuesto, todos compartimos esta responsabilidad; si vemos un rostro desconocido, demos a la persona una calurosa bienvenida y conversemos brevemente con ella a fin de conocerla.
22 La asistencia a la Conmemoración puede influir mucho en la manera de pensar de la gente. El que alguien vaya a esta reunión tal vez indique que no ha encontrado en otras partes lo que busca y que le ofrecemos algo que cree necesario examinar con más atención. La explicación sobre la maravillosa provisión del rescate quizá suponga una revelación profunda para quien no tiene idea del infinito amor de Jehová. Tal vez perciba enseguida que somos distintos: sinceros, amigables, amorosos y respetuosos. Nuestros salones no se parecen en nada a lo que ha visto en las iglesias, llenas de imágenes y ritos sin sentido. Los nuevos se dan cuenta, sin duda, de que en el auditorio hay gente de toda condición social y que no se hacen colectas. Esta experiencia puede constituir un fuerte incentivo para que vuelva.
23 Después de la Conmemoración, hay que estar prestos a seguir ayudando a los nuevos que asistieron. Tenemos una obligación especial para con aquellos a quienes invitamos. Antes de que se vayan, no nos olvidemos de hablarles de las demás reuniones que se celebran en el Salón del Reino. Debemos decirles el título del próximo discurso público, así como el lugar y la hora del Estudio de Libro de Congregación más cercano a su hogar. Después, les daremos un libro Creador y les comunicaremos que la semana del 30 de abril se analizará el tema “¿Qué puede aprenderse del Creador en un libro?”. Expliquemos por qué toda la congregación piensa asistir en breve a una asamblea de distrito cercana.
24 Quedemos con ellos en visitarles en su casa. Asegurémonos de que tienen el folleto Exige y el libro Conocimiento, con los que conocerán las enseñanzas fundamentales de la Biblia. Si aún no están estudiando, ofrezcámosles un curso bíblico. Aconsejémosles que lean el folleto Los testigos de Jehová: ¿quiénes son y qué creen?, donde se explica con claridad el funcionamiento de nuestra organización. Invitémosles a ver nuestras videocintas, como Our Whole Association of Brothers (Toda nuestra asociación de hermanos). Encarguémonos de que conozcan a otros miembros de la congregación. Mantengamos el contacto con los nuevos durante los próximos meses; invitémoslos a reunirse con nosotros cuando nos visite el superintendente de circuito o cuando tengamos una asamblea de circuito o un día especial de asamblea. Démosles la oportunidad de demostrar que están “correctamente dispuestos para vida eterna” (Hech. 13:48).
25 Qué harán los ancianos. Los buenos resultados de la intensificación del ministerio este mes de abril dependerán en buena medida de los ancianos. Si usted es conductor de un estudio de libro, prepare una lista con lo que puede hacer a fin de que participen en las actividades especiales quienes van a su grupo. ¿Asiste algún joven, nuevo, irregular o inactivo? Compruebe si los padres, los precursores u otros publicadores han tomado la iniciativa de ayudarlos. Preste todo el apoyo que esté en su mano. Una hermana que había sido irregular por dos años dedicó más de cincuenta horas al ministerio el último mes de abril. ¿Qué la motivó? Dijo que fueron las fortalecedoras visitas de pastoreo que le hicieron los ancianos.
26 Los ancianos y los siervos ministeriales deben colaborar para que el próximo mes haya suficiente territorio, revistas y demás publicaciones. ¿Es posible organizar más reuniones para el servicio del campo? En caso afirmativo, comuniquen qué preparativos especiales se han hecho. Sobre todo, pidan a Jehová, tanto en público como en privado, que bendiga este mes en que se incrementará la actividad del Reino (Rom. 15:30, 31; 2 Tes. 3:1).
27 El pasado abril, los ancianos de una congregación de Carolina del Norte animaron a los hermanos a aumentar su actividad en el ministerio. Todas las semanas, en las reuniones invitaban a los publicadores a orar sobre la posibilidad de ser precursores auxiliares. El entero cuerpo de siervos aprovechaba toda oportunidad para hablar con entusiasmo sobre hacer de abril el mejor mes de la historia. Como consecuencia, el 58% de los publicadores, incluidos todos los ancianos y siervos ministeriales, fueron precursores ese mes.
28 El gozo de tener una participación plena. ¿Qué bendiciones reporta ‘trabajar duro y esforzarse’ en el ministerio? (1 Tim. 4:10.) Los ancianos que acabamos de mencionar escribieron lo siguiente sobre la celosa actividad de la congregación el pasado abril: “Los hermanos suelen decir que sienten mucho más amor unos por otros y que están más unidos desde que incrementaron su participación en el ministerio del campo”.
29 Un joven con movilidad limitada anhelaba tomar parte en la actividad especial de abril. Gracias a una planificación cuidadosa y a la ayuda de su madre y sus hermanos espirituales, disfrutó de un mes productivo sirviendo de precursor auxiliar. ¿Cómo se sintió? Dijo: “Por primera vez en mi vida me sentí como un hombre sano”.
30 No cabe duda de que Jehová colma de bendiciones a los que tienen en alta estima el privilegio de hablar sobre Su gobernación real (Sal. 145:11, 12). Al conmemorar la muerte del Señor, comprendemos que las bendiciones de quienes tienen devoción piadosa serán aún más abundantes en el futuro. El apóstol Pablo anhelaba profundamente la recompensa de la vida eterna. Pero sabía que no era posible cruzarse de brazos y esperar. Escribió: “Con este fin, verdaderamente trabajo duro, esforzándome de acuerdo con la operación de él y que obra en mí con poder” (Col. 1:29). Mediante Jesús, Jehová dio a Pablo fuerzas para llevar a cabo su ministerio salvador, y puede hacer lo mismo en nuestro caso hoy. ¿Disfrutaremos nosotros de esa experiencia este mes de abril?
[Recuadro de la página 3]
¿A quiénes podemos animar
a salir a predicar en abril?
¿A nuestro hijo?
¿A un estudiante de la Biblia?
¿A alguien que se ha hecho inactivo?