BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w91 15/4 págs. 12-13
  • Los Rollos del Mar Muerto... tesoro sin precedente

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Los Rollos del Mar Muerto... tesoro sin precedente
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1991
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Un hallazgo sin precedente
  • La sorpresa de la Cueva 11
  • Rollos del mar Muerto
    Glosario
  • Los Rollos del Mar Muerto... el preciado hallazgo
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1991
  • ¡Evidencia nueva y sorprendente sale a la luz!
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
  • ¿Por qué deben interesarnos los Rollos del mar Muerto?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2001
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1991
w91 15/4 págs. 12-13

Los Rollos del Mar Muerto... tesoro sin precedente

AL PIE del uadi Qumrán, en el lado noroeste del mar Muerto, hay unas ruinas antiguas. Puesto que por mucho tiempo se creyó que eran los restos de una fortaleza romana, los arqueólogos no les habían prestado mucha atención. No obstante, el descubrimiento del Rollo de Isaías del Mar Muerto en 1947 hizo que se diera nueva consideración a aquel lugar.

Pronto unos eruditos afirmaron que aquellos edificios habían sido de una comunidad religiosa judía. En aquel tiempo se supuso que aquellas personas habían escondido los rollos en las cuevas de los riscos cercanos. Pero descubrimientos posteriores parecieron poner en duda aquella suposición.

Un hallazgo sin precedente

Los beduinos se enteraron del valor de los manuscritos que ya habían hallado. Por eso, en 1952, cuando un hombre de edad avanzada relató que de joven había perseguido a una perdiz herida hasta que perdió de vista al ave cuando esta se metió por un hueco en la cara rocosa —donde él halló vasijas de barro y una antigua lámpara de aceite—, se emprendió una nueva búsqueda.

Aquel hombre de edad avanzada todavía podía identificar la entrada de la cueva entre las profundas grietas del escarpado risco. Resultó ser una cueva hecha por el hombre, identificada ahora como la Cueva 4. Allí los beduinos hallaron porciones de manuscritos a aproximadamente un metro (unos cuantos pies) bajo el nivel del suelo de entonces. Ninguno de los manuscritos había sido almacenado en alguna jarra, y por eso la mayoría de ellos estaban en muy mala condición, ennegrecidos y muy quebradizos. Con el tiempo se obtuvieron unos 40.000 fragmentos, que representaban casi 400 manuscritos. Todos los libros de las Escrituras Hebreas, a excepción de Ester, se hallaron representados en el centenar de manuscritos bíblicos. Gran parte del material que se obtuvo en la Cueva 4 no se ha publicado aún.

Uno de los manuscritos más significativos fue el de los libros de Samuel, copiados en un solo rollo. Su texto hebreo, conservado en 47 columnas (de probablemente unas 57 originalmente), se parece mucho al que utilizaron los traductores que produjeron la versión griega llamada Septuaginta. También hay fragmentos en griego de Levítico y Números, según la Septuaginta, que datan del siglo I a.E.C. El manuscrito de Levítico usa IAO para el יהוה hebreo, el nombre de Dios, en lugar del griego Ký·ri·os, “Señor”a.

En un fragmento de Deuteronomio, el texto hebreo abarca la porción del Dt capítulo 32, versículo 43, según se halla en la Septuaginta y se cita en Hebreos 1:6: “Y que todos los ángeles de Dios le rindan homenaje”. Esta es la primera vez que se ha encontrado esa línea en un manuscrito hebreo, lo cual revela un texto que evidentemente es la base de la traducción griega. Esto ha dado a los eruditos nuevo entendimiento con relación al texto de la Septuaginta, que se cita con mucha frecuencia en las Escrituras Griegas Cristianas.

Se ha dicho que un rollo de Éxodo data del tercer cuarto del siglo III a.E.C.; uno de Samuel, de fines del mismo siglo; y un rollo de Jeremías, de entre 225 y 175 a.E.C. Se ha encontrado suficiente material de los siglos III a I a.E.C. para determinar cambios en estilos de escritura y letras individuales de los alfabetos hebreo y arameo, algo de gran valor para fechar manuscritos.

La sorpresa de la Cueva 11

Con el tiempo, tanto beduinos de la localidad como arqueólogos habían explorado por completo toda la zona alrededor de Qumrán. Con todo, cierto día de 1956 algunos beduinos se dieron cuenta de que de unas grietas en los riscos al norte de la Cueva 1 salían murciélagos. Subieron allá y hallaron otra cueva, cuya entrada estaba obstruida. Hubo que remover dos toneladas de roca desprendida para que quedara a la vista. Lo que encontraron dentro fue sorprendente: dos manuscritos completos y cinco porciones grandes de otros.

El hallazgo más significativo fue un hermoso rollo de los Salmos. El espesor de la piel indica que probablemente es piel de becerro en vez de piel de cabra. Un total de cinco láminas, cuatro hojas separables y cuatro fragmentos le dan una longitud de más de 4 metros (13 pies). Aunque la parte superior de este rollo está bien conservada, el margen inferior ha sufrido gran deterioro. El rollo data de la primera mitad del siglo I E.C. y contiene partes de 41 salmos. El Tetragrámaton aparece escrito unas 105 veces en antiguos caracteres paleohebreos, y sobresale entre la escritura hebrea cuadrada del contexto.

Otro manuscrito, de Levítico, está escrito en su totalidad en caracteres hebreos antiguos, pero todavía no se ha dado una explicación adecuada de por qué. Es el documento más largo que existe en tal forma de escritura, la cual se usaba cuando los judíos fueron desterrados a Babilonia a fines del siglo VII a.E.C.

La copia de un targum, una paráfrasis aramea del libro de Job, también salió a luz. Está entre los primeros tárgumes puestos por escrito. También se hallaron varios comentarios sobre otros libros bíblicos en diferentes cuevas. ¿Cómo llegaron a estar tan bien escondidos en aquellas cuevas todos aquellos rollos?

Como se ha mencionado, puede que algunos hayan sido ocultados por la comunidad de Qumrán. Pero la prueba disponible hace muy probable que muchos fueran colocados allí por judíos que huían mientras los romanos avanzaban sobre Judea en el año 68 E.C., antes de la destrucción final de Jerusalén dos años después. El desierto de Judea era un lugar natural de seguridad para los preciados manuscritos, no solo en las cuevas cercanas a Qumrán, sino en las que están a muchos kilómetros al norte, alrededor de Jericó, y al sur, cerca de Masada. ¡Cuánto agradecemos el que se les conservara! Estos rollos dan prueba adicional de la inmutabilidad de la Palabra inspirada de Jehová. En verdad, “en cuanto a la palabra de nuestro Dios, durará hasta tiempo indefinido”. (Isaías 40:8.)

[Nota a pie de página]

a Véase la Biblia con Referencias, Apéndice 1C, sección 5, y la nota sobre Levítico 3:12, donde se identifica este manuscrito como 4Q LXX Lev⁠b.

[Reconocimiento en la página 12]

Pictorial Archive (Near Eastern History) Est.

[Recuadro en la página 13]

¿HABRÁ MÁS, DENTRO DE POCO?

Aunque se descubrieron hace décadas, muchos fragmentos de los Rollos del Mar Muerto no se han publicado. El periódico The New York Times del 23 de diciembre de 1990 publicó esta crítica: “Hasta sus imágenes fotográficas están en cautiverio a un grupo exclusivista de eruditos que evitan a sus colegas y rehúsan publicar gran parte del material que poseen”. Sin embargo, el periódico informó que recientemente ha habido un cambio en el personal de ese equipo editorial, lo cual tal vez sea un paso hacia eliminar “el exclusivismo que cerca a los rollos [...], y el mundo sabrá más acerca de una era extraordinaria de la historia”.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir