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¿Deben confesarse los siervos de Dios?La Atalaya 2010 | 1 de septiembre
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Volvamos al libro bíblico de Santiago, donde encontramos estas animadoras palabras: “¿Hay alguno [espiritualmente] enfermo entre ustedes? Que llame a sí a los ancianos de la congregación, y que ellos oren sobre él, untándolo con aceite en el nombre de Jehová. Y la oración de fe sanará al indispuesto, y Jehová lo levantará. También, si hubiera cometido pecados, se le perdonará” (Santiago 5:14, 15).
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¿Deben confesarse los siervos de Dios?La Atalaya 2010 | 1 de septiembre
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En primer lugar, veamos lo que significa la frase “untándolo con aceite”. Aquí se alude al poder sanador de la Biblia. El apóstol Pablo explicó que “la palabra de Dios es viva, y ejerce poder [...] y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón”; en otras palabras, llega a lo más profundo de nuestro ser (Hebreos 4:12). Usando hábilmente las Escrituras, los ancianos pueden ayudar a los que están enfermos en sentido espiritual. ¿Cómo? Guiándolos para que identifiquen la razón del problema y tomen las medidas necesarias para corregir la situación a la vista de Dios.
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