Pabló declara que el “salario que paga el pecado es muerte”.—Gén. 3:19; Rom. 6:23, NW.

Además creen que cientos de millones de personas, ya sea al morir o después de pasar por el purgatorio, irán al cielo; mientras que las Escrituras claramente enseñan que sólo comparativamente pocos, una manada pequeña de 144,000, lo lograrán. (Mat. 7:13, 14; Luc. 12:32; Apo. 14:1) Se mezclan con la política y planes comerciales de este mundo, aun cuando Jesús les dijo a sus seguidores que no guardaran tesoros sobre la tierra y que ellos no habían de ser parte de este mundo. (Mat. 6:19; Juan 15:19) Ellos colocan las leyes del hombre por encima de las leyes de Dios, aunque Jesús claramente mandó: “Devuelvan, por lo tanto, . . . las cosas de Dios a Dios,” y los apóstoles declararon, “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.” (Mat. 22:21; Hech. 5:29, NW) Aceptan la teoría de la evolución que invalida la Palabra de Dios, palabra que Jesús claramente declaró ser la verdad.—Juan 17:17.

Seguramente las organizaciones religiosas falsas del mundo están edificando con materiales combustibles, que sufrirán daño ahora a medida que el fuego de la verdad los ataque, y los cuales serán consumidos enteramente en la venidera batalla del Armagedón. Los políticos y los financieros también edifican con materiales que no pueden durar más allá del Armagedón.

En vista de estos hechos, que todos los hombres de buena voluntad se pongan en acción. Que investiguen exactamente qué es lo que la Biblia enseña, cuál es la esperanza que Dios les ofrece, y cuáles son los requisitos que deben llenar si han de realizar esa esperanza. Dondequiera que se hallen los testigos de Jehová lo consideran un privilegio ayudar a todas las tales personas sinceras a edificar con materiales duraderos y seguir el mandamiento del apóstol: “Que cada uno siga cuidando cómo está edificando.”—1 Cor. 3:10, NW.

Los testigos de Jehová en Polonia

En este país dominado por los comunistas la obra de los testigos de Jehová ha sido retardada por el momento. A los gobernantes totalitarios del país no les agrada que haya libertad de palabra o libertad de adoración. Ellos luchan contra el reino de Dios y contra todos los que estén de parte del Reino. Sin embargo, los testigos de Jehová no han dejado de predicar, sino que continúan diciendo a los presos, “¡Salid!” Ciertamente la gente en Polonia está presa. La Sociedad sabe que se está llevando a cabo trabajo intenso en esa tierra. Cuando vino la proscripción había cerca de 18,000 publicadores. Pero cuando el látigo del dominio totalitario se estrelló contra ellos procurando desorganizarlos, el número bajó a 9,380. Claro está, la dispersión de los testigos de Jehová muchas veces les hace trabajar más fuertemente en llevar a la gente las buenas nuevas, porque éstas son la única respuesta a las angustias del mundo.

Los dispersados no se quedaron sin hacer nada, ni aislados de la organización del Señor. Siguieron reuniéndose y predicando según se les presentaba la oportunidad. Hoy sabemos que hay 15,009 que tienen el buen espíritu de nuestro Padre y están alabando a Jehová. La Palabra de Dios los fortalece y ellos creen en ella con todo su corazón, mente, alma y fuerzas. Saben que es posible que pierdan su vida en la carne ahora, pero jamás perderán la vida que Dios les ha dado. Satanás el Diablo podrá destruir el cuerpo, pero es Jehová Dios quien dará vida en el nuevo mundo.

Sabemos que algún nuevo interés se está despertando y se están bautizando y poniendo de parte del Reino. Los testigos de Jehová en Polonia creen que el Príncipe de Paz continuará guiándolos hacia la victoria a través de estos tiempos difíciles y peligrosos. Todos los siervos de Dios admiran su celo teocrático, su firmeza, y su confianza en Jehová. Estamos hombro a hombro con ellos en la proclamación del Reino.—Del 1952 Yearbook of Jehovah’s Witnesses.