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Dedicación a Dios y consagraciónLa Atalaya 1952 | 1 de octubre
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a la vista el privilegio de dedicarse a Dios por medio de su Sumo Sacerdote, de colocarse a la disposición de Dios para que él haga con ellos lo que quiera. Para éstos este camino de dedicación a Dios es un camino vivo, también, pero no para la vida inmortal en el cielo. Dios no desea consagrarlos y ungirlos para el sacerdocio con Cristo de acuerdo con el nuevo pacto. Los asigna a vivir sobre la tierra en el nuevo mundo. De modo que ellos permanecerán en la tierra, donde el paraíso será restaurado. En vista de esto Dios aun llevará una “grande muchedumbre” innumerable de ellos a salvo a través de la venidera guerra universal del Armagedón, para que la humanidad continúe en la tierra con una existencia no interrumpida desde el comienzo y para siempre jamás. Para poder tener alguna posibilidad de sobrevivir al Armagedón y entrar al nuevo mundo sin fin, es necesario que cada uno dé el paso inicial de dedicarse a Dios por medio de Cristo. Al obrar así usted obtendrá la marca para la vida.
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Dedicación para vida en el nuevo mundoLa Atalaya 1952 | 1 de octubre
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Dedicación para vida en el nuevo mundo
1. ¿Cómo se ha efectuado la dedicación de personas y cosas hasta ahora, y qué dedicación verdaderamente resulta en una vida santa?
DURANTE todo el tiempo la gente se ha dedicado a muchas causas, y han dedicado muchas otras cosas además de ellos mismos. La ley de Moisés permitía que el hombre conscripto dedicara la casa que había construído, antes de ser instalado en el ejército teocrático de Israel. El rey David dedicó su casa, y se compuso un salmo para la ocasión. (Deu. 20:5, AV; título del Salmo 30) Los israelitas dedicaron la casa de su Dios y su altar. Después de la restauración de Jerusalén dedicaron los muros reedificados de la ciudad. (Núm. 7:10, 11, 84, 88; 2 Cró. 7:9; Esd. 6:16, 17; Neh. 12:27) Nabucodonosor, rey de Babilonia, dedicó el ídolo de oro que levantó en la llanura de Dura, y algunos padres dedicaron a sus hijos a algún propósito. (Dan. 3:2, 3; Pro. 22:6; Gén. 4:17; 5:18, 22) La dedicación de una persona o cosa inicia a la persona o cosa en algún camino, curso o uso, pero no necesariamente significa que tal cosa se inicia para un uso santo o sagrado. Sin embargo, cuando nos dedicamos al Dios vivo y verdadero, entonces nos apartamos a una vida santa, una vida separada, es decir, diferente al curso de este mundo, una vida que no es común sino que es apartada para no ser tocada y usada para propósitos mundanos. En consecuencia, tal persona dedicada se obliga a practicar la religión limpia e incontaminada, que significa “mantenerse sin mancha del mundo”.—Sant. 1:27, NW.
2, 3. En las Escrituras cristianas griegas, ¿se insta a la dedicación o consagración en esos términos, y qué fórmula usaron los discípulos?
2 Buscando en las Escrituras cristianas griegas no hallamos que se haga uso de las palabras dedicación o consagración para designar este paso de darse uno exclusivamente a Dios por medio de Jesucristo. Cuando leemos de los primeros que adoptaron el cristianismo encontramos que simplemente se dice que ellos creyeron o ejercieron fe. La fórmula que usaban los que instaban a la gente a adoptar el cristianismo fué, “Arrepiéntanse y sean convertidos,” o, “Arrepiéntanse y vuélvanse.” También, “Arrepiéntanse y sean bautizados.”
3 En el día del Pentecostés, cuando la
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