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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1954 | 15 de septiembre
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[proskyneo] apoyándose en la parte superior de su báculo.” (NM; refiriéndose a Génesis 47:31, donde la LXX también usa proskyneo) Así en el libro de Hebreos proskyneo se traduce “adorar” las dos veces y a los ángeles de Dios se les manda “adorar” al glorificado Jesús. ¿Por qué es esto? Porque Jesús ha sido hecho tanto más alto que los ángeles, aun más alto de lo que era antes de llegar a ser hombre sobre la tierra. (Fili. 2:5-11) Es mandato de Jehová Dios el que ellos hagan esto hacia su Hijo. ¿Qué significa esto? Esto, que aun los ángeles han de rendir su adoración a Jehová Dios por medio de Jesucristo, a quien Jehová Dios ha hecho la Cabeza de su organización universal. Por eso se declara en la página 85 del libro “Make Sure of All Things” (“Asegúrense de todas las cosas”), columna 1: “Cristo ha de ser adorado como espíritu glorioso, victorioso sobre la muerte en el madero de tormento,” con tres textos bíblicos concomitantes para probar que ahora es un espíritu glorificado, y ya no es carne.
Es a causa de que el glorificado Jesucristo actúa como el representante asignado de Jehová Dios que la adoración tiene que dirigirse a Dios mediante él, aun por parte de los ángeles. Esto explica por qué el Salmo 97:7 y Deuteronomio 32:43, los cuales, conforme a su contexto, evidentemente se refieren a Jehová Dios, son aplicados por el escritor de Hebreos al Hijo de Jehová, Jesucristo. El Hijo de Dios es el Sumo Sacerdote de Jehová, por consiguiente subordinado a Jehová Dios; pero como Sumo Sacerdote según la semejanza de Melquisedec el glorificado Jesucristo guía a toda la creación en la adoración de Jehová Dios. Por lo tanto la adoración de toda la creación tiene que dirigirse al único Dios vivo y verdadero, Jehová, por medio de él. En el cumplimiento actual de Deuteronomio 32:43 y el Salmo 97:7, el Sumo Sacerdote Jesucristo actúa como el representante directo de su Padre Jehová y, por lo tanto, Hebreos 1:6 adecuadamente implica a Jesucristo glorificado en la aplicación de estos textos bíblicos. Bien, entonces, dado que los ángeles reciben órdenes de adorar al glorificado Jesús en su segunda venida, ¿no debemos nosotros, que, como humanos, somos mucho menores que los ángeles, adorarlo también? En respuesta decimos: Tenemos que rendirle a él lo que la Palabra de Dios dice que tenemos que rendirle.
En el Apocalipsis 19:10 y 22:9 el ángel que el glorificado Jesús envió al apóstol Juan dijo a Juan: “¡Adora [proskyneo] a Dios!,” queriendo decir Jehová Dios. El ángel de Jesús (Apo. 1:1, 2; 22:16) dijo a Juan, un hombre sobre la tierra, que adorara, no a Jesús, sino a Dios, Jehová Dios el Padre de Jesús. Ese es al que los testigos de Jehová adoran. Pero recordamos que dicha adoración tiene que rendirse a Jehová Dios por medio de su Sumo Sacerdote Jesucristo. Por eso es que los testigos de Jehová siguen la instrucción de Filipenses 2:10, 11: “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo [ángeles] y de los que están en la tierra y de los que están debajo del suelo, y confiese toda lengua abiertamente que Jesucristo es Señor [no el Dios Todopoderoso, sino Señor] para gloria de Dios el Padre.” (NM) Los testigos de Jehová ‘honran al Hijo así como honran al Padre,’ porque, “el que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió.” (Juan 5:23, NM) Los testigos de Jehová dan a Jesús toda la honra, respeto, consideración, obediencia, imitación, amor y lealtad que Jehová Dios pide que se rinda a su Hijo Jesucristo. En el nombre de Jesús rinden sus oraciones y adoración a Jehová Dios. Y los ángeles del cielo obedecen el mandato de Dios y “adoran” a su Hijo sólo en cuanto su adoración al Hijo está relacionada con la adoración de su Padre Jehová Dios. Pero, manteniendo las cosas en sus posiciones relativas, los ángeles y los testigos de Jehová adoran a Jehová Dios como el único Dios Todopoderoso, increado, no engendrado, “desde la eternidad hasta la eternidad.”—Sal. 90:2.
A la luz de lo susodicho será provechoso volver a leer el artículo en La Atalaya de referencia, páginas 286, 287, en respuesta a la pregunta “¿Debemos adorar a Jesús?”
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ESTUDIOS DE “LA ATALAYA
Semana del 10 de octubre: El milagro de la resurrección, y La resurrección nuestra esperanza fortificante, § 1-3.
Semana del 17 de octubre: La resurrección nuestra esperanza fortificante, § 4-25.
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