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‘Observe el mandamiento de manera inmaculada e irreprensible’La Atalaya 1954 | 1 de septiembre
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entonces, observando todas las reglas divinas.
Hay un tiempo para todo propósito bajo el sol, y ahora es el tiempo para la adoración limpia. Ahora es el tiempo para que peleemos a favor de Jehová y su organización y nuestros hermanos, sumergiendo los deseos personales y pasiones de la carne. Démos todo a Jehová ahora, y él nos dará todo a nosotros entonces, en su nuevo mundo. El hablar acerca de ello es fácil, el vivirlo es difícil. Los mejores sermones se ven, no se oyen; se viven, no se hablan. Si no empleamos tiempo en practicarlos, no debemos perder tiempo en predicarlos. A veces las mejores oraciones que decimos no las hacemos arrodillados, sino por la conducta de nuestra vida diaria. Si no queremos hacer lugar para su cumplimiento en nuestra vida, no debemos emplear tiempo diciéndolas sobre nuestras rodillas. No debemos orar de una manera, y actuar de otra. No debemos orar por unidad, y luego chismear; o por paz, y luego disputar; o por alimento espiritual, y luego privadamente especular; o por prosperidad y aumento de la organización, y luego no predicar; o por una organización limpia, y luego caer en la inmoralidad. Lo que oramos debemos decirlo de veras, y estar listos para tratar nuestro cuerpo severamente para que vaya de acuerdo con nuestras oraciones.
Por consiguiente, “corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mientras miramos atentamente al caudillo y perfeccionador de nuestra fe, Jesús.” A los cristianos se les manda: “Ustedes fueron llamados a este curso, porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles un modelo para que siguieran cuidadosamente sus pisadas.” Tenemos que adherirnos a las reglas a medida que contendemos por la fe. Los corredores no deben perder el paso mirando atrás; tampoco deben los cristianos mirar atrás en vez de adelante. Pablo dijo: “Olvidando las cosas que están atrás y esforzándome hacia adelante a las cosas que están más allá, prosigo hacia la meta para alcanzar el premio de la vocación de arriba.” Mientras corremos no debemos mirar atrás al viejo mundo, o vacilar o tambalear inciertamente perdiendo el rumbo. Mientras peleamos no debemos ser descalificados por violar las reglas establecidas debido a conducta indecente, sino que tenemos que dar golpes permitidos y fuertes. Para hacer esto tenemos que estudiar y reunirnos y trabajar juntos, inmaculadamente observar el mandamiento juntos, y entonces por la bondad inmerecida de Jehová todos ganaremos juntos. Que él nos ayude a lograr esa victoria.—Heb. 12:1, 2; 1 Ped. 2:21; Fili. 3:13, 14; Luc. 9:62; 17:32, NM.
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‘Se desmayan debido a temor y expectativa’La Atalaya 1954 | 1 de septiembre
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‘Se desmayan debido a temor y expectativa’
● La edad del hidrógeno ya ha introducido un nuevo aspecto del temor: el abandono de la defensa civil. Informa el Times de Nueva York del 7 de abril de 1954: “El Ayuntamiento Laborite de Coventry, una de las ciudades británicas que sufrió mayor daño durante la II Guerra Mundial, decidió anoche que la defensa civil es una pérdida de tiempo y desperdicio de dinero en vista de los informes acerca de los efectos devastadores de las bombas de hidrógeno. El ayuntamiento, por una votación de 32 contra 13, decidió a favor de informar a sir David Maxwell Fyfe, secretario de lo interior, de su decisión y los pasos que se habían propuesto dar para disolver el comité local de la defensa civil.” De nuevo se despliega a nuestra vista con aumentante intensidad la evidencia de uno de los detalles de la señal de los “últimos días,” a saber: “Sobre la tierra, angustia de naciones, . . . mientras que los hombres se desmayan debido al temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada.”—Luc. 21:25, 26, NM.
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