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Haciendo la guerra correctaLa Atalaya 1956 | 1 de noviembre
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15, 16. ¿Cómo participamos en la guerra espiritual? ¿Qué provisiones han sido hechas para nosotros?
15 Finalmente, todo combatiente a favor de Jehová tiene que tener la habilidad de dar a conocer la verdad a otros. Como Pablo dijo: “Que se me dé habilidad para hablar . . . con toda libertad de palabra para dar a conocer el secreto sagrado de las buenas nuevas, . . . para que hable en conexión con él con denuedo como debo hablar.” (Efe. 6:19, 20, NM) Aunque escribió como embajador en cadenas, Pablo lo hizo libremente y con denuedo, porque entendía plenamente el punto en disputa y la razón que había para la lucha. El soldado cristiano consigue este conocimiento por medio de la Palabra divina de verdad. De esta fuente él también saca el valor que es concomitante con la fe. Estando usted bien equipado de todas estas maneras con las armas de la luz o de la justicia, no retroceda tímidamente ahora. La noche está bien avanzada, el día se ha acercado, ¡y éste es el tiempo para acción!—Rom. 13:12.
16 “¡Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra!” (Sal. 144:1) Sí, el equipo para la batalla, un conocimiento del enemigo, la fuerza y valor para avanzar, todas estas cosas las provee sabiamente Jehová. Sin embargo, tenemos que hacer cuanto esté de nuestra parte. Así como el ejercicio y entrenamiento preceden a toda batalla humana, lo mismo sucede con la guerra espiritual. Jehová sabe lo que necesitamos y está consciente de nuestros requisitos, pero tenemos que usar sus provisiones. ¿Cuáles son? Estudio, asociación y servicio. Cada una de estas cosas desempeña una parte esencial en equiparnos y prepararnos. El estudio incluye tanto intenso como constante estudio personal y también el participar activamente en los estudios de congregación, todo lo cual es una parte del programa de entrenamiento para prepararnos para la refriega. De la asociación obtenemos estímulo y confianza y nos sentimos seguros del apoyo sincero de nuestros hermanos. No hay probabilidad de que uno gane en la lucha si está solo sin quien le apoye; por eso la asociación es vital. Luego en el servicio tenemos la oportunidad de probar nuestro equipo, de fortalecer nuestro conocimiento y de acostumbrarnos a usar la espada del espíritu. Use estas provisiones de Jehová al grado cabal y, después de que haya hecho usted todo lo que su poder le permita, Dios suministrará lo que se necesita para la victoria. Porque “tenemos este tesoro en vasijas de barro, para que el poder que es más allá de lo normal sea de Dios y no el que procede de nosotros mismos.”—2 Cor. 4:7-11, NM.
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Es sólo un negocioLa Atalaya 1956 | 1 de noviembre
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Es sólo un negocio
● Bajo el encabezamiento “Sacerdotes demandan salarios de gremio” el periódico Journal de Ithaca, Nueva York, del 19 de enero, publicó un despacho de la Prensa Asociada el cual decía que en Ahmedabad alrededor de cien sacerdotes “han formado un gremio para luchar por salarios más altos y mejoras en las condiciones del trabajo. Sosteniendo que son empleados de una industria, los sacerdotes han pedido al gobierno estatal de Bombay que los incorpore bajo la ley de salarios mínimos y que les permita presentar su causa ante un tribunal industrial del estado.” ¡Qué desemejante a la verdadera religión, la cual es un servicio a Dios, no a uno mismo, y en la cual ministros maduros siguen el consejo: “Pastoreen la grey de Dios . . . , no por fuerza, sino voluntariamente, tampoco por amor de ganancia deshonrosa, sino con anhelo”!—1 Ped. 5:2, NM.
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