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Jesús y los judíosLa Atalaya 1956 | 1 de noviembre
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este cuadro falso, exponiendo a los cristianos fraudulentos. Muestre las dos venidas, y el hecho de que hace diecinueve siglos la nación judía rechazó a Jesús porque buscaba la venida que no debía haber buscado. Muestre las profecías que Jesús cumplió la primera vez que vino, y las que ahora se cumplen durante su segunda presencia. Señale que pronto Abrahán e Isaac y Jacob y Moisés habrán regresado, resucitados para actuar como príncipes en la tierra nueva y para heredar las promesas que se les hizo hace mucho. Describa las condiciones benditas de unidad que regirán entre los hombres en ese tiempo, con salud y felicidad y vida eterna para todos los obedientes.—1 Cor. 9:20, 22, NM.
Los líderes religiosos judíos de tiempos antiguos demandaron la muerte de Jesús como un servicio a Jehová Dios, y Jesús correctamente aplicó las palabras de Isaías a ellos: “Hipócritas, Isaías profetizó aptamente acerca de ustedes cuando dijo: ‘Este pueblo me honra con sus labios, sin embargo su corazón está alejado de mí. Es en vano que continúen guardándome respeto, porque enseñan mandamientos de hombres como doctrinas.’” (Mat. 15:7-9, NM; Isa. 29:13) Los llamados cristianos de tiempos pasados y presentes han perseguido y matado a judíos y a otros en el nombre de Jesús y se han imaginado que le han rendido servicio a Dios, y a ellos también aplican las supracitadas palabras de Isaías. Pero muchos miles de personas de entre la gente común, judíos, aceptaron a Jesús hace mucho tiempo, y centenares de miles de entre la gente común hoy lo aceptan en este tiempo de su segunda presencia.
Hable a los judíos acerca de Jesús. No evite el tema. Pero muestre entendimiento del modo judío de pensar, borre el cuadro falso dado por los falsos religiosos y cruzados e inquisidores, antiguos y modernos. Pero hable a los judíos acerca de Jesús, trate de remover la causa de tropiezo. “No hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre bajo el cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual hayamos de ser salvos.”—Hech. 4:12, NM.
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El sionismo no tiene ningún derecho inalienableLa Atalaya 1956 | 1 de noviembre
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El sionismo no tiene ningún derecho inalienable
● No puede decirse que Arnold J. Toynbee, uno de los historiadores más célebres de la actualidad, tenga fe en la Biblia como la Palabra inspirada de Dios. Él sostiene que los cristianos deben reconocer “todas las religiones elevadas como revelaciones de lo que es bueno y correcto,” y no pretender que sólo la religión de ellos lo es. Por lo tanto es interesante observar como Toynbee, a base de la Biblia, señala las debilidades de la pretensión del sionismo a Palestina. Toynbee acusa a los sionistas “de una importunidad que se aproximó a impiedad en su esfuerzo por quitar de las manos de Dios el cumplimiento de la promesa de Dios de restaurar a Israel a Palestina por la iniciativa propia de Dios.” Señala que a Israel no se le dió ningún derecho inalienable a Palestina, sino que su posesión de esa tierra dependía enteramente del favor de Dios y de la obediencia de Israel a los mandamientos de Dios, y que el sionismo pasa por alto estas condiciones. “Por no tomar en cuenta la voluntad de Dios ni la conducta de Israel, el sionista se apartó del fundamento espiritual que era la única base segura para el derecho de propiedad de los judíos al terreno de la tierra santa,” según dice él. Toynbee hasta dice que la manera más segura en que puede proceder Israel para perder el derecho de propiedad a la tierra santa es que el sionismo se deje llevar por el engaño de que una “concesión [condicional] procedente del Dios Todopoderoso era un derecho de nacimiento inalienable.” (A Study of History, Tomo VIII, página 601) No existe duda de ello, el gran Dador de toda buena dádiva y de todo don perfecto establece sus condiciones: “Si fuereis bien dispuestos y obedientes, de lo mejor de la tierra comeréis; pero si rehusáis y os rebeláis, seréis devorados a espada.”—Isa. 1:19, 20.
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