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  • w56 15/5 págs. 316-318
  • La actividad ministerial de los testigos de Jehová

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  • La actividad ministerial de los testigos de Jehová
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1956
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1956
w56 15/5 págs. 316-318

La actividad ministerial de los testigos de Jehová

Informe tomado del “Yearbook” para 1956 (en inglés)

CHILE

Número máximo de ministros predicando

1945: 83

1955: 1,172

Población: 6,000,000

Allá en 1930 un solo publicador comenzó la obra en Chile. Por quince años la obra avanzó gradualmente hasta que alcanzó a ochenta y tres publicadores en 1945. Hoy día hay muchos testigos dando a la gente de Chile el mensaje del reino de Dios. A cualquiera se le pueden hacer las preguntas: “¿Cuál es la meta de usted en la vida? ¿Está usted infructuosamente tratando de encontrar la felicidad en un viejo mundo infeliz? ¿Por qué no ser diferente? ¿Por qué no tener éxito de una manera nueva?” Considérelo de la manera que lo consideró el apóstol Pablo, a saber: “De este modo, en realidad, hice mi meta el no declarar las buenas nuevas donde Cristo ya había sido nombrado, para no estar edificando sobre el cimiento de otro hombre.” (Rom. 15:20, NM) Los precursores pueden hacer eso. Los misioneros continuamente hacen eso al ir a los cabos de la tierra. En Chile hay un campo grande en que llevar a cabo la obra misionera, y la Sociedad tiene setenta misioneros allí ahora. Son un grupo feliz, y Jehová los ha bendecido ricamente. El siervo de sucursal escribe acerca de otros que tienen espíritu misionero y aquí están algunos extractos de su informe.

“El hermano B———, quien ha avanzado a grandes pasos hacia la madurez, tiene el oficio de pescador. Desde que aprendió la verdad prefiere pescar hombres más bien que peces. Él llevó consigo un buen abastecimiento de literatura bíblica en su viaje por la costa septentrional de Chile. Pescaba de noche y predicaba de día en las varias ensenadas a lo largo de la costa. Durante un mes él colocó 131 revistas y muchas otras ayudas bíblicas con ‘aquellos a quienes ningún anuncio se había hecho.’ Fué el gozo del misionero lo que él expresó cuando escribió: ‘Hermano, me siento feliz al servir a Jehová en estos lugares.’

¿Qué está haciendo usted con su vida? Quizás haya trabajado muchos años buscando inútilmente la satisfacción. Por tres años una señora había sido monja de la orden más sacrificada, pero dejó la orden con el corazón vacío. Por catorce años más viajó por el país en el uniforme militar del ‘Ejército evangélico de Chile.’ Sin embargo, después de unos cuantos meses de estudio de la Biblia con los testigos de Jehová encontró por fin el verdadero conocimiento de Dios, emprendió la obra de testificar y ha empezado once estudios bíblicos con otros. Ella comentó felizmente: ‘Ahora sé que la verdadera manera de conocer a Jehová es dando conocimiento espiritual a otros. Dios ha sido tan paciente conmigo mientras yo lo buscaba que yo quiero hacer lo mismo para otros.’

“Durante muchos años un hombre de negocios de Santiago ha renovado su suscripción a la revista ¡Despertad! porque le gusta la variedad de temas de ésta. Pero el publicador que recibía los renuevos nunca había podido tener una buena conversación con él, pues él tenía la actitud de que todo asunto religioso había de dejarse a la mujer de la casa. Se portó de manera diferente este año y con genuino calor y entusiasmo invitó al publicador a que entrara. ¿La razón? Durante años él había sido esclavo del tabaco, hasta que leyó un artículo reciente en ¡Despertad! en que se daban sugestiones, tocantes a cómo dejar de fumar. Las puso en práctica y se deshizo de la costumbre. El efecto que esto tuvo en sus nervios y bienestar general le asombró, tanto a él como a su familia. Esto dió la oportunidad para una plática larga acerca del verdadero propósito de la revista y la esperanza que ella ofrece.

“El volver a los lugares donde se exhibe la película de la Sociedad, ‘La Sociedad del Nuevo Mundo en Acción,’ muestra cuán eficaz es ésta en territorios nuevos. En un pueblito del sur las invitaciones ofrecidas de casa en casa atrajeron a 220 personas que llenaron el salón municipal para la exhibición. Pero ¿vendría alguno de éstos para escuchar una conferencia bíblica de una hora? El siervo de circuito escribe diciendo que cincuenta asistieron y todos prestaron muy buena atención. En una ciudad del norte más de 500 personas vieron la película y unos meses más tarde cuarenta y cinco personas asistieron a la conferencia del siervo de circuito. Él informa que hay interés extraordinario allí y que es territorio donde la obra de los misioneros promete dar buenos resultados.”

ECUADOR

Número máximo de ministros predicando

1947: 24

1955: 319

Población: 3,077,000

La situación política de un país puede causarle bastante disturbio a la predicación de las buenas nuevas. Pero los testigos de Jehová tienen que ser pacientes y continuar predicando a pesar de las circunstancias, en tiempo favorable y en tiempo desfavorable. Cambió la situación política en Ecuador durante el año pasado, y se observó que se ejerció mucho menos presión contra los testigos de Jehová que en otros tiempos. El gobierno favorece más la libertad de palabra y la libertad de adoración. Los testigos de Jehová están muy agradecidos por esto y ciertamente se han aprovechado de ello al seguir adelante con la predicación de las buenas nuevas del Reino. Han gozado de un aumento de dieciséis por ciento, y ochenta y tres personas se bautizaron durante el año. El siervo de sucursal contó algunas experiencias muy interesantes, pero hay un relato muy largo que es bien típico del país y de la gente que vive en naciones que están bajo dominio católico. Debiera hacer que todos nosotros nos sintamos muy agradecidos de haber aprendido la verdad, aunque probablemente no lo hayamos hecho en circunstancias tan difíciles, y también, de que nosotros podamos predicar sin tener que sufrir castigo de la clase que se menciona en el relato. Esta es la experiencia:

“Este año Riobamba atrae nuestra atención porque es la primera congregación del país a la cual se ha dejado que siga trabajando sola sin la ayuda de misioneros. Fué al tiempo de la asamblea en Ambato que se hizo la decisión sobre este asunto. Los hermanos de Riobamba sentían temor y les parecía que se les estaba abandonando. Pero sólo un mes más tarde decían: ‘¡Qué bendición!’ Sí, pronto supieron que los misioneros no eran quienes los unían y les hacían trabajar. Era el amor que ellos le tenían a Jehová y el amor que se tenían unos a otros. Los talentos dormidos se avivaron y fueron mejorados hasta producir un cuerpo de siervos completamente capacitado. Y ahora que no había un hogar misionero en que reunirse, tenían que enfrentarse al problema de mantener un Salón del Reino alquilado localmente. ¡Cuán felices estuvieron cuando la primera vez que abrieron la caja de contribuciones hallaron suficiente dinero para pagar dos meses de arriendo! La congregación ha seguido aumentando y ahora en Riobamba hay un testigo de Jehová por cada mil personas.

“La esposa del siervo de congregación de Riobamba se demoró bastante tiempo, pensando, antes de aceptar la verdad. Al parecer, las palabras de su marido hacían poca mella en ella. Pero un día una hermana menor de ella, Orffa, quien, junto con otra menor todavía, Yolanda, ya era una testigo ‘clandestina’ de Jehová, comenzó a hablarle acerca de esta continua indiferencia, y para añadir peso a su argumento dijo: ‘Mira por lo que yo tengo que pasar por la verdad,’ y le mostró en la espalda verdugones y contusiones, el resultado de las palizas constantes de las cuales ella y Yolanda eran víctimas continuamente a manos de sus padres católicos. Desde ese tiempo su hermana Lucía progresó rápidamente en la obra de dar el testimonio y pronto se bautizó.

“Poco antes de la fecha en que ella se bautizó el sacerdote local dió instrucciones a la madre de las tres hermanas al efecto de que si ella no se deshacía de Orffa ella misma sería excomulgada de la iglesia. De modo que el resultado fué que Orffa fué despedida del hogar, una bendición en disfraz de castigo. En la próxima ciudad ella encontró empleo seglar con que sostenerse y dedicó el resto de su tiempo, unas setenta horas al mes, al servicio. Con su libertad recién adquirida ella, también, ahora podría viajar a la asamblea próxima para ser bautizada con su hermana Lucía.

“Así fué que Lucía y Orffa se encontraron entre los candidatos para la inmersión en la primera fila del salón de asamblea menos de dos meses más tarde. Pero mientras escuchaban el discurso sobre el bautismo, ¡quién entró a puntillas sino su hermana Yolanda! ¡Cómo se sonreía! Sabiendo que la asamblea había comenzado el día anterior a gran distancia, sus padres habían pensado que no había peligro en dejarla salir de la casa. Pero Yolanda, sin pensar siquiera en la clase de recepción que, al regresar, podría esperar, subió al autobús y viajó más de 100 millas para llegar a la ciudad de la asamblea, llegando justamente a tiempo para escuchar la explicación sobre la dedicación y para ponerse de pie al lado de Lucía y Orffa para demostrar que estaba determinada a hacer la voluntad de Jehová como testigo bautizada, viniera lo que viniera.

“Ahora Lucía es uno de los predicadores más experimentados de Riobamba y participa semanalmente en entrenar a otros. Orffa goza diariamente de este privilegio, porque ella ahora es una predicadora de tiempo cabal de las buenas nuevas. Yolanda todavía sufre valientemente, pero predica a pesar de eso. Es su deseo seguir el mismo proceder que Orffa, y sin duda Jehová abrirá el camino.

“Los últimos cuantos días de este año de servicio los hemos pasado en la gozosa Asamblea ‘El Reino Triunfante’ y ésta ciertamente ha sido una ocasión sobresaliente para el pueblo de Jehová aquí. El viajar en Ecuador no es de ninguna manera una experiencia fácil y en ocasiones anteriores no más de cincuenta personas de fuera de la ciudad de asamblea han podido viajar a las asambleas. Pero esta vez hubo más de 180. Estos hermanos no tenían automóviles u otros medios convenientes de viaje; viajaron apretujados en camiones de carga sobre caminos incompletos desde las regiones colmadas de nieve de los Andes hasta el puerto tropical de Guayaquil. Un hermano que había de pronunciar una de las conferencias de apertura de la asamblea no había dormido en cuatro días. Fué una conferencia maravillosa.

“En esta asamblea ciertamente tuvimos una excelente representación del país entero.”

Yo me alegré cuando me decían: ¡Vamos a la Casa de Jehová! ¡Plantados están ya nuestros pies dentro de tus puertas, oh Jerusalem!—Sal. 122:1, 2.

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