la Palabra revelada de Jehová, y con el espíritu santo y bendición de Dios sobre sus esfuerzos, llegaron a estar adecuadamente capacitados para su asignación divina. “No que de nosotros mismos estemos adecuadamente capacitados para estimar algo como proveniente de nosotros mismos, sino que el estar nosotros adecuadamente capacitados proviene de Dios, quien de hecho nos ha capacitado adecuadamente para ser ministros.”—2 Cor. 3:5, 6, NM.

22. (a) ¿A qué grado han aceptado los testigos de Jehová la asignación otorgada a ellos? (b) ¿Cuáles son algunas de las preguntas interesantes que se contestarán en el siguiente artículo?

²² De modo que a los cabos de la tierra estos mensajeros de Jehová capacitados y autorizados se han estado apresurando, a pesar de las fronteras nacionales y de las barreras lingüísticas. Nada parece impedir su actividad de predicación. Como sucedió en el caso de Jeremías, tormentas violentas de persecución y oposición aborrecible han descargado su furia contra ellos, pero tales cosas no han detenido a los testigos de Jehová. Tampoco han retrocedido por temor o a causa de los decretos de reyes, príncipes, dictadores, papas o sacerdotes. En el artículo siguiente se considerará cuán bien han prosperado en su asignación, a qué grado han entregado el mensaje de Jehová contra Gog de Magog y cuáles han sido los resultados.

‘Hombres de poca fe’

BAJO ese título el Valley News de Hanover, New Hampshire, publicó el 11 de abril de 1956 el siguiente editorial de sentido común:

“De vez en cuando un funcionario público crea una situación que nos deja a los demás preguntándonos si tal persona ha oído alguna vez de libertad, democracia, y derechos políticos y humanos. A lo menos estas acciones denotan falta de fe en cuanto a que los pueblos entiendan lo que es libertad. A lo más, son un despliegue craso y arbitrario de la habilidad oficial de hacer de brisas huracanes. El funcionario que más recientemente hizo una brecha en los baluartes de la libertad es el general ayudante Francis Billado, de Vermont. Un grupo de testigos de Jehová planeó celebrar una reunión de área en Bennington. Querían usar la Armería de la Guardia Nacional. Firmaron un arrendamiento formal y legal para usar el edificio así como lo hicieron los representantes de la Guardia Nacional. Los testigos entonces dieron publicidad a la reunión en sus reuniones corrientes.

“Entonces, como si fuera un rayo en medio de un cielo despejado, más de un mes después de haber sido firmado el contrato y haber terminado los testigos los arreglos de publicidad anticipada, el general Billado canceló abruptamente el contrato. Él dió como su razón la ‘posibilidad de disturbio—un alboroto o algo así.’ Los testigos, quienes esencialmente son gente pacífica, han preferido no luchar en las cortes para hacer que se cumpla con el arrendamiento. Una de dos cosas se puede ver claramente: O la Guardia y Billado no sabían nada acerca de los testigos cuando firmaron el contrato o se ha influido en ellos desde afuera. Si lo que sucede es lo primero, entonces es una muestra sorprendente de ignorancia en un nivel oficial encumbrado. Si lo que sucede es lo último, entonces Billado tiene el deber de hablar con franqueza, dando nombres y revelando por qué él cree que hay ‘posibilidad de disturbio.’

“Los testigos de Jehová son una secta que ha demostrado vez tras vez que puede celebrar reuniones ordenadas. Sus asambleas nacionales han sido tan bien organizadas y manejadas que han despertado la admiración de los que los han observado llevar a cabo sus funciones. En general sus creencias no son populares, y sin embargo la secta es uno de los grupos religiosos que más rápidamente están creciendo en los Estados Unidos. La gran mayoría de los estadounidenses tiene firmemente asidos los principios de la libertad. Cuando ven a un funcionario prominente apartándose de un compromiso legal debido a la ‘posibilidad de disturbio,’ tienen buena razón para preguntarse a qué se debe.

“El gobernador Johnson, según se le ha citado, ha dicho que él se propone obtener ‘información completa’ en cuanto al incidente. Esperamos que haga exactamente eso y que si, como mucho sospechamos, no hay evidencia de un ‘peligro claro y presente,’ ninguna ‘posibilidad de disturbio—un alboroto o algo así,’ tenga el valor de arreglar el asunto públicamente.”