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La actividad ministerial de los Testigos de JehováLa Atalaya 1962 | 15 de marzo
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hasta a una muchacha que era la presidenta de un grupo de la Acción Católica, y esta muchacha dijo que le gustaría que Gloria hablase con un “hermano.” Prestamente accedió, de modo que se hicieron arreglos para pasar a buscarla y, al llegar a su destino, ¡dónde se halló sino en una escuela de sacerdotes! Pronto estuvo rodeada por sacerdotes, uno de los cuales condujo la discusión—ciertamente que no bajo las circunstancias más fáciles para testificar. Pero, aunque es una persona tímida por naturaleza, halló fuerzas para defender con mucho tacto e impavidez la verdad en cuanto a tales doctrinas como la trinidad, y la muchacha que la llevó quedó sumamente desilusionada al ver que en lugar de ser reconquistada Gloria otra vez a la Iglesia Católica, el sacerdote estaba siendo puesto en aprietos ante tantos de los sacerdotes estudiantes y quedó ella misma también disgustada por la actitud insolente del sacerdote. Gloria ahora está enseñando en la escuela de una pequeña aldea y continúa tomando una posición firme a favor de la verdad. A la hora cuando las monjas vienen a enseñar religión toma su Biblia y sus ayudas para el estudio de la Biblia y visita a los hogares vecinos. Simbolizó su dedicación en nuestra reciente asamblea de circuito y ahora anhela el tiempo cuando pueda ser precursora.’”
COLOMBIA
Número máximo de Población: 13,500,000
publicadores: 2,013 Proporción: 1 a 6,706
Pablo, escribiendo a los corintios, dijo: “Estén firmes, inmovibles, siempre con mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo no es en vano en relación al Señor.” (1 Cor. 15:58) Los testigos de Jehová en Colombia creen eso. Su trabajo no ha sido en vano, pues disfrutaron de un aumento de más del 20 por ciento en el número promedio de los proclamadores de las buenas nuevas del Reino. Aquí damos algunas de las experiencias que el siervo de sucursal envía:
“Un siervo de circuito relata: ‘Trabajando de puerta en puerta en Cali, me encontré con una joven maestra católica que dijo que no podía aceptar ni siquiera una revista. Sin embargo, cuando le mostré la Biblia católica “aprobada,” se sentó y escuchó con una evidente sed por el agua de la verdad. Rehusó la literatura, pero me invitó a que volviera para leerle más textos bíblicos. Una semana después nuevamente escuchó cuidadosamente a la lectura de la Biblia pero rehusó la literatura. A la tercera revisita, después de mucho razonamiento bíblico, aceptó el número especial de ¡Despertad! sobre “La Iglesia Católica en el siglo veinte.” Puesto que tenía que marcharme a otra congregación, dejé la visita a otro publicador, el cual fue bien recibido en las visitas siguientes y finalmente logró que el hermano de la maestra concurriera a un discurso público. El día siguiente se hizo otra visita y se comenzó un estudio con el folleto “Buenas nuevas.” Esta experiencia muestra la importancia de visitar a las personas interesadas aunque no se coloque literatura en la visita inicial.’
“Durante la asamblea de circuito la esposa del siervo de distrito tomó nota cuando una mujer le dijo: ‘Mi esposo es un fotógrafo y compra La Atalaya frecuentemente y le gusta mucho. No deje de volver a verlo.’ Puesto que éste era el último día de la asamblea, la hermana dejó la dirección a un publicador local. Él hizo la visita. ¿El resultado? Una feliz sorpresa cuando, en la asamblea de distrito cuatro meses después, el publicador presentó al fotógrafo y su esposa con grandes sonrisas, diciendo que han estado estudiando con regularidad y concurriendo a las reuniones y se están preparando para ser bautizados dentro de poco. Vale la pena revisitar a toda persona interesada que uno encuentra o hacer arreglos para que alguien lo haga.
“Una misionera fue gratamente sorprendida cuando una señora se le acercó en la calle para decirle cuánto le agradaba la revista La Atalaya y para preguntarle sobre la trinidad, pues le daba dolores de cabeza a su hija de nueve años pensar en ello. Se contestaron las preguntas, colocándose el libro Paraíso e iniciándose un estudio. Después de dos visitas el sacerdote le mandó decir a la señora que tendría que dejar de estudiar la Biblia o mudarse, puesto que todo el vecindario estaba siendo afectado. Cuando la mujer le transmitió este mensaje a su esposo católico, él le mandó decir al sacerdote que podía dar órdenes solamente en la iglesia y no en su hogar. El esposo ahora entusiásticamente lee y estudia con el resto de su familia.”
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Siguiendo tras mi propósito en la vidaLa Atalaya 1962 | 15 de marzo
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Siguiendo tras mi propósito en la vida
Según lo relató Maxine Miller García
LA VIDA del cristiano está bien señalada por puntos significativos—indicadores de progreso a la madurez y ocasiones de gozo especial-todos los cuales dan la seguridad de la aprobación de Jehová. Uno de estos puntos significativos en mi vida fue una reunión especial de graduados de Galaad que arregló el presidente de la Sociedad Watch Tower, nuestro amado hermano Knorr, en la inolvidable asamblea internacional en la Ciudad de Nueva York en el verano de 1958. Fui una de los más de treinta graduados presentes de la primera clase de Galaad. ¿Cómo llegué a estar entre ellos? Escuche usted mi historia.
Cuando nací mis padres eran cristianos dedicados. Estando conscientes de sus responsabilidades dadas por Dios, se pusieron a entrenar a nosotros cuatro, sus hijos, a ser alabadores del Todopoderoso Dios, cuyo nombre es Jehová. Efectuaron un trabajo cabal, y uno por uno, a medida que entendíamos lo que significaba, dedicamos nuestra vida a Jehová. Habiendo participado en publicar las buenas nuevas desde que tenía seis años, fui bautizada a la edad de catorce años, e inmediatamente la meta hacia la cual comencé a mirar fue la predicación del Reino de tiempo cabal. A través de los años de estar en la escuela secundaria mi hermana y yo planeamos para el servicio de precursoras.
VIENDO EL PRECURSORADO DESDE EL PUNTO DE VISTA CORRECTO
Nos preguntábamos cómo podríamos ganar bastante dinero para entrar en el trabajo de precursoras, dado que las dos teníamos el punto de vista de que se necesitaban un auto y un carro-casa para trabajar de precursoras. En 1938 se nos recalcó que la manera de llegar a ser precursor no es ganando dinero. Ese año el siervo de zona y su esposa visitaron nuestra congregación, y, al enterarse de nuestro deseo de ser precursoras, nos llevaron con ellos a visitar a Albany, Oregón, y nos ayudaron a hacer arreglos para ser precursoras con una hermana que acababa de comenzar en dicho servicio y deseaba alguien con quien trabajar. Ella y su esposo tenían su carrocasa estacionado en la granja de una hermana anciana, y había lugar para nosotras allí. Viendo el camino abierto, inmediatamente enviamos nuestras solicitudes de precursor. Tan pronto llegó la respuesta de la Sociedad nos pusimos en camino a Albany para comenzar a trabajar.
¿Podríamos tener buen éxito? Sí, poniendo en primer lugar nuestro ministerio. Nunca nos hizo falta el alimento que necesitábamos. Cambiábamos la literatura por
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