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El apóstol amado escribe el cuarto EvangelioLa Atalaya 1962 | 1 de julio
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Evangelios en conjunto. ¿Podríamos imaginarnos que alguien que no fuera discípulo íntimo de Jesús pudiera pintarnos semejante cuadro de Jesús?
De los doce, Jesús seleccionó a tres para intimidad especial: Pedro, Santiago y Juan. Solamente éstos acompañaron a Jesús dentro de la casa y lo vieron resucitar de entre los muertos a la hija joven del oficial presidente de la sinagoga; solamente éstos le acompañaron al monte de la transfiguración, y solamente éstos le acompañaron más adentro del jardín de Getsemaní. Lógicamente sería uno de estos tres el que nos daría la vista más exaltada de Jesús. Pedro y Santiago murieron mucho antes de que se escribiera el cuarto Evangelio. Aquel a quien Jesús amaba en especial tiene que haber sido uno de estos tres y por lo tanto Juan.
Algunos sostienen que el capítulo Juan 21 del Evangelio de Juan, que relata que Jesús le dio a Pedro la comisión triple de alimentar a sus corderitos u ovejitas, fue escrito por una mano distinta a la que escribió el resto del Evangelio porque el último versículo del capítulo anterior (20) tiene la forma de una conclusión; pero no es así. El estilo del capítulo 21 es el de Juan y sin duda fue añadido más tarde por él mismo.
¡Qué tesoro tenemos en el cuarto Evangelio! Qué bien cumple su propósito: “Estas han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios, y que, a causa de creer, tengan vida por medio de su nombre.”—Juan 20:31.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1962 | 1 de julio
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Preguntas de los lectores
● Cuando Dios dice, en Génesis 1:30: “A toda bestia salvaje de la tierra y a toda criatura volátil de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra en que hay vida como alma yo les he dado toda la vegetación verde para alimento,” ¿hemos de entender que esto excluye en absoluto la idea de que hubiese animales que comieran carne al tiempo de declararse eso o antes de ello? Y sobre esta base ¿hemos de concluir que todos los animales serán vegetarianos en el nuevo mundo? ¿Cómo, pues, podemos explicar la existencia de aves, insectos y reptiles que comen carne, y otros animales que tienen dientes venenosos, capacidad para cazar, etc., que aparentemente recibieron al tiempo de su creación y que los equipan admirablemente como comedores de carne?
Génesis 1:30, tal como se acaba de citar, no dice que Dios les había dado “toda la vegetación verde para alimento” a las bestias salvajes, a las criaturas volátiles y a todo lo que se mueve sobre la tierra como agregado a cualquier carne que pudiesen conseguir por medio de cazar. El versículo justamente antes del citado nos dice que Dios dijo a Adán y Eva: “Aquí les he dado toda vegetación que produce semilla que está sobre la superficie de toda la tierra y todo árbol en el cual está el fruto de un árbol que produce semilla. Que les sirva a ustedes de alimento.” (Gén. 1:29) No entendemos que esto significa que Adán y Eva podían comer animales que se sustentaban de la hierba y otra vegetación, y que al comer tales animales menos su sangre Adán y Eva estaban comiendo la vegetación indirectamente, puesto que, en primer lugar, los animales hubieran consumido la vegetación y entonces Adán y Eva hubieran consumido los animales que se hubiesen sustentado de aquella vegetación y la hubiesen convertido en carne. ¡No! Se hace patente que Dios puso al hombre perfecto y a la mujer perfecta en un régimen vegetariano, sin sugerir siquiera productos lácteos.
Fue después del diluvio que Dios por primera vez especificó claramente que Noé y su familia y sus descendientes podían comer carne sin la sangre. Esto indica que hombres temerosos de Dios como Abel, Enoc y Noé y su familia no se habían sustentado de la carne de animales y aves antes del diluvio. No sabemos de qué se habrán sustentado los hombres impíos hasta el diluvio. Abel, Enoc y Noé y su familia no se valieron de rodeos al razonar sobre el asunto de modo que violaran la ley dietética edénica
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