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Las buenas nuevas según MateoLa Atalaya 1962 | 15 de mayo
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su pesar a causa de ser rechazado él por su pueblo y su proclamación de que la casa de ellos se les dejaba a ellos.
En seguida notamos como si fuera un breve respiro en que Mateo nos cuenta acerca de Jesús presentando su gran profecía respecto a su segunda presencia a varios de sus discípulos en privado en el monte de los Olivos a poca distancia fuera de Jerusalén. Esta profecía ha tenido cumplimiento notable en los sucesos que han estado aconteciendo desde 1914: guerras, terremotos, escasez de alimento, y, entre otras cosas, la predicación de las buenas nuevas del reino de Dios en toda la Tierra. Entonces Mateo nos da otras tres parábolas del Reino, la de las diez vírgenes, la de los talentos y la de las ovejas y las cabras.
Ahora siguen en sucesión rápida la descripción por Mateo de la institución por Jesús de la “cena del Señor,” su juicio y muerte—acontecimientos con que están familiarizados todos nuestros lectores. Entonces viene el emocionante clímax con la resurrección de Jesús, en el capítulo 28—las mejores de las noticias; porque sin la resurrección de Jesús todo habría sido en vano. Y puesto que una conclusión es lo que con más probabilidad será recordada, Mateo cierra su Evangelio sabiamente con la comisión mundial de Jesús a sus discípulos y su promesa segura de permanecer con ellos: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la Tierra. Vayan pues y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles que observen todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren! estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas.”
El Evangelio de Mateo es verdaderamente buenas nuevas. Su selección y arreglo eficaces de los acontecimientos del ministerio terrenal de Jesús manifiestan el efecto del espíritu santo sobre una mente perspicaz y apreciativa. Una vista panorámica de él ciertamente aumenta nuestra apreciación del Evangelio de Mateo. ¡Que seamos mejores cristianos en virtud de esa apreciación aumentada!
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Dos revistas—cuatro testigos nuevosLa Atalaya 1962 | 15 de mayo
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Dos revistas—cuatro testigos nuevos
En Venezuela una señora obtuvo ejemplares de La Atalaya y ¡Despertad! de un Testigo que iba de casa en casa. Los puso a un lado y se olvidó de ellos. Entonces, cierto día, su esposo los notó entre sus discos musicales y los leyó. Tanto apreció lo que leyó que se apresuró a visitar la oficina de sucursal de la Sociedad y se suscribió a ambas revistas y obtuvo más literatura que le ayudaría a estudiar la Biblia. Se le invitó a asistir a una conferencia que se dictaría en el Salón del Reino, y pocas semanas después vino con su esposa. Disfrutó mucho de la conferencia y le impresionó la amigabilidad de los Testigos.
Se hicieron arreglos para que tuviera un estudio bíblico en su hogar. Poco tiempo después sus dos cuñadas vinieron de las islas Canarias y comenzaron a participar en el estudio de la Biblia y a asistir a las reuniones del Salón del Reino. Dentro de cinco meses estas cuatro personas estaban participando en predicar de casa en casa. Y todo empezó con dos revistas.
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