-
¿Cuán limpio debe ser un gobierno?La Atalaya 1968 | 1 de mayo
-
-
Juan adorara a Dios relativamente por medio de él. Juan, uno de los apóstoles del Señor Jesucristo, será uno de los 144.000 miembros del gobierno de Dios. Este fue un excelente ejemplo que le puso el ángel, en repetición de una advertencia que ya se había dado antes, en Revelación 19:10. Nos alegra saber esto; aun nos alegra más leer las palabras de este rollo y ponernos en armonía con él sin demora.
22. Explique cómo el gobierno del Reino asegurará justicia en todas partes del universo.
22 La Biblia indica que los que estarán con Cristo en los cielos como miembros del gobierno universal celestial de Dios reinarán como reyes y sacerdotes con él. Serán inmortales, incorruptibles. (Rev. 20:6; 1 Cor. 15:53, 54) Entonces no habrá ningún defecto, porque Dios los ha puesto allí debido a su lealtad probada y los ha hecho a la imagen de su Hijo Jesucristo. (1 Cor. 15:49; Fili. 3:21) Además, aun los ángeles, que serán esclavos de Dios y de Cristo, sirviendo bajo este gobierno, también son de integridad moral indiscutible y llevarán a cabo las órdenes del gobierno completa y perfectamente. Se encargarán de que los justos príncipes terrestres que sirven bajo el Reino celestial lleven a cabo justicia pura en la Tierra.—Sal. 45:16; Isa. 32:1.
UN PUNTO DE VISTA DE FELICIDAD
23. (a) Muestre por qué no habrá causa para faltarle el respeto a la administración del Reino y, ningún agrietamiento que cause su caída. (b) ¿Cómo representa el salmista el gozo de los que son leales a este gobierno?
23 Entonces las instrucciones directivas dadas por el gobierno serán correctas, los juicios puros y santos en todo sentido, a grado cabal, espiritual, moral y físicamente. (Sal. 19:7-9) No habrá dirección incorrecta; no será copiado ningún defecto por alguno de los súbditos terrestres y multiplicado entre éstos. No habrá injusticia, ninguna falla en cuanto a hacer observar las leyes limpias y justas de Dios, ninguna causa para falta de respeto a su gobierno. Así de limpio será el gobierno eterno de Dios y así de limpio tiene que ser para que perdure. La humanidad entera tendrá confianza perfecta en el gobierno. ¡Cómo brillarán los ojos de la gente bajo él! ¡Qué felices son los que ahora tienen esta fe, y qué feliz estará toda la humanidad al cantar: “Feliz es el que tiene al Dios de Jacob por ayuda suya, cuya esperanza está en Jehová su Dios, el Hacedor del cielo y de la tierra, del mar, y de todo lo que en ellos hay, Aquel que observa apego a la verdad hasta tiempo indefinido. Jehová será rey hasta tiempo indefinido, tu Dios, oh Sion, por generación tras generación. ¡Alaben a Jah!”—Sal. 146:5, 6, 10.
-
-
No comían sangreLa Atalaya 1968 | 1 de mayo
-
-
No comían sangre
● Minucio Félix, un escritor latino del siglo tercero de nuestra era común, escribió un diálogo intitulado “Octavio.” En éste se esforzó por refutar acusaciones hechas contra los cristianos profesos de su día. Una historia que había estado circulando era que ellos bebían sangre, siendo “iniciados con la matanza atroz y la sangre de un infante.” Después de bosquejar las prácticas paganas que mostraban desacato craso a la vida y la santidad de la sangre, Minucio Félix mostró que los que confesaban el cristianismo en ese tiempo respetaban la ley de Dios sobre la sangre. Escribió: “Ellos [los paganos] tampoco son diferentes de aquel que devora las bestias salvajes de la arena, se embadurna y se mancha de sangre, o engorda con las extremidades o las entrañas de los hombres. Para nosotros no es lícito ni ver ni oír en cuanto a homicidio; y nos retraemos tanto de la sangre humana, que no usamos ni siquiera la sangre de animales comestibles en nuestro alimento.” (El Octavio de Minucio Félix, cap. XXX, según se publicó en The Ante-Nicene Fathers, tomo IV, páginas 191, 192) Es digno de notarse que tan tarde como el siglo tercero E.C. los que pretendían seguir a Cristo poseían una actitud hacia la sangre que era bíblica y no diferente de los cristianos verdaderos de hoy en día.—Gén. 9:3, 4; Hech. 15:28, 29; 21:25.
-