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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1968 | 1 de abril
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hecho arreglos para proveerle su comida de esta manera, en la casa de su familia, porque ambas familias están libres del trabajo seglar y les es posible hacer una visita. El hecho de que sea un día de fiesta mundano no significa que es incorrecto tomar una comida con los parientes de uno. Ella podría dar testimonio durante tal comida.
Note el principio de 1 Corintios 8:8: “El alimento no nos recomendará a Dios; si no comemos, no por eso somos menos, y, si comemos, no nos es de ningún mérito.” El alimento no está contaminado sencillamente porque se coma en un día de fiesta mundano. La cristiana consideraría esto como una comida común; no estaría participando de ningunos saludos, canciones, brindis, etc., del día de fiesta. De modo que el simplemente participar de la comida no sería un pecado.
Otro factor que ha de considerarse, sin embargo, es el efecto que el participar en tal comida pudiera tener en otros. El apóstol Pablo agregó en 1 Corintios 8:9: “Sigan vigilando que esta autoridad suya no venga a ser de algún modo tropiezo para los que son débiles.” Aunque el apóstol estaba considerando el alimento sacrificado a ídolos, esto ciertamente pone de relieve la posibilidad de que otros que se enteren de que ella visitó a parientes mundanos en ese día pudieran tropezar.—1 Cor. 10:23, 24.
También, ella se enfrenta a peligros en cuanto a retener su integridad cristiana si la familia ejerce presión en ella a fin de que transija. El deseo de evitar algún bochorno pudiera ejercer una influencia poderosa en ella y hacer que participara en alguna actividad religiosa apóstata. Ciertamente a ella le pesaría haber hecho algo que desagradara a Jehová. Por eso, sería importante meditar en el asunto con anticipación, considerando estos factores cuando se haga la decisión.
Al fin de cuentas, ella debe considerar los factores y luego hacer una decisión individual. (Gál. 6:5) Ella haría bien en decidir de tal manera que retuviera una buena conciencia cristiana, para poder decir, como Pablo: “Me ejercito continuamente para tener conciencia de no haber cometido ofensa contra Dios ni contra los hombres.”—Hech. 24:16.
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MINISTERIO DEL CAMPO
Las fiestas son ocasiones de felicidad. Para los fieles judíos del antiguo Israel, las fiestas anuales eran recordatorios de su bendita porción como pueblo de Dios que llevaba a cabo su adoración con pureza y verdad. Hoy los cristianos verdaderos celebran esas fiestas de una manera antitípica. Por ejemplo, celebran la fiesta de las tortas no fermentadas por mantenerse puros, por evitar la levadura de la injusticia y por adherirse a la verdad de la Palabra de Dios. (1 Cor. 5:8) Para ayudar a otros a adherirse a la verdad que significa vida eterna, los testigos de Jehová gratuitamente les enseñan la Biblia. Como ayuda adicional para las personas interesadas, durante abril ofrecerán una suscripción a esta excelente ayuda para estudio de la Biblia, La Atalaya, con tres folletos, por solo un dólar. Aprovéchese de esta oportunidad para obtenerla.
ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS
21 de abril: Rescatando del Armagedón a una grande muchedumbre de la humanidad. Página 201.
28 de abril: ¡Al rescate! Página 208.
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