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  • La implantación de la Palabra
    La Atalaya 1970 | 1 de marzo
    • vida los testigos de Jehová individualmente quizás hagan que hasta treinta personas adquieran conocimiento de la verdad, otros sesenta y otros cien. Si “la palabra del reino” se siembra en buena tierra llevará buen fruto con el tiempo. ¿Ha tratado usted de ser maestro bíblico? ¿Ha respondido usted al mandato de Jesús: “Vayan . . . hagan discípulos . . . bautizándolos”?

      23, 24. En lo que respecta a cambios en la personalidad, ¿qué han hecho más de un millón de testigos cristianos de Jehová?

      23 Hay más de un millón de testigos cristianos de Jehová hoy día que han dado los pasos apropiados para salvar su vida desechando la cosa superflua, la maldad moral, y toda inmundicia de la carne. Creen lo que dijo Pablo: “Desechen la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y que va corrompiéndose conforme a sus deseos engañosos; . . . sean hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente, . . . vistan de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad.” (Efe. 4:22-24) La única manera en que uno podría vestirse de esta nueva personalidad, “que fue creada conforme a la voluntad de Dios,” sería por medio de primero librarse de la vieja personalidad. Entonces puede empezar a acontecer un cambio. Esa nueva fuerza que impulsaría su mente resultaría de haber aceptado uno ‘con apacibilidad la implantación de la palabra que puede salvar su alma.’ Pablo estaba muy interesado en vestirse de esta nueva personalidad, y por eso fue que dijo en 1 Corintios 9:27: “Trato mi cuerpo severamente y lo conduzco como a esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a ser desaprobado de algún modo.”

      24 La “palabra del reino” fue plantada en este Saulo de Tarso, quien llegó a ser el apóstol Pablo. Él resultó ser buena tierra. Quiso llevar mucho fruto. Salió... predicó... bautizó. En todo esto fue un buen ejemplo para nosotros hoy día.

  • Algunos hombres se hicieron creyentes
    La Atalaya 1970 | 1 de marzo
    • Algunos hombres se hicieron creyentes

      1. ¿Cuál fue la actitud del apóstol Pablo en cuanto a declarar las buenas nuevas?

      ¡EL APÓSTOL Pablo fue un gran evangelizador! Estuvo dispuesto a ir a los fines de la Tierra a declarar las buenas nuevas del reino de Dios. Cuando estuvo en Atenas entró en unas cuantas discusiones con los hombres más instruidos, los epicúreos y los filósofos estoicos. Se suscitó una polémica bastante grande. “Algunos decían [de Pablo]: ‘¿Qué es lo que este charlatán quisiera contar?’ Otros: ‘Parece ser publicador de deidades extranjeras.’ Esto se debió a que declaraba las buenas nuevas de Jesús y de la resurrección.” (Hech. 17:18) No pasó mucho tiempo antes de que estos hombres condujeran a Pablo apresuradamente al cerro judicial, el Areópago, para aprender más acerca de lo que decía. Mientras Pablo estuvo de pie en medio del Areópago, dijo: “Varones de Atenas, contemplo que en todas las cosas ustedes parecen estar más entregados que otros al temor de las deidades.”—Hech. 17:22.

      2. ¿Cómo dio testimonio Pablo acerca del Dios verdadero?

      2 A medida que seguimos leyendo en el capítulo 17 de Hechos, del Hech. 17 versículo 22 al 34, aprendemos mucho de lo que Pablo dijo acerca de Dios. Pablo les dijo a los atenienses que ellos tenían un altar en el cual estaban inscritas las palabras “A un Dios Desconocido.” Pablo aprovechó la ocasión para comunicar lo que quería, porque le dijo a la muchedumbre que lo rodeaba que ellos sin saberlo estaban dando devoción piadosa al “Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él.” Éste era el Mismísimo que Pablo ahora les iba a publicar. Este “Dios Desconocido” que Pablo adoraba no necesita nada, “porque él mismo da a todos vida y aliento y todas las cosas.” Pablo continúa y dice: Este Dios “hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para morar sobre la entera superficie de la tierra.” Estas personas podían hallar a Dios, porque él no estaba lejos de modo que no pudiera ser alcanzado. Pablo les señaló a estos atenienses que por Jehová Dios tenemos vida y nos movemos y existimos, aun como algunos de los poetas entre ellos habían dicho: “Porque también somos progenie de él.”

      3. ¿Cómo verdaderamente causó conmoción Pablo en la mente de la gente al hablar acerca de un juicio de la tierra?

      3 Pablo verdaderamente causó conmoción en la gente cuando les dijo que el Dios del universo había fijado “un día en que se propone juzgar a la tierra habitada con justicia por un varón a quien él ha nombrado, y ha proporcionado a todos los hombres la garantía con haberlo resucitado de entre los muertos.” (Hech. 17:22-31) ¡Eso era algo nuevo! Los hombres y mujeres que estaban presentes para oír el discurso de Pablo en el Areópago ciertamente tenían algo en lo cual pensar. ‘De hecho, todos los atenienses y los extranjeros que residían allí temporalmente no pasaban su tiempo libre en hacer ninguna otra cosa sino en decir algo o escuchar algo nuevo.’ Bueno, Pablo ciertamente tuvo algo nuevo que decirles, y algunos de ellos respondieron favorablemente y se hicieron creyentes. Pero otros, “al oír de una resurrección de muertos, . . . empezaron a mofarse, mientras que otros dijeron: ‘Te oiremos acerca de esto aun otra vez.’”—Hech. 17:21, 32.

      4. ¿Qué resultados tuvo la actividad de predicación de Pablo en Atenas y en Corinto?

      4 Uno nunca sabe qué impresión hará en la mente de otro la “palabra del reino,” o en qué clase de tierra puede haber caído la semilla de la verdad. ¿Caerá a lo largo del camino, en pedregales o entre espinos? Por otra parte, la semilla puede caer en buena tierra y producir fruto. El apóstol Pablo recibió mucha felicidad. Vio fruto. El relato bíblico nos dice que, cuando Pablo salió de entre ellos, “algunos varones se unieron a él y se hicieron creyentes, entre quienes también estaban Dionisio, juez del tribunal del Areópago, y una mujer por nombre Dámaris, y otros además de ellos.” (Hech. 17:33, 34) De modo que la semilla que Pablo sembró llevó fruto; en este caso, un juez, una mujer y otros. Antes Pablo mismo había demostrado ser tierra excelente, porque, cuando la “palabra del reino” fue ahondada por sonido en su propio corazón y mente, se hizo un verdadero predicador, un productor de a ciento por uno. Recuerde, él estableció la congregación corintia y les escribió: “Ustedes mismos son nuestra carta, inscrita en nuestros corazones y conocida y siendo leída por toda la humanidad. Porque queda mostrado que ustedes son carta de Cristo escrita por nosotros como ministros, no inscrita con tinta, sino con espíritu de un Dios vivo, no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en corazones.”—2 Cor. 3:2, 3.

      5. ¿Cómo demuestran ser como Pablo los cristianos verdaderos hoy día?

      5 Los cristianos verdaderos recuerdan este mandato de Jesús: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos.” (Mat. 28:19, 20) Pablo ciertamente trató de hacer esto en su ministerio, y tuvo excelente éxito. Eso es lo que se exige que hagan ahora todas las personas que han llegado a conocer a Jehová y a su Hijo amado, Cristo Jesús. Los que son cristianos verdaderos hoy, como los apóstoles, tienen que ayudar a las personas a quienes predican para que esas personas puedan entender la Palabra de Dios. Tienen que ser maestros y ayudar a cada discípulo o estudiante a captar el sentido de la “palabra del reino.” Jesús dijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y

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