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Retenga el punto de vista correcto de la predicación del ReinoLa Atalaya 1970 | 15 de agosto
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relación preciosa con Jehová verdaderamente podemos deleitarnos en hacer lo que Él diga. Es natural que disfrutemos de hacer lo que le agrade a una persona amada y resulte en provecho de ella, y puesto que Jehová Dios es aquel a quien amamos muchísimo, podemos deleitarnos en predicar acerca del reino que vindicará su nombre y propósitos.
22. ¿Qué se necesita además de predicar fielmente las buenas nuevas del Reino para agradar a Jehová?
22 El considerar nuestra dedicación a Jehová también nos hace recordar que en agradarle hay mucho más envuelto que solo predicar. Es preciso, también, que amoldemos nuestra vida de manera que esté de acuerdo con el ejemplo perfecto de Dios. Esto significa cultivar los frutos de Su espíritu, incluso amor, benignidad, apacibilidad y gobierno de uno mismo, siempre ejerciéndolos en nuestros tratos con otros. (Gál. 5:22, 23) También, tenemos que llevar una vida moral, no cometiendo fornicación ni adulterio, no emborrachándonos, no mintiendo ni hurtando, porque Jehová odia todas esas prácticas. (1 Cor. 6:9, 10) Por eso, aunque la predicación del Reino es la obra más importante en la Tierra, comprendemos, como resultado de un punto de vista apropiado de nuestra dedicación, que el participar en ella no tiene valor alguno a los ojos de Dios a menos que conservemos nuestra relación personal estrecha con él obedeciendo también sus otros requisitos.
23, 24. ¿Cómo puede una consideración de la relación de matrimonio ayudarnos a comprender la importancia relativa entre la obra de predicar el Reino y la relación de dedicación que tenemos con Jehová Dios?
23 Así, pues, es vital que retengamos en la perspectiva apropiada la predicación y la preciosa relación de dedicación que tenemos con Jehová Dios. Una ilustración puede ayudarnos a comprender la importancia relativa entre la relación y la obra. Considere: Cuando una mujer madura entra en la relación de matrimonio sabe que en el cuidado del hogar y la crianza de los hijos le espera trabajo importante y bastante del mismo. Pero se deleita en el trabajo, no necesariamente por el trabajo mismo, sino porque comprende que el efectuarlo fielmente desempeña un papel importante en la conservación y fortificación del vínculo estrecho que existe entre ella y su esposo.
24 Así mismo, nosotros, también, podemos deleitarnos en la predicación del Reino por una razón semejante. El placer, por supuesto, no se debe a la respuesta apática, desprovista de bondad o maligna que a veces se recibe en el ministerio. Más bien, se debe a que sabemos que la obediencia al mandato que Jehová ha dado de predicar vigoriza y fortalece nuestra relación estrecha con Él. Por eso al atesorar afectuosamente siempre nuestra preciosa relación de dedicación con Jehová mantendremos un punto de vista maduro de la predicación. Celosamente participaremos en ella con el motivo correcto, porque realmente amamos a Jehová y deseamos ensalzar su nombre.—1 Juan 5:2, 3.
25. (a) ¿Cómo pudo deleitarse Jesús en hacer la voluntad de Dios aunque el hacerla envolvió sufrimiento terrible para él? (b) ¿Qué grandioso privilegio tenemos hoy?
25 Sí, lo que nos ayudará a mantener un punto de vista correcto de la predicación del Reino es considerar esta obra como una oportunidad para demostrar nuestro amor y devoción a Jehová Dios. Así fue como Jesús vio las cosas. Dijo: “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado.” (Sal. 40:7, 8; Heb. 10:5-10) Jesús dijo esto aunque el hacer la voluntad de Dios significó mofa, oprobio y finalmente la muerte para él en un madero de tormento. (Sal. 22:7, 8, 16; Isa. 53:5, 7) Se deleitó en la predicación porque ésta le suministró la oportunidad de demostrar su amor inquebrantable a Dios, y también porque al efectuar fielmente esta obra pudo proveerle a su Padre una respuesta al desafío escarnecedor que lanzó Satanás de que los humanos no servirían voluntariamente a Dios por amarlo. (Pro. 27:11; Job, capítulos 1 y 2) Nosotros, también, podemos deleitarnos en hacer la voluntad de Dios por las mismas razones. ¡De veras es un privilegio participar en la vindicación del nombre de Dios, y ocuparnos en la obra que verdaderamente regocija su corazón!
26. ¿Cómo puede el amor genuino al prójimo ayudarnos a mantener el punto de vista correcto acerca de la predicación del Reino?
26 Otra cosa que nos ayudará a mantener el punto de vista correcto acerca de la predicación del Reino es tenerle amor genuino a nuestro prójimo, recordar cómo es posible beneficiarlo por nuestra obra. ¡Piense en ello! Al predicar fielmente podemos participar en rescatar a personas que van con dirección a la muerte segura en el fin de este sistema de cosas que rápidamente se aproxima, así como estimula el proverbio bíblico: “Libra a los que están siendo llevados a la muerte; y a los que van bamboleando al degüello, ¡oh, que los retengas!” (Pro. 24:11) El apóstol Pablo, también, dio énfasis a la naturaleza salvavidas de nuestra obra, al decir: “Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza. Persiste en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan.” (1 Tim. 4:16) ¡El participar en salvar al prójimo ciertamente es una manera maravillosa de poder mostrar amor!
27. ¿Qué beneficios recibimos, tanto ahora como en el futuro, por servir fielmente a Dios y predicar las buenas nuevas de Su reino?
27 Realmente, el poder participar en la predicación del Reino es el más grandioso privilegio de que uno pudiera disfrutar ahora. El mantenernos ocupados en ello servirá de verdadera protección para nosotros. Nuestra mente estará enfocada en Dios y en hacer su voluntad, y así no será desviada a actividades que Dios condena. (Gál. 5:19-21) Además, estaremos trabajando estrechamente con Dios en Su obra, y ¡qué privilegio es éste! (1 Cor. 3:5-9) Y recuerde, también, el magnífico galardón con el cual Jehová Dios bendecirá a todos sus siervos fieles. La bendición que él ha prometido es la supervivencia a través del fin de este sistema de cosas y la vida eterna con salud perfecta en Su justo nuevo orden. (1 Juan 2:17; 2 Ped. 3:13; Rev. 21:3, 4) Verdaderamente, hay toda razón para querer servir a Jehová y llevar a cabo su voluntad de predicar estas buenas nuevas de Su reino antes de que venga “el fin.”—Mat. 24:14.
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Apoyo celestial a la predicación del ReinoLa Atalaya 1970 | 15 de agosto
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Apoyo celestial a la predicación del Reino
“El ángel de Jehová abrió las puertas de la prisión, los sacó y dijo: ‘Váyanse, y . . . sigan hablando al pueblo.’”—Hech. 5:19, 20.
1. (a) ¿El saber qué hecho puede inspirar a una persona a adelantar celosamente en su obra? (b) Por lo tanto, ¿qué han hecho líderes mundiales, pero por qué no los apoya Dios?
ES UN pensamiento consolador, tranquilizador, el que uno sea apoyado en lo que esté haciendo por el Dios Todopoderoso y sus ángeles invisibles, celestiales. El saber con certeza este hecho puede infundirle a la persona tal valor y celo que ningún obstáculo, sin importar su tamaño, pueda hacer que afloje el paso o haga que deje de adelantar en la obra. Por lo tanto, es comprensible que gobernantes religiosos y políticos del mundo a menudo se hayan esmerado por inspirar a sus adherentes a esfuerzos mayores diciéndoles que Dios los respalda. Con frecuencia hacen esto durante tiempo de guerra, y el resultado es
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