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    La Atalaya 2009 | 1 de agosto
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      1 de agosto de 2009

      ¿Cómo elegir entre tantas religiones?

      EN ESTE NÚMERO

      3 ¿Son buenas todas las religiones?

      5 La religión que Dios aprueba defiende elevados principios morales

      6 La religión que Dios aprueba fomenta el amor al prójimo

      8 La religión que Dios aprueba respeta las Santas Escrituras

      13 ¿Escuchamos a Dios todos los días?

      19 “¿Qué hemos de comer?”

      24 De padres a hijos: Rahab prestó atención a lo que escuchó

      26 Acérquese a Dios: Jehová valora a las personas mansas y humildes

      27 La Biblia les cambió la vida

      30 Nuestros lectores quieren saber: ¿Cuánto dinero debería donar?

      31 ¿Lo sabía?

      Consejos para las familias: Cómo administrar bien el dinero

      PÁGINA 10

      Enseñanzas de Jesús: La esperanza de vida eterna

      PÁGINA 22

  • ¿Son buenas todas las religiones?
    La Atalaya 2009 | 1 de agosto
    • ¿Son buenas todas las religiones?

      NUNCA antes el ser humano ha tenido tantas religiones entre las que elegir. Según un estudio reciente, existen diecinueve grandes confesiones religiosas y otras diez mil menores. Con tantas posibilidades, uno no puede evitar preguntarse: “¿De verdad importa la religión que yo elija?”.

      Algunas personas piensan que da igual qué religión uno profese. “Al fin y al cabo, si solo hay un Dios todopoderoso —dicen—, todas las religiones deben llevar a él.” En otras palabras, creen que las distintas religiones son simplemente diferentes caminos que llevan al mismo lugar.

      ¿Llevan todas las religiones a Dios?

      Veamos qué opinaba sobre este tema Jesús, uno de los maestros religiosos más respetados de la historia. “Entren por la puerta estrecha”, exhortó a sus discípulos. Y de inmediato les dijo por qué: “Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran” (Mateo 7:13, 14, Nueva Versión Internacional).

      ¿Cabe la posibilidad de que Jesús estuviera afirmando que algunas religiones conducen “a la destrucción”? Muchos creen que en realidad estaba hablando de los ateos, porque los creyentes —sin importar la religión a la que pertenezcan— siempre van por el camino angosto que conduce a la vida. ¿Es esto cierto?

      Las palabras que Jesús pronunció a continuación aclaran este punto. “Tengan cuidado con los falsos profetas —advirtió—, pues ellos están disfrazados de mansas ovejas, pero por dentro son lobos feroces.” (Mateo 7:15, La Palabra de Dios para Todos.) Y poco después declaró: “No todos los que dicen que yo soy su Señor y dueño entrarán en el reino de Dios. Eso no es suficiente; tienen que obedecer los mandamientos de mi Padre que está en el cielo” (Mateo 7:21, Traducción en lenguaje actual). Si tenemos en cuenta que Jesús los llama “profetas” y que ellos mismos afirman que Cristo es su Señor, es lógico deducir que son gente religiosa, y no atea. Así pues, la advertencia de Jesús es clara: no todos los líderes religiosos ni todas las religiones llevan a Dios.

      ¿Se puede encontrar el camino angosto?

      En vista de que existen multitud de religiones y de que no todas llevan a Dios, ¿hay alguna forma de identificar cuál de ellas es ese camino angosto que nos conduce a la vida? Contestemos esta pregunta con un ejemplo. Imagínese que se ha perdido en una ciudad desconocida y que decide preguntar cómo llegar a un sitio. La primera persona a la que aborda le dice que vaya hacia la izquierda; la segunda, que vaya hacia la derecha, y la tercera le dice que vaya por donde mejor le parezca. Seguramente estará igual de confundido que antes de preguntar. Sin embargo, por fin encuentra a alguien que saca un mapa y, después de indicarle en él la dirección que usted debe tomar, se lo da para que pueda consultarlo cuantas veces quiera. ¿Verdad que ahora sí hay más probabilidades de que llegue a su destino?

      Pues bien, nosotros también necesitamos un “mapa” para determinar cuál es la religión que de verdad nos lleva a Dios. ¿Disponemos de un mapa como ese? Claro que sí: es la Biblia. A fin de cuentas, “toda la Escritura nos ha sido dada por Dios, que la ha inspirado, y es útil para enseñarnos la verdad, hacernos comprender nuestros errores y ayudarnos a llevar una vida recta” (2 Timoteo 3:16, La Biblia al Día, edición para España).

      De seguro, usted también tiene este mapa a su alcance, pues en español contamos con muchísimas versiones de la Palabra de Dios. Los editores de esta revista, los testigos de Jehová, publican una versión ampliamente difundida: la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. Sin embargo, si usted no es Testigo, tal vez prefiera determinar qué religión nos acerca a Dios consultando otras traducciones bíblicas. Por eso, en esta serie de artículos citaremos diversas Biblias muy respetadas por otras confesiones religiosas.

      Según vaya leyendo estos artículos, le animamos a comparar lo que usted ya sabe con lo que enseña la Biblia. Recuerde lo que dijo Jesús: “Todo árbol bueno da buenos frutos y todo árbol malo da frutos malos. No puede árbol bueno dar malos frutos, ni árbol malo frutos buenos” (Mateo 7:17, 18, Nácar-Colunga). Así pues, veamos tres frutos que, de acuerdo con las Escrituras, nos permiten identificar al “árbol bueno”.

  • La religión que Dios aprueba defiende elevados principios morales
    La Atalaya 2009 | 1 de agosto
    • La religión que Dios aprueba defiende elevados principios morales

      SIN duda, la religión que realmente nos acerca a Dios tiene que influir en nuestra forma de pensar, así como ayudarnos a mejorar nuestra conducta. Además, debe sacar lo mejor de cada uno de nosotros y darnos fuerzas para hacer lo que está bien. Pero ¿de veras puede lograr todo esto?

      La respuesta la encontramos en lo que el apóstol Pablo escribió a los cristianos del siglo primero que vivían en Corinto (Grecia). Los habitantes de aquella ciudad eran conocidos por su estilo de vida libertino. De ahí que Pablo advirtiera: “En el reino de Dios no tendrán parte los que cometen actos inmorales, ni los adoradores de ídolos, ni los que cometen adulterio, ni los hombres que se dejan usar para tener sexo con otros hombres, ni los hombres que tienen sexo con ellos. Tampoco los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los tramposos, ni los que maltratan a los demás con palabras”. Y es interesante lo que añade después: “Muchos de ustedes hacían eso, pero ahora han sido lavados y purificados. Ahora Dios los ha aprobado en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:9-11, La Palabra de Dios para Todos, 2001). ¿Puede imaginárselo? La religión que Cristo enseñó había logrado que aquellas personas cambiaran y se convirtieran en fieles siervos de Dios que vivían conforme a las elevadas normas divinas.

      Pero ¿por qué no todas las personas reaccionan así en la actualidad? La Biblia predijo: “Va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un montón de maestros que solo les enseñen lo que ellos quieran oír” (2 Timoteo 4:3, Versión Popular).

      ¿Qué hacen las religiones que usted conoce? ¿Defienden las normas morales de la Biblia? ¿O restan importancia a los claros consejos de la Palabra de Dios y solo dicen a sus fieles “lo que ellos quier[en] oír”?

      Una forma de determinar si una religión en particular produce “buenos frutos” es analizando lo que le enseña a la gente. A continuación le proponemos una serie de temas que le servirán para realizar este análisis.

      TEMA: El matrimonio.

      ¿QUÉ DICE LA BIBLIA? “Todos deben considerar el matrimonio como algo muy valioso. El esposo y la esposa deben ser fieles el uno al otro, porque Dios castigará a los que tengan relaciones sexuales prohibidas y sean infieles en el matrimonio.” (Hebreos 13:4, Traducción en lenguaje actual [TLA].)

      PREGÚNTESE: ¿Permite esta religión que un hombre y una mujer vivan juntos sin estar legalmente casados?

      TEMA: El divorcio.

      ¿QUÉ DICE LA BIBLIA? Cuando le preguntaron a Jesús si había alguna razón válida para divorciarse, él contestó: “El que se divorcia de su mujer, fuera del caso de infidelidad, y se casa con otra, comete adulterio” (Mateo 19:9, La Nueva Biblia Latinoamérica, 1996).

      PREGÚNTESE: ¿Permite dicha religión que una persona se divorcie y se vuelva a casar? Y si así lo hace, ¿sigue la pauta de Jesús de permitirlo solo en caso de inmoralidad sexual?

      TEMA: Las relaciones sexuales.

      ¿QUÉ DICE LA BIBLIA? “No tengan relaciones sexuales prohibidas. Ese pecado le hace más daño al cuerpo que cualquier otro pecado.” (1 Corintios 6:18, TLA.)

      “Las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión.” (Romanos 1:26, 27, Nueva Versión Internacional [NVI].)

      PREGÚNTESE: ¿Enseña esta religión que Dios prohíbe las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo o entre un hombre y una mujer que no están casados?

      TEMA: Las medidas disciplinarias contra quienes desobedecen las normas bíblicas.

      ¿QUÉ DICE LA BIBLIA? “No deben relacionarse con nadie que, llamándose hermano, sea inmoral o avaro, idólatra, calumniador, borracho o estafador. Con tal persona ni siquiera deben juntarse para comer.” (1 Corintios 5:11, NVI.) ¿Y cuál es la instrucción en caso de que un cristiano peque y no se arrepienta? “Expulsen al malvado de entre ustedes.” (1 Corintios 5:13, Nueva Biblia de los Hispanos.)

      PREGÚNTESE: ¿Expulsa dicha religión a aquellos miembros que desobedecen descaradamente las normas bíblicas?

      ¿Qué religión es conocida por defender lealmente los principios morales de la Biblia?

  • La religión que Dios aprueba fomenta el amor al prójimo
    La Atalaya 2009 | 1 de agosto
    • La religión que Dios aprueba fomenta el amor al prójimo

      “EL QUE no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor”, dice 1 Juan 4:8 (La Biblia de las Américas). Por tanto, la religión que lleva a Dios debe fomentar el amor entre sus miembros y a otras personas.

      Muchas religiones se destacan por la labor que realizan a favor de los enfermos, los ancianos y los pobres. Siguen el consejo del apóstol Juan que dice: “Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad” (1 Juan 3:17, 18, Nueva Versión Internacional [NVI]).

      Lo cierto es que en tiempos de paz resulta relativamente fácil obedecer el mandato divino de “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39, Biblia de Jerusalén). Pero ¿qué ocurre cuando el país en el que vivimos entra en guerra? ¿Deja de ser válido ese mandato?

      Jesús fue muy claro al afirmar: “En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros” (Juan 13:35, El libro del Pueblo de Dios [LPD]). A continuación le damos otra serie de preguntas que le ayudarán a identificar la religión que Dios aprueba. Piense en cada caso si los miembros de la religión que está evaluando demuestran amor al prójimo no solo con lo que dicen, sino también con lo que hacen.

      TEMA: La guerra.

      ¿QUÉ DICE LA BIBLIA? “Amad a vuestros enemigos —exhortó Jesús a sus discípulos—, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os odian.” (Mateo 5:44, Reina-Valera, 1995.)

      En otra ocasión, cuando los soldados fueron a arrestar a Jesús, el apóstol Pedro sacó su arma para defenderlo. Sin embargo, Jesús lo corrigió así: “Guarda tu espada, porque el que a hierro mata a hierro muere” (Mateo 26:52, LPD).

      Tiempo después, el apóstol Juan escribió: “Hay una forma de saber quién es hijo de Dios y quién es hijo del diablo: todo el que no pone en práctica el bien y no ama a su hermano, no es de Dios. Este es el mensaje que han escuchado desde el principio: que debemos amarnos unos a otros. No debemos ser como Caín, quien era del maligno y mató a su hermano” (1 Juan 3:10-12, La Palabra de Dios para Todos, 2005).

      PREGÚNTESE: ¿Anima esta religión a sus miembros a ir a la guerra?

      TEMA: La política.

      ¿QUÉ DICE LA BIBLIA? Al ver los milagros que hacía Jesús, hubo personas que quisieron obligarlo a participar en política. Según el relato, “Jesús se dio cuenta de que la gente quería llevárselo a la fuerza para hacerlo su rey”. ¿Y cómo reaccionó él? “Se fue a lo alto del cerro, para estar solo.” (Juan 6:15, Traducción en lenguaje actual [TLA].)

      Tiempo después, cuando lo arrestaron y lo acusaron falsamente de ser un agitador político, dijo: “Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores lucharían para que no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí” (Juan 18:36, Biblia de Navarra).

      También son reveladoras las palabras que mencionó en una oración a su Padre: “He comunicado tu palabra [a mis discípulos], pero el mundo los odia porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Juan 17:14, Versión Popular).

      PREGÚNTESE: ¿Imita dicha religión el ejemplo de Jesús y no se envuelve en política, aun a riesgo de ganarse la enemistad de algunos líderes políticos?

      TEMA: Los prejuicios.

      ¿QUÉ DICE LA BIBLIA? Cuando Pedro comprendió que Dios aceptaba en la congregación cristiana a personas que no eran judías ni estaban circuncidadas, declaró convencido: “Para Dios no hay favoritismos, sino que en toda nación él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia” (Hechos 10:34, 35, NVI).

      Y el discípulo Santiago, en su carta a los cristianos del siglo primero, explicó: “Hermanos míos, ustedes han confiado en nuestro poderoso Señor Jesucristo, así que no deben tratar a unas personas mejor que a otras. Imagínense que un rico, vestido con ropa muy fina y con un anillo de oro, entra en donde ustedes se reúnen, y que al mismo tiempo entra un pobre, vestido con ropa muy gastada. Si ustedes atienden mejor al rico y le dicen: ‘Ven, siéntate en el mejor lugar’, pero al pobre le dicen: ‘Quédate allí de pie’, o ‘Siéntate en el suelo’, serán como los malos jueces, que favorecen a unos más que a otros” (Santiago 2:1-4, TLA).

      PREGÚNTESE: ¿Enseña esta religión que todos somos iguales a los ojos de Dios y que no se debe discriminar a nadie por su raza o por su situación económica?

      ¿Qué religión enseña a sus miembros a superar las diferencias por cuestiones raciales, económicas o políticas?

  • La religión que Dios aprueba respeta las Santas Escrituras
    La Atalaya 2009 | 1 de agosto
    • La religión que Dios aprueba respeta las Santas Escrituras

      ESTÁ claro que Jesús respetaba la Palabra de Dios, la Biblia. Solo hay que ver la forma en que reaccionó cuando el Diablo lo tentó (Mateo 4:4-11). Por ejemplo, ¿cómo respondió cuando Satanás lo desafió a convertir unas piedras en pan? Se negó a hacerlo citando las palabras de Deuteronomio 8:3, que Moisés pronunció por inspiración divina. ¿Y qué dijo cuando el Diablo le ofreció todos los reinos del mundo a cambio de que le adorara una sola vez? Jesús rechazó la propuesta citando nuevamente un principio bíblico, el cual se encuentra en Deuteronomio 6:13.

      Fíjese en este detalle: Jesús, que era el mismísimo Hijo de Dios, no basó sus respuestas en lo que él pensaba, sino en la Biblia. La respetaba tanto que nunca desobedeció una instrucción bíblica por seguir una tradición humana (Juan 7:16-18). A diferencia de él, muchos líderes religiosos de su tiempo no respetaban las Sagradas Escrituras. Para ellos, sus tradiciones eran más importantes. Por eso, Jesús les dijo sin rodeos: “Ustedes han anulado la palabra de Dios para seguir sus propias tradiciones. ¡Hipócritas! Bien habló el profeta Isaías acerca de ustedes, cuando dijo: ‘Este pueblo me honra con la boca, pero su corazón está lejos de mí. De nada sirve que me rinda culto; sus enseñanzas son mandatos de hombres’” (Mateo 15:6-9, Versión Popular [VP]).

      Muchas religiones de la actualidad —tanto cristianas como no cristianas— reconocen que la Biblia merece respeto. Ahora bien, ¿qué se puede decir de las religiones que conoce usted? ¿Rechazan las tradiciones humanas que chocan con lo que enseña la Biblia? Analicemos tan solo dos costumbres que son claramente contrarias a las enseñanzas bíblicas.

      TEMA: Los títulos religiosos.

      ¿QUÉ DICE LA BIBLIA? Jesús censuró a los líderes religiosos de su tiempo por su afán de obtener prominencia y recibir un trato especial. Los describió así: “Les gusta ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos reservados en las sinagogas. Les agrada que los saluden en las plazas y que la gente los llame Maestro”. De ahí que luego advirtiera a sus discípulos: “No se dejen llamar Maestro, porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos. No llamen Padre a nadie en la tierra, porque ustedes tienen un solo Padre, el que está en el Cielo” (Mateo 23:1-10, La Nueva Biblia Latinoamérica, 2005).

      PREGÚNTESE: ¿Obedecen los líderes de esta religión este mandato de Jesús, o es tanto su deseo de prominencia que quieren que los llamen por títulos especiales?

      TEMA: El uso de imágenes.

      ¿QUÉ DICE LA BIBLIA? “No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto.” (Éxodo 20:4, 5, El libro del Pueblo de Dios.)

      Es más, el apóstol Juan escribió a los cristianos: “Aléjense de los ídolos” (1 Juan 5:21, Nueva Biblia de los Hispanos).

      PREGÚNTESE: ¿Obedece dicha religión la instrucción bíblica de no utilizar imágenes ni ídolos para adorar a Dios?

      Emprenda el camino que de verdad lleva a Dios

      Tal vez nos sintamos confundidos ante la diversidad de opciones religiosas que existen. Con todo, es posible encontrar el camino que Dios aprueba y que lleva a la vida. De hecho, “la religión pura y sin contaminación que Dios sí acepta” tiene una serie de características específicas (Santiago 1:27, La Palabra de Dios para Todos). Los versículos bíblicos que hemos analizado en estos artículos son tan solo unos cuantos indicadores que nos marcan la dirección correcta.

      Ahora bien, en su búsqueda de la religión que Dios aprueba, ¿por qué no averigua cómo responden los testigos de Jehová las preguntas que se han planteado aquí? Después puede hacer lo mismo que ciertos hombres y mujeres del siglo primero que vivían en la ciudad de Berea. Ellos no se conformaban con simplemente oír el mensaje del apóstol Pablo, sino que también “estudiaban las Escrituras para ver si era cierto lo que se les decía” (Hechos 17:11, VP). Si usted —al igual que ellos— respeta la Palabra de Dios y la estudia a fondo, sabrá identificar el camino que lleva a la vida. ¿Qué hará entonces? ¿Seguirá usted ese camino?

      ¿Qué religión anima a las personas a estudiar las Escrituras para corroborar lo que están aprendiendo?

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