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  • Un gobierno que vencerá a la muerte, el enemigo del hombre
    ¿Es esta vida todo cuanto hay?
    • acontecimiento. De seguro Aquel que ha hecho posible que una persona completa se desarrolle de un óvulo que es más pequeño que el punto que se encuentra al fin de esta oración podía, por medio de su espíritu o fuerza activa, transferir vida de los cielos a la Tierra. Y puesto que la vida de Jesús había sido transferida de esta manera para que llegara a ser el heredero permanente del rey David, él en realidad vino de la “Jerusalén de arriba.”

      Como se predijo en la profecía de Dios en Génesis 3:15, Jesús recibió de la “serpiente original” una ‘herida en el talón’ cuando fue clavado a un madero de ejecución el 14 de Nisán del año 33 E.C. A diferencia de un aplastamiento en la cabeza del cual no hay recuperación, esa ‘herida en el talón’ fue solo temporaria. Al tercer día Dios levantó a Jesús de entre los muertos, otorgándole el “poder de una vida indestructible.” (Hechos 10:40; Hebreos 7:16) Como persona espíritu inmortal, el Rey Jesucristo se encuentra en la posición que le permite aplastar en la cabeza a la “serpiente original” y deshacer todo el daño que ése ha causado.

      GOBERNANTES ASOCIADOS

      Jesucristo es el principal de esa “descendencia” compuesta. Por medio de él el Dios Todopoderoso aplastará o quebrantará a Satanás el Diablo bajo los pies de los asociados de Jesús en el reino celestial. (Revelación 20:1-3) Escribiendo a los que están en vías de participar en la gobernación, el apóstol cristiano Pablo declaró: “El Dios que da paz quebrantará a Satanás bajo los pies de ustedes en breve.” (Romanos 16:20) ¿Quiénes son estos gobernantes asociados?

      En el último libro de la Biblia, Revelación, se indica que el número de ellos es de 144.000. Describiendo lo que vio en visión, el escritor de Revelación, el apóstol Juan, dice: “¡Miren! el Cordero [Jesucristo, que murió una muerte como la de un cordero en sacrificio] de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escrito en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre. . . . Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad [no solo de una nación de gente como los israelitas] como primicias para Dios y para el Cordero.”—Revelación 14:1-4.

      Ciertamente es apropiado que se pinte a los 144.000 con el Cordero sobre el monte Sión. El monte Sión de la antigua ciudad de Jerusalén era el lugar desde el cual gobernaban los reyes de Judá, la ubicación del palacio real. Fue también en el monte Sión que David levantó una tienda para el arca [cofre] sagrada del pacto en la cual se colocaron las dos tablas de piedra en que se habían inscrito los Diez Mandamientos. Más tarde aquella arca fue transferida al compartimiento más interno del templo construido por Salomón el hijo de David a poca distancia de allí sobre el monte Moría. El término Sión, con el tiempo, llegó a incluir a Moría. De ese modo Sión tuvo asociación prominente con reinado así como con sacerdocio.—2 Samuel 6:12, 17; 1 Reyes 8:1; Isaías 8:18.

      Esto concuerda con el hecho de que Jesús es tanto Rey como Sacerdote, de modo que se combinan en él ambos puestos como en Melquisedec de la antigua Salem. Por lo tanto, Hebreos 6:20 dice que Jesús ha “llegado a ser sumo sacerdote a la manera de Melquisedec para siempre.” En la capacidad de Rey-Sacerdote, Jesús gobierna desde el monte Sión celestial.

      Sus compañeros gobernantes también son sacerdotes. Como cuerpo se les llama un “sacerdocio real.” (1 Pedro 2:9) De la función que ellos desempeñan, Revelación 5:10 nos dice: “Hiciste [tú, Cristo] que fuesen un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y han de gobernar como reyes sobre la tierra.”

      EL PROPÓSITO DE LA ADMINISTRACIÓN

      Un interés principal del Rey-Sacerdote Jesucristo y sus gobernantes sacerdotales asociados es poner a toda la humanidad en unidad con Jehová Dios. Esto significa la remoción de todo vestigio del pecado y la imperfección, porque solo los que reflejan perfectamente la imagen de Dios pueden estar por su propio mérito delante de él. El hecho de que el Reino administrativo es parte de la administración de asuntos por Dios para hacer que esto se realice se indica en Efesios 1:9-12:

      “[Dios] nos dio a conocer el secreto sagrado de su voluntad. Es según su beneplácito que él se propuso en sí mismo para una administración al límite cabal de los tiempos señalados, a saber, de reunir todas las cosas de nuevo en el Cristo, las cosas que están en los cielos y las cosas que están sobre la tierra. Sí, en él, en unión con quien nosotros también fuimos asignados como herederos, por cuanto fuimos predeterminados según el propósito de aquel que opera todas las cosas conforme a la manera que su voluntad aconseja, para que sirviésemos para la alabanza de su gloria.”

      Puesto que Jesucristo no tiene pecado y está en perfecta armonía con Jehová Dios, el poner todas las cosas en unidad con él resulta en que se pone a la humanidad en unidad con Jehová Dios. Esto se desprende claramente del hecho de que la Biblia dice que después de completarse este aspecto de la obra del Reino, Jesucristo “entrega el reino a su Dios y Padre.”—1 Corintios 15:24.

      Para lograr la tremenda tarea de perfeccionar a la humanidad, los gobernantes celestiales también utilizarán administradores terrestres, hombres de sobresaliente devoción a la justicia. (Salmo 45:16; Isaías 32:1, 2) Estos hombres tendrán que satisfacer los requisitos que el Rey Jesucristo busca en aquellos a quienes confía responsabilidad. Dos requisitos fundamentales son la humildad y un amor abnegado. Dijo Jesús: “Ustedes saben que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas y los grandes ejercen autoridad sobre ellas. No es así entre ustedes; antes el que quiera llegar a ser grande entre ustedes tiene que ser ministro de ustedes, y el que quiera ser el primero entre ustedes tiene que ser esclavo de ustedes.” (Mateo 20:25-27) También dijo: “Este es mi mandamiento: que ustedes se amen unos a otros así como yo los he amado a ustedes. Nadie tiene mayor amor que éste: que alguien entregue su alma a favor de sus amigos.”—Juan 15:12, 13.

      ¿No se sentiría usted seguro bajo representantes del Reino que reflejaran ese amor y humildad, que genuinamente se interesarían en usted?

      No habrá problemas de comunicación entre el gobierno celestial y los representantes terrestres del Rey Jesucristo. En tiempos pasados Jehová Dios transmitió mensajes a sus siervos en la Tierra por medio de ángeles y su fuerza activa invisible. (Daniel 10:12-14; 2 Pedro 1:21) Bueno, hasta hombres han podido intercambiar mensajes por transmisión y recepción con cápsulas y estaciones espaciales que han estado describiendo círculos alrededor y a gran distancia de la Tierra. Si hombres imperfectos pueden hacer esas cosas, ¿por qué debería alguien pensar que esto sería demasiado difícil para gobernantes celestiales perfectos?

      No obstante, antes que la administración del Reino de Jesucristo y sus compañeros gobernantes pueda seguir adelante con la obra de poner a la humanidad en unidad con Dios, es necesario remover todas las fuerzas opositoras. No hay la más ligera indicación de que los que gobiernan a la humanidad hoy estén dispuestos a entregar su soberanía a Jesucristo y Sus gobernantes asociados. Ellos se mofan de la idea de que un gobierno celestial haya de tomar pleno control de los asuntos de la Tierra. Por eso tendrán que ser obligados a reconocer la autoridad del reino de Dios por su Cristo. Esto será al costo de sus puestos de gobernación así como de sus vidas. Como la Biblia nos dice: “En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.”—Daniel 2:44.

      Después de eliminar toda oposición, la administración del Reino se ocupará en la tarea de liberar de la enfermedad y la muerte a las criaturas humanas. ¿Cómo se logrará esto?

  • Una Tierra librada de la enfermedad y la muerte
    ¿Es esta vida todo cuanto hay?
    • Capítulo 16

      Una Tierra librada de la enfermedad y la muerte

      ¡QUÉ gran alivio significaría para nosotros los hombres una Tierra que hubiera sido librada para siempre de la enfermedad y la muerte! Eso pondría fin a las amargas lágrimas que se derraman en expresión de desconsuelo y sufrimiento. Habrían desaparecido el dolor agudísimo y las horribles deformidades que la enfermedad puede causar. Ya los estragos de la vejez no debilitarían a los hombres,

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