-
¿Dejar una propina, o no?¡Despertad! 1986 | 22 de junio
-
-
¿Dejar una propina, o no?
LAS luces son tenues, la música es suave y la comida es deliciosa. Pero ese ambiente tranquilo al cenar en un restaurante excelente puede convertirse en uno de perplejidad cuando llega la cuenta. ‘¿Debo dejar una propina al camarero?’ ‘¿Cuánto debo darle?’ A menudo la confianza que muchas personas tienen en sí mismas se ha derretido ante la imaginaria mirada fija de un camarero que espera.
Algunas personas que van a restaurantes se oponen firmemente a dar propina alguna por motivos puramente filosóficos. No dejan ni un centavo. Por otra parte, otros opinan con la misma firmeza que es necesario y apropiado dejar una propina. Son generosos. Pero lo que algunas personas no consideran es que en ciertos países se espera que se dejen propinas y gratificaciones. Se las considera parte de la cuenta.
¿Por qué dar propina?
“¡Sin las propinas, me moriría de hambre!”, esta es la queja que generalmente presentan los camareros y los taxistas. Por eso, en algunos países, como por ejemplo en los Estados Unidos, el dar una propina es más que una muestra de agradecimiento por servicios adicionales que se hayan rendido. Es la parte principal de los ingresos de una persona.
Oscar, camarero en un famoso restaurante de la ciudad de Nueva York, tiene esposa y tres hijos a quienes alimentar, vestir y suministrar albergue. ¿Por qué son importantes para él las propinas? Él dice: “Si no recibiera suficiente dinero en propinas, tendría que conseguir un trabajo adicional”. Oscar, al igual que muchos camareros y camareras en los Estados Unidos, recibe el salario mínimo, apenas lo suficiente para mantener a una persona, mucho menos a cinco. Además, el camarero no se queda con toda la propina. Él explica: “Tenemos que dividirla entre el ayudante de camarero, el cantinero y el jefe de comedor”. Oscar reconoce que el aumento en el costo de la comida en los restaurantes contribuye a que los clientes dejen menos propina, no obstante, dice él: “Las cuentas que yo tengo que pagar siguen aumentando también”.
Además de los camareros, hay otras personas como los botones, los porteros, los conserjes, las camareras de hotel, los guardarropas, los que atienden los cuartos de baño, las peluqueras y los taxistas que también dependen de las propinas para su subsistencia.
Considere el caso de Judith, una joven que vive en un pequeño pueblo de Alemania. Ella trabaja media jornada como especialista en un instituto de belleza para mantenerse en su carrera de ministra. Ella dice: “Nuestros salarios son muy bajos debido a que los patronos esperan que los clientes nos den propinas”. Debido al aumento del costo de vida, ella ha notado que la gente está dejando propinas cada vez más pequeñas, y muchos ni siquiera dan propina. Judith explica: “La mayoría de las personas nos dan propina porque hemos sido amigables con ellos, sin darse cuenta de que en realidad dependemos de las propinas para subsistir”.
Es interesante el hecho de que el gobierno de los Estados Unidos da por sentado el que los clientes dejan cierto porcentaje de la cuenta como propina en los restaurantes y otros lugares. Los camareros y otras personas que proveen servicios personales tienen que pagar impuestos al gobierno basándose en un cálculo de esas propinas ¡sea que las reciban o no!
Qué hacer cuando se está de visita
Al visitar un país extranjero, es sabio tener presente el tipo de cambio, como también la inflación. Una persona que anteriormente había vivido en Brasil regresó de visita después de muchos años. No estaba al tanto del poco valor adquisitivo de la moneda local, la cual había devaluado como un 200% anualmente durante su ausencia. Sin pensarlo, le dio a un hombre un billete de 500 cruzeiros de propina, lo cual era una buena propina cuando ella salió de Brasil. El hombre frunció el ceño. De modo que para ser generosa ella le dio un billete de 1000 cruzeiros. El hombre, decepcionado, dijo: “¡Olvídelo!”. ¡Imagínese la vergüenza que sintió cuando después se enteró de que la propina que había ofrecido equivalía a unos diez centavos en moneda estadounidense!
Lo que la propina dice de usted
El dejar propina ciertamente puede ser un asunto complicado. Pero cuando tenga dudas respecto a cuánto dejar de propina, haga como Hugh, de Nigeria. Él dice: “Pregunte. Yo pregunto en las oficinas de información en los aeropuertos y los hoteles para que me den sugerencias”.
Hay buenas razones para seguir este consejo. ¿Por qué? Considere esto: Si usted estuviera de gira con un grupo de personas, o en una asamblea, lo que usted haga personalmente afecta a todo el grupo. Las personas juzgarán al entero grupo por el comportamiento de usted. Por eso, prescindiendo de sus puntos de vista personales acerca del dejar propinas, cuando usted esté con un grupo, si usted da una propina pequeña o no da ninguna, otras personas pueden llegar a la conclusión de que todo el grupo es tacaño y carece de cortesía social.
También, el recordar la siguiente máxima bíblica antigua le ayudará a encararse a las complejas costumbres relacionadas con el dar propinas: “Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos”. Póngase en el lugar de la otra persona. ¿No apreciaría usted una propina apropiada si esa es la costumbre donde usted vive? (Mateo 7:12, El libro del Pueblo de Dios, la Biblia.)
Finalmente, el saber cómo, cuándo y cuánto dar de propina hará que usted se sienta más cómodo. Además, no hay duda de que producirá una sonrisa en el rostro de la persona que la recibe. Una camarera que se enorgullece de dar un servicio bueno y cortés dice: “Significa mucho para mí”. Cuando una comida concluye de manera tan agradable, ¡qué deleitable es para todos!
-
-
Sugerencias prácticas sobre el dar propinas¡Despertad! 1986 | 22 de junio
-
-
Sugerencias prácticas sobre el dar propinas
EN ALGUNOS países el dar propinas ha llegado a ser, de hecho, parte del precio fijo por una comida o por un viaje en taxi. Pero este no es el caso en todos los países. He aquí algunas sugerencias en cuanto a si es necesario dar una propina o no:
ALEMANIA: En la República Federal de Alemania se añade automáticamente un sobrecargo de 10 a 20% por el servicio (generalmente llamado Trinkgeld en alemán) a la cuenta y luego se distribuye entre el personal. Sin embargo, los buenos modales dictan que uno generosamente redondee la suma cuando paga la cuenta. Este tipo de propina se considera como una “pequeña recompensa por los servicios rendidos”. Desafortunadamente, en el país vecino de Austria —de acuerdo con Lowell, quien vive en Luxemburgo y viaja con frecuencia— los alemanes visitantes tienen fama de dejar propinas muy pequeñas o ninguna en absoluto.
Respecto a dejar propinas en restaurantes, un conocido libro alemán sobre modales sugiere lo siguiente: “No sea tacaño; redondee el total para que el camarero no tenga que devolverle 2 ó 3 centavos de cambio”. Por un viaje en taxi, añada entre 3 y 5% al precio que indica el taxímetro.
En Luxemburgo, el dar propinas es un poco diferente. Por lo general, la cuenta no incluye un sobrecargo por el servicio, en cuyo caso se debería añadir entre 8 y 10% de propina. Hasta si se incluyera un sobrecargo por el servicio, todavía es común añadir un 5% de propina.
AUSTRALIA: Aquí los empleados realmente no dependen de las propinas para recibir un sueldo satisfactorio, pues ya tienen un sueldo fijo. Alan, taxista de Sydney desde 1973, rara vez recibe una propina. Si la recibe, generalmente es de un turista extranjero. El australiano común no le da propina, aunque algunos quizás redondeen el precio del viaje y permiten que el taxista se quede con el cambio.
Anis es contador en una empresa de Sydney y a menudo come en restaurantes. Él dice: ‘Los camareros de restaurantes de categoría esperan una propina de por lo menos un 10% de la cuenta; en los restaurantes de clase media varía entre un 5 y un 10% y en los restaurantes ordinarios los camareros están satisfechos con cualquier cantidad hasta de un 5%’. Lucy, que viaja a menudo con su esposo, un ejecutivo, concuerda con esto y añade que en los restaurantes más exclusivos los camareros no aprecian cuando reciben una propina de solo 10%, puesto que en esos lugares se espera un 15%.
BRASIL: La actitud para con el dar propinas varía en Brasil. Es algo que se espera en las ciudades grandes, pero no tanto en las pequeñas. Un jefe de comedor en un restaurante de la ciudad de Curitiba dijo lo siguiente: “La mayoría de los restaurantes incluyen en la cuenta un sobrecargo de 10% por los servicios del camarero. Pero —añade él—, por lo general, se da una propina adicional”. Lo mismo es cierto respecto a los barberos y las camareras de hoteles. Una razón para esto es la economía: Los sueldos son bajos y no pueden mantenerse al paso con el galopante índice de inflación de 230%.
Por costumbre, a los taxistas se les paga basándose en lo que indica el taxímetro y a veces reciben propinas, especialmente si viajan por un vecindario peligroso o a una hora avanzada de la noche. Generalmente, la costumbre es dar una propina como expresión de gratitud por el buen servicio y una actitud amigable.
ESTADOS UNIDOS: El dar propina aquí es más que una recompensa por buen servicio. Es como muchas personas se ganan la vida. Pero esto no significa que automáticamente se da una propina fija. Por ejemplo, por buen servicio, “lo normal es un 15%”, dice Andrea, administradora de un restaurante. Los críticos de restaurantes aconsejan que se dé una propina de 20% si el camarero ha sido extraordinariamente servicial y generoso, pero un 10% o menos por mal servicio. “No castigue al camarero por la calidad de la comida, porque él no tiene control sobre eso —advierte Oscar, un camarero—. Sírvase dejar una propina por el servicio del camarero. Si usted cree que su servicio fue malo, dígale por qué, y dígaselo al gerente también.”
En la ciudad de Nueva York, el asunto de dar propinas es diferente. El dejar un 20% es la norma en la mayoría de los restaurantes. Susie Steiger, vicepresidenta del Restaurant Marketing Plus of New York City, aconseja que se dé una propina mínima de 15% y de 20% si está muy satisfecho con el servicio del restaurante. También dijo que personas de diferentes regiones del país tienen diferentes costumbres respecto a dar propinas. Las personas de ciudades grandes generalmente dejan una propina mayor que las personas de ciudades más pequeñas y áreas rurales. De modo que cuando usted visite la ciudad de Nueva York, sería bueno que recordara lo que se acostumbra allí y dejara una propina adecuada.
¿Qué hay de los viajes en taxi? Mary, una taxista, dice que “los taxistas esperan una propina de 15%”. También, cuando usted se hospede en un centro turístico o en un hotel por algún tiempo, Elizabeth L. Post, experta en etiqueta, sugiere que cada pareja deje una propina al ama de llaves de aproximadamente un dólar por cada noche.
ITALIA: El dar propinas aquí es una práctica muy difundida. Los taxistas reciben propinas de un 15% de la tarifa. En los restaurantes, cuentan con propinas de entre 5 y 10% por buen servicio. “El camarero espera recibir una propina del cliente y queda decepcionado si no la recibe —dice Pino, camarero de 32 años de edad en un restaurante de Roma—, no solo debido a la pérdida respecto a su sueldo, sino también porque no se le muestra el aprecio que generalmente manifiestan las personas que dejan una propina.”
Efrem es de nacionalidad etíope. También sirve de camarero en Roma. “Las propinas son esenciales”, dice él, debido a que “los sueldos son bastante bajos”. Él cree que ha ganado su propina cuando ha mostrado cortesía al cliente y le ha dado servicio rápido.
JAPÓN: La Organización Nacional de Turistas allí dice: “No se dan propinas” y se jacta de que “el que no se exija propinas en Japón hace de este país un paraíso para los turistas”. Aunque esto es teóricamente cierto, en realidad el impuesto y los sobrecargos por el servicio están incluidos en los precios alistados o son añadidos a la cuenta. Los sueldos se pagan de estos sobrecargos.
Los taxistas de Japón reciben un sueldo fijo que es suficiente para el sostén de la familia, y no se les permite solicitar propinas. No obstante, casi un 15% de los pasajeros dan una propina, y dicen: “Esto es para su almuerzo”. Los taxistas de Japón no consideran el manejo del equipaje como parte de su trabajo, pero cuando lo hacen, a menudo los pasajeros dan una propina por este servicio adicional.
No se acostumbra dejar propina en los restaurantes debido a que los sobrecargos por el servicio están incluidos en la cuenta. El señor Hazama, propietario de un restaurante de categoría en un suburbio de Tokio, dijo al corresponsal de ¡Despertad! que los sueldos que reciben los camareros de Japón son iguales que los sueldos en otros tipos de trabajo. Él dijo que el solicitar propinas en los restaurantes es una práctica que se desanima fuertemente, puesto que inmediatamente mancharía la reputación del establecimiento. No obstante, dijo que lo que más se acerca a una propina es la costumbre de entregar un regalo monetario cuando se exige un servicio adicional, tal como el hacer reservaciones para la celebración de una fiesta especial.
¿Qué hay en cuanto a hospedarse en los ryokans japoneses u hotelerías? ¿Debería uno dejar propina? Generalmente por el servicio normal no. Pero algunos ryokans proveen servicios suplementarios sin costo adicional. En estos ryokans, los huéspedes tal vez deseen mostrar su aprecio mediante dar propinas, especialmente si planean quedarse en ellos por varios días... como, por ejemplo, para asistir a una asamblea.
Japón tiene una costumbre interesante: dar dinero antes de recibir los servicios. Por ejemplo, algunos huéspedes, tan pronto como llegan a un ryokan, entregan un sobre con dinero a la ama de llaves que estará limpiando su cuarto. Es una expresión de agradecimiento dada de antemano por todo el cuidado que ella les dará. Esta muestra de consideración parece asegurar un buen servicio.
NIGERIA: La mayoría de los hoteles, restaurantes y establecimientos similares tienen sobrecargos de entre 10 y 15% por servicios rendidos. Jeremías, que ha trabajado de camarero en hoteles de la ciudad de Lagos por varios años, dice: “El dinero recaudado así se divide entre todos los empleados”. Él explica: “El dar propinas es prohibido, y los empleados que aceptan propinas pueden ser despedidos”. Algunos establecimientos tienen rótulos que informan al público sobre esta restricción. Pero Jeremías enseguida añade que en los lugares donde a los trabajadores no se les prohíbe aceptar propinas, una gratificación adicional se aprecia aunque exista un sobrecargo por el servicio. Jeremías dice: “Esto anima a interesarse en los clientes y a dar buen servicio”.
-