BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w91 15/2 págs. 24-25
  • Por qué es superior la adoración cristiana

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Por qué es superior la adoración cristiana
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1991
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Cristo es superior a los ángeles y a Moisés
  • Los cristianos entran en el descanso de Dios
  • Un sacerdocio y un pacto superiores
  • ¡La fe es vital!
  • Hebreos, Carta a los
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
  • Hebreos: una adoración superior y sus requisitos
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1977
  • Libro bíblico número 58: Hebreos
    “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
  • Contenido de Hebreos
    La Biblia. Traducción del Nuevo Mundo (edición de estudio)
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1991
w91 15/2 págs. 24-25

Por qué es superior la adoración cristiana

Puntos sobresalientes de la carta a los hebreos

CUANDO Jehová Dios envió a su Hijo Jesucristo a la Tierra introdujo rasgos de adoración superiores. Esto se debió a que Jesús, el Fundador del cristianismo, es superior a los ángeles y al profeta Moisés. El sacerdocio de Cristo es muy superior al de los levitas del Israel antiguo. Además, el sacrificio de Jesús es sumamente superior al de los animales que se ofrecían bajo la Ley de Moisés.

Estos puntos quedan claros en la carta a los hebreos. Evidentemente el apóstol Pablo escribió esta carta en Roma alrededor de 61 E.C. y la envió a los creyentes hebreos de Judea. Desde los primeros tiempos del cristianismo los cristianos griegos y los asiáticos sostuvieron que Pablo fue el escritor, y esto está apoyado tanto por el extenso conocimiento del escritor sobre las Escrituras Hebreas como por el desarrollo lógico que este emplea, rasgos característicos del apóstol. Puede que él haya omitido su nombre debido al prejuicio de los judíos contra él y porque se le conocía como “apóstol a las naciones”. (Romanos 11:13.) Ahora examinemos más de cerca los rasgos superiores del cristianismo como se revelan en la carta de Pablo a los hebreos.

Cristo es superior a los ángeles y a Moisés

Lo primero que se revela es la posición superior del Hijo de Dios (Heb 1:1–3:6). Los ángeles le rinden homenaje, y su gobernación real está sostenida por Dios. Por eso, debemos prestar atención extraordinaria a las palabras del Hijo. Además debemos recordar que, aunque el hombre Jesús fue inferior a los ángeles, fue ensalzado por encima de ellos y se le dio dominio sobre la tierra habitada por venir.

Jesucristo también es superior a Moisés. ¿De qué manera? Pues Moisés fue solo un servidor en la casa israelita de Dios. No obstante, Jehová colocó a Jesús sobre la casa entera, o la congregación del pueblo de Dios.

Los cristianos entran en el descanso de Dios

El apóstol entonces señala que se puede entrar en el descanso de Dios (3:7–4:13). Los israelitas que fueron librados de la esclavitud en Egipto no entraron en ese descanso porque fueron desobedientes y no ejercieron fe. Pero si nosotros ejercemos fe en Dios y obedientemente seguimos a Cristo, podemos entrar en ese descanso. Entonces, en vez de simplemente guardar un sábado semanal, disfrutaremos a diario de la bendición superior de descansar de toda obra egoísta.

El entrar en el descanso de Dios es una promesa procedente de su palabra, la cual “es más aguda que toda espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu”. Logra esto en el sentido de que penetra para discernir motivos y actitudes, para dividir entre los deseos carnales y la disposición mental. (Compárese con Romanos 7:25.) Si a nuestra “alma”, o vida como individuo, unimos un “espíritu” o disposición que se amolde a lo piadoso, podemos entrar en el descanso de Dios.

Un sacerdocio y un pacto superiores

Pablo luego muestra la superioridad del sacerdocio de Cristo y del nuevo pacto (4:14–10:31). Jesucristo, un ser sin pecado, siente compasión por los humanos pecaminosos porque, igual que nosotros, él ha sido sometido a prueba en todo sentido. Además, Dios lo ha nombrado “sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec”. A diferencia de los sumos sacerdotes levíticos, Jesús disfruta de vida indestructible y por lo tanto no necesita sucesores en su obra de salvar. No tiene que ofrecer sacrificios de animales, pues ha ofrecido su cuerpo inmaculado, que es sumamente superior, y ha entrado en los cielos con el valor de su sangre.

El nuevo pacto, que fue validado por la sangre de Jesús, es superior al pacto de la Ley. Los que se hallan en el nuevo pacto tienen las leyes de Dios en su corazón y disfrutan del perdón de sus pecados. (Jeremías 31:31-34.) Su agradecimiento por esto les mueve a hacer declaración pública de su esperanza y a reunirse con sus compañeros de creencia. A diferencia de lo que les sucede a ellos, a los pecadores voluntariosos ya no les queda sacrificio alguno por los pecados.

¡La fe es vital!

Para beneficiarnos de este nuevo pacto que es superior, tenemos que tener fe (10:32–12:29). El aguante también es necesario para recibir lo que Jehová ha prometido. Y, como estímulo para que aguantemos, tenemos alrededor una ‘gran nube’ de testigos precristianos. Sin embargo, en especial debemos considerar con sumo cuidado y atención el proceder perfecto de Jesús bajo sufrimiento. Todo sufrimiento que Dios permita que nos sobrevenga puede considerarse en cierto sentido como disciplina que produce el fruto pacífico de la justicia. Lo confiables de las promesas de Jehová debe aumentar nuestro deseo de rendirle servicio sagrado “con temor piadoso y reverencia”.

Pablo concluye su carta con exhortaciones (13:1-25). La fe debe impulsarnos a desplegar amor fraternal, a ser hospitalarios, a recordar a compañeros de creencia que están sufriendo, a mantener honorable el matrimonio y a estar “contentos con las cosas presentes”. Debemos imitar la fe de los que llevan la delantera en la congregación y obedecerles. Además, debemos evitar la apostasía, soportar el vituperio que Jesús soportó, ‘ofrecer siempre a Dios sacrificio de alabanza’ y continuar haciendo el bien. Esa clase de comportamiento también figura entre los rasgos superiores del cristianismo verdadero.

[Recuadro/Ilustración en la página 24]

Diversos bautismos: Los rasgos de la adoración en el tabernáculo de Israel tenían que ver “solamente con alimentos y bebidas y diversos bautismos”. (Hebreos 9:9, 10.) Estos bautismos eran lavados rituales exigidos por la Ley de Moisés. Se lavaban las vasijas contaminadas, y la limpieza ceremonial incluía el lavar la ropa de uno y bañarse. (Levítico 11:32; 14:8, 9; 15:5.) Los sacerdotes se bañaban y los artículos relacionados con las ofrendas quemadas se lavaban en agua. (Éxodo 29:4; 30:17-21; Levítico 1:13; 2 Crónicas 4:6.) Pero el rito de ‘bautizar copas y cántaros y vasos de cobre’ que practicaban algunos judíos cuando el Mesías llegó no figuraba entre los “diversos bautismos”; tampoco se refería Hebreos 9:10 a la inmersión en agua realizada por Juan el Bautizante ni al bautismo de los que simbolizaban su dedicación a Dios como cristianos. (Mateo 28:19, 20; Marcos 7:4; Lucas 3:3.)

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir