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  • Aumente la alabanza mediante la distribución de revistas
    Ministerio del Reino 1981 | diciembre
    • Atalaya y ¡Despertad! por la contribución de 30 centavos?” Es sorprendente la cantidad de amos de casa que nos piden que esperemos un momento, antes de abrir y tomar las revistas. A veces hasta mantienen la puerta abierta para que sigamos conversando con ellos acerca de la Biblia. También, es bueno ofrecer las dos revistas cuando el amo de casa dice sin entusiasmo: “No estoy interesado.” A menudo el amo de casa dice esto sólo para acortar la conversación, pero cuando se le ofrecen las revistas, las acepta. Y, por supuesto, una vez que las revistas están en la casa, esperamos que otras personas también lean y aprecien la excelente información que contienen éstas, de modo que reciban ayuda para alabar a Jehová.

      7 Se pueden distribuir revistas en la obra de tienda en tienda por medio de usar una presentación breve y directa. La manera más eficaz de efectuar la obra en la calle es por medio de abordar a la gente que está parada en algún lugar, o a la que está caminando lentamente. Tenga presente el artículo específico que usted piensa que es apropiado destacar y pregunte a la persona si desea leerlo. Las rutas de revistas también son una manera excelente de aumentar la distribución de revistas.

  • Beneficiándonos de nuestro superintendente de servicio
    Ministerio del Reino 1981 | diciembre
    • Beneficiándonos de nuestro superintendente de servicio

      1 ¿No es cierto que estamos agradecidos por los “dones en la forma de hombres,” provistos tan bondadosamente para las congregaciones del pueblo de Dios por toda la Tierra en estos últimos días? (Efe. 4:8) Entre estos dones están los ancianos, quienes son nombrados por espíritu santo para pastorear la congregación de Dios. En cada congregación se escoge a uno de los ancianos para que sirva de superintendente de servicio. Como en el primer siglo, los diversos “dones en la forma de hombres” se encargan de los diferentes rasgos del trabajo de la congregación. “Dio algunos como apóstoles, algunos como profetas, algunos como evangelizadores, algunos como pastores y maestros, teniendo en mira el reajuste [entrenamiento] de los santos, para obra ministerial.”—Efe. 4:11, 12.

      2 Podemos alegrarnos de que se haya asignado específicamente a uno de estos hermanos para que atienda la obra evangelizadora de la congregación. A todos los siervos de Dios, dedicados y bautizados, se les ha asignado a efectuar una obra ministerial en estos últimos días. Somos ministros de Dios y estamos bajo el mandato de predicar “estas buenas nuevas del reino.” (Mat. 24:14) De modo que, como en el primer siglo, tenemos a un hermano capacitado que está asignado específicamente a ayudarnos en la “obra ministerial.”

      3 ¿Cómo nos ayuda éste? De diversas maneras. (1) Nos mantiene alerta a la importancia de la obra de predicar y hacer discípulos. (2) Se interesa en que se provea buena dirección con relación al servicio del campo en los diferentes grupos de estudio de libro. (3) Se interesa en que cada uno de nosotros reciba la ayuda personal que necesita para que cada uno mejore su eficacia como ministro. ¡Qué similar al primer siglo, cuando aquellos “dones en la forma de hombres” mostraban interés personal en cada individuo ‘hasta que todos lograran alcanzar . . . la medida de estatura que pertenece a la plenitud del Cristo; a fin de que ya no fueran pequeñuelos’!—Efe. 4:13, 14.

      4 ¿Cómo atiende este hermano sus responsabilidades? En primer lugar, es muy poco lo que tiene que hacer con relación a llevar registros. Él más bien trabaja con los registros que lleva el secretario y esto le permite concentrarse en ayudar a las personas. Aunque por lo general está asignado como conductor de un estudio de libro y dedica la mayor parte de su tiempo a ese grupo en particular, él supervisa estrechamente la obra general de evangelizar que efectúa la congregación. Cuando nota que hay un problema con relación a la actividad del campo, en cualquier parte de la congregación o en algún rasgo específico del ministerio, él lo trae a la atención del cuerpo de ancianos con el cual trabaja. Se mantiene informado de todos los arreglos organizados para el servicio del campo que tienen los grupos de estudio de libro y se interesa en cuánto apoyo reciben estos arreglos. Él también es un maestro, y por eso, el que presente con entusiasmo las partes relacionadas con el servicio del campo que tiene de vez en cuando en las reuniones de servicio, ayuda a mantener reajustado a todo miembro de la congregación.

      5 Una vez al mes el superintendente de servicio deja su propio grupo y trabaja con otro grupo de estudio de libro durante esa semana. Durante este tiempo, el ayudante del superintendente se hace cargo del grupo que éste conduce para que el pueda dar plena atención a todas las necesidades del grupo que esté visitando. Él ha de trabajar con tantos hermanos de ese grupo como pueda durante esa semana. Ésta es una oportunidad excelente para pedirle ayuda si tenemos algún problema particular en el servicio. Él está ahí para ayudarnos, pues reconoce que todos somos ministros al igual que él. Un rasgo especial de su visita tiene lugar después del estudio de libro esa semana. El estudio se acorta a 45 minutos para que el superintendente de servicio pronuncie un discurso animador. Este discurso también tiene el propósito de ayudarnos a mejorar en la obra de evangelizar que efectuamos y considera un tema bíblico.

      6 No es necesario que el superintendente de servicio y el conductor regular del grupo que él visita tengan una reunión formal. Sin embargo, el superintendente de servicio debe preguntar acerca de los arreglos vigentes que se hayan organizado para el servicio del campo. Debe interesarse en conocer la eficacia de los arreglos. Por supuesto, el conductor del grupo debe recibir con gusto cualesquier sugerencias que ofrezca el superintendente de servicio.

      7 En congregaciones grandes donde hay muchos grupos de estudio de libro, es probable que cada grupo sea visitado sólo una vez, o quizás dos veces, al año. Hasta en congregaciones donde solo hay unos cuantos grupos de estudio de libro, las visitas del superintendente de servicio pudieran tardar meses. Esto significa que en cada uno de nosotros debe haber el deseo de obtener el máximo provecho de su visita. Esto sólo puede lograrse si cada uno de nosotros presta buen apoyo al servicio del campo y el estudio de libro esa semana. A participar con él en el servicio, comentar en el estudio y prestar atención cuidadosa cuando él habla al grupo, todos mostramos a Jehová y a su Hijo que apreciamos plenamente Su bondad al proveernos superintendentes que lleven la delantera.

  • Cinco discursos especiales en enero
    Ministerio del Reino 1981 | diciembre
    • Cinco discursos especiales en enero

      El nuevo libro “Venga tu reino” servirá de base para cinco discursos especiales que van a pronunciarse en las congregaciones durante el mes de enero. Aunque para entonces muchos hermanos ya habrán leído el nuevo libro, estas consideraciones animadas no solo han de cultivar en los hermanos un aprecio más profundo por el libro “Venga tu reino,” sino que también, serán animadoras para los que se hayan interesado recientemente en el mensaje y que quizás personalmente no hayan apartado tiempo para leer el libro completo.

      Puesto que habrá cinco domingos en enero, para la mayoría de las congregaciones debe ser posible hacer arreglos para presentar los cinco discursos durante este mes. Por supuesto, si fuera necesario que algunas congregaciones intercambiaran oradores, éstas pudieran alternar el comienzo de la serie, lo cual significaría que algunas congregaciones comenzarían la serie el 10 de enero y terminarían el 7 de febrero. Además, las congregaciones que asistan a una asamblea de circuito o que reciban la visita del superintendente de circuito en enero tendrán que hacer ajustes apropiados.

      Éste es el único anuncio que va a darse con relación a esta serie de discursos especiales. Animamos a los ancianos a obrar inmediatamente para hacer los arreglos necesarios a fin de que los oradores asignados tengan suficiente tiempo para prepararse bien y presentar el material manera excelente. Solo deben escogerse oradores capacitados para pronunciar estos discursos. Si es necesario, en algunos casos pudieran utilizarse siervos ministeriales, si éstos son verdaderamente oradores aptos.

      Los títulos de los cinco discursos son como sigue:

      1—Lo que el reino de Dios significa para nuestra Tierra (capítulos 1-4)

      2—El rey mesiánico del reino de Dios (capítulos 5-8)

      3—Los siervos del reino vencen por su fe (capítulos 9-11)

      4—Los “últimos días” y el reino de Dios... ¡ahora! (capítulos 12-14)

      5—Galardones por apoyar lealmente el reino de Dios (capítulos 15-18)

      No se proveerán bosquejos para estos discursos, pero los oradores deben apegarse estrechamente al material que aparece en los capítulos asignados del libro “Venga tu reino.” Los oradores pueden hacer referencia a puntos específicos del libro durante su presentación e incluir al auditorio, hasta cierto grado, en las consideraciones. No obstante, la información debe presentarse esencialmente como discurso y no debe ser simplemente un resumen, ni debe presentarse como el repaso de un libro. Sírvanse ver lo que se mencionó en Nuestro Servicio del Reino de noviembre de 1980 con relación a la serie de discursos especiales del libro Felicidad.

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