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El autodominio... ¿por qué es tan importante?La Atalaya 1991 | 15 de noviembre
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El autodominio... ¿por qué es tan importante?
“Contribuyendo ustedes en respuesta todo esfuerzo solícito, suministren a su fe, virtud; a su virtud, conocimiento; a su conocimiento, autodominio.” (2 PEDRO 1:5, 6.)
1. ¿Qué extraordinaria demostración de autodominio físico tuvo lugar en el siglo XIX?
NO HAY duda de que Charles Blondin efectuó una de las más asombrosas demostraciones de control del cuerpo humano en la segunda mitad del siglo XIX. Según cierto informe, cruzó las cataratas del Niágara varias veces; primero en 1859, sobre una cuerda floja de 340 metros (1.100 pies) de longitud y a 50 metros (160 pies) sobre el agua. Después de eso, cada vez lo hizo con una demostración diferente de su destreza: con los ojos vendados, en un costal, empujando una carretilla, en zancos, y cargando a un hombre en la espalda. En otro marco de circunstancias, dio saltos mortales en zancos sobre una cuerda tendida a 52 metros (170 pies) del suelo. Mantener tal equilibrio requirió gran autodominio físico. Fama y fortuna recompensaron los esfuerzos del señor Blondin.
2. ¿Qué otros tipos de actividad requieren dominio físico?
2 Aunque sería muy difícil que algunos pudiéramos siquiera tratar de imitar esas demostraciones de destreza, todos podemos ver claramente la importancia del autodominio físico, del gobierno de su cuerpo por uno mismo, en el ejercicio de aptitudes profesionales o en los deportes. Por ejemplo, al describir el virtuosismo del famoso pianista Vladimir Horowitz (ya difunto), cierto músico dijo: “Para mí lo fascinante era una sensación de que se ejercía control total [...], la sensación de que se dominaba una energía increíble”. Otro informe sobre el señor Horowitz mencionó “ocho décadas de dedos veloces en control perfecto”.
3. a) ¿Cuál es la forma más exigente de dominio, y cómo se define? b) ¿Qué significa la palabra griega traducida “autodominio” en la Biblia?
3 Requiere gran esfuerzo desarrollar tales aptitudes. No obstante, es más importante aún, y presenta un desafío mayor, el autodominio. Se ha definido como gobierno o dominio de uno mismo, dominarse, abstenerse —mediante un esfuerzo de la voluntad— de hacer o decir cierta cosa o de manifestar algún sentimiento o estado de ánimo. Como se usa en las Escrituras Griegas Cristianas, la palabra que se traduce “autodominio” en 2 Pedro 1:6 y en otros lugares se ha definido como “la virtud del que domina sus deseos y pasiones, especialmente sus apetitos sensuales”. Al autodominio hasta se le ha llamado “la cumbre del logro humano”.
Por qué es tan importante el autodominio
4. ¿Qué fruto malo ha producido la falta de dominio personal?
4 ¡Qué cosecha ha producido la falta de dominio personal! Muchas de las dificultades actuales del mundo se deben principalmente a eso. Realmente estamos en “los últimos días”, cuando ‘se presentan tiempos críticos, difíciles de manejar’. A menudo los hombres se comportan “sin autodominio” por su avidez, que entre sus formas adopta la de ser “amadores de placeres más bien que amadores de Dios”. (2 Timoteo 3:1-5.) El hecho de que a más de 40.000 individuos se les haya excluido de compañerismo con la congregación cristiana durante el pasado año de servicio, en la mayoría de los casos por lo craso de su conducta incorrecta, nos ha demostrado esta seria verdad. A esos hay que añadir los muchos que recibieron censura, en la mayoría de los casos por inmoralidad sexual, pero en todo caso por no haber ejercido gobierno de sí mismos. También es serio el hecho de que algunos que habían sido ancianos por muchos años perdieran todos sus privilegios de superintendentes por la misma razón.
5. ¿Cómo pudiera ilustrarse la importancia del autodominio?
5 Pudiera utilizarse un automóvil como ilustración de la importancia del autodominio. El automóvil tiene cuatro ruedas que le permiten moverse, un motor potente que puede hacer girar esas ruedas con gran rapidez, y frenos que pueden detenerlas. Con todo, puede ocurrir un desastre a menos que en el asiento del conductor vaya alguien que decida en qué dirección han de ir las ruedas, con cuánta rapidez han de girar y cuándo han de detenerse, por el uso controlado del volante, el acelerador y los frenos.
6. a) ¿Qué criterio sobre el amor bien pudiera aplicarse al autodominio? b) ¿Qué otro consejo debemos tener presente?
6 Nunca está de más recalcar la importancia de saber dominarse uno a sí mismo. Lo que dijo el apóstol Pablo en 1 Corintios 13:1-3 sobre la importancia del amor bien pudiera decirse del autodominio. Sin importar cuán elocuentes seamos como oradores, cuánto conocimiento y fe hayamos adquirido mediante buenos hábitos de estudio, y qué obras estemos efectuando para beneficiar a otros, si no ejercemos dominio sobre nosotros mismos, de nada vale todo. Debemos recordar estas palabras de Pablo: “¿No saben ustedes que los corredores en una carrera todos corren, pero solo uno recibe el premio? Corran de tal modo que lo alcancen. Además, todo hombre que toma parte en una competencia ejerce autodominio en todas las cosas”. (1 Corintios 9:24, 25.) La advertencia de Pablo en 1 Corintios 10:12 nos ayuda a saber dominarnos en todo: “El que piensa que está en pie, cuídese de no caer”.
Ejemplos amonestadores
7. a) ¿Cómo inició a la raza humana en un derrotero descendente el que no se desplegara autodominio? b) ¿Qué otros ejemplos antiguos de la falta de gobierno personal nos dan las Escrituras?
7 Adán, cuando dejó que la emoción, y no la razón, guiara sus acciones, no desplegó autodominio. Como resultado, “el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado”. (Romanos 5:12.) El primer asesinato también se debió a que no se ejerció autodominio, pues Jehová Dios le había advertido a Caín: ‘¿Por qué estás enardecido de cólera, y por qué se te ha decaído el semblante? El pecado está agazapado a la entrada, y ¿lograrás el dominio sobre él?’. Como Caín no llegó a dominar el pecado, asesinó a su hermano Abel. (Génesis 4:6-12.) La esposa de Lot tampoco se supo dominar a sí misma. Sencillamente no pudo resistir la tentación de mirar atrás. ¿Qué le costó el que no pudiera dominarse? Pues, ¡su misma vida! (Génesis 19:17, 26.)
8. ¿Las experiencias de qué tres hombres de la antigüedad nos dan lecciones sobre lo necesario de dominarnos a nosotros mismos?
8 El primogénito de Jacob, Rubén, perdió la primogenitura por no desplegar autodominio. Violó el canapé de su padre al tener relaciones sexuales con una de las concubinas de Jacob. (Génesis 35:22; 49:3, 4; 1 Crónicas 5:1.) Porque Moisés perdió los estribos ante la manera como los israelitas lo pusieron a prueba con su murmuración, queja y rebelión, se le negó el privilegio muy anhelado de entrar en la Tierra Prometida. (Números 20:1-13; Deuteronomio 32:50-52.) Hasta el fiel rey David, ‘un hombre agradable al corazón de Dios mismo’, se metió en una grave dificultad por no haberse dominado en cierta ocasión. (1 Samuel 13:14; 2 Samuel 12:7-14.) Todos estos ejemplos nos dan la sana advertencia de que tenemos que saber dominarnos.
Lo que tenemos que dominar
9. ¿Cuáles son algunos textos bíblicos que destacan la importancia del autodominio?
9 En primer lugar, el autodominio implica nuestros pensamientos y emociones. A estos las Escrituras suelen aludir por el uso figurado de palabras como “corazón” y “riñones”. Aquello en lo que dejamos que se espacie la mente va a ayudar o va a estorbar el esfuerzo que hagamos por agradar a Jehová. Tenemos que saber dominarnos para prestar atención al consejo bíblico de Filipenses 4:8, de continuar considerando cosas que sean verdaderas, castas y virtuosas. El salmista David expresó en oración sentimientos parecidos cuando dijo: ‘Que la meditación de mi corazón llegue a ser placentera delante de ti, oh Jehová, mi Roca y mi Redentor’. (Salmo 19:14.) El décimo mandamiento —no desear nada que pertenezca al semejante— requería que uno dominara sus pensamientos. (Éxodo 20:17.) Jesús subrayó la seriedad de dominar nuestros pensamientos y emociones cuando dijo: “Todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”. (Mateo 5:28.)
10. ¿Qué textos bíblicos recalcan la importancia de dominar nuestra habla?
10 El autodominio también tiene que ver con las palabras que usamos, nuestra habla. Muchísimos textos bíblicos nos aconsejan que dominemos la lengua. Por ejemplo: “El Dios verdadero está en los cielos, pero tú estás en la tierra. Por eso deben resultar pocas tus palabras”. (Eclesiastés 5:2.) “En la abundancia de palabras no deja de haber transgresión, pero el que tiene refrenados sus labios está actuando discretamente.” (Proverbios 10:19.) “No proceda de la boca de ustedes ningún dicho corrompido, sino todo dicho que sea bueno para edificación según haya necesidad [...] Que se quiten toda [...] gritería y habla injuriosa, junto con toda maldad.” Y Pablo pasa a aconsejar que desechemos el habla necia y el bromear obsceno. (Efesios 4:29, 31; 5:3, 4.)
11. ¿Cómo aborda Santiago el problema de dominar la lengua?
11 Santiago, medio hermano de Jesús, condena el habla desenfrenada y muestra lo difícil que es dominar la lengua. Dice: “La lengua es un miembro pequeño, y sin embargo hace grandes alardes. ¡Miren! ¡Con cuán pequeño fuego se incendia tan grande bosque! Pues bien, la lengua es un fuego. La lengua constituye un mundo de injusticia entre nuestros miembros, porque mancha todo el cuerpo y enciende en llamas la rueda de la vida natural y es encendida en llamas por el Gehena. Porque toda especie de bestias salvajes así como de aves y de cosas que se arrastran y de criaturas marinas ha de ser domada y ha sido domada por el género humano. Pero la lengua, nadie de la humanidad puede domarla. Cosa ingobernable y perjudicial, está llena de veneno mortífero. Con ella bendecimos a Jehová, sí, al Padre, y, no obstante, con ella maldecimos a hombres que han llegado a la existencia ‘a la semejanza de Dios’. De la misma boca salen bendición y maldición. No es correcto, hermanos míos, que estas cosas sigan ocurriendo de esta manera”. (Santiago 3:5-10.)
12, 13. Mencione textos bíblicos que muestran la importancia de dominar nuestras acciones y nuestra conducta.
12 Por supuesto, el autodominio se relaciona con nuestras acciones. Un aspecto en que tenemos que ejercer gran dominio de nosotros mismos es al tratar con personas del sexo opuesto. A los cristianos se les manda: “Huyan [...] de la inmoralidad sexual”. (1 Corintios 6:18, Versión Popular.) A los esposos se les amonesta que limiten su interés sexual a sus propias esposas, pues se les dice en parte: “Bebe agua de tu propia cisterna, y chorrillos que salgan de en medio de tu propio pozo”. (Proverbios 5:15-20.) Se nos dice francamente que “Dios juzgará a los fornicadores y a los adúlteros”. (Hebreos 13:4.) El autodominio es especialmente necesario en el caso de los que quieren cultivar el don de la soltería. (Mateo 19:11, 12; 1 Corintios 7:37.)
13 Jesús lo resumió todo en cuanto a nuestras acciones para con nuestro semejante cuando dio lo que por lo general se ha llamado la “regla áurea”: “Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos; esto, de hecho, es lo que significan la Ley y los Profetas”. (Mateo 7:12.) En realidad tenemos que desplegar dominio de nosotros mismos para no dejar que nuestras tendencias egoístas ni presiones o tentaciones externas hagan que tratemos a otros de forma diferente a como quisiéramos que ellos nos trataran.
14. ¿Qué aconseja la Palabra de Dios en relación con el alimento y la bebida?
14 Luego está el asunto del dominio personal en relación con el alimento y la bebida. La Palabra de Dios da el sabio consejo: “No llegues a estar entre los que beben vino en exceso, entre los que son comedores glotones de carne”. (Proverbios 23:20.) Jesús advirtió, particularmente respecto a nuestros días: “Presten atención a sí mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso, y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo”. (Lucas 21:34, 35.) Sí, el autodominio tiene que ver con nuestros pensamientos y sentimientos, así como con lo que decimos y hacemos.
Por qué es un desafío tan grande el autodominio
15. ¿Cómo muestran las Escrituras que la oposición de Satanás a que los cristianos ejerzan dominio de sí mismos es real?
15 No es fácil desarrollar autodominio, porque, como todo cristiano sabe, hay tres fuerzas poderosas que se oponen a que despleguemos esa cualidad. Para empezar tenemos a Satanás y sus demonios. Las Escrituras hacen definitivamente claro que estos existen. Por eso leemos que “Satanás entró en” Judas precisamente antes de que este saliera a traicionar a Jesús. (Juan 13:27.) El apóstol Pedro preguntó a Ananías: “¿Por qué te ha envalentonado Satanás a tratar con engaño al espíritu santo[?]”. (Hechos 5:3.) Fue muy apropiado que Pedro también advirtiera: “Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien”. (1 Pedro 5:8.)
16. ¿Por qué tienen los cristianos que saberse dominar con relación a este mundo?
16 Los cristianos, en sus esfuerzos por desplegar autodominio, también tienen que hacer frente a este mundo, que yace “en el poder del inicuo”, Satanás el Diablo. En cuanto a este mundo, el apóstol Juan escribió: “No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; porque todo lo que hay en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno— no se origina del Padre, sino que se origina del mundo. Además, el mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. A menos que nos sepamos dominar y resistamos enérgicamente toda tendencia a amar al mundo, sucumbiremos a su influencia, como le ocurrió a Demas, ex colaborador de Pablo. (1 Juan 2:15-17; 5:19; 2 Timoteo 4:10.)
17. ¿Qué dificultad respecto al autodominio es innata en nosotros?
17 Como cristianos, también necesitamos autodominio para tener éxito en nuestra contienda con nuestros propios defectos y debilidades carnales heredados. No podemos eludir el hecho de que “la inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud”. (Génesis 8:21.) Al igual que el rey David, ‘con error fuimos dados a luz con dolores de parto, y en pecado nos concibieron nuestras madres’. (Salmo 51:5.) El niño recién nacido no sabe nada de dominarse a sí mismo. Cuando quiere algo, simplemente sigue llorando hasta que lo consigue. Cierto informe sobre la educación infantil dice: ‘Los niños razonan de forma totalmente diferente a como lo hacen los adultos. Los niños son egocéntricos y con frecuencia indiferentes a la más lógica persuasión porque no pueden “ponerse en el lugar de otra persona”’. En verdad, “la tontedad está atada al corazón del muchacho”. Con todo, si se aplica “la vara de la disciplina” el niño va aprendiendo que hay reglas que tiene que obedecer, y que es necesario poner freno al egoísmo. (Proverbios 22:15.)
18. a) De acuerdo con Jesús, ¿qué tendencias residen en el corazón figurativo? b) ¿Qué palabras de Pablo muestran que se daba cuenta de lo difícil que es ejercer autodominio?
18 Sí, nuestras tendencias egoístas innatas nos presentan un desafío en lo que toca a saber dominarnos. Esas tendencias residen en el corazón figurativo, respecto al cual Jesús dijo: “Del corazón salen razonamientos inicuos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, hurtos, testimonios falsos, blasfemias”. (Mateo 15:19.) Por eso Pablo escribió: “Lo bueno que deseo no lo hago, pero lo malo que no deseo es lo que practico. Ahora, pues, si lo que no deseo es lo que hago, el que lo obra ya no soy yo, sino el pecado que mora en mí”. (Romanos 7:19, 20.) Sin embargo, no se trataba de una batalla perdida, pues Pablo también escribió: “Aporreo mi cuerpo y lo conduzco como a esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a ser desaprobado de algún modo”. El que él aporreara su cuerpo exigió que ejerciera autodominio. (1 Corintios 9:27.)
19. ¿Por qué tenía razón Pablo al decir que aporreaba su cuerpo?
19 Bien podía decir Pablo que aporreaba su cuerpo, pues muchos factores físicos, tales como la hipertensión arterial, los nervios en mal estado, la falta de sueño, los dolores de cabeza, la indigestión, y así por el estilo, complican el ejercicio de autodominio. En el artículo que sigue consideraremos cualidades y ayudas que pueden contribuir a que sepamos dominarnos.
¿Recuerda usted?
◻ ¿Por qué es importante el autodominio?
◻ ¿Cuáles son algunos ejemplos de personas que se perjudicaron por no saber dominarse?
◻ ¿En qué aspectos debemos ejercer dominio de nosotros mismos?
◻ ¿Qué tres enemigos dificultan el ejercer autodominio?
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Cultivemos el fruto de autodominioLa Atalaya 1991 | 15 de noviembre
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Cultivemos el fruto de autodominio
“El fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, autodominio. Contra tales cosas no hay ley.” (GÁLATAS 5:22, 23.)
1. ¿Quiénes nos han dado los mejores ejemplos de autodominio, según lo indican qué textos bíblicos?
JEHOVÁ DIOS y Jesucristo nos han dado los mejores ejemplos de autodominio. Desde la desobediencia del hombre en el jardín de Edén, Jehová ha seguido ejerciendo esta cualidad. (Compárese con Isaías 42:14.) Hay nueve lugares en las Escrituras Hebreas donde leemos que él es “tardo para la cólera”. (Éxodo 34:6.) Eso requiere autodominio. Y no hay duda de que el Hijo de Dios ha ejercido gran dominio de sí mismo, pues “cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio”. (1 Pedro 2:23.) Sin embargo, Jesús pudo haber pedido a su Padre celestial el apoyo de “más de doce legiones de ángeles”. (Mateo 26:53.)
2. ¿Qué excelentes ejemplos bíblicos tenemos de humanos imperfectos que ejercieron autodominio?
2 También tenemos excelentes ejemplos bíblicos de humanos imperfectos que han ejercido autodominio. Por ejemplo, esta cualidad se manifestó durante un incidente notable en la vida de José, hijo del patriarca Jacob. ¡Qué dominio de sí mismo ejerció José cuando la esposa de Potifar trató de seducirlo! (Génesis 39:7-9.) También tenemos el excelente ejemplo de los cuatro jóvenes hebreos que supieron dominarse para no comer de los platos exquisitos del rey babilonio debido a las restricciones de la Ley de Moisés. (Daniel 1:8-17.)
3. ¿A quiénes se conoce por su conducta excelente, y qué testimonio apoya esa observación?
3 En cuanto a ejemplos modernos de autodominio, podemos señalar a los testigos de Jehová en conjunto. Merecen el encomio que se les da en la New Catholic Encyclopedia: que son “uno de los grupos de mejor comportamiento en el mundo”. Un profesor universitario de las Filipinas declaró que “los Testigos practican religiosamente lo que aprenden de las Escrituras”. Respecto a la asamblea que los Testigos celebraron en Varsovia en 1989, un periodista polaco escribió: “¡Unas 55.000 personas no fumaron ni siquiera un cigarrillo durante tres días! [...] Esta demostración de disciplina sobrehumana despertó en mí admiración y asombro”.
Temamos a Dios y odiemos lo malo
4. ¿Cuál es una de las mayores ayudas para el ejercicio de autodominio?
4 Entre las cosas que más ayudan a cultivar autodominio está el temor a Dios, el sano pavor a desagradar a nuestro amoroso Padre celestial. Podemos notar la importancia del temor reverente a Dios por el hecho de que las Escrituras lo mencionan muchas veces. Cuando Abrahán estaba a punto de sacrificar a su hijo Isaac, Dios dijo: “No extiendas tu mano contra el muchacho y no le hagas nada, porque ahora sé de veras que eres temeroso de Dios, puesto que no has retenido de mí a tu hijo, tu único”. (Génesis 22:12.) Sin duda la tensión emocional era intensa, y Abrahán tuvo que haber ejercido excepcional autodominio para seguir obedeciendo el mandato de Dios hasta el punto de levantar su cuchillo para matar a su amado hijo Isaac. Sí, el temor a Dios nos ayuda a dominarnos.
5. ¿Qué papel desempeña en que nos dominemos a nosotros mismos el odiar lo que es malo?
5 Estrechamente relacionado con temer a Jehová está el odiar lo que es malo. En Proverbios 8:13 leemos: “El temor de Jehová significa odiar lo malo”. A su vez, el odiar lo que es malo también nos ayuda a desplegar dominio de nosotros mismos. Vez tras vez las Escrituras nos dicen que odiemos —sí, que aborrezcamos— lo que es malo. (Salmo 97:10; Amós 5:14, 15; Romanos 12:9.) A menudo lo que es malo es muy deleitable, muy tentador, tan cautivador que sencillamente tenemos que odiarlo para fortalecernos contra ello. El odiar así lo que es malo tiene el efecto de vigorizar nuestra resolución de dominarnos y por eso nos sirve de protección.
El autodominio: el derrotero sabio
6. ¿Por qué es el derrotero sabio refrenar nuestras tendencias egoístas mediante practicar autodominio?
6 Otro factor que nos ayuda mucho a tener como práctica el autodominio es comprender cuán sabio es desplegar esa cualidad. Jehová nos pide que ejerzamos gobierno sobre nosotros mismos para nuestro propio beneficio. (Compárese con Isaías 48:17, 18.) Su Palabra contiene mucho consejo que muestra lo sabio de refrenar nuestras tendencias egoístas mediante la práctica del autodominio. No hay ninguna manera de eludir las leyes inmutables de Dios. Su Palabra nos dice: “Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará; porque el que esté sembrando con miras a su carne, segará de su carne la corrupción; pero el que esté sembrando con miras al espíritu, segará del espíritu vida eterna”. (Gálatas 6:7, 8.) Un ejemplo obvio es el de comer y beber. Muchos males se deben a que la gente come o bebe en exceso. El ceder así al egoísmo priva a uno de su amor propio. Más que eso, cuando uno cede al egoísmo también perjudica su relación con los demás. Lo más serio de todo es que el no saber dominarnos perjudica nuestra relación con nuestro Padre celestial.
7. ¿Cuál es un tema principal del libro de Proverbios, según lo muestran qué textos bíblicos?
7 Por lo tanto, tenemos que seguir diciéndonos a nosotros mismos que el egoísmo es contraproducente. Un tema sobresaliente del libro de Proverbios, un libro que recalca la autodisciplina, es que el egoísmo simplemente no vale la pena, y que es sabio desplegar autodominio. (Proverbios 14:29; 16:32.) Y tenga presente que la autodisciplina encierra mucho más que solo evitar lo que es malo. También se necesita autodisciplina, o autodominio, para hacer lo que es correcto, lo cual pudiera ser difícil porque va en contra de nuestras tendencias pecaminosas.
8. ¿Qué experiencia hace resaltar la sabiduría de ejercer autodominio?
8 Un ejemplo de lo sabio que es ejercer autodominio es el del testigo de Jehová que estaba haciendo fila en un banco cuando vino otro hombre y se le metió enfrente. Aunque el Testigo se sintió algo molesto, desplegó autodominio. Aquel mismo día tenía que ver a cierto ingeniero para conseguir una firma para los planos de un Salón del Reino. ¿Y quién resultó ser el ingeniero? Pues, ¡el mismo hombre que se le había metido enfrente en la fila en el banco! El ingeniero no solo le mostró mucha amabilidad, sino que le cobró al Testigo menos de la décima parte de los honorarios regulares. ¡Cuánto se alegró el Testigo de haberse sabido dominar antes aquel día y no haberse dejado provocar!
9. ¿Cómo procederíamos con sabiduría ante habla injuriosa en el ministerio?
9 Vez tras vez cuando predicamos de casa en casa las buenas nuevas del Reino de Dios o estamos en alguna esquina tratando de interesar a los transeúntes en nuestro mensaje afrontamos habla injuriosa. ¿Cómo procederíamos con sabiduría? Esta sabia declaración se hace en Proverbios 15:1: “La respuesta, cuando es apacible, aparta la furia”. En otras palabras, tenemos que saber controlarnos. Y no solo los testigos de Jehová han hallado que esto es cierto, sino otras personas también. La profesión médica sigue reconociendo el valor curativo del autodominio.
El amor altruista nos ayuda
10, 11. ¿Cómo ayuda en verdad a ejercer autodominio el amor?
10 La descripción que da Pablo del amor en 1 Corintios 13:4-8 muestra que el poder de esa cualidad puede ayudarnos a ejercer autodominio. “El amor es sufrido.” Para uno ser sufrido tiene que desplegar dominio de sí mismo. “El amor no es celoso, no se vanagloria, no se hincha.” La cualidad del amor nos ayuda a dominar nuestros pensamientos y emociones, refrenar toda tendencia a manifestar envidia o celos, a vanagloriarnos o a hincharnos. El amor nos mueve a hacer precisamente lo contrario; nos hace humildes, gente de humildad mental, como Jesús. (Mateo 11:28-30.)
11 Pablo pasa a decir que el amor “no se porta indecentemente”. También se requiere autodominio para actuar decentemente en todo momento. La cualidad del amor nos protege de ser codiciosos, de solo ‘buscar nuestros propios intereses’. El amor “no se siente provocado”. ¡Qué fácil es que nos sintamos provocados por lo que otros dicen o hacen! Pero el amor nos ayudará a dominarnos y no decir ni hacer cosas que lamentemos después. El amor “no lleva cuenta del daño”. Por naturaleza los seres humanos tienden a guardar rencor o abrigar resentimiento. Pero el amor nos ayudará a desechar esa clase de pensamientos. El amor “no se regocija por la injusticia”. Se necesita autodominio para no derivar placer de lo que es injusto, como la pornografía o las telenovelas degradantes. También se dice que el amor “todas las cosas las soporta” y “todas las aguanta”. Requiere autodominio aguantar ciertas cosas, soportar pruebas o cargas y no dejar que estas nos desanimen, ni nos lleven a pagar con la misma moneda ni nos inciten a dejar de servir a Jehová.
12. ¿Cuál es una manera de mostrar nuestro aprecio por todo lo que Jehová Dios y Jesucristo han hecho por nosotros?
12 Si de veras amamos a nuestro Padre celestial y apreciamos sus maravillosas cualidades y todo lo que ha hecho por nosotros, desearemos agradarle mediante el saber dominarnos en todo momento. Además, si realmente amamos a nuestro Señor y Amo, Jesucristo, y estimamos todo lo que ha hecho por nosotros, haremos caso de su mandato de ‘tomar nuestro madero de tormento y seguirle de continuo’. (Marcos 8:34.) Eso ciertamente requiere que nos sepamos gobernar. El amar a nuestros hermanos y hermanas cristianos también impide que les hagamos daño siguiendo un derrotero egoísta.
La fe y la humildad como ayudantes
13. ¿Cómo puede ayudarnos la fe a controlarnos?
13 Algo que también ayuda mucho a ejercer autodominio es la fe en Dios y sus promesas. La fe nos permite confiar en Jehová y esperar el tiempo que él tiene para corregir los asuntos. El apóstol Pablo expresa el mismo punto cuando dice en Romanos 12:19: “No se venguen, amados, [...] porque está escrito: ‘Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová’”. A este respecto, la humildad también puede ayudarnos. Si somos humildes, no nos ofenderemos con facilidad por algún daño real o imaginario. No nos apresuraremos a tomar la justicia por nuestra mano, por decirlo así, sino que nos controlaremos y estaremos dispuestos a esperar en Jehová. (Compárese con Salmo 37:1, 8.)
14. ¿Qué experiencia muestra que hasta los que tienen muy poco dominio de sí mismos pueden desarrollarlo?
14 El hecho de que podemos aprender a ejercer dominio de nosotros mismos queda vigorosamente ilustrado por la experiencia de un hombre que tenía un genio violento. Su genio era tal que, cuando se llamó a la policía por el alboroto que él y su padre estaban causando, ¡noqueó a tres policías antes de que otros pudieran controlarlo! No obstante, con el tiempo se puso en comunicación con los testigos de Jehová y aprendió a desplegar autodominio, uno de los frutos del espíritu de Dios. (Gálatas 5:22, 23.) Hoy, 30 años después, este hombre todavía sirve fielmente a Jehová.
El autodominio en el círculo familiar
15, 16. a) ¿Qué ayudará al esposo a ejercer autodominio? b) ¿En qué situación, especialmente, se requiere autodominio, según lo indica qué experiencia? c) ¿Por qué necesita autodominio la esposa?
15 No hay duda de que dentro del círculo familiar se necesita el autodominio. Para que el esposo ame a su esposa como se ama a sí mismo, tiene que dominar bien sus pensamientos, palabras y acciones. (Efesios 5:28, 29.) Sí, los esposos tienen que saber dominarse para hacer caso de las palabras del apóstol Pedro en 1 Pedro 3:7: “Ustedes, esposos, continúen morando con ellas de igual manera, de acuerdo con conocimiento”. Especialmente cuando la esposa es incrédula tiene que manifestar autodominio el esposo creyente.
16 Como ilustración: Había un anciano cuya esposa incrédula tenía muy mal genio. Con todo, él sabía dominarse a sí mismo, y esto lo beneficiaba tanto que su médico le dijo: “John, o eres un hombre muy, muy paciente, o tienes una religión de muchísimo poder”. Nosotros ciertamente tenemos una religión de mucho poder, pues “Dios no nos dio un espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de buen juicio” que nos permite manifestar autodominio. (2 Timoteo 1:7.) Además, la esposa tiene que tener dominio de sí misma para ser sumisa, especialmente cuando su esposo es incrédulo. (1 Pedro 3:1-4.)
17. ¿Por qué es importante el saber dominarse en la relación entre padres e hijos?
17 También se necesita autodominio en la relación entre padres e hijos. Para tener hijos que desplieguen dominio de sí mismos, primero los padres mismos tienen que dar un buen ejemplo. Y cuando los hijos necesiten disciplina de una clase o de otra, siempre debe administrarse con calma y amor, lo cual requiere verdadero autodominio. (Efesios 6:4; Colosenses 3:21.) Además, los hijos muestran que realmente aman a sus padres cuando les obedecen, una obediencia que ciertamente requiere que se dominen a sí mismos. (Efesios 6:1-3; compárese con 1 Juan 5:3.)
Aprovechemos la ayuda que Dios provee
18-20. ¿Qué tres provisiones espirituales tenemos que aprovechar para cultivar las cualidades que nos ayudan a ejercer autodominio?
18 Para desarrollar temor a Dios, amor altruista, fe, odio por lo que es malo y autodominio, tenemos que aprovechar toda la ayuda que Jehová Dios ha provisto. Consideremos tres provisiones espirituales que pueden ayudarnos a desplegar autodominio. En primer lugar está el preciado privilegio de la oración. Nunca debemos estar demasiado ocupados para orar. Sí, debemos tener el deseo de ‘orar incesantemente’, de ‘perseverar en la oración’. (1 Tesalonicenses 5:17; Romanos 12:12.) Oremos sobre el asunto de cultivar autodominio. Y cuando no manifestemos esa cualidad, supliquemos con pesar a nuestro Padre celestial que nos perdone.
19 Un segundo aspecto útil para desplegar autodominio es obtener la ayuda que proviene de alimentarnos de la Palabra de Dios y la literatura que nos permite entender y aplicar las Escrituras. ¡Es muy fácil descuidar esta parte de nuestro servicio sagrado! Tenemos que dominarnos a nosotros mismos y seguir recordándonos que no hay material de lectura más importante que el de la Biblia y el provisto por “el esclavo fiel y discreto”, y por eso tenemos que poner esta lectura en primer lugar. (Mateo 24:45-47.) Bien se ha dicho que en la vida nunca se trata de esto y aquello, sino de esto o aquello. ¿Realmente somos hombres y mujeres espirituales? Si estamos al tanto de nuestra necesidad espiritual, ejerceremos el gobierno de nosotros mismos que se requiere para apagar el televisor y prepararnos para nuestras reuniones o leer La Atalaya que hayamos recibido por correo.
20 El tercero es el asunto de apreciar debidamente nuestras reuniones de congregación y las asambleas grandes y pequeñas. ¿Consideramos que todas esas reuniones son absolutamente necesarias para nosotros? ¿Vamos preparados para participar en ellas y entonces lo hacemos cuando se nos presenta la oportunidad? En conformidad con el aprecio que les tengamos a nuestras reuniones se nos fortalecerá en nuestra resolución de desplegar autodominio en toda circunstancia.
21. ¿Qué recompensas podemos tener por cultivar como fruto del espíritu el autodominio?
21 ¿Qué recompensas podemos esperar por esforzarnos arduamente por desplegar dominio de nosotros mismos en todo momento? Primero, nunca cosecharemos los frutos amargos del egoísmo. Tendremos amor propio y una conciencia tranquila. Evitaremos muchísimas dificultades y nos mantendremos en el camino a la vida. Además, podremos beneficiar a otros al mayor grado posible. Sobre todo, haremos caso de lo que dice Proverbios 27:11: “Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio”. Y esa es la mayor recompensa que pudiéramos tener... ¡el privilegio de alegrar el corazón de nuestro amoroso Padre celestial, Jehová!
¿Recuerda usted?
◻ ¿Cómo nos ayuda a tener dominio de nosotros mismos el temor a Dios?
◻ ¿Por qué nos ayuda a saber dominarnos el amor?
◻ ¿Cómo ayuda el autodominio en las relaciones de familia?
◻ ¿Qué provisiones debemos aprovechar bien para cultivar autodominio?
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