Padres que se regocijan
1 Si eres joven y vives en un hogar cristiano, tienes una oportunidad especial de hacer dichosos a tus padres. Si persistes en el derrotero justo, “tu padre y tu madre se regocijarán”. (Pro. 23:22-25.) Tus padres, por supuesto, desean lo mejor para ti. Nada puede complacerles más que verte vivir en conformidad con la verdad y dedicar tu vida a Jehová.
2 Puedes estar agradecido de que tus padres estén en la verdad. Desde que naciste, te han dado alimento, ropa y un hogar; además, te han cuidado cuando has estado enfermo. Sobre todo, se han preocupado por enseñarte a conocer a Jehová y sus caminos justos, es decir, te han dado la educación que te puede garantizar la vida eterna. (Efe. 6:1-4.) ¿Cómo puedes demostrarles tu gratitud?
3 Vive en conformidad con la verdad: Tus padres se han esforzado por que tomes en serio la verdad, progreses en sentido espiritual y te mantengas firmemente apegado a la organización de Jehová. Puedes mostrar tu aprecio interesándote en el estudio de familia sin que sea necesario presionarte. Manifiesta deseos de asistir a las reuniones tomando la iniciativa y arreglándote, de modo que la familia pueda llegar a tiempo. Durante las reuniones, siéntate con tus padres, presta atención y sigue la información de las publicaciones que se estén estudiando. Procura dar comentarios en las reuniones. Demuestra buena disposición como estudiante de la Escuela del Ministerio Teocrático aceptando las asignaciones y realizándolas lo mejor que puedas. Siempre que te sea posible, ofrécete de voluntario para ayudar en los trabajos del Salón del Reino. Si participas en esas labores, lograrás que tu corazón se centre en lo que puede beneficiarte en sentido espiritual.
4 Ponte metas progresivas: Esfuérzate por participar de forma significativa en el servicio del campo, y demuestra que quieres ser un buen publicador. Manténte al día con la lectura semanal de la Biblia o, mejor aún, lee toda la Biblia por tu cuenta. Resuélvete a satisfacer los requisitos para la dedicación y el bautismo. Tus padres pueden ayudarte a programar cuidadosamente tus estudios, teniendo como mira una preparación que te permita participar plenamente en el servicio a Jehová. Procura ganarte una buena reputación, de modo que otros se sientan impulsados a recomendarte para privilegios especiales, tales como el servicio de precursor o de Betel. (Hech. 16:1, 2.) Si alcanzas tus metas, podrás ‘asegurarte de las cosas más importantes, para que estés lleno de fruto justo’. (Fili. 1:10, 11.)
5 La juventud es el tiempo de aprender y adquirir experiencia y aptitudes para relacionarse mejor con los demás. Es la etapa en que se puede disfrutar de la vida sin las presiones y responsabilidades que conlleva la edad adulta. Salomón dijo: “Regocíjate, joven, en tu juventud, y hágate bien tu corazón en los días de tu mocedad”. (Ecl. 11:9.) Si te propones servir a Jehová de corazón durante la juventud, recibirás bendiciones eternas. (1 Cró. 28:9.)
6 Si ‘sigues tras la justicia’ en vez de ir en pos de “los deseos que acompañan a la juventud”, librarás a tus padres de una pesada carga de angustia y desconsuelo. (2 Tim. 2:22.) Darás a tu propio corazón un motivo de alegría. (Pro. 12:25.) Pero, sobre todo, regocijarás a tu Creador, Jehová Dios. (Pro. 27:11.)