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HerodíasPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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este, Herodes Antipas, que también era hijo de Herodes el Grande —el abuelo de Herodías—, si bien por medio de Maltace, su cuarta esposa. Herodes Antipas, que en ese tiempo era gobernante de distrito (literalmente, “el tetrarca”), y al que Jesucristo llamó “esa zorra” (Lu 13:31, 32), también se divorció de su primera esposa —una hija de Aretas de Arabia, rey de los nabateos— a fin de casarse con Herodías.
Juan el Bautista, por lo tanto, tenía sobrada razón para condenar el matrimonio de Herodías y Herodes Antipas, pues era ilegal e inmoral según la ley judía. Por esta acción, Juan fue arrojado en prisión y, más tarde, decapitado. Su justa y valerosa denuncia despertó el implacable odio de Herodías, quien buscó la primera oportunidad para que se diera muerte al profeta. (Mt 14:1-11; Mr 6:16-28; Lu 3:19, 20; 9:9.)
Herodes Agripa I —hermano de Herodías— regresó de Roma en el año 38 E.C. después de haber sido nombrado rey. Esto le molestó mucho a Herodías, ya que su esposo seguía siendo tan solo gobernante de distrito a pesar de ser hijo de un rey. Por todas estas razones, no cesó de presionarle hasta que él también fue a Roma con la esperanza de ser coronado rey y recibir un reino. Flavio Josefo dice que Agripa, el hermano de Herodías, envió secretamente cartas al emperador Calígula en las que acusaba a Antipas de conspirar con los partos. Como consecuencia, se desterró a Antipas a la Galia, y Herodías lo acompañó. (Antigüedades Judías, libro XVIII, cap. VII, secs. 1, 2; La Guerra de los Judíos, libro II, cap. IX, sec. 6.)
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HerodiónPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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HERODIÓN
(Herodión).
Cristiano al que Pablo envió saludos en su carta a la congregación de Roma. Pablo se refiere a Herodión como “mi pariente”. (Ro 16:11.) Algunos opinan que con esto puede darse a entender solo que Herodión también era judío, y no que fuera un familiar de Pablo, para lo que se apoyan en el uso que el apóstol da al término “parientes” en Romanos 9:3. No obstante, puesto que Pablo no se refiere a todos los judíos a los que envía saludos como “mis parientes” (compárese con Hch 18:2; Ro 16:3), lo más probable es que se tratase de un pariente cercano. (Véase ANDRÓNICO.)
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Herrumbre, mohoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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HERRUMBRE, MOHO
Capa rojiza, porosa y quebradiza que se forma sobre el hierro por la acción del aire húmedo; por extensión, la capa que se produce en cualquier otro metal debido a la corrosión. El hierro se oxida, el cobre y la plata se corroen, e incluso el oro puede ser atacado por ciertos ácidos. La palabra hebrea jel·ʼáh, que se traduce “herrumbre” (NM, NC), “moho” (RH, 1989), “verdín” (Mod), “sarro” (BR) y “cardenillo” (SA), se deriva de una palabra que significa “llegar a tener una dolencia” (2Cr 16:12), de ahí que con referencia al metal signifique herrumbre. (Eze 24:6, 11, 12.) La palabra griega brṓ·sis significa “consumición” (Mt 6:19, 20) y el término i·ós significa tanto “veneno” (Ro 3:13; Snt 3:8) como “moho” (Snt 5:3).
Ezequiel comparó a Jerusalén a una olla de boca ancha “cuya herrumbre [estaba] en ella”. La herrumbre representaba la inmundicia, conducta relajada y derramamiento de sangre de que era culpable Jerusalén. Luego se le mandó al profeta: “Cuece la carne cabalmente. [...] Ponla vacía sobre sus brasas para que se caliente; y su cobre tiene que calentarse, y su inmundicia tiene que licuarse en medio de ella. Que se consuma su herrumbre [y arda su bronce, con el fin de que en ella sea fundida su inmundicia y desaparezca su herrumbre; Val, 1989]”. (Eze 24:3-12.)
Jesucristo dijo en su Sermón del Monte: “Dejen de acumular para sí tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho [brṓ·sis] consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran por fuerza y hurtan”. (Mt 6:19, 20.) Las riquezas materiales que simplemente se acumulan no benefician a nadie; si no se usan, pueden enmohecerse y con el tiempo ni siquiera ser de utilidad para su dueño. De hecho, Santiago advierte a los ricos que confían en las riquezas materiales: “Sus riquezas se han podrido [...]. Su oro y plata están enmohecidos, y el moho [i·ós] de estos servirá como testimonio contra ustedes y comerá sus carnes. Algo semejante al fuego es lo que ustedes han acumulado en los últimos días. ¡Miren! El salario que se debe a los obreros que cosecharon sus campos, pero el cual es retenido por ustedes, sigue clamando, y los gritos por auxilio de los segadores han entrado en los oídos de Jehová de los ejércitos”. (Snt 5:2-4.) En vez de usar sus riquezas de la manera correcta, las retienen injustamente. Cuanto más lo hagan y mayor sea la corrosión y moho que recojan, mayor será el testimonio en contra de ellos delante del trono de juicio de Dios. Sin embargo, Jesús recomendó el uso debido de las riquezas materiales cuando dijo: “Háganse amigos por medio de las riquezas injustas, para que, cuando las tales fallen, se los reciba en los lugares de habitación eternos”. (Lu 16:9.)
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HesbónPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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HESBÓN
(Hesbón).
Ciudad antigua identificada con las
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