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Una gran muchedumbre sin númeroApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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30. ¿Qué vista magnífica se nos presenta en la visión de Juan, y quiénes podrán ‘estar de pie’?
30 ¡Qué magnífica vista presentan ante nosotros esas palabras! Jehová mismo está en su trono, y todos sus siervos —celestiales y terrestres— lo alaban en unión. Sus siervos terrestres comprenden que es un privilegio inefable participar en ese coro creciente de alabanza. Muy pronto Jehová y Cristo Jesús ejecutarán juicio, y se oirá el clamor: “Ha llegado el gran día de la ira de ellos, y ¿quién puede estar de pie?”. (Revelación 6:17.) ¿Cuál es la respuesta? Solo una minoría de la humanidad, entre ellos cualquiera de los 144.000 sellados que quizá permanezcan todavía en la carne y una gran muchedumbre de otras ovejas que ‘estarán de pie’, es decir, que sobrevivirán junto con ellos. (Jeremías 35:19; 1 Corintios 16:13.)
31. ¿Qué efecto debe tener en los cristianos —tanto los ungidos como la gran muchedumbre— el cumplimiento de la visión de Juan?
31 En vista de eso, los cristianos ungidos de la clase Juan se esfuerzan vigorosamente por ‘proseguir hacia la meta para el premio de la llamada hacia arriba por Dios mediante Cristo Jesús’. (Filipenses 3:14.) Están muy al tanto de que los acontecimientos de estos días exigen de ellos aguante especial. (Revelación 13:10.) Después de servir a Jehová por muchos años, se adhieren firmemente a la fe, regocijándose de que sus nombres estén “inscritos en los cielos”. (Lucas 10:20; Revelación 3:5.) También los de la gran muchedumbre saben que solo “el que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo”. (Mateo 24:13.) Aunque la gran muchedumbre, como grupo, está marcada para salir de la gran tribulación, los individuos del grupo tienen que esforzarse por permanecer limpios y activos.
32. ¿Qué situación apremiante se destaca por el hecho de que solo dos grupos ‘estarán de pie’ en el día de la ira de Jehová?
32 No hay evidencia de que personas que no sean de estos dos grupos ‘estarán de pie’ en el día de la ira de Jehová. ¿Qué significa esto para los millones de personas que cada año muestran cierto respeto por el sacrificio de Jesús asistiendo a la celebración de la Conmemoración de su muerte, pero que todavía no han ejercido fe en el sacrificio de Jesús hasta el punto de hacerse siervos dedicados y bautizados de Jehová, activos en Su servicio? Además, ¿qué hay de los que en el pasado estuvieron activos, pero que han permitido que sus corazones ‘lleguen a estar cargados con las inquietudes de la vida’? Que todos esos despierten, y permanezcan despiertos, para que “logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre”... Jesucristo. ¡Queda poco tiempo! (Lucas 21:34-36.)
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Las plagas de Jehová sobre la cristiandadApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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1. ¿Qué pasa cuando el Cordero abre el séptimo sello?
SE HA retenido a “los cuatro vientos” hasta que se sella a los 144.000 miembros del Israel espiritual y se aprueba a la gran muchedumbre para sobrevivir. (Revelación 7:1-4, 9.) Sin embargo, antes de que esa tempestad se desate sobre la Tierra, ¡también hay que dar a conocer los juicios adversos de Jehová contra el mundo de Satanás! Cuando el Cordero se dispone a abrir el sello séptimo y final, no hay duda de que Juan está vigilando cuidadosamente para ver qué sucederá. Ahora comparte con nosotros su experiencia: “Y cuando él [el Cordero] abrió el séptimo sello, en el cielo ocurrió un silencio como por media hora. Y vi a los siete ángeles que están de pie delante de Dios, y les fueron dadas siete trompetas”. (Revelación 8:1, 2.)
Un tiempo para oración fervorosa
2. ¿Qué sucede durante la simbólica media hora de silencio en el cielo?
2 ¡Este es un silencio significativo! Media hora puede parecer un tiempo largo cuando uno está a la espera de algo. Ahora, ni siquiera se oye el coro celestial de alabanza constante. (Revelación 4:8.) ¿Por qué? Juan ve en la visión por qué: “Y llegó otro ángel y se puso de pie junto al altar, teniendo una vasija de oro para el incienso; y se le dio una gran cantidad de incienso para que lo ofreciera con las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y el humo del incienso ascendió de la mano del ángel con las oraciones de los santos delante de Dios”. (Revelación 8:3, 4.)
3. a) ¿Qué nos recuerda el que se queme incienso? b) ¿Qué propósito tiene la media hora de silencio en el cielo?
3 Esto nos recuerda que en el sistema de cosas judío se quemaba incienso diariamente en el tabernáculo, y lo mismo se hizo en años posteriores en el templo de Jerusalén. (Éxodo 30:1-8.) Mientras se quemaba el incienso, los israelitas que no pertenecían al sacerdocio esperaban fuera de la zona sagrada, orando —probablemente en silencio en el corazón— a Dios, a quien ascendía el humo del incienso. (Lucas 1:10.) Juan ahora ve que algo similar sucede en el cielo. El incienso que el ángel ofrece se asocia con “las oraciones de los santos”. De hecho, en una visión anterior se dice que el incienso es un símbolo de esas oraciones. (Revelación 5:8; Salmo 141:1, 2.) Por eso, parece que simbólicamente hay un silencio en el cielo para permitir que se oigan las oraciones de los santos que están en la Tierra.
4, 5. ¿Qué sucesos históricos nos ayudan a determinar el tiempo que corresponde a la simbólica media hora de silencio?
4 ¿Podemos determinar cuándo sucedió esto? Sí, podemos, al examinar el contexto, junto con sucesos históricos del comienzo del día del Señor. (Revelación 1:10.) Los sucesos en la Tierra durante 1918 y 1919 armonizaron notablemente con el escenario que se describe en Revelación 8:1-4. Por 40 años antes de 1914 los Estudiantes de la Biblia —como se llamaba entonces a los testigos de Jehová— habían estado anunciando denodadamente que los “tiempos de los gentiles” terminarían en aquel año. Los angustiosos acontecimientos de 1914 probaron que tenían razón. (Lucas 21:24, Versión Moderna; Mateo 24:3, 7, 8.) Pero muchos de ellos también creían que en 1914 se les tomaría de esta Tierra y se les llevaría a su herencia celestial. Eso no sucedió. Más bien, durante la I Guerra Mundial experimentaron un tiempo de intensa persecución. El 31 de octubre de 1916 murió el primer presidente de la Sociedad Watch Tower, Charles T. Russell. Después, el 4 de julio de 1918, el nuevo presidente, Joseph F. Rutherford, y otros siete representantes de la Sociedad que habían sido sentenciados injustamente a muchos años de prisión fueron transportados a la penitenciaría de Atlanta, Georgia, E.U.A.
5 Los cristianos sinceros de la clase Juan quedaron perplejos. ¿Qué quería Dios que ellos hicieran ahora? ¿Cuándo se les llevaría al cielo? En el número del 1 de mayo de 1919 de The Watch Tower se publicó un artículo titulado “La siega ha terminado... ¿qué vendrá ahora?”. Ese artículo reflejó el estado de incertidumbre que existía, y estimuló a los fieles a perseverar; añadió: “Nos parece que decimos la verdad ahora al afirmar que la cosecha de la clase del Reino ha terminado, que todos los de esa clase están debidamente sellados y que la puerta está cerrada”. Durante este período difícil las oraciones fervorosas de la clase Juan ascendían como si fuera en el humo de una gran cantidad de incienso. ¡Y Dios estaba oyendo sus oraciones!
Se arroja fuego a la tierra
6. ¿Qué sucede después del silencio en el cielo, y en respuesta a qué?
6 Juan nos dice: “Pero inmediatamente el ángel tomó la vasija del incienso, y la llenó del fuego del altar y lo arrojó a la tierra. Y ocurrieron truenos y voces y relámpagos y un terremoto”. (Revelación 8:5.) Después del silencio, ¡de súbito hay un despliegue dramático de actividad! Parece que esa actividad viene en respuesta a las oraciones de los santos, puesto que lo que la provoca es fuego tomado del altar del incienso. Allá en 1513 a.E.C., en el monte Sinaí, truenos y relámpagos, un sonido muy fuerte, fuego y un temblor de la montaña indicaron que Jehová dirigía su atención a su pueblo. (Éxodo 19:16-20.) Las manifestaciones similares que Juan informa también indican que Jehová da atención a sus siervos en la Tierra. Pero lo que Juan observa se presenta en señales. (Revelación 1:1.) Por eso, ¿cómo han de interpretarse hoy el fuego, los truenos, las voces, los relámpagos y el terremoto simbólicos?
7. a) ¿Qué fuego simbólico prendió Jesús en la Tierra durante su ministerio? b) ¿Cómo prendieron un fuego similar en la cristiandad los hermanos espirituales de Jesús?
7 En cierta ocasión Jesús dijo a sus discípulos: “Vine a prender un fuego en la tierra”. (Lucas 12:49.) En verdad encendió un fuego. Por su predicación celosa, Jesús hizo del Reino de Dios la cuestión principal ante el pueblo judío, y esto encendió una polémica ardiente por toda aquella nación. (Mateo 4:17, 25; 10:5-7, 17, 18.) En 1919 los hermanos espirituales de Jesús en la Tierra, el grupito de cristianos ungidos que había sobrevivido a los días difíciles de la I Guerra Mundial, prendieron un fuego similar en la cristiandad. En septiembre de aquel año, el espíritu de Jehová se manifestó notablemente cuando sus leales Testigos, que habían venido de cerca y de lejos, se reunieron en Cedar Point, Ohio, E.U.A. Joseph F. Rutherford, quien había salido recientemente de la prisión y poco después se vería libre de los cargos que pesaban contra él, habló con denuedo a aquella asamblea y dijo: “En obediencia al mandato de nuestro Amo, y reconociendo nuestro privilegio y deber de guerrear contra los baluartes del error que por tanto tiempo han tenido en cautiverio a la gente, nuestra vocación era y es anunciar el glorioso reino entrante del Mesías”. Esa es la cuestión principal... ¡el Reino de Dios!
8, 9. a) ¿Cómo describió J. F. Rutherford la actitud y el deseo del pueblo de Dios durante los años difíciles de la guerra? b) ¿Cómo se arrojó fuego a la tierra? c) ¿Cómo han ocurrido truenos, voces, relámpagos y un terremoto?
8 Refiriéndose a las penalidades que acababa de experimentar el pueblo de Dios, el orador dijo: “Tan cruel fue el ataque del enemigo que muchos del rebaño amado del Señor quedaron aturdidos y se detuvieron asombrados, orando y esperando que el Señor indicara su voluntad. [...] A pesar del desaliento temporal, había un deseo ardiente de proclamar el mensaje del Reino” (véase The Watch Tower del 15 de septiembre de 1919, página 280).
9 En 1919 aquel deseo fue satisfecho. En sentido espiritual se encendió a este grupito activo de cristianos para que empezara una campaña de predicación de alcance mundial. (Compárese con 1 Tesalonicenses 5:19.) Se arrojó fuego a la Tierra en el sentido de que se hizo que el Reino de Dios llegara a ser la cuestión candente, ¡y eso sigue siendo! Voces fuertes reemplazaron al silencio, y proclamaron el mensaje del Reino con claridad. Retumbaron tronantes advertencias de tempestad desde la Biblia. Como relampagueos, rayos brillantes de luz resplandecieron desde la Palabra profética de Jehová, y como por un tremendo terremoto el campo religioso fue sacudido hasta sus cimientos. La clase Juan vio que tenía trabajo que hacer. ¡Y hasta este día ese trabajo sigue extendiéndose gloriosamente en todo lugar habitado de la Tierra! (Romanos 10:18.)
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