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La ciudad esplendorosaApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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24. ¿Qué ve Juan ahora a ambos lados del río de agua de vida, y qué representan?
24 En la visión de Ezequiel el río hasta se convirtió en un torrente, y el profeta vio que a ambos lados crecía todo tipo de árboles frutales. (Ezequiel 47:12.) Pero ¿qué ve Juan? Esto: “Y de este lado del río, y de aquel lado, había árboles de vida que producían doce cosechas de fruto, y que daban sus frutos cada mes. Y las hojas de los árboles eran para la curación de las naciones”. (Revelación 22:2b.) Estos “árboles de vida” también tienen que representar parte de las provisiones de Jehová para dar vida eterna a la humanidad obediente.
25. ¿Qué abundante provisión hace Jehová para los humanos que respondan bien en el Paraíso mundial?
25 ¡Qué abundante provisión hace Jehová para los humanos que responden bien! Ellos no solo pueden participar de esas aguas refrescantes, sino que continuamente pueden arrancar de esos árboles una variedad de frutos sustentadores. ¡Ah, si nuestros padres originales tan solo hubieran quedado satisfechos con una “deseable” provisión similar en el Paraíso de Edén! (Génesis 2:9.) Pero ahora hay un Paraíso por todo el globo terráqueo, y Jehová hasta provee lo necesario mediante las hojas de esos árboles simbólicos para “la curación de las naciones”c. Muy superior a cualquier medicina —herbaria o de otro tipo— que se dispense hoy, la aplicación calmante de esas hojas simbólicas elevará a la humanidad creyente a la perfección espiritual y corporal.
26. ¿Quiénes pudieran estar incluidos en los árboles de vida, y por qué?
26 Aquellos árboles, bien regados por el río, quizás incluyan a los 144.000 miembros de la esposa del Cordero. Ellos beben de la provisión de Dios para la vida mediante Jesucristo mientras están en la Tierra. Cabe señalar que a estos hermanos de Cristo engendrados por espíritu se les llama proféticamente “árboles grandes de justicia”. (Isaías 61:1-3; Revelación 21:6.) Ya han producido mucho fruto espiritual para la alabanza de Jehová. (Mateo 21:43.) Y durante el Reinado de Mil Años participarán en dispensar las provisiones del rescate que servirán para ‘curar a las naciones’ del pecado y la muerte. (Compárese con 1 Juan 1:7.)
Ya no habrá noche
27. ¿Qué otras bendiciones menciona Juan para los que tienen el privilegio de entrar en la Nueva Jerusalén, y por qué se dice que “ya no habrá ninguna maldición”?
27 ¡Ciertamente no pudiera haber privilegio más maravilloso que el de entrar en la Nueva Jerusalén! ¡Imagínese!... ¡aquellos humanos que antes eran de baja condición e imperfectos seguirán a Jesús al cielo para llegar a ser parte de tan glorioso arreglo! (Juan 14:2.) Juan da alguna idea de las bendiciones de que disfrutarán estos, al decir: “Y ya no habrá ninguna maldición. Pero el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus esclavos le rendirán servicio sagrado; y verán su rostro, y tendrán su nombre en sus frentes”. (Revelación 22:3, 4.) Cuando el sacerdocio israelita se corrompió, experimentó la maldición de Jehová. (Malaquías 2:2.) Jesús pronunció abandonada la “casa” sin fe de Jerusalén. (Mateo 23:37-39.) Pero en la Nueva Jerusalén “ya no habrá ninguna maldición”. (Compárese con Zacarías 14:11.) Todos sus habitantes han sido sometidos al fuego de pruebas intensas aquí en la Tierra, y tras salir victoriosos se habrán ‘vestido de incorrupción e inmortalidad’. En su caso Jehová sabe, como supo en el caso de Jesús, que nunca apostatarán. (1 Corintios 15:53, 57.) Además, “el trono de Dios y del Cordero” estará allí, lo cual hace que la posición de la ciudad esté segura por toda la eternidad.
28. ¿Por qué tienen el nombre de Dios escrito en la frente los miembros de la Nueva Jerusalén, y qué electrizante perspectiva tienen?
28 Como Juan mismo, todos los futuros miembros de esa ciudad celestial son “esclavos” de Dios. En tal condición, en la frente tienen prominentemente escrito el nombre de Dios, que identifica a Jehová como Dueño de ellos. (Revelación 1:1; 3:12.) Para ellos será un privilegio inestimable rendirle servicio sagrado como parte de la Nueva Jerusalén. Mientras Jesús estuvo en la Tierra hizo esta electrizante promesa a aquellos gobernantes en perspectiva: “Felices son los de corazón puro, puesto que ellos verán a Dios”. (Mateo 5:8.) ¡Qué felices serán estos esclavos cuando de hecho contemplen y adoren a Jehová en persona!
29. ¿Por qué dice Juan que en la Nueva Jerusalén celestial “ya no habrá noche”?
29 Juan continúa: “Además, ya no habrá noche, y no tienen necesidad de luz de lámpara ni tienen luz solar, porque Jehová Dios arrojará luz sobre ellos”. (Revelación 22:5a.) La Jerusalén de la antigüedad, como cualquier otra ciudad terrestre, dependía del Sol para tener luz de día, y de la luz de la Luna y luz artificial de noche. Pero en la Nueva Jerusalén celestial no será necesaria tal iluminación. La ciudad será iluminada por Jehová mismo. Puede que “noche” se use también en sentido figurado, con referencia a que alguien se halle en adversidad o esté separado de Jehová. (Miqueas 3:6; Juan 9:4; Romanos 13:11, 12.) Nunca pudiera haber tal clase de noche en la presencia gloriosa y radiante del Dios Todopoderoso.
30. ¿Cómo concluye Juan la magnífica visión, y qué nos asegura Revelación?
30 Juan cierra esta magnífica visión con la siguiente expresión sobre estos esclavos de Dios: “Y reinarán para siempre jamás”. (Revelación 22:5b.) Es verdad que al fin de los mil años se habrán aplicado a plenitud los beneficios del rescate, y Jesús presentará a su Padre una raza humana perfeccionada. (1 Corintios 15:25-28.) No sabemos lo que Jehová tiene pensado que hagan Jesús y los 144.000 después de eso. Pero Revelación nos asegura que su privilegio de rendir servicio sagrado a Jehová continuará por toda la eternidad.
La feliz culminación de Apocalipsis
31. a) ¿A qué culminación señala la visión de la Nueva Jerusalén? b) ¿Qué logra la Nueva Jerusalén para otros fieles de la humanidad?
31 El cumplimiento de esta visión de la Nueva Jerusalén, la novia del Cordero, es la feliz culminación a la cual señala el libro de Apocalipsis o Revelación, y esto es apropiado. Todos los compañeros cristianos de Juan del primer siglo a quienes se dirigió originalmente el libro esperaban entrar en esa ciudad como cogobernantes celestiales inmortales con Jesucristo. El resto de los cristianos ungidos todavía vivo en la Tierra tiene la misma esperanza. Así pasa Revelación a su grandiosa culminación, mientras la novia ya completa se une al Cordero. Después, mediante la Nueva Jerusalén se aplicarán a la humanidad los beneficios del sacrificio de rescate de Jesús, de modo que finalmente todos los fieles adquirirán vida eterna. Así la novia —la Nueva Jerusalén—, como leal compañera de su Novio Rey, participará en edificar para la eternidad una justa nueva tierra... todo para la gloria de nuestro Señor Soberano Jehová. (Mateo 20:28; Juan 10:10, 16; Romanos 16:27.)
32, 33. ¿Qué hemos aprendido de Apocalipsis, y cuál debe ser nuestra respuesta sincera?
32 ¡Qué gozo sentimos, pues, ya cerca de terminar nuestro examen del libro de Revelación! Hemos visto totalmente frustrados los esfuerzos finales de Satanás y su descendencia, y que ha habido ejecución completa de los justos juicios de Jehová. Babilonia la Grande tiene que ser eliminada para siempre, y lo mismo tiene que pasarles a todos los demás elementos irremediablemente corruptos del mundo de Satanás. Satanás mismo y sus demonios serán arrojados en el abismo y después destruidos. La Nueva Jerusalén gobernará con Cristo desde los cielos mientras se efectúa la resurrección y hay un juicio, y la humanidad perfeccionada llegará finalmente a disfrutar de vida eterna en la Tierra paradisíaca. ¡Cuán vívidamente describe todas estas cosas el libro de Apocalipsis, la Revelación! ¡Cuánto nos fortalece en nuestra resolución de ‘declarar estas buenas nuevas eternas como noticias gozosas a toda nación y tribu y lengua y pueblo’ en la Tierra hoy! (Revelación 14:6, 7.) ¿Está usted gastándose de lleno en esa gran obra?
33 Con el corazón rebosante de gratitud, demos atención a las palabras finales de Revelación.
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Apocalipsis y ustedApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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1. a) ¿Qué garantía da el ángel a Juan respecto a todas las maravillosas promesas de Revelación? b) ¿Quién dice: “Vengo pronto”, y cuándo acontece esta ‘venida’?
AL LEER la deleitable descripción de la Nueva Jerusalén, usted quizás pregunte: ‘¿No es esto demasiado maravilloso para ser cierto?’. Juan contesta esa pregunta con un informe de las siguientes palabras del ángel: “Y me dijo: ‘Estas palabras son fieles y verdaderas; sí, Jehová el Dios de las expresiones inspiradas de los profetas envió a su ángel para mostrar a sus esclavos las cosas que tienen que efectuarse dentro de poco. Y, ¡mira!, vengo pronto. Feliz es cualquiera que observa las palabras de la profecía de este rollo’”. (Revelación 22:6, 7.) ¡Todas las maravillosas promesas de Revelación realmente se cumplirán! El ángel, hablando en el nombre de Jesús, declara que Jesús viene sin tardarse, “pronto”. Esto debe referirse a que Jesús viene “como ladrón” para destruir a los enemigos de Jehová e introducir la magnífica y feliz culminación de Apocalipsis. (Revelación 16:15, 16.) Por lo tanto, debemos conformar o amoldar nuestra vida a las palabras de “este rollo”, la Revelación conocida como Apocalipsis, para que se nos pronuncie felices en ese tiempo.
2. a) ¿Cómo reacciona Juan a la abundancia de revelaciones, y qué le dice el ángel? b) ¿Qué aprendemos de las palabras del ángel: “¡Ten cuidado!”, y “Adora a Dios”?
2 Después de tanta riqueza de revelaciones, se puede comprender que Juan se sintiera completamente vencido por todo ello: “Pues bien, yo, Juan, fui el que oyó y vio estas cosas. Y cuando hube oído y visto, caí para adorar delante de los pies del ángel que me había estado mostrando estas cosas. Pero él me dice: ‘¡Ten cuidado! ¡No hagas eso! Yo simplemente soy coesclavo tuyo y de tus hermanos que son profetas, y de los que están observando las palabras de este rollo. Adora a Dios’”. (Revelación 22:8, 9; compárese con Revelación 19:10.) Esta advertencia —dada dos veces— de no adorar a ángeles fue oportuna en los días de Juan, cuando parece que algunos practicaban tal adoración o afirmaban tener revelaciones especiales de ángeles. (1 Corintios 13:1; Gálatas 1:8; Colosenses 2:18.) Hoy recalca el hecho de que debemos adorar solamente a Dios. (Mateo 4:10.) No debemos corromper la adoración pura con la adoración de ninguna otra persona o cosa. (Isaías 42:5, 8.)
3, 4. ¿Qué continúa diciendo el ángel a Juan, y cómo ha obedecido sus palabras el resto ungido?
3 Juan continúa: “También me dice: ‘No selles las palabras de la profecía de este rollo, porque el tiempo señalado está cerca. El que está haciendo injusticia, haga injusticia todavía; y el sucio sea ensuciado todavía; pero el justo haga justicia todavía, y el santo sea hecho santo todavía’”. (Revelación 22:10, 11.)
4 Hoy los del resto ungido han obedecido las palabras del ángel. No han sellado las palabras de la profecía. Pues, el mismo primer número (julio de 1879) de la revista que en español conocemos como La Atalaya, la Zion’s Watch Tower and Herald of Christ’s Presence, comentó sobre numerosos versículos del libro de Apocalipsis. Como indicamos en nuestro primer capítulo, los testigos de Jehová han publicado a través de los años otros libros iluminadores sobre Revelación. Ahora llamamos de nuevo la atención de todos los que aman la verdad a las impresionantes e importantes profecías de Revelación y su cumplimiento.
5. a) ¿Qué sucede si la gente desea pasar por alto las advertencias y el consejo de Revelación? b) ¿Cómo deberían responder los mansos y justos?
5 Si la gente desea pasar por alto las advertencias y el consejo de Revelación, pues, ¡que lo haga! “El que está haciendo injusticia, haga injusticia todavía.” Si eso es lo que escogen, los que se revuelcan en la suciedad de esta era permisiva pueden morir en esa suciedad. Dentro de poco se habrán ejecutado por completo los juicios de Jehová, empezando con la destrucción de Babilonia la Grande. Que los mansos presten atención diligentemente a las palabras del profeta: “Busquen a Jehová [...] Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente se les oculte en el día de la cólera de Jehová”. (Sofonías 2:3.) En cuanto a los que ya están dedicados a Jehová, que “el justo haga justicia todavía, y el santo sea hecho santo todavía”. Los sabios saben que ninguna ventaja temporal procedente del pecado puede compararse con las bendiciones duraderas de que disfrutarán los que siguen tras la justicia y la santidad. La Biblia dice: “Sigan poniéndose a prueba para ver si están en la fe, sigan dando prueba de lo que ustedes mismos son”. (2 Corintios 13:5.) Según el proceder que usted escoja y mantenga, recibirá su recompensa. (Salmo 19:9-11; 58:10, 11.)
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