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    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
    • acantilados y zonas rocosas. Los precipicios rocosos que hay en los alrededores del mar Muerto proporcionan numerosas hendiduras y cavidades para sus nidos. Es posible que Jeremías pensara en estos nidos tan aislados cuando pronunció el juicio contra Moab, que habitaba en esta zona: “Dejen las ciudades y residan en el peñasco, habitantes de Moab, y lleguen a ser como la paloma que hace su nido en las regiones de la boca del hueco”. (Jer 48:28; compárese con la declaración de Balaam en Nú 24:21.)

      El espeso follaje de los fuertes cedros del Líbano fue un lugar idóneo para la nidificación de otras aves, pues proporcionaba amplio espacio para abrigo y escondite durante todo el año. El salmista lo usó como ejemplo de las maravillosas cosas que Dios suministra para el bienestar de sus criaturas. (Sl 104:16, 17.)

      La Ley prohibía que los israelitas cogieran los huevos o los polluelos de un nido y mataran a la madre. Tal medida prevenía la crueldad de eliminar a toda la familia de una sola vez. Tenía que liberarse a la madre para que produjera más crías. (Dt 22:6, 7.)

      Cuando cierto escriba le dijo a Jesús: “Maestro, te seguiré adondequiera que estés para ir”, Jesús le contestó: “Las zorras tienen cuevas, y las aves del cielo tienen donde posarse [o “nidos”], pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza”. (Mt 8:19, 20; Lu 9:57, 58.) De este modo Jesús recalcó que para ser su seguidor, el hombre tendría que olvidarse de la idea de poseer las comodidades y ventajas de las que se disfruta normalmente y poner toda su confianza en Jehová. Este mismo principio se refleja en la oración modelo que enseñó a sus discípulos: “Danos hoy nuestro pan para este día”, así como en la siguiente declaración: “Por consiguiente, puedes estar seguro: ninguno de ustedes que no se despida de todos sus bienes puede ser mi discípulo”. (Mt 6:11; Lu 14:33.)

      Uso figurado. En sus mensajes de juicio contra Edom, Dios usó el lugar elevado donde anida el águila como símbolo del emplazamiento de Edom en las montañas, así como de su altivez y presuntuosidad. (Jer 49:15-18; Abd 1-4; compárese con la declaración de Dios contra Babilonia en Hab 1:6; 2:6-11.)

      Cuando Jeremías profetizó contra Jerusalén, se refirió en sentido ilustrativo a la altura de los árboles del Líbano y al valor de la madera de cedro, árbol que sobre todo usaban los reyes y los ricos para la construcción de sus casas. El palacio del rey de Judá y los edificios gubernamentales de Jerusalén se habían construido principalmente con esta madera. De ahí que Jeremías dijese que los habitantes de Jerusalén estaban ‘morando en el Líbano, anidando en los cedros’. No obstante, tenían que ser abatidos de esta posición elevada. (Jer 22:6, 23.)

      Un compartimiento. En Génesis 6:14 la palabra hebrea qin·ním (nidos) se traduce “estancias” (CI), “aposentos” (Val), “celdas” (MK), “cuartos” (VP), “cámaras” (ATI), “celditas” (BR), “cabinas” (BJ, nota) y “compartimientos” (NM). Parece que eran compartimientos del arca de Noé relativamente pequeños, y que, de manera similar a los nidos de las aves, protegieron al hombre y a los animales en aquel tiempo crítico de indefensión.

  • Nieve
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
    • NIEVE

      Agua helada que desciende de las nubes sobre la tierra en pequeñas masas esponjosas o copos, formados por cristales microscópicos. Los cristales de nieve que descienden limpian la atmósfera y se llevan elementos como el azufre y el nitrógeno, y así contribuyen a la fertilidad del suelo, al mismo tiempo que le suministra humedad. (Isa 55:10, 11.) La nieve puede ser una fuente de agua limpia para lavar. (Job 9:30.) Aunque en ciertas zonas de Palestina es escasa o hasta desconocida, a veces, durante enero y febrero, nieva en zonas montañosas, como Jerusalén. (Compárese con 2Sa 23:20; 1Cr 11:22.) Durante la mayor parte del año hay nieve en las alturas y las gargantas de la cordillera del Líbano, y el elevado monte Hermón está coronado de nieve casi todo el año. (Jer 18:14.) El Salmo 68:14 dice que nevaba en Zalmón, lugar que forma parte del monte Haurán (Jebel ed Druz), al E. del Jordán.

      Jehová ha producido la nieve, de modo que puede controlarla. (Job 37:6; Sl 147:16.) Para cumplir con su propósito, Dios ha almacenado nieve y granizo “para el día de pelea y guerra”. (Job 38:22, 23.)

      Uso ilustrativo. En la Biblia la nieve se utiliza en algunos símiles para transmitir la idea de blancura. (Éx 4:6; Nú 12:10; 2Re 5:27; Da 7:9; Mt 28:3; Rev 1:14.) A veces se asocia con la pureza. (Isa 1:18; Lam 4:7.) Por ejemplo, David le rogó a Dios que le purificase del pecado, lavándolo para que pudiera ser “más blanco que la nieve”. (Sl 51:7.)

      Debido a que los tres compañeros de Job no fueron para él una fuente de consuelo, se les asemejó a un torrente invernal, crecido por el hielo y la nieve que se derrite en las montañas, pero que con el calor del verano se seca. (Job 6:15-17.) Se dice que el Seol arrebata a los pecadores tal como la sequía y el calor lo hacen con las aguas de la nieve. (Job 24:19.) Así como no es natural que nieve en verano, lo que podría dañar las cosechas, del mismo modo “la gloria no es propia para el estúpido”. (Pr 26:1.)

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