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Edificador, edificioPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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podía compararse a los famosos Jardines Colgantes que construyó para mitigar la nostalgia de su reina meda. A esta obra se la consideró una de las siete maravillas del mundo antiguo.
El rey Herodes el Grande reconstruyó el segundo templo de Jehová en Jerusalén. Como los judíos desconfiaban de él, le obligaron a reunir primero todos los materiales y a ir construyendo el nuevo templo a medida que demolía el antiguo. Debido a su desconfianza y a la aversión que tenían a Herodes, los judíos no lo consideraron el tercer templo, aunque así es como se le ha llamado con frecuencia. Para el año 30 E.C. se llevaban cuarenta y seis años de trabajo en el recinto del templo (Jn 2:20), y las obras continuaron por muchos años más. Herodes también hizo una ciudad con un puerto artificial, Cesarea, reconstruyó Samaria y realizó muchas otras construcciones tanto en Palestina como en otras tierras.
Durante su vida en la Tierra, Jesús estuvo relacionado con la construcción, pues trabajó de “carpintero”. (Mr 6:3.)
Los materiales de construcción que se usaban en tiempos bíblicos eran: tierra, madera de varias clases, piedra, piedras preciosas, metales, tejidos, yeso, mortero y betún. También se usaba la cal para enlucir, colorantes para decorar la madera y tintes para los tejidos. En ocasiones se pintaban o esmaltaban los ladrillos. (Véase LADRILLO.)
En la Biblia se mencionan muchos instrumentos y herramientas, como el hacha (Dt 19:5), el martillo (Jue 4:21), el martillo de fragua, el yunque, los clavos (Isa 41:7), la sierra (Isa 10:15), las sierras para piedras (1Re 7:9), el cordel o soga de medir (Zac 1:16; 2:1), la caña de medir (Eze 40:3; Rev 21:15), la plomada (Am 7:7, 8; Zac 4:9, 10), el instrumento de nivelar (2Re 21:13; Isa 28:17), la escofina, el compás (Isa 44:13), el podón (Isa 44:12; Jer 10:3), el cincel (Éx 20:25) y las balanzas (Isa 40:12).
Uso figurado. Se compara a la congregación cristiana a un edificio o templo edificado sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, y del que Cristo Jesús es la piedra angular de fundamento. Se la llama “edificio de Dios”, ‘lugar donde habita Dios por espíritu’. (1Co 3:9; Ef 2:20-22.) Jesús se aplicó el cumplimiento del Salmo 118:22, identificándose como la “piedra” que los líderes religiosos judíos y sus seguidores, los “edificadores”, rechazaron. (Mt 21:42; Lu 20:17; Hch 4:11; 1Pe 2:7.) A los miembros individuales de la congregación se les llama “piedras vivas”. (1Pe 2:5.) A la congregación glorificada, también llamada novia de Cristo, se la representa como una ciudad, la Nueva Jerusalén. (Rev 21:2, 9-21.)
Jesús comparó a sus oyentes a dos tipos de edificadores: el que edifica su personalidad y modo de vivir sobre la masa rocosa de la obediencia a Cristo, por lo que puede resistir las tormentas de la oposición y la tribulación, y el que edifica sobre la arena de la desobediencia, de forma que no le es posible mantenerse en pie cuando sobreviene la presión. (Mt 7:24-27.) En calidad de “director de obras”, el apóstol Pablo también habla de edificar personalidades cristianas. (1Co 3:10-15.) En cierta ocasión Jesús dijo: “Derriben este templo, y en tres días lo levantaré”. (Jn 2:19.) Los judíos pensaron que se refería al templo de Herodes y usaron estas palabras contra él en su juicio, diciendo: “Nosotros le oímos decir: ‘Yo derribaré este templo que fue hecho de manos y en tres días edificaré otro, no hecho de manos’”. (Mr 14:58.) Jesús hablaba en sentido figurado, refiriéndose al “templo de su cuerpo”. Murió y al tercer día fue levantado. (Jn 2:21; Mt 16:21; Lu 24:7, 21, 46.) Su Padre Jehová Dios lo resucitó con otro cuerpo no hecho de manos como el templo de Jerusalén, un cuerpo espiritual hecho (edificado) por Él mismo. (Hch 2:24; 1Pe 3:18.) Este uso de ‘edificar’ o ‘construir’ aplicado al cuerpo no es único, pues el registro bíblico dice sobre la creación de Eva: “Y Jehová Dios procedió a construir de la costilla que había tomado del hombre una mujer”. (Gé 2:22.)
Jesucristo predijo que en los “últimos días” la gente se dedicaría a edificar y a otras ocupaciones propias de la vida, por lo que olvidaría el significado real de los tiempos, tal como en los días de Lot, y que la destrucción les sorprendería absortos en estas actividades. (Lu 17:28-30; véanse ARQUITECTURA; FORTIFICACIONES.)
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EdomPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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EDOM
(Rojo), Edomitas.
Edom era el sobrenombre que recibió Esaú, el hermano gemelo de Jacob, debido a que vendió su primogenitura por un guisado rojo. (Gé 36:1; 25:30-34.) Casualmente, Esaú era muy rubicundo cuando nació (Gé 25:25) y algunas de las regiones en donde él y sus descendientes se establecieron más tarde se distinguieron por su color rojizo.
Seír y Edom. Esaú (Edom) se estableció en la tierra de Seír, en el “campo de Edom”, en el transcurso de los veinte años que Jacob pasó en Harán. (Gé 32:3.) De modo que, aun antes de la muerte de su padre (Gé 35:29), parece ser que Esaú empezaba a cumplir la bendición profética de Isaac, alejándose de los terrenos fértiles cercanos a Hebrón y comenzando a ‘vivir por su espada’, junto con los 400 hombres que tenía a su mando. (Gé 27:39, 40; 32:6, 8.) Sin embargo, el registro bíblico indica que todavía mantuvo su residencia o un campamento base en la región de Hebrón y que no se trasladó definitivamente a la región montañosa de Seír hasta después de la muerte de su padre (1738 a. E.C.). Para aquel tiempo su familia había aumentado y tenía muchas posesiones. (Gé 36:6-8.)
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