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    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
    • Es posible que la expresión “fragancia del Líbano” tenga su origen en la fragancia de esos grandes bosques. (Can 4:11.)

      Los israelitas no conquistaron la región del Líbano durante el tiempo de Josué, pero llegó a ser el límite NO. de la tierra. (Dt 1:7; 3:25; 11:24; Jos 1:4; 9:1.) Los habitantes paganos de esta región fueron una prueba para la fidelidad de Israel a Jehová. (Jue 3:3, 4.) Siglos más tarde, el rey Salomón gobernó sobre una parte del Líbano, donde efectuó algunas obras de construcción. (1Re 9:17-19; 2Cr 8:5, 6.) Posiblemente una de estas obras fue “la torre del Líbano, que mira hacia Damasco”. (Can 7:4; no obstante, hay quien cree que esta expresión se refiere a uno de los picos del Líbano.) En ese tiempo, Hiram, el rey de Tiro, dominaba otra sección del Líbano, desde donde suministró a Salomón maderas de cedro y de enebro. (1Re 5:7-14.)

      Uso ilustrativo. Muchas de las referencias bíblicas al Líbano tienen que ver con su productividad (Sl 72:16; Isa 35:2) y sus exuberantes bosques, en particular sus majestuosos cedros. (Sl 29:5.) A menudo se habla del Líbano en sentido figurado. Se dice que se ha quedado avergonzado, compadeciéndose de la tierra de Judá, que las fuerzas asirias habían ‘despojado’. (Isa 33:1, 9.) Sin embargo, el ejército asirio tenía que experimentar calamidad, sería talado como si fueran árboles del Líbano. (Isa 10:24-26, 33, 34.) Para indicar los efectos desastrosos que resultarían del juicio de Jehová, se dice que “la flor misma del Líbano se ha marchitado”. (Na 1:4.) No obstante, en una profecía de restauración, se dice que los bosques del Líbano se convierten en huertos fructíferos, lo que ilustra un cambio completo de la situación. (Isa 29:17, 18.)

      Por medio de Jeremías, Jehová dijo “respecto a la casa del rey de Judá”: “Tú eres para mí como Galaad, la cabeza del Líbano”. (Jer 22:6.) Parece ser que “la casa” designa el complejo del palacio (Jer 22:1, 5), que al estar emplazado en un alto, tenía una posición ensalzada y magnífica, como el Líbano. Además, en la construcción de varios de aquellos edificios reales se había usado mucha madera de cedro. (1Re 7:2-12.) El rey Jehoiaquim, que oyó las palabras registradas en Jeremías 22:6, había hecho revestir de cedro su lujoso palacio. (Jer 22:13-15.) Por todo ello, el recinto del palacio era como un bosque magnífico de edificios hechos de madera de cedro, y apropiadamente se le podía comparar al Líbano y a la región de Galaad, que estaba densamente poblada de árboles. Jehová advirtió a Judá que si el rey Jehoiaquim, sus siervos y el pueblo no hacían justicia, la ‘casa llegaría a ser un mero lugar devastado’ (Jer 22:1-5) y los que moraran en el figurativo Líbano (Jerusalén), anidados en los simbólicos cedros, tendrían que pasar calamidades. (Jer 22:23; véase también Eze 17:2, 3.)

      De manera similar, el deseo del rey asirio Senaquerib de “[ascender] a la altura de regiones montañosas, las partes más remotas del Líbano” y “[cortar] sus cedros encumbrados”, parece aludir a sus intenciones con respecto a Jerusalén. (Isa 37:21-24.) Las palabras proféticas: “La violencia hecha al Líbano” (Hab 2:17), pueden referirse a la calamidad reservada a Jerusalén o, si se entiende literalmente, a la disminución de los bosques del Líbano debido a los estragos de la guerra. (Compárese con Isa 14:5-8.)

      La profecía de Zacarías (10:10) habló del tiempo en que Jehová llevaría a su pueblo de regreso a la tierra de Galaad y al Líbano. En este caso, el Líbano puede referirse al territorio que quedaba al O. del Jordán, tal como Galaad era la tierra que quedaba al E. de dicho río.

  • Libertad
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
    • LIBERTAD

      Dado que Jehová Dios es el Todopoderoso, el Gobernante Soberano del universo y el Creador de todas las cosas, solo Él tiene libertad absoluta e ilimitada. (Gé 17:1; Jer 10:7, 10; Da 4:34, 35; Rev 4:11.) Todos los demás seres deben moverse y actuar dentro de sus propias limitaciones y someterse a las leyes universales de Jehová. (Isa 45:9; Ro 9:20, 21.) Véanse como ejemplos la ley de la gravedad, las leyes que gobiernan las reacciones químicas, la influencia del Sol y el crecimiento; las leyes morales, o los derechos y acciones de otros que influyen en la libertad de una persona. Por lo tanto, la libertad de todas las criaturas de Dios es una libertad relativa.

      Existe una diferencia entre la libertad limitada y la esclavitud. La libertad dentro de los límites fijados por Dios resulta en felicidad; la esclavitud a criaturas, a la imperfección, a debilidades o a ideologías erróneas resulta en opresión e infelicidad. También hay que distinguir la libertad de la autodeterminación, es decir, abogar por el desprecio a las leyes de Dios en pro del derecho de la persona a decidir por sí misma entre lo bueno y lo malo. Esa autodeterminación invade los derechos de otras personas y ocasiona graves problemas, como puede verse por el resultado del espíritu de independencia y rebeldía que la serpiente introdujo en Adán y Eva en Edén. (Gé 3:4, 6, 11-19.) La verdadera libertad está restringida por la ley, la de Dios, y da lugar a que el hombre manifieste toda su individualidad, pero de una manera conveniente, constructiva y provechosa, reconociendo los derechos que tienen los demás y contribuyendo a la felicidad de todos. (Sl 144:15; Lu 11:28; Snt 1:25.)

      El Dios de la libertad. Jehová es el Dios de la libertad. Él libertó a los israelitas de la esclavitud en Egipto, y les dijo que mientras obedecieran sus mandamientos, no pasarían necesidad. (Dt 15:4, 5.) David habló de la “libertad de cuidado”, una libertad

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