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HenadadPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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autenticó por sello el contrato de confesión formalizado durante el mandato de Nehemías. (Ne 3:17, 18, 24; 9:38; 10:1, 9.)
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HeraldoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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HERALDO
Funcionario de la corte que tenía a su cargo anunciar públicamente órdenes reales y decretos. La palabra aparece en Daniel 3:4, donde se menciona a un heraldo que proclama el decreto de Nabucodonosor de que el pueblo adorase a la imagen que había erigido. (Véase nota.) Cuando Daniel iba a convertirse en tercer gobernante en el reino por orden del rey Belsasar, se ‘anunció por heraldo’. (Dan 5:29, nota.) En los antiguos juegos griegos el heraldo anunciaba el nombre y país de cada participante, así como el nombre, país y padre del ganador.
El verbo griego que se traduce “predicar”, kē·rýs·sō, aparece muchas veces en las Escrituras Griegas Cristianas, y puede traducirse “anunciar [por heraldo]”. El uso de esta palabra en Mateo 24:14 y Marcos 13:10 indica que los proclamadores de las buenas nuevas del reino de Dios servirían de heraldos. (Véanse notas en NM; compárese con Mr 1:45; Rev 5:2.)
Por lo tanto, kē·rýs·sō significa “proclamar” en general (buenas o malas noticias), a diferencia de eu·ag·gue·lí·zo·mai: “declarar una buena nueva”. Noé fue predicador (o heraldo, kḗ·ryx) en el mundo antediluviano y anunció la advertencia divina. (2Pe 2:5.) Cristo predicó (como heraldo) a los espíritus en prisión, pero no las buenas nuevas. (1Pe 3:18, 19.)
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HerenciaPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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HERENCIA
Conjunto de bienes que, al morir su propietario, pasa a sus herederos; inclinaciones, costumbres, carácter o temperamento que se hereda de los progenitores o de los antecesores. El verbo hebreo que se utiliza con mayor frecuencia es na·jál (sustantivo, na·jaláh). Tiene que ver con la obtención o transmisión de una herencia o posesión hereditaria, por lo general debido a una sucesión. (Nú 26:55; Eze 46:18.) El verbo ya·rásch se usa a veces con el sentido de “suceder como heredero”, aunque suele significar “tomar posesión”, sin tener que ver con sucesión. (Gé 15:3; Le 20:24.) En el contexto militar tiene el sentido de “desposeer; expulsar”. (Dt 2:12; 31:3.) Las palabras griegas para “herencia” están relacionadas con klḗ·ros, que originalmente significaba “suerte”; luego, “participación”, y por último, “herencia”. (Mt 27:35; Hch 1:17; 26:18.)
En Israel la herencia consistía principalmente en posesiones territoriales, aunque también incluía bienes muebles. Además, la Biblia habla de la herencia de cosas de naturaleza espiritual. Por ejemplo, a los cristianos ungidos por espíritu se les llama “herederos por cierto de Dios, pero coherederos con Cristo”. Si permanecen fieles, les espera “la herencia eterna”. (Ro 8:17; Heb 9:15.)
Período patriarcal. Los fieles patriarcas hebreos, Abrahán, Isaac y Jacob, no poseían tierra alguna, excepto el campo donde estaba la cueva que se usó como sepultura y el terreno que Jacob compró cerca de Siquem. (Gé 23:19, 20; 33:19.) El mártir cristiano Esteban dijo sobre la residencia de Abrahán en Canaán: “Sin embargo, no le dio ninguna posesión heredable en ella, no, ni lo ancho de un pie; pero prometió dársela como posesión, y después de él a su descendencia, cuando todavía no tenía hijo”. (Hch 7:5.) Estos hombres legaron como herencia material su ganado y sus bienes muebles. El primogénito heredaba dos partes de la propiedad, en comparación con la que se asignaba a los otros hijos. Las hijas del patriarca Job recibieron una herencia de entre sus hermanos, aunque no se dice si esta incluía o no una posesión territorial. (Job 42:15.)
El padre podía transferir el derecho de primogenitura si tenía razones válidas, dando la herencia del primogénito a un hijo más joven. En los casos registrados en la Biblia, el cambio que se produjo no obedeció a capricho o favoritismo, sino a una razón específica. Ismael, el hijo mayor de Abrahán, fue el futuro heredero durante catorce años. (Gé 16:16; 17:18-21; 21:5.) No obstante, a petición de Sara, y con la aprobación de Jehová, Abrahán despidió a Ismael, que para entonces tenía diecinueve años. El derecho de primogénito recayó sobre Isaac, quien con el tiempo recibió todo lo que pertenecía a Abrahán, con la excepción de los regalos que este dio a los hijos que más tarde tuvo con Queturá. (Gé 21:8-13; 25:5, 6.) Rubén, el primogénito de Jacob, perdió su derecho de primogénito por tener relaciones con la concubina de su padre. (Gé 49:3, 4; 1Cr 5:1, 2.) Jacob dio la bendición más importante a Efraín, el hijo menor de José, y no a Manasés, el mayor. (Gé 48:13-19.)
El concubinato era legal. De hecho, a veces en la Biblia se llama “esposa” a la concubina, y al hombre con quien vive, “esposo”. También se utilizan los términos yerno y suegro para designar sus respectivas relaciones familiares. (Gé 16:3; Jue 19:3-5.) A los hijos de las concubinas se les reconocía como legítimos, de modo que tenían una posición hereditaria igual a la de los hijos de la esposa.
Antes de tener hijos, Abrahán se refirió a su esclavo Eliezer como el futuro heredero de sus
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