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AnaníasPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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de mostrarle el debido respeto. Hay quien opina que Pablo no sabía que Ananías era el sumo sacerdote debido a que cuando regresó de Roma, el puesto de Ananías no estaba confirmado legalmente, pero no es posible probarlo. Sencillamente podría ser otra prueba de que Pablo tenía un defecto en la visión, como parecen indicar otros textos. La orden de Ananías pudo haber sido lo suficientemente breve y apasionada como para que a Pablo le resultase difícil identificar al que hablaba. (Hch 23:2-5.)
Después del juicio del Sanedrín, Ananías viajó a Cesarea acompañado de ciertos ancianos y un orador público para presentar los cargos contra Pablo delante del gobernador Félix (Hch 24:1), y ya no se le vuelve a mencionar en las Escrituras. En la historia extrabíblica se le presenta como un hombre altanero y cruel, cuya conducta se distinguió por su codicia, tanto durante el ejercicio del sumo sacerdocio como después. Hacia el comienzo de la sublevación judía de 66-70 E.C., ciertos elementos de la población judía persiguieron a Ananías debido a su colaboración con las autoridades romanas. Aunque se escondió en un acueducto, lo descubrieron y lo mataron.
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AnaqPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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ANAQ
(probablemente: Cuellilargo [es decir, de talla alta]).
Nombre de una tribu de hombres de gran estatura y quizás también de su progenitor. En Números 13:22 y 28 el nombre hebreo aparece precedido del artículo (ha·ʽAnáq). Si este era el nombre personal del hijo de “Arbá [...] padre de Anaq” (Jos 15:13), es de suponer que su nombre se usaría también a partir de entonces para referirse a su progenie. (Compárese Jos 15:14 con 14:15, donde a Arbá se le llama “el gran hombre entre los anaquim”.) (Véase ANAQUIM.)
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AnaquimPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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ANAQUIM
(Los de [Pertenecientes a] Anaq).
Raza de tamaño extraordinario que habitaba en las regiones montañosas de Canaán, en algunas zonas de la costa y, en especial, en la parte S. del país. Ahimán, Sesai y Talmai, tres hombres prominentes de los anaquim, residían en Hebrón (Nú 13:22), donde los doce espías hebreos vieron por primera vez a esta raza. Diez de los espías dieron después un informe atemorizador de aquella experiencia, alegando que estos hombres eran descendientes de los nefilim antediluvianos y que, en comparación con ellos, los hebreos eran como “saltamontes”. (Nú 13:28-33; Dt 1:28.) Su gran estatura hizo que se les usara como punto de referencia al describir incluso a los hombres de Emim y de Refaím, que también eran extraordinariamente grandes. Al parecer, su gran fuerza dio lugar al dicho proverbial: “¿Quién puede mantenerse firme delante de los hijos de Anaq?”. (Dt 2:10, 11, 20, 21; 9:1-3.)
Durante su rápido avance por la tierra de Canaán, Josué consiguió vencer a los anaquim en las regiones montañosas, y destruyó sus ciudades, aunque algunos permanecieron en las ciudades filisteas de Gaza, Asdod y Gat. El registro no dice si los anaquim estaban emparentados con los filisteos, como algunos afirman, o si tan solo eran pueblos aliados. (Jos 11:21, 22.) Más tarde, Caleb solicitó la ciudad de Hebrón (o Quiryat-arbá) y su territorio, porque Dios se lo había prometido. (Jos 14:12-15; Nú 14:24.) Según parece, los anaquim se habían vuelto a establecer en esta zona, posiblemente mientras Josué y su ejército seguían con la conquista de la parte septentrional de Canaán, así que Caleb se vio obligado a reconquistar el territorio. (Jue 1:10, 20.)
En los “textos de execración” egipcios (piezas de alfarería sobre las que se escribían los nombres de los enemigos de Faraón y que después se rompían en señal de maldición) figura el nombre de Iy-ʽanaq, lo que parece ser una referencia a una tribu palestina de los anaquim.
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AnásPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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ANÁS
(del heb., significa: “Mostrar Favor; Clemente”).
Quirinio, gobernador romano de Siria, nombró sumo sacerdote a Anás alrededor del año 6 ó 7 E.C., y sirvió como tal hasta aproximadamente el año 15 E.C. (Lu 2:2), así que era sumo sacerdote cuando Jesús, a la edad de doce años, asombró a los maestros rabínicos en el templo. (Lu 2:42-49.) Sin embargo, el procurador Valerio Grato lo destituyó del puesto de sumo sacerdote. Aunque no volvió a ser sumo sacerdote oficial, hay muchas pruebas de que siguió ejerciendo gran poder e influencia como sumo sacerdote emérito y su voz era prioritaria en la jerarquía judía. Cinco de sus hijos, así como su yerno Caifás, fueron a su vez sumos sacerdotes. Debido a su prominencia, a Anás se le designa en las Escrituras con merecimiento como uno de los principales sacerdotes. (Mt 26:3; Lu 3:2.) Cuando Jesús fue detenido, lo llevaron en primer lugar a Anás para que lo interrogara y después a Caifás para que se le juzgara. (Jn 18:13.) El nombre de Anás encabezaba la lista de los máximos oponentes de los apóstoles de Jesucristo. (Hch 4:6.)
La acaudalada y poderosa casa levita de Anás tenía en la venta de animales para sacrificios dentro de los terrenos del templo una de sus principales fuentes de ingresos, razón suficiente para procurar matar a Jesús, quien limpió dos veces el templo, al que ellos habían convertido en una “cueva de salteadores”. (Jn 2:13-16; Mt 21:12, 13; Mr 11:15-17; Lu 19:45, 46.) Es probable que otra razón por la que Anás odiaba tanto a Jesús y a sus apóstoles fuera la enseñanza de Jesús sobre la resurrección, la misma resurrección de Lázaro como prueba viviente de esta doctrina y la predicación y enseñanza que de
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