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RebeldíaPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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los israelitas cuando cedían a la presión de ser como las naciones vecinas, se rebelaban y abandonaban la adoración verdadera. (Jue 2:3, 11-16; 3:4, 5; Ne 9:26, 27.)
La rebelión del rey Sedequías. Cuando el rey Nabucodonosor sometió al rey Sedequías de Judá, hizo que este celebrara un pacto en el nombre de Jehová. Por lo tanto, la rebelión de Sedequías contra Nabucodonosor, a fin de librarse del yugo de una potencia extranjera, también fue una rebelión contra Jehová, en cuyo nombre se había comprometido a ser un rey vasallo leal. Debido a esta rebelión, Jehová decretó que Sedequías muriera cautivo en Babilonia. (2Re 24:17-20; 2Cr 36:11-21; Eze 17:12-18.)
Entre los cristianos. Los cristianos también han tenido que contender con personas rebeldes. El apóstol Pablo predijo que habría una apostasía o rebelión entre los cristianos profesos (2Te 2:3), y ya en su tiempo hubo apóstatas. (1Ti 1:19, 20; 2Ti 2:16-19.) El discípulo Judas escribió sobre los que injurian a “los gloriosos” en la congregación cristiana. Como la destrucción de esos rebeldes era segura, Judas se refirió a esa destrucción como si ya hubiese ocurrido, y dijo: “Han perecido en el habla rebelde de Coré”. (Jud 8, 11; véase APOSTASÍA.)
La debida sujeción a las autoridades gubernamentales. A los que desean conseguir la aprobación de Dios como seguidores de Cristo se les ordena que no se rebelen, sino que sean obedientes a los que llevan la delantera dentro de la congregación (Heb 13:17) y a las autoridades gubernamentales fuera de ella. (Tit 3:1, 2.) Rebelarse contra la autoridad seglar constituye rebelión contra Dios, pues estas autoridades existen por permiso divino y es Su voluntad que los cristianos se sometan a ellas, siempre y cuando sus exigencias no entren en pugna con Su ley. (Ro 13:1-7; Hch 5:29.)
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RebuscaPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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REBUSCA
Acción de buscar y recoger el fruto dejado en los campos, de manera intencionada o no, una vez acabada la recolección. La ley que Dios dio a Israel especificaba que su pueblo no tenía que segar completamente las orillas de los campos, ni repasar las ramas del olivo una vez vareado ni buscar los rezagos de las viñas. Incluso si se quedaba olvidada una gavilla en el campo, no había que volver a recogerla. La rebusca era el derecho que Dios había concedido al pobre de la tierra, al afligido, al residente forastero, al huérfano de padre y a la viuda. (Le 19:9, 10; Dt 24:19-21.)
El relato de Rut es un ejemplo sobresaliente de cómo se aplicaba esta amorosa disposición de la ley divina. Aunque Rut tenía el derecho de espigar, pidió permiso para hacerlo al capataz de los segadores, y puede que esta haya sido la práctica habitual de los rebuscadores. A Rut se la trató bien, y Boaz incluso mandó a los segadores que sacaran algunas espigas de los manojos y las dejaran atrás para que ella las recogiera. Aunque esto le facilitaba la tarea a Rut, no obstante, tenía que esforzarse. Espigaba detrás de los segadores de Boaz de sol a sol, y solo se sentaba en la casa un poco de tiempo para comer. (Rut 2:5-7, 14-17.)
Es evidente que esta era una magnífica disposición para los pobres de la tierra, y aunque promovía la generosidad, el altruismo y la confianza en la bendición de Jehová, en absoluto fomentaba la pereza. Esto aclara las palabras de David: “No he visto a nadie justo dejado enteramente, ni a su prole buscando pan”. (Sl 37:25.) Al valerse de las disposiciones de la Ley a este respecto, ni siquiera los pobres, debido a su duro trabajo, pasarían hambre, y ni ellos ni sus hijos tendrían que mendigar pan.
Usos figurados e ilustrativos. Cuando los efraimitas acusaron a Gedeón de no haberles llamado para luchar al comienzo de la batalla contra Madián, él dijo: “¿No son mejores las rebuscas de Efraín que la vendimia de Abí-ézer [la casa a la que pertenecía Gedeón]?”. Interpretó su ilustración en el sentido de que el papel que desempeñó Efraín en la captura de los príncipes de Madián, Oreb y Zeeb (a pesar de ser posterior a la batalla inicial) fue mucho más importante que lo que el propio Gedeón había hecho. (Jue 8:1-3; 6:11.) Las Escrituras también utilizan este término con referencia a perseguir y dar muerte a los sobrevivientes de una batalla. (Jue 20:44, 45.) Los que quedan después de la ejecución de juicio de Jehová son comparados a “la rebusca cuando ha terminado la vendimia”, y Miqueas asemeja al resto de la herencia de Dios que quedaba en medio del pueblo moralmente corrupto al “rebusco de una vendimia”. (Isa 24:13; Miq 7:1-8, 18; compárese con Jer 6:9; 49:9, 10.)
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RecáPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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RECÁ
(Recá).
Al parecer se trata del nombre de un lugar ubicado en el territorio de Judá. Se menciona junto con la información genealógica de esta tribu. (1Cr 4:12.)
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RecabPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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RECAB
(Auriga).
1. Hijo de Rimón el beerotita, de la tribu de Benjamín. Junto con su hermano Baanah, que, como él, era jefe de una partida merodeadora, asesinó a Is-bóset, el hijo y sucesor de Saúl, y ambos presentaron la cabeza de este a David a fin de cobrar la recompensa que esperaban recibir. Sin embargo, David mandó que los ejecutaran por el mal que habían hecho a la persona de un justo. (2Sa 4:2, 5-12.)
2. Padre o antepasado quenita de Jehonadab, el compañero de Jehú, y antecesor de los recabitas.
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