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CebollaPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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CEBOLLA
(heb. ba·tsál).
Planta bulbosa bienal de sabor fuerte que tiene hojas delgadas y cilíndricas. La cebolla (Allium cepa) era uno de los artículos alimenticios por los que suspiraban la muchedumbre mixta y los israelitas en el desierto, después de haber sido liberados de Egipto. (Nú 11:4, 5.) En ese país, donde el pueblo de Israel había estado cautivo, las cebollas se cultivaban extensamente. El historiador griego Heródoto (II, 125) habla también de una inscripción que incluía las cebollas entre los alimentos que se daban a los obreros en cierta pirámide egipcia. A las deidades egipcias se les ofrecían cebollas, por lo general en manojos, aunque a los sacerdotes no les estaba permitido comerlas. Las cebollas de Egipto son más suaves y, por lo tanto, más digestivas que otras variedades, y de sabor dulce en vez de acre.
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CebraPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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CEBRA
(heb. pé·reʼ).
Mamífero parecido al onagro (asno silvestre) en su apariencia general y hábitos, aunque se distingue de él con facilidad por sus rayas oscuras o negras. Al igual que el caballo, pertenece a la familia de los équidos. Es curioso el hecho de que con la distancia las rayas distorsionan la silueta de la cebra a tal grado, que incluso los nativos que tienen buena vista a veces no se percatan de su presencia, aunque se encuentre a tan solo 40 ó 50 m. Para librarse de los depredadores carnívoros, la cebra cuenta con dos sentidos muy agudizados: la vista y el olfato, así como una notable velocidad de desplazamiento. Después de su potente arranque inicial, puede mantener una velocidad de 64 Km. por hora. Sus cascos y dientes también constituyen buenas armas de defensa.
La cebra es un animal salvaje difícil de domar. (Job 24:5; 39:5; Isa 32:14.) Se alimenta sobre todo de pastos (Job 6:5; Jer 14:6), y como ha de satisfacer su sed con regularidad (Sl 104:11), raras veces se aleja más de 8 Km. de sus abastecimientos de agua.
La terquedad de la cebra y el fuerte impulso sexual que dirige a la hembra cuando está en celo se usaron para ilustrar el derrotero independiente y adúltero del Israel apóstata. (Jer 2:24; Os 8:9.) El ángel de Jehová profetizó que Ismael, hijo de Abrahán, sería un “hombre con características de cebra”. Es probable que esta expresión hiciese referencia a una determinada disposición independiente, como dan a entender las siguientes palabras: “Su mano estará contra todos”. (Gé 16:12.)
La palabra hebrea pé·reʼ puede traducirse también “onagro” y “asno silvestre”. (Job 6:5, nota.)
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CedroPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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CEDRO
(heb. ʼé·rez).
Los cedros, en particular los del Líbano, eran ya famosos en tiempos bíblicos, y adquieren una importancia especial en el relato de la construcción del templo de Salomón.
El cedro del Líbano (Cedrus libani) es un árbol majestuoso, de enormes proporciones, con raíces fuertes y profundas. En otro tiempo las montañas del Líbano estuvieron cubiertas de grandes bosques de cedros, pero en la actualidad solo quedan unas pequeñas arboledas debido a la tala indiscriminada y a la falta de conservación y replantación. Los estragos de la guerra también deben haber contribuido a la disminución del número de cedros. (Isa 14:5-8.) No obstante, los árboles que quedan todavía ofrecen una vista impresionante. (Compárese con Can 5:15.)
Algunos alcanzan una altura próxima a los 40 m., y el tronco puede tener una circunferencia de 12 m. Sus largas ramas salen horizontalmente del tronco y describen una circunferencia total que oscila entre 60 y 90 m. Los árboles tienen una ligera forma piramidal cuando son jóvenes, pero tienden a achatarse en la copa al ir alcanzando la madurez. El follaje crece en distintas filas o capas horizontales (más bien que entrelazadas), y las ramas producen unos ramilletes redondos, parecidos a flores, de unas agujas verde brillante de poco más de un centímetro de largo, y unos conos de color tostado que rezuman una resina fragante. La corteza es de un color marrón rojizo y bastante áspera, y el tronco se retuerce con la edad.
La madera del cedro, de un tono rojizo más claro que el de la caoba, no tiene nudos, y era muy apreciada para la construcción debido a su belleza, fragancia, durabilidad y resistencia al ataque de los insectos. (Can 1:17; 4:11.) Los fenicios la usaron para hacer los mástiles de sus naves. (Eze 27:5.) El rey Hiram de Tiro suministró hombres y materiales a fin de construir una “casa de cedros” para David en Jerusalén. (2Sa 5:11; 7:2; 2Cr 2:3.) Tiempo después, Salomón utilizó madera de cedro en el templo, para las vigas (1Re 6:9), para recubrir el altar del incienso (1Re 6:20) y para revestir el interior del templo en su totalidad, de modo que “no había piedra que se dejara ver”. (1Re 6:15-18.) Es probable que “la Casa del Bosque del Líbano”, construida más tarde, recibiera ese nombre debido a sus 45 columnas de madera de cedro. (1Re 7:2, 3.) También se usó el cedro en el Pórtico del Trono y en el patio del templo. (1Re 7:7-12.)
Este uso extenso de la madera de cedro requirió la labor de miles de trabajadores para cortar los árboles y transportarlos a Tiro o Sidón por la costa marítima del Mediterráneo, formando armadías y haciéndolas flotar a lo largo de la costa, probablemente hasta Jope. Desde allí los árboles se llevaban por tierra a Jerusalén. Todo esto se hizo según el contrato suscrito entre Salomón e Hiram. (1Re 5:6-18; 2Cr 2:3-10.) La madera siguió llegando a Israel en tanta cantidad que pudo decirse que Salomón hizo durante su reinado ‘la madera de cedro como
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