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Jehová de los ejércitosPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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La palabra hebrea en singular tsa·váʼ (pl. tseva·ʼóhth) significa básicamente un ejército literal de soldados o fuerzas de combate, como en Génesis 21:22; Deuteronomio 20:9 y muchos otros textos; sin embargo, el término también se usa en un sentido figurado, como en “los cielos y la tierra y todo su ejército” o “el sol y la luna y las estrellas, todo el ejército de los cielos”. (Gé 2:1; Dt 4:19.) La forma plural (tseva·ʼóhth) se emplea varias veces para referirse a las fuerzas israelitas, como en Éxodo 6:26; 7:4; Números 33:1 y Salmo 44:9; 60:10. Algunos eruditos creen que en la expresión “Jehová de los ejércitos”, el término “ejércitos” no solo incluye las fuerzas angélicas, sino también el ejército israelita y los cuerpos celestes inanimados. Sin embargo, parece ser que los “ejércitos” indicados son principalmente, si no de manera exclusiva, las fuerzas angélicas.
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Jehová Es Nuestra JusticiaPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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JEHOVÁ ES NUESTRA JUSTICIA
Esta expresión traduce las dos palabras Yehwáh Tsidh·qé·nu, que se hallan en Jeremías 23:6 y 33:16.
Jeremías 23:5, 6 es una profecía mesiánica que habla del futuro rey que sale del linaje de David para “[ejecutar] derecho y justicia en la tierra”. Como representa a Dios en su función de gobierno (como David y otros reyes ungidos de Dios que se sentaron “sobre el trono de Jehová”; 1Cr 29:23), la profecía dice: “Y este es su nombre con el cual se le llamará: Jehová Es Nuestra Justicia”. No hay ninguna base para alegar, como algunos han hecho, que este nombre signifique que Jesús, el Mesías, y Jehová son el mismo, que forman un solo Dios. En efecto, en Jeremías 33:14-16 se registra una profecía mesiánica de carácter similar, en donde se aplica idéntica expresión a Jerusalén, al decir: “Y esto es lo que se le llamará: Jehová Es Nuestra Justicia”. En ambos casos la expresión muestra que el nombre de Dios, Jehová, colocado tanto sobre su rey prometido como sobre su capital escogida, es una garantía de su justicia. Por otra parte, el derecho y la justicia que emanan o se expresan de estas fuentes son el resultado de la devoción completa a Jehová y a su voluntad divina, y traen consigo su bendición y guía.
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