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DedánPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Como ambas familias dedanitas (la de Raamá y la de Joqsán) se establecieron en zonas de Arabia, existe alguna vacilación a la hora de determinar a qué Dedán se refiere el texto bíblico en alusiones posteriores a su nombre. Sin embargo, la vinculación de Dedán con otros pueblos semitas, como Edom, Temá y Buz, parece apuntar a la descendencia de Joqsán. Por ejemplo, se dice que Dedán se hallaba a un extremo de la tierra de Edom, que habría de ser devastada. (Eze 25:13.) A Dedán, que estaba en “la llanura desértica”, se le aconseja que huya de las fuerzas invasoras. Las caravanas dedanitas tenían que ampararse en el bosque, mientras que a Temá, territorio por el que ellos deberían huir, se le pidió que diera alimento y bebida para el sostén de los que escaparan. (Isa 21:11-15; Jer 49:8.) Tal como a Edom, a Dedán finalmente también se le haría probar la copa del vino de la ira de Jehová. (Jer 25:15, 21, 23.)
Los eruditos relacionan Dedán con el oasis de el-Ula, a unos 120 Km. al SO. de Taima.
Las otras referencias que se hacen a Dedán no permiten determinar si se trata de un pueblo camítico o semítico. Por ejemplo, en Ezequiel 27:15, 20 solo se dice que Dedán tuvo relaciones comerciales con Tiro. Dedán también contemplaría con interés egoísta el plan de Gog de Magog de saquear el pueblo de Dios. (Eze 38:13.)
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DedicaciónPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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DEDICACIÓN
Acción de destinar o apartar algo para uso sagrado. El verbo hebreo na·zár (dedicar) significa básicamente “mantener separado; estar separado; retirar”. (Le 15:31; 22:2; Eze 14:7; compárese con Os 9:10, nota.) El término hebreo relacionado, né·zer, se emplea con referencia a la señal o símbolo de dedicación santa que llevaba sobre el turbante el sumo sacerdote —una vez santificada su cabeza— o el rey ungido; también se usaba para referirse al nazareato. (Nú 6:4-6; compárese con Gé 49:26, nota.)
Cuando Aarón fue instalado como sumo sacerdote, se le cubrió la cabeza con un turbante de lino fino. Atada con una cuerdecita de hilo azul, en la parte frontal llevaba de manera visible una santa “señal de dedicación [né·zer]”, una lámina de oro puro resplandeciente con la inscripción en hebreo: “La santidad pertenece a Jehová”. A continuación se le ungió con el aceite de la unción santa. (Éx 29:6, 7; 39:30, 31, nota; Le 8:9, 12.) Por consiguiente, el sumo sacerdote tenía que guardarse de incurrir en actos que profanasen el santuario, ‘porque la señal de la dedicación, el aceite de la unción de su Dios, estaba sobre él’. (Le 21:12.)
La palabra né·zer también se empleó para referirse a la “diadema”, una prenda oficial que se ceñía a la cabeza y que usaban los reyes de Israel como símbolo de su cargo sagrado. (2Sa 1:10; 2Re 11:12; 2Cr 23:11; Sl 89:39; 132:18; Pr 27:24.)
Si una persona tomaba ante Jehová el voto de nazareato, no podía cortarse el cabello ni afeitarse la barba mientras el voto estuviese en vigor, por lo que su cabello largo se convertía en el símbolo principal de su nazareato (né·zer). (Nú 6:4-21.) Cuando el profeta Jeremías asemejó a Jerusalén a alguien que viola su voto de santidad a Jehová, dijo: “Córtate tu cabello no cortado [o “dedicado”; niz·rékj, una forma de né·zer] y arrójalo”. (Jer 7:29.) Por medio de otro de sus profetas, Jehová mostró cuánto se había alejado de él la nación de Israel, al decir: “Entraron a Baal de Peor, y procedieron a dedicarse [wai·yin·na·zerú, una forma del verbo na·zár] a la cosa vergonzosa”. (Os 9:10.)
En las Escrituras Griegas Cristianas se habla de ciertas cosas dedicadas. La “fiesta [invernal] de la dedicación” (en·kái·ni·a) se menciona en relación con el ministerio terrestre de Jesús. (Jn 10:22; véase FIESTA DE LA DEDICACIÓN.) La palabra griega en·kái·ni·a procede de la misma raíz que en·kai·ní·zō, término que en Hebreos 9:18 muchas versiones traducen ‘inaugurar’ (BAS, CI, NM y otras), mientras que otras lo traducen ‘dedicar’ o ‘consagrar’ (ENP; Mod, nota; Val, 1909). De manera similar, en Hebreos 10:20 muchas traducciones utilizan ‘inaugurar’ (FF, FS, NM y otras), mientras que otras traducen ‘consagrar’ o ‘dedicar’ (Mod, nota; Scío; Val, 1909). Por otra parte, Jesús previno a sus seguidores respecto a las enseñanzas farisaicas tradicionales sobre las cosas consideradas “corbán”, es decir, dádivas dedicadas a Dios. (Mr 7:11; Mt 15:5; véase CORBÁN.) También advirtió que llegaría el tiempo en que el templo construido por Herodes sería derribado junto con sus “piedras hermosas y cosas dedicadas [a·na·thḗ·ma·sin]”. (Lu 21:5, 6.)
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Dedo, IPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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DEDO, I
Los dedos de la mano son estructuras altamente diferenciadas, dotadas de gran movilidad, lo que permite al hombre realizar trabajos muy minuciosos. Debido a que son parte de la mano, en la Biblia a veces se emplean los dedos como sinónimo de “mano”. Ambas palabras, “dedos” y “manos”, se usan en una misma oración en frases paralelas para referirse al artífice de ídolos. (Isa 2:8.)
Hablando en sentido figurado, se dice que Dios escribió los Diez Mandamientos en tablas de piedra (Éx 31:18; Dt 9:10), hizo milagros (Éx 8:18, 19) y creó los cielos (Sl 8:3) con su “dedo” o sus “dedos”. Del relato de Génesis sobre la creación se deduce que con la expresión “dedos” de Dios se alude a su espíritu santo o fuerza activa, pues se dice que esta fuerza (rú·aj, “espíritu”) estaba moviéndose sobre la superficie de las aguas. (Gé 1:2.) Las Escrituras Griegas Cristianas determinan el significado de este simbolismo, pues mientras Mateo explica que Jesús expulsó demonios mediante el ‘espíritu santo
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