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  • Hormá
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
    • Edom, los cananeos volvieron a establecerse en el territorio. Si bien se dice que Josué venció al rey de Hormá, el registro no esclarece si los israelitas ocuparon entonces la ciudad de Hormá. (Compárese con el caso de Guézer en Jos 12:12; Jue 1:29.)

      La ciudad figura en una relación de poblaciones situadas “al extremo de la tribu de los hijos de Judá hacia el límite de Edom en el sur”. (Jos 15:21, 30.) No obstante, fue una de las ciudades enclavadas en el territorio de Judá que se asignó a Simeón. (Jos 19:1, 2, 4; compárese con 16:9.) Puesto que el registro solo dice que Josué derrotó al rey de Hormá, pero no que la ciudad fuera conquistada, las tribus de Judá y Simeón más tarde unieron sus fuerzas y “procedieron a herir a los cananeos que habitaban en Zefat y a darla por entero a la destrucción. Por eso la ciudad se llamó por nombre Hormá”. (Jue 1:17.) Si bien el registro dice que se le dio nombre a la ciudad, puede que solo fuera una confirmación del nombre con el que ya se la conocía antes. Hay quien cree que el empleo del nombre Hormá en tiempos de Moisés no se circunscribía solo a la ciudad de Zefat, sino que abarcaba toda la región, lo que implicaría que el distrito entero estaba condenado y que con el tiempo sería dado por entero a la destrucción. (Compárese con la obra Commentary on the Old Testament, de C. F. Keil y F. Delitzsch, 1973, vol. 2, “Joshua, Judges, Ruth”, pág. 256; véase ZEFAT.)

      La ubicación de Hormá es incierta. Se han propuesto varias opciones, pero como todas se hallan a más de 60 Km. al N. de Qadés-barnea —de donde los israelitas salieron “muy de mañana” (Nú 14:40)— y Hormá fue el punto hasta donde se les hizo huir mientras se batían en retirada hacia Qadés, esas ubicaciones tan septentrionales no concuerdan con el registro bíblico.

      Aunque Hormá continuaba siendo una ciudad simeonita en tiempos de David, fue uno de los lugares que visitó mientras era fugitivo y una de las ciudades a las que más tarde envió regalos. (1Sa 30:26-31; 1Cr 4:24, 28-31.)

  • Hormiga
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
    • HORMIGA

      (heb. nema·láh).

      Insecto pequeño muy numeroso y extendido. Vive en colonias, y en la Biblia se le destaca como insecto industrioso y de sabiduría instintiva. (Pr 6:6-8; 30:24, 25.) Se calcula que hay unas 10.000 variedades de hormigas, y se hallan por todo el globo terráqueo, con la excepción de las regiones polares.

      “Un pueblo.” Así como Joel (1:6) denominó “nación” a las langostas, en Proverbios 30:25 se dice que las hormigas son “un pueblo” (heb. ʽam), expresión muy apropiada para referirse a estas pequeñas criaturas. Aunque algunas colonias quizás solo se compongan de unas cuantas docenas de hormigas, otras tienen una población enorme que asciende a centenares de miles. Las colonias suelen ser de tamaño mediano, pero el hormiguero o el entramado de túneles a veces llega a medir casi media hectárea. Dentro de cada colonia hay tres castas básicas: la reina o reinas, los machos y las obreras (hembras no desarrolladas sexualmente). Sin embargo, como lo expresa el proverbio, la hormiga “no tiene comandante, oficial ni gobernante”. (Pr 6:7.) La reina no se llama así porque gobierne a las demás; es, más bien, una hormiga madre, pues su función esencial es la de poner huevos. Aunque una hormiga reina puede vivir hasta quince años, los machos solo viven lo suficiente para efectuar el apareamiento y luego mueren. Las hormigas obreras, cuya vida puede llegar a seis años, tienen diversos deberes que desempeñar, como el buscar y reunir alimento para la colonia, alimentar a la reina, ser nodrizas de las larvas, limpiar el nido, excavar nuevas cámaras según se vayan necesitando y defenderlo de intrusos. Las hormigas obreras difieren en tamaño aun dentro de la misma colonia, y las más grandes suelen actuar como soldados en caso de invasión del hormiguero. No obstante, a pesar de la precisa distribución del trabajo (que en algunas colonias se regula según la edad de las obreras y en otras, según el tamaño) y la relativamente compleja organización social existente, entre ellas no se conoce la función de capataz.

      ‘Sabiduría instintiva.’ Como es natural, la ‘sabiduría’ de las hormigas no procede de raciocinio inteligente, sino que es fruto del instinto con que el Creador las ha dotado. La Biblia dice que la hormiga ‘prepara su alimento en el verano y recoge su abastecimiento en la siega’. (Pr 6:8.) Una de las especies más comunes que se hallan en Palestina es la hormiga recolectora (Messor semirufus), que almacena grano en abundancia durante la primavera y el verano, y luego lo utiliza en las demás estaciones, como en el invierno, cuando se hace difícil obtener alimento. Esta hormiga suele encontrarse cerca de las eras, donde hay muchas semillas y grano. Si la lluvia humedece las semillas almacenadas, la hormiga cosechadora las saca al sol para que se sequen. También corta con sus mandíbulas el embrión de la semilla para que esta no germine mientras está almacenada. Las colonias de hormigas cosechadoras se distinguen por los caminos que estas trazan, así como por las cáscaras de las semillas que dejan fuera de la entrada.

      Características ejemplares. Una breve investigación sobre la hormiga da más crédito a la exhortación: “Vete donde la hormiga, oh perezoso; mira sus caminos y hazte sabio”. (Pr 6:6.) No solo se distingue por su previsión instintiva, sino también por su perseverancia y determinación, pues a menudo lleva o arrastra con gran tenacidad objetos cuyo peso dobla o triplica el suyo, y hace todo lo posible por llevar a buen término su tarea sin volver nunca atrás aunque caiga o resbale por una cuesta empinada. Es asombrosamente cooperadora, mantiene el hormiguero muy limpio y se interesa por sus compañeras, ayudando a veces a las que se han lastimado o agotado a regresar al hormiguero.

  • Horno
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
    • HORNO

      Cámara en donde se someten los alimentos a la acción de un calor intenso para asarlos o cocerlos. Los hebreos y otros pueblos utilizaron varios tipos de hornos. (GRABADO, vol. 2, pág. 952.)

      En el Oriente Medio se han utilizado hasta tiempos modernos hornos de tamaño considerable, que consistían en un agujero redondo en el suelo, algunos de hasta casi dos metros de profundidad y un metro de diámetro. En un horno de este tamaño era posible asar una oveja entera suspendiéndola sobre las piedras calientes o brasas.

      En tiempos bíblicos se utilizaba el horno en forma de cuenco, que probablemente era similar al empleado por los campesinos palestinos en la actualidad. Se coloca un gran cuenco de barro boca abajo encima de pequeñas piedras sobre las que está el pan, y este se cuece. El cuenco se calienta quemando combustible amontonado sobre él y a su alrededor.

      Probablemente todo hogar hebreo tenía un horno en forma de tinaja, un tipo de horno portátil que todavía se utiliza en Palestina: era una gran tinaja de barro, de casi un metro de alto, con una abertura en la parte superior y que se ensanchaba en la parte inferior. Para calentarlo se quemaba dentro combustible (madera o hierba), y luego se quitaban las cenizas por un agujero provisto para ese propósito. La parte superior estaba cerrada, y cuando la tinaja alcanzaba la temperatura suficiente, se extendía la masa por el interior o el exterior. El pan que se cocía de esta manera era muy delgado.

      Los arqueólogos han desenterrado muchísimos hoyos que servían de hornos. Estos hornos, que debían ser una derivación posterior de aquellos que tenían forma de tinaja, tenían una parte enterrada en el suelo. Estaban construidos de barro y totalmente enlucidos. Se estrechaban en la parte superior, y el combustible se quemaba dentro. Hay monumentos y pinturas que muestran que los egipcios colocaban la masa en la parte exterior de estos hornos. En esta clase de horno, que también servía para asar carne, los hebreos tal vez hayan empleado ramitas o hierba seca como combustible. (Compárese con Mt 6:30.)

      Los hornos para cocer que usan los campesinos palestinos hoy día difieren poco de los que se han hallado en ruinas antiguas, o de los representados en los relieves y las pinturas asirias y egipcias. En la antigua Caldea los hornos estaban en los patios de las casas, y hoy se pueden hallar en pequeñas tahonas en patios de casas privadas, aunque también pueden estar agrupados en alguna parte de la aldea. Todavía se utilizan grandes hornos públicos.

      Los hornos domésticos eran comunes en Egipto entre los israelitas y los egipcios. Por ello se dice que durante la segunda plaga las ranas incluso entraron en sus hornos y artesas. (Éx 8:3.)

      “La Torre de los Hornos de Cocer” de Jerusalén se reparó bajo la dirección de Nehemías durante la restauración de los muros de la ciudad. (Ne 3:11; 12:38.) El origen del nombre es incierto, pero se ha comentado que la torre se llamó así debido a que en sus cercanías había hornos comerciales.

      Uso ilustrativo. En Levítico 26:26 se hace referencia al horno en una expresión que denota escasez: “Cuando yo [Jehová] les haya quebrado las varas alrededor de las cuales se suspenden panes anulares, entonces diez mujeres realmente cocerán el pan de ustedes en un solo horno y les devolverán su pan por peso; y ustedes tendrán que comer, pero no quedarán satisfechos”. En condiciones normales cada mujer necesitaría un horno para cocer el pan del día. Sin embargo, Levítico 26:26 predijo un tiempo en el que habría tan poco alimento, que un solo horno bastaría para cocer el pan de diez mujeres. Y Oseas 7:4-7 compara a los israelitas adúlteros con un horno de panadero, tal vez debido a los deseos inicuos que ardían dentro de ellos.

  • Horno de calcinación
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
    • HORNO DE CALCINACIÓN

      Cámara diseñada para procesar diversos materiales. Los hornos de calcinación de tiempos antiguos se usaban para cocer ladrillos, hacer cerámica y preparar cal. La palabra hebrea kiv·schán solo se refiere a los hornos de calcinación, no a otras clases de hornos. (Véase HORNO.)

      En vista de los logros anteriores al Diluvio en la forja de herramientas de cobre y de hierro (Gé 4:22), es probable que los hornos de calcinación también se emplearan desde los albores de la historia

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