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BondadPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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de esa condenación y declarados justos sí supone en realidad bondad inmerecida en sumo grado. (Ro 3:23, 24; 5:17.) Si se razona que los que nacieron dentro del pacto de la Ley estaban bajo una mayor condenación a muerte porque aquel pacto ponía de manifiesto sus pecados, tendrá que admitirse que a los judíos se les extendió una mayor bondad inmerecida, pues a ellos fue a los primeros a los que se ofreció la salvación. (Ro 5:20, 21; 1:16.)
Esta manifestación especial de la bondad inmerecida de Dios a la humanidad en general era la liberación por rescate de la condenación mediante la sangre de Cristo Jesús, el amado Hijo de Jehová. (Ef 1:7; 2:4-7.) Es por medio de esta bondad inmerecida mediante lo que Dios trae salvación a toda clase de hombres (Tit 2:11), algo de lo que ya habían hablado los profetas. (1Pe 1:10.) Por lo tanto, el siguiente razonamiento de Pablo tiene una argumentación bien fundada: “Ahora bien, si es por bondad inmerecida, ya no se debe a obras; de otra manera, la bondad inmerecida ya no resulta ser bondad inmerecida”. (Ro 11:6.)
Pablo habló de la bondad inmerecida de Dios más que cualquier otro escritor, pues hizo más de noventa referencias a ella en sus catorce cartas. La menciona, a veces junto con la de Jesús, en el saludo de apertura de todas las cartas, con la excepción de la que escribió a los hebreos, y en todos los comentarios de conclusión sin excepción. De igual manera, otros escritores bíblicos hacen una referencia similar al empezar y terminar sus escritos. (1Pe 1:2; 2Pe 1:2; 3:18; 2Jn 3; Rev 1:4; 22:21.)
Pablo tenía buenas razones para poner de relieve la bondad inmerecida de Jehová, pues antes había sido “blasfemo y perseguidor y hombre insolente. No obstante —explica—, se me mostró misericordia, porque era ignorante y obré con falta de fe. Pero la bondad inmerecida de nuestro Señor sobreabundó junto con la fe y el amor que hay en relación con Cristo Jesús”. (1Ti 1:13, 14; 1Co 15:10.) No desdeñó tal bondad inmerecida, como han hecho tontamente algunas personas (Jud 4), sino que la aceptó con gusto y con acción de gracias, e instó a quienes también la habían aceptado a que ‘no dejaran de cumplir su propósito’. (Hch 20:24; Gál 2:21; 2Co 6:1.)
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BorasánPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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BORASÁN
(posiblemente: “Hoyo de Humo”).
Uno de los lugares que frecuentaron David y sus hombres en su época de fugitivos. (1Sa 30:30, 31.) Algunos eruditos opinan que era Asán (Jos 19:7), un enclave simeonita situado en la parte meridional del territorio de Judá, a poca distancia al NO. de Beer-seba. (Véase ASÁN.)
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BordadoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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BORDADO
Arte antiguo que consiste en realizar mediante labores de aguja motivos ornamentales en relieve sobre tela o piel; para ello se emplean diversas clases y colores de hilos u otros materiales. El entretejido de dibujos y figuras en tela por medio de labor de aguja se menciona por primera vez en la Biblia con relación al tabernáculo de Israel. Jehová dio a Bezalel y Oholiab, obreros del tabernáculo, sabiduría de corazón para hacer todo el trabajo de bordado, distinto del de tejeduría, además de otras tareas. (Éx 35:30-35; 38:21-23.)
Según las instrucciones divinas, en las “telas de tienda” del tabernáculo se bordaron querubines. Estas figuras se veían desde el interior del Santo y del Santísimo. (Éx 26:1; 36:8.) También se bordaron querubines en la cortina que separaba estos dos compartimientos del tabernáculo. (Éx 26:31-33; 36:35.)
A fin de hacer el efod que llevaba el sumo sacerdote, se batieron láminas de oro hasta hacerlas hojas delgadas, de las que se cortaron hilos “para ir metiéndolos entre el hilo azul y la lana teñida de púrpura rojiza y la fibra escarlata carmesí y el lino fino, como obra de bordador”. (Éx 39:2, 3; 28:6.) También se requirió “obra de bordador” para hacer el “pectoral de juicio” del sumo sacerdote. (Éx 28:15; 39:8.)
En la canción de victoria de Barac y Débora se representa a la madre de Sísara esperando el regreso de su hijo con el despojo conseguido en la batalla contra Israel, entre el que contaba hallar prendas de vestir bordadas. (Jue 5:1, 28, 30.) Jehová había vestido en sentido figurado a su amado pueblo de Israel con una costosa “prenda de vestir bordada”. Pero sus habitantes idólatras seguramente habían usado vestidos bordados literales para cubrir las imágenes de un varón con las que se prostituía. (Eze 16:1, 2, 10, 13, 17, 18.) Por medio de Ezequiel, Jehová también predijo que cuando la rica Tiro cayera ante Babilonia, los destronados “principales del mar” se despojarían de “sus propias prendas de vestir bordadas”. (Eze 26:2, 7, 15, 16.)
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BorracheraPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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BORRACHERA
Estado de embriaguez, conjunto de trastornos producidos por el uso excesivo de bebidas alcohólicas. Borracho es aquel que habitualmente abusa de la bebida hasta el punto de embriagarse.
En las tierras bíblicas antiguamente se contaban entre las bebidas embriagantes el vino hecho de uva (Dt 32:14) y las bebidas alcohólicas preparadas a partir de cereales. (Isa 1:22.) El uso moderado del vino y de otras bebidas alcohólicas es aceptable a Jehová, pues Él provee el “vino que regocija el corazón del hombre mortal”. (Sl 104:14, 15; véanse CERVEZA; VINO Y BEBIDAS ALCOHÓLICAS.)
Se condena en la Biblia. En la Biblia se censura con firmeza el uso de bebidas alcohólicas hasta el punto de emborracharse. El sabio escritor de Proverbios pinta un cuadro vívido y exacto científicamente acerca de los efectos de ingerir bebidas alcohólicas en exceso. Advierte: “¿Quién tiene el ¡ay!? ¿Quién tiene desasosiego? ¿Quién tiene contiendas? ¿Quién tiene preocupación? ¿Quién tiene heridas sin causa? ¿Quién tiene deslustre de ojos? Los que se quedan largo tiempo con el vino, los que entran en busca de vino mezclado. No mires el vino cuando rojea, cuando luce centelleante en la copa [cuando el vino parece excesivamente atractivo], cuando baja con suavidad [cuando se desliza con demasiada suavidad por la garganta]. A su fin muerde justamente como una serpiente, y segrega veneno justamente como una víbora [puede provocar enfermedad física (por ejemplo, cirrosis del hígado) y mental (delírium trémens), e incluso causar la muerte]. Tus propios ojos verán cosas extrañas [el alcohol actúa en los centros de control del cerebro y los reprime; empiezan a manifestarse actitudes que por lo general se controlarían; se ven alucinaciones; se cuentan experiencias fantásticas del modo más plausible para encubrir lagunas de la memoria; desaparecen las inhibiciones], y tu propio corazón hablará cosas perversas [se expresan pensamientos y deseos que suelen estar callados]”. (Pr 23:29-33; Os 4:11; Mt 15:18, 19.)
El escritor sigue describiendo la experiencia personal del borracho: “Y ciertamente llegarás a ser como uno que está acostado en el corazón del mar [experimentando la confusión de alguien que se ahoga y que al final queda inconsciente], hasta como uno que está acostado en el tope de un mástil [así como el balanceo de un barco es mayor en este punto, la vida del borracho está ante un mayor peligro de sufrir un accidente, un ataque, envolverse en una pelea, etc.]. ‘Me han golpeado, pero no enfermé; me han herido, pero no lo supe [dice el borracho, como si se hablase a sí mismo; es insensible a lo que le sucedía y al castigo que la experiencia le ha infligido]. ¿Cuándo despertaré? Lo buscaré todavía más [dormirá hasta que desaparezcan los efectos de haber bebido con exceso, pero está esclavizado a la bebida y anhela beber más cuando pueda]’”. Caerá en la pobreza por su dispendio en bebidas alcohólicas y también por su falta de formalidad e incapacidad para trabajar. (Pr 23:20, 21, 34, 35.)
Prohibida en la congregación cristiana. El borracho es propenso al alboroto rudo y desenfrenado, y a acciones ridículas que son un oprobio. (Pr 20:1; Sl 107:27; Isa 19:14.) Por consiguiente, la práctica de la borrachera no puede tolerarse en la congregación cristiana. La actitud de Dios hacia la borrachera se reveló en su Ley a Israel. Al hijo que fuera terco y rebelde, así como glotón y borracho, se le tenía que apedrear hasta morir. (Dt 21:18-21.) De manera similar, la Biblia ordena que se expulse de la congregación a los borrachos inveterados o no arrepentidos. (1Co 5:11-13.) En las “obras de la carne” se incluyen “borracheras, diversiones estrepitosas”, cosas que las naciones en general practican. El cristiano al que se ha limpiado de tales prácticas, pero que más adelante regresa a ellas, no tiene cabida en el reino de Dios. (1Co 6:9-11.) Ya no debe dedicar su tiempo a obrar la voluntad de las naciones participando en excesos con vino y partidas de beber (1Pe 4:3), sino que debe dedicarse a producir el fruto del espíritu de Dios. (Gál 5:19-24.)
Por lo tanto, el ser moderado y de juicio sano forma parte de los requisitos para los superintendentes cristianos (1Ti 3:1-3; Tit 1:7); los siervos ministeriales (1Ti 3:8); los hombres y mujeres, tanto de edad avanzada (Tit 2:2, 3) como jóvenes (Tit 2:4-8), y los hijos, en especial los de los superintendentes. (Tit 1:6.)
Cuando el apóstol Pablo trató el tema de la “cena del Señor”, reprendió a los cristianos corintios por ciertos abusos que se estaban produciendo. Algunos llevaban su comida y bebida al lugar de reunión de la congregación. Deshonraban a sus hermanos necesitados, pues abusaban de la comida y de la bebida y no la compartían con ellos. Así, cuando llegaba el momento de la celebración de la Cena del Señor, algunos no estaban en posición de participar debido a los excesos, mientras que otros tenían hambre. Por eso Pablo dijo: “Uno tiene hambre, pero otro está embriagado”. (1Co 11:20-22.)
También es digno de mención que, bajo la Ley, no era apropiado que los sacerdotes tomaran bebidas alcohólicas cuando se ocupaban en servicio religioso. Se les ordenaba bajo pena de muerte que no bebiesen vino ni licor embriagante mientras desempeñaban sus deberes oficiales. (Le 10:8-11.)
¿Por qué dice la Biblia que hombres como Noé y Lot se embriagaron?
En la Biblia se mencionan casos de borrachera cuando su mención contribuye a esclarecer ciertos asuntos importantes. A este respecto, relata que después del Diluvio Noé plantó una viña, “empezó a beber del vino y se embriagó”. Este acontecimiento está registrado en las Escrituras para mostrar en qué circunstancias se pronunció la maldición de Noé contra Canaán. (Gé 9:20-27.) En otro caso se narra que en dos noches distintas las hijas de Lot le dieron tanto vino a su padre, que se embriagó y ellas tuvieron relaciones sexuales con él. (Gé 19:30-38.) Este relato nos da a conocer el origen de las naciones de Moab y Ammón y su relación con Israel. Lot bebería lo suficiente como para perder el control de su buen juicio, pero no hasta el punto de estar totalmente borracho, es decir, al grado de ser incapaz de tener relaciones sexuales. Puesto que la palabra de Dios condena con tanta firmeza la borrachera, podemos tener la seguridad de que
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